Pequeño cerdo capitalista sofia macias

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lo sea, si no, cada vez que lo renueves te pedirán los mismos requisitos de la primera vez y el precio también sube. Estos seguros pueden ser también un plan de emergencia si te quedaste sin el seguro de la empresa (aunque idealmente deberías tener el tuyo de inicio), para conservar la protección si pasas por un momento de escasez o incluso si estás ahorrando para una determinada meta y lo combinas con inversiones en fondos, inmobiliarias, etcétera. Ordinario de vida. O “vitalicio” para los cuates, porque dura toda la vida del asegurado. Si éste cumple los 99 años y “no ha pasado a mejor vida”, pasa a cobrar su cheque con toda la suma asegurada. Ya que esa edad es considerada “muerte técnica” para los aseguradores. Obviamente está condicionado a que pagues puntual la prima anual durante el tiempo del seguro. Es más caro que el temporal porque es protección, pero también tiene este aspecto de “ahorro”, aunque para mí a esa edad ya me parece que es herencia. Dotales. Es un seguro que si al llegar el plazo contratado sigues vivo, te entregan la suma asegurada; si no, se la dan a tus beneficiarios. El plazo puede ser 10, 15, 18, 20 y 25 años, o edad alcanzada de 60 o 65. Puede ser para metas específicas como el retiro —en ese caso las primas son deducibles de impuesto, puedes verlas en el capítulo 7— la educación de los hijos o incluso “El viaje de tu vida”. Muchos prefieren dotales sobre otros productos para formar su patrimonio porque se les da la disciplina del ahorro. Francamente si ya la tienes y además le agarraste la onda a las inversiones, con lo mismo que pagarías de primas puedes obtener mejores rendimientos en un buen fondo de inversión, que lo que te dará el seguro. Ya para protección sólo compras uno temporal.

¿De qué depende el precio? La prima que pagas se determina por: Las tablas estadísticas de mortalidad (o sea entre más joven más barato). Condiciones de salud. Si eres o no fumador. Esto impacta en cómo te calculan la edad. Si no fumas te quitan dos años y sale más barato. Género. Como muchas en la vida real, en los seguros de vida las mujeres “se quitan la edad”: las aseguradoras le restan tres años a la edad real que tenemos. La mala noticia es que en gastos médicos esto es al revés: nos cobran más caro, porque somos más riesgosas, sobre todo si estás en “edad reproductiva”. El monto que quieres que se le entregue a tus beneficiarios, que es la famosa suma asegurada. Las coberturas adicionales que tenga el seguro como por ejemplo invalidez. ¿Y si no tengo dependientes económicos? Piensa en el seguro de invalidez. Puede que no tengas ni esposo o esposa, ni pareja ni hijos ni padres que mantener ni hermanos chicos que ayudes, pero hay alguien que depende de ti económicamente: tú mismo. Si por motivos de salud o incapacidad ya no pudieras trabajar, ¿cómo solventarías tus gastos? La pregunta del millón para los que aún nos creemos jóvenes y bellos y hasta la muerte nos da risa,


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