La Voz de la Esfinge - número 05

Page 48

Quezada

FAVOR DE NO BORRAR

La parodia del libro es exacta: para jugar lotería se necesita un administrador (escritor) sólo él tiene en sus manos la totalidad de las barajas jugadores (lectores) les corresponde tan solo la posesión de la carta, geografía limitada de la que van adueñándose conforme se nombra a las partes. En la libertad innata del juego, la mano reinventa todas las combinaciones posibles: hace surgir ante la vista de los jugadores la oscuridad de la araña, seguida por el de una estrella deslumbrante que se sostiene luminosa en la esquina de la carta. Cercana al azar, la escritura propone sus infinitas combinatorias para barajar las posibilidades de una nueva realidad. No duda en el uso de la adivinanza como recurso descriptivo, ni desdeña al fragmento poético para ampliar la visión que de alguna carta de la baraja pudiéramos tener. Al simulacro del juego se suma el entretejimiento de la añoranza. Alejandro Silva Márquez nos adelanta en la contraportada, que en el libro «anida la nostalgia». Nos esclarece que esa memoria vivificará las páginas. La atmósfera de fiesta es innegable; no conforme con hacernos respirar la policromía de las ferias, el autor convida a muchos de

48

~ La Voz de la Esfinge

sus amigos a través de las dedicatorias. Quizá por ello no nos amargan los rostros imperturbables de los solterones de pueblo, y nos divierten tanto los gritos de ingenio en la voz de los vendedores callejeros. El conjunto de luces me recordó a Arreola, con su novela mosaico y el tratamiento de sus personajes me trajo la finura de Julio Torri. La narrativa de Miguel García Ascencio es de esa estirpe de cultivadores del giro sintáctico, de los autores que tiñen los renglones con la reflexión universal de lo humano. El libro termina con el aviso de que faltaban nueve cartas antes de que alguien diera su juego por bueno. Favor de no borrar, le digo al narrador, necesito repasar las páginas para darme cuenta si efectivamente no ha salido la botella, porque bien quisiera yo brindar por la salud de este nuevo libro.

La cercanía

POESÍA LA CERCANÍA LUIS VICENTE DE AGUINAGA FILODECABALLOS GUADALAJARA, MÉXICO, 2000. FELIPE PONCE A partir de Noctambulario (Guadalajara, 1989) —un cuadernillo de 36 páginas y tiro de 150 ejemplares—, llegaron a las librerías de la ciudad tres títulos de Luis Vicente de Aguinaga: Nombre (1990), publicado en Zacatecas, Piedras hundidas en la piedra (Fondo Editorial Tierra Adentro, 1992) y El agua circular, el fuego (UNAM, 1995); tres libros que no pasaron desapercibidos y que provocaron favorables comentarios en revistas como Vuelta, en donde se calificaba a De Aguinaga como «un poeta que rechazaba ser un elemento más en el paisaje» (número 195, página 66, febrero de 1993). Hasta hace poco, a finales de 2000, después de casi doce años, De Aguinaga se reconcilió por fin con las prensas tapatías con la publicación de La cercanía, volumen inaugural de Filo de caballos, la prometedora editorial que dirige León Plascencia Ñol, hecho que confirma los pronósticos sobre su obra y también le concede un mejor lugar en

1.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.