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Sor Isabel de Villena: Vita Christi

Elionor Manuel de Villena conocida como la hermana Isabel de Villena, fue una religiosa, poetisa y prosista española, considerada la primera escritora conocida en valenciano. Su obra Vita Christi, la única que se ha conservado, está enmarcada en el proto feminismo español del siglo xv. Durante su vida religiosa se rodeó de un nutrido grupo de escritores que la respetaron especialmente por su altura intelectual y que consideraron su obra como indispensable en el Siglo de Oro valenciano. Nacida Elionor Manuel de Villena probablemente en 1430 en Valencia, era hija ilegítima de Enrique de Villena, marqués de Villena, y una mujer desconocida. Su padre era un poeta perteneciente a la alta nobleza y estaba emparentado con las casas reales de Castilla y Aragón. Al quedar huérfana a los cuatro años, María de Castilla, la reina de Aragón, que no tenía descen- dencia, se hizo cargo de ella1 y la instruyó como si se tratara de una princesa a pesar de su condición de bastarda. Vivió desde pequeña en la corte de Alfonso V, conocido como «el Magnánimo», y se educó en los ambientes aventureros y abiertos que la rodearon. Recluida como monja clarisa, continuó su estrecha relación con la reina María, quien, en la construcción del cenobio había previsto un espacio privado dentro del convento para pasar sus horas de retiro como una religiosa más. Fue nombrada abadesa en 1463, una responsabilidad que tuvo hasta su muerte, acaecida a causa de la epidemia de peste que asoló Valencia en 1490. En todo caso, su dedicación a las letras no era muy frecuente en su época y sin duda se ha de enmarcar en el esplendor cultural de la Valencia del siglo xv. Se cree también que Isabel tuvo ocasión de compartir sus ideas literarias con Jaume www.bancodealimentosvalencia.com

Roig, que entonces ejercía de médico del mismo convento, y algunos estudiosos han querido ver en la Vita Christi una respuesta a la misoginia del autor de Espill o Llibre de les dones (El espejo o Libro de las mujeres). Vita Christi es una narración sobre la vida de Jesucristo escrita con el propósito de ilustrar a las monjas de su convento. Su originalidad estriba en el hecho de que la autora es capaz de llenarla con su prodigiosa imaginación y su punto de vista femenino. Así, la que tenía que ser la vida de Cristo narra como referencia la vida de la Virgen María: el libro empieza y acaba con el nacimiento de la Virgen y su asunción al cielo. La Vita Christi nace como un libro de doctrina y se convierte en una de las piezas importantes de la literatura en valenciano y universal del siglo xv, dentro de lo que se llama como el Siglo de Oro valenciano Una gran figura y una gran obra.

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Los días 14 y 15 de marzo por la noche son los días de la plantà, el acto de erigir los monumentos falleros, más conocidos por el nombre genérico de fallas. El día 15 por la mañana, se realiza la de los monumentos de la categoría infantil y entre el 15 y la madrugada del 16 los monumentos grandes, siempre debiendo estar plantada a las 08:00 de la mañana del día 16, momento en que se presentará el jurado para calificarlas.

Tradicionalmente este acto se realizaba en un solo día; este hecho aumentaba la competitividad de las comisiones así como

Fallas:

acrecentaba la emoción, ya que el monumento, de no estar totalmente acabado, era descalificado. Actualmente, en muchas localidades la fecha de la plantà varía, siendo desde el día 14 al 16, incluso en otras fechas, ya que sus semanas falleras no coinciden con las oficiales de Valencia. El modo de elevar la parte principal del monumento, se realizaba por medio de una colla de personas pertenecientes a la falla. La cual se erigía de una vez, denominándose plantà al tombe.

Actualmente algunas comisiones queriendo desmarcarse un poco de la competitividad están inten- tando retornar a sus orígenes realizando la plantà en su antigua modalidad. Desde los años 90 y debido a la envergadura de los monumentos de la sección especial, la plantà de estos puede comenzar el 10 de marzo.

Cada día con la despertà, los falleros despiertan al resto de vecinos tirando al suelo unos petardos conocidos como "tro de bac", los cuales explotan al golpear el suelo, o masclets (petardos de mecha de gran impacto).

En este día todas las comisiones falleras acuden al lugar donde han sido citadas para recibir el premio que les ha sido otorgado. Estos cuelgan el premio otorgado en el recinto de su falla para que el resto de gente que no son falleros puedan verlos.

La ofrenda a la Virgen de los Desamparados, o, conocida cariñosamente como "La Geperudeta" (La Jorobadita, en castellano), patrona de la ciudad de Valencia y de la Comunidad Valenciana. La ofrenda se realiza a lo largo de la tarde y comienzo de la noche de los días 17 y 18 de marzo. En un principio se realizaba únicamente durante el día 18, pero debido al gran número de comisiones falleras se amplió a dos días, adelantándose ésta al día anterior. En ella, cada fallera ofrece un ramo de flores con el que se confecciona un espectacular tapiz de flores a modo de manto que cubre el cuerpo de la Virgen, cuya estructura de madera permite ir entrelazando los ramos para formar impresionantes diseños. Esto, sumado a los 14 metros de altura de la Virgen, dotan a la ofrenda de una gran vistosidad. El manto se desmonta 3-4 días después del 19 de marzo. La fallera mayor de Valencia después de haber presidido la ofrenda de flores clausurará el acto siendo la última en desfilar ante la Virgen.

Durante las fiestas falleras, del 15 al 19 de marzo, el Ayuntamiento programa un Castillo de Fuegos artificiales cada noche, que se dispara, dependiendo del día, entre las 00:00 y la 1:30 en la zona de la Alameda junto al antiguo cauce del río Turia. El más importante y espectacular de los castillos es el conocido como "La Nit del Foc" (Noche del Fuego) que se dispara la noche del 18 al 19 de marzo, y durante más de 20 minutos, miles de kilogramos de pólvora (2450 kg, año 2015) iluminan el cielo de Valencia, llegando a congregarse más de un millón de personas para presenciarlo.

Música, fuego, pólvora, flores, cartón piedra, madera, indumentaria … todo para hacer de las fiestas falleras el evento más grande del mundo. Por eso es bien inmaterial por la UNESCO.

La indumentaria tradicional de la Comunidad Valenciana varía según la zona y la ciudad. El traje tradicional de mujer valenciana, el mal denominado traje de fallera, pues en realidad ya se vestía antes de aparecer las fallas como fiesta, tiene una larga tradición en la historia. Apareció en el siglo XVIII y empezó siendo un traje de trabajo de las labradoras valencianas, pero con el paso del tiempo se fue transformando, y derivó a una indumentaria más elegante que se usaba en ocasiones especiales. En definitiva, el traje de fallera actual es el traje de fiesta que usaban las valencianas siglos atrás. Entre sus variantes encontramos el traje del siglo XVIII, más afrancesado; los de coteta, o justillo; y el surgido en el siglo XIX, denominado de farolet por sus mangas con forma de farol. En el pelo, la mujer puede llevar un moño o tres (Tres moños en el caso del siglo XIX). En la parte trasera de la cabeza se lleva uno más grande, mientras que en la sién se llevan dos más pequeños, los "rodetes". Los moños se cogen con agujas pasaderas y se adornan con las peinetas, la pinta para el moño trasero y los rascamonyos para los rodetes. Mientras que la vestimenta tradicional masculina es el traje de saragüell, el cual aparece bajo la denominación sarawil en textos musulmanes andalusíes del siglo X. Este vestido se coloca directamente sobre el cuerpo y sobre él se puede colocar o no otras prendas. El tejido de esta vestimenta es el lienzo para los días de trabajo, y en los festivos se cubre con un segundo calzón de lana o seda, conocido como negrilla. Otra de las vestimentas masculinas tradicionales es el traje de torrentí, el cual se caracteriza por tener un pantalón más ceñido a la pierna y un chopetí, una especie de chaleco y/o chaquetilla. En la cabeza, el hombre suele llevar un mocador (pañuelo), una cófia o un casquete, estos últimos hechos de ganchillo, los cuales se complementan con diferentes gorros y sombreros, como la rodina, el cossiol o la montera.

Vicente estaba muy angustiado porque la Iglesia Católica estaba dividida entre dos Papas y había muchísima desunión. De tanto afán se enfermó y estuvo a punto de morir. Pero una noche se le apareció Nuestro Señor Jesucristo, acompañado de San Francisco y Santo Domingo de Guzmán y le dio la orden de dedicarse a predicar por ciudades, pueblos, campos y países. Y Vicente recuperó inmediatamente su salud En adelante por 30 años, Vicente recorre el norte de España, y el sur de Francia, el norte de Italia, y el país de Suiza, predicando incansablemente, con enormes frutos espirituales.

San Vicente Ferrer: siempre en lengua valenciana

Se hizo religioso en la Comunidad de los Padres Dominicos y, por su gran inteligencia, a los 21 años ya era profesor de filosofía en la universidad. Durante su juventud el demonio lo asaltó con violentas tentaciones y, además, como era extraordinariamente bien parecido, varias mujeres de dudosa conducta se enamoraron de él y como no les hizo caso a sus zalamerías, le inventaron terribles calumnias contra su buena fama. Todo esto lo fue haciendo fuerte para soportar las pruebas que le iban a llegar después. Siendo un simple diácono lo enviaron a predicar a Barcelona. La ciudad estaba pasando por un período de hambre y los barcos portadores de alimentos no llegaban. Entonces Vicente en un sermón anunció una tarde que esa misma noche llegarían los barcos con los alimentos tan deseados. Al volver a su convento, el superior lo regañó por dedicarse a hacer profecías de cosas que él no podía estar seguro de que iban a suceder. Pero esa noche llegaron los barcos, y al día siguiente el pueblo se dirigió hacia el convento a aclamar a Vicente, el predicador. Los superiores tuvieron que trasladarlo a otra ciudad para evitar desórdenes.

Los primeros convertidos fueron judíos y moros. Dicen que convirtió más de 10,000 judíos y otros tantos musulmanes o moros en España. Y esto es admirable porque no hay gente más difícil de convertirse al catolicismo que un judío o un musulmán. Sus sermones duraban casi siempre más de dos horas (un sermón suyo de las Siete Palabras en un Viernes Santo duró seis horas), pero los oyentes no se cansaban ni se aburrían porque sabía hablar con tal emoción y de temas tan propios para esas gentes, y con frases tan propias de la S. Biblia, que a cada uno le parecía que el sermón había sido compuesto para él mismo en persona. el tema en que más insistía este santo predicador era el Juicio de Dios que espera a todo pecador. La gente lo llamaba "El ángel del Apocalipsis", porque continuamente recordaba a las gentes lo que el libro del Apocalipsis enseña acerca del Juicio Final que nos espera a todos. El repetía sin cansarse aquel aviso de Jesús: "He aquí que vengo, y traigo conmigo mi salario. Y le daré a cada uno según hayan sido sus obras" (Apocalipsis 22,12). Su predicación la hizo siempre en lengua valenciana ya que poseía el don de lenguas. Hizo muchos milagros en vida, siendo un gran santo valenciano.

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