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REPORTE
EDITOR: Diego Salazar COEDITOR: Juan Martínez TÉCNICA CUESTIONADA El entonces Presidente otorgó miles de permisos para la extracción de hidrocarburos a través de la cuestionada técnica de fractura hidráulica, conocida como fracking.
Sin importar las repercusiones ambientales Fracking, la herencia maldita del gobierno de Felipe Calderón
<<J. Jesús Lemus
Ala cauda de corrupción, violencia y problemas sociales que la administración del presidente Felipe Calderón dejó a los mexicanos, se suma también la devastación del territorio, expuesto no solo en la entrega de miles de concesiones a la industria minera, sino de permisos para la extracción de hidrocarburos a través de la cuestionada técnica de fractura hidráulica, conocida como fracking.
De todas las administraciones pasadas fue la de Felipe Calderón la que se distingue por la mayor cantidad de permisos para la explotación del subsuelo nacional otorgados al sector energético trasnacional, sin importar las repercusiones sociales y ambientales que al día de hoy se siguen, y que se mantendrán vigentes por lo menos durante los próximos 50 años.
Según los datos expuestos públicamente por la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) de la Secretaría de Energía (Sener) del gobierno federal, al día de hoy existen en todo el territorio nacional 2 mil 482 pozos petroleros explotados bajo la técnica del fracking, a los que se suman otros 136 pozos que se ubican en el lecho marino del Golfo de México.
De todos estos, el 73 por ciento (unos mil 911 pozos) se han entregado en concesión a empresas trasnacionales, dejando a la paraestatal Pemex solo la explotación de 707 pozos. Las empresas más beneficiadas con la entrega de concesiones petroleras durante la administración del presidente Felipe Calderón, que siguen operando al día de hoy, son principalmente trasnacionales de Irak, Venezuela, Kuwait y Arabia Saudita.
Bajo las inmejorables condiciones de inversión ofrecidas por el gobierno de Felipe Calderón, a fin de sostener la meta de crecimiento

De nada han valido las protestas de ciudadanos afectados
económico establecida en el 2.5 por ciento anual, otras 113 trasnacionales petroleras provenientes de Estados Unidos, Colombia, Canadá, Reino Unido, España, Holanda, Malasia, Argentina, China, Australia, Rusia, India, Tailandia, Noruega, Alemania, Italia, Portugal, Francia, Chile, Uruguay, Japón, Egipto y Catar, siguen explotado el petróleo y gas natural de los mexicanos.
Estas empresas trasnacionales, prácticamente se han convertido en dueñas absolutas de una extensión de tierra de por lo menos 5 mil hectáreas de suelo, pero que por debajo se extienden a más de 54 mil hectáreas de subsuelo hacia donde se expanden las bolsas de gas y petróleo, principalmente en los estados de Tamaulipas, Puebla, Veracruz, Campeche y Tabasco.
Para dimensionar el tamaño del arrebato del suelo que se hizo durante el gobierno de Felipe Calderón, solo basta señalar lo que reconoce la Comisión Nacional de Hidrocarburos, la que en sus datos abiertos refiere que el 52 por ciento de concesiones para explotación mediante el fracking (1 mil 361 pozos) se hicieron durante el gobierno de Calderón.
Por su parte, durante el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, fueron concesionados el 45 por ciento (1 mil 178 pozos) para la extracción de hidrocarburos mediante el uso de fracking, mientras que en la administración de presidente Vicente Fox Quesada fueron entregados solo un 3 por ciento (78 pozos) de los que actualmente se encuentran en operación.
EXPLOTACIÓN SIN CONSULTA Si ya la entrega desmedida de permisos a empresas extranjeras para la explotación de la riqueza energética del país, es cuestionable, lo es más la forma en que la administración de Felipe Calderón permitió la operación de mil 361 pozos mediante la técnica de fracking, donde no se tomó en cuenta –porque nunca hubo consultas de por medio– a la población dueña del territorio enajenado.
Así, por ejemplo, empresas como Atlantic Rim, California Resources, Cheiron Holdings Limited, Cobalt International Energy, y E&P Hidrocarburos y Servicios, literalmente invadieron la llamada Cuenca de Burgos, en el norte de país, con la autorización oficial, igual que lo hicieron en menor medida las empresas Consorcio Manufacturero Mexicano, Dea Deutsche Erdoel, Galp Energía, Grupo Vordacab, Hunt Overseas Oil Company, Repsol Exploración México y Qatar Petroleum.
A la fecha en la Cuenca de Burgos, concretamente en el municipio de China, Nuevo León, se mantiene un grave conflicto social por el desplazamiento al que ha obligado a decenas de familias la operación de las empresas Nuvoil, Renaissance Oil, Sierra Oil, Diarqco, Cotemar y Petrobal, que sin permiso de los pobladores ya iniciaron trabajos de extracción de petróleo y gas mediante la técnica de fracking.
El conflicto que se mantiene en el municipio de China, Nuevo León, aparejado de la devastación del subsuelo que genera la fractura hidráulica, tiene que ver con el consumo de las reservas de agua, pues la extracción de gas natural y petróleo ha costado a los habitantes el arrebato de casi 753 mil metros cúbicos de agua al año.
El desabasto de agua que se vive en China, Nuevo León, a causa de la extracción de hidrocarburos mediante la técnica de fracking, se suma al arrebato que padecen los ms de 10 mil 864 habitantes de esta localidad, de los que el 13.9 por ciento no cuenta ya con agua en sus domicilio, porque 510 millones de metros cúbicos de agua están siendo destinado al suministro de la población de Monterrey.
Y es que, de acuerdo a organizaciones como la del Movimiento Nacional contra el Fracking, para lograr la operación de cada uno de los pozos bajo esta técnica cuestionada, se requiere de entre 200 a Mil 100 metros cúbicos de agua por año, a fin de alcanzar los niveles promedio de obtención de gas natural que oscilan entre los 250 y los 300 metros cúbicos por año.
Dentro de la herencia maldita que legó a los mexicanos el gobierno del presidente Felipe Calderón, con la entrega de concesiones y permiso para el uso del fracking, hay otra vertiente, más allá de la destrucción del suelo y el agotamiento del agua, que mantiene en una preocupación constante a los grupos defensores del medio ambiente: el aumento de los sismos en las zonas de perforación. ▪

Avaló el 52% de concesiones para el fracking