Tte. Cnel. (R ) Néstor Rosadilla
EL DUENDE Una noche en mi habitación me encontraba inmerso en mis pensamientos y crece en mí el impulso de crear un personaje que sería mi compañero durante aquel tiempo. Siempre he sido afecto a escribir, en esa oportunidad no se si fue inspiración o necesidad, pero realmente sentí que debía darle vida a ese personaje, que hoy por primera vez, aparte de mi familia doy a conocer aquí porque a él obedece el nombre de este libro y él me ayudó a sobrellevar aquel tiempo de la mejor forma. Entonces surge la primer historia sobre éste, mi amigo y decía:
El Duende de las nieves anda en las noches, montado en un “Petrel”. Tiene una barba blanca y un gorro de lana azul con una estrella en la punta. En las noches de ventisca se deja llevar por el viento, y su pájaro abre las inmensas alas para planear a gusto, mientras él ríe y disfruta de esos paseos sobre las alturas. A veces cuando no hay viento, suele andar caminando, muy pequeño en su estatura con las manos en los bolsillos de sus grandes pantalones, afirmándose en sus botas de piel para poder avanzar en la gruesa capa de nieve. Suele en las noches venir a visitarme. Hablamos de muchas cosas, él me enseña cosas de la Antártida y a su vez le cuento cosas que se. Ayer al salir del comedor lo encontré. Estaba con cara triste, sentado sobre un pequeño montículo de nieve. Al verlo así lo invité a venir conmigo a mi habitación. ¡ Hola amigo!, ¿cómo estás?, ¿qué sucede que hoy no te veo volar airoso en tu Petrel y reír en el viento?, pasemos y hablemos “Antarquito” (que es su nombre).
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Dotación 1990