Siete reporteros y un periódico

Page 14

Pilar Lozano Carbayo

Siete reporteros y un periódico

detalle muy profesional. Muy de periodista. La reunión había empezado un poco ajetreada, pero prometía. En cuanto a las cosas que Shyam NO podía hacer, ¿para qué explicarlas? A aquel niño no le estaba permitido hacer o comer prácticamente nada. Solo tenía permiso para estar listo a las ocho en punto, hora a la que vendrían a recogerlo, no sabíamos si para llevarlo de nuevo a prisión. Shyam se limitó a decir: "Gustar, gracias, volver tarde". Y sus padres se hincharon a darle besos y besos con tanto sentimiento, que empecé a creer que en realidad no íbamos a hacer un periódico, sino partir a la guerra. Creo que a todos nos dio un poco de pena Shyam, con unos padres tan empalagosos, pero él nos dijo: "Querer mucho, ser mejor tener que no tener". Se refería a sus padres adoptivos y por primera vez pasó por mi cabeza la idea de lo que ocurriría si yo no tuviera padres... y en el estómago se me hizo un agujero tan grande, que para rellenarlo propuse que merendáramos antes de empezar la reunión. La propuesta causó verdadero entusiasmo. Nos comimos y bebimos todo, incluidos un montón de dulces que María había traído ¡para repartir! Estaba claro que ser colegas del periódico era un vínculo muy fuerte. La merienda estuvo amenizada por un montón de conversaciones cruzadas y muy animadas, aunque mejor no las cuento, porque ¿qué interés pueden tener, por ejemplo, la sofocada discusión entre Abdul y Ricardo sobre si era bueno o no comer cerdo, o las bobadas de Pablo para enfadar a María y Yolanda con tonterías como que "las niñas sois tontas de atar y no tenéis remedio"? Sé que son tonterías, pero la verdad es que entre una cosa y otra, yo me lo estaba pasando bien. Tan bien, que por poco se me olvida el motivo del encuentro: el periódico. Pasamos a mi habitación para empezar la reunión. ¡Y vaya! Otro nuevo motivo de distracción. Nada más entrar, después de enterarse de que esa habitación era para mí solo, se pusieron a discutir todos a la vez. Así que la tarde estaba llena de sorpresas para mí, porque yo ¡tampoco nunca en mi vida había pensado en mi habitación! Por primera vez descubría que las habitaciones no eran todas iguales y que la mía les parecía particularmente distinta. Por lo visto, era inmensa y estaba llena de cosas estupendas. Según Abdul "es tan enorme, que cabe toda mi casa dentro y en mi casa somos cinco". Menos mal que Shyam dijo "yo igual que Alejandro", porque empezaba a sentirme culpable de no sé qué delito y estaba a punto de invitar a todos a compartir conmigo la habitación para el resto de nuestros días. Y una cosa es ser colegas periodistas y otra vivir eternamente juntos. —¿Empezamos o no ya de una vez? —grité por encima de sus gritos. Y, sorprendentemente, todos se callaron y, como avergonzándose, se sentaron en corro sobre la alfombra, cada uno con su cuaderno y su bolígrafo en la mano. Debía de ser grande la habitación, porque cabía toda la redacción de un periódico. Saqué mi bloc de notas y dije: —Queridos redactores, lo primero que tenemos que decidir es qué nombre vamos a poner al periódico. Yo he pensado...

14


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.
Siete reporteros y un periódico by juan albornoz - Issuu