empresas como agentes primeros y principales del desarrollo. Los consumidores y usuarios, del lado de la demanda. Y del lado de la oferta (“supply-side”) los productores: ahorristas e inversionistas (capitalistas) y trabajadores, coordinados por las firmas privadas. Si las condiciones en que los actores individuales se desenvuelven son flexibles, y permiten las adaptaciones inmediatas a los cambios contextuales en los mercados de bienes finales y de factores, habrá inversiones, crecimiento y riqueza en el país. No de lo contrario. El desarrollo de las naciones es primeramente suma y producto del desarrollo de sus individuos, familias y empresas; no a la inversa. Pasa por recuperar el derecho a contratar bajo leyes comunes para todos, y el rol de los jueces ordinarios. Los Gobiernos que no se creen intelectual y/o moralmente superiores respetan los arreglos contractuales. Sus leyes no discriminan, siendo primordialmente negativas: sólo para prohibir agresiones, robos y estafas. Y los jueces ordinarios respetan y hacen respetar tanto la Ley común como la voluntad de las partes, salvo las reglas de orden público, pocas y muy excepcionales.
Deflación, y aprender a no temerla La inflación es una de las peores consecuencias de las leyes malas. El economista austriano Jorg-Güido Hülsmann nos explica cómo la inflación financia a las seudo-elites a expensas de nuestro sudor: trabajo, esfuerzos e inventiva. 1) Se nos dice que la cantidad de billetes y el nivel de precios son irrelevantes, y se puede trabajar 248