¯ ¿A usted la parieron bien? ¯ ¿Cómo así? Pues, yo nací por cesárea. ¯ Entonces usted es mal parida -risas burlescas- mi mamá sí supo cómo era. ¯ ¿A qué se refiere? ¯ Es que, una mujer que no tiene parto normal no sabe que es ser madre porque no siente el dolor del parto.
La voz de mi madre, nací por cesárea.
Nunca lo olvidé y siempre recuerdo ese día con dolor, no por mí ni por lo que me decía… sino por él y por su pensamiento. Imaginar cuantas personas podían pensar así, eso era lo que me dolía, lo que me preocupaba y me preocupa. ¿Parto normal? Me pregunté. No existe una forma correcta de parir y me cuestiona el hecho de que las exigencias a la mujer no tienen límites porque hasta el parto tiene un estereotipo y constituye un factor de discriminación. Muchas mujeres, que paren por cesárea, son señaladas, reciben comentarios de terceros frente a cómo fue su parto, cómo fue su experiencia, cómo funciona su cuerpo y cómo debería funcionar. Debido a esto algunas madres sufren afecciones psicológicas y emocionales y lo más preocupante es que deben guardar silencio porque tal como lo plantean algunos comentarios: “ella lo quiso tener, ahora debe aguantar”. Como he venido diciendo, parir por cesárea trae consigo distintas complicaciones y en muchas ocasiones, antes de ser escuchadas o comprendidas, estas madres son juzgadas y maltratadas. Doris Muñoz, mi madre, nos parió a mí y a mis tres hermanos por cesárea. “Yo tuve cuatro hijos y esos cuatro hijos fueron por cesárea, porque el primero no nació normal, porque no dilaté lo que es, entonces por eso tuvieron que hacer cesárea porque el niño ya se había hecho popó en el vientre, entonces era peligroso que él perdiera ese líquido, por eso tuvieron que hacer la cesárea
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