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con las almas

Los diccionarios académicos explican que el término ‘médium’ proviene del idioma latín y significa “medio”, es decir “algo que puede servir para alcanzar un determinado fin”.

Señalan que con esta palabra se designa a aquella persona a la que se considera dotada de facultades paranormales que le permiten actuar de mediadora en la consecución de fenómenos parapsicológicos o de hipotéticas comunicaciones con los espíritus, seres inmateriales y dotados de razón.

Mikel Lizarralde (Guipúzcoa, España) es una de estas personas. Es uno de los profesionales más reconocidos en el mundo de habla castellana dentro de la especialidad mediúmnica, algunas de cuyas facetas han sido reflejadas en infinidad de libros y películas con referencias sobrenaturales.

El sorprendente recorrido vital de Lizarralde (www.mikellizarralde.com/es), entre dos mundos, el físico y el etéreo, que describe en su libro ‘Diario de un médium’ también podría ser el argumento de un filme u obra escrita relacionados con los fenómenos paranormales.

Su historia es la de alguien que “siguió las señales que había recibido para vivir su sueño”, canalizar su don y llegar a ser “un intermediario, alguien que puede comunicarse con quienes han fallecido” físicamente, pasando de ser un aprendiz de médium a convertirse en uno de los más reconocidos del mundo.

Lizarralde, graduado en Psicología y director del Instituto Izarpe de disciplinas holísticas (www. izarpe.org), supo desde niño que tenía la capacidad de ver y sentir espíritus, así como de predecir acontecimientos futuros.

En 2003, siguiendo una serie

“LOS ESPÍRITUS NO PUEDEN DESCANSAR SI HAY SECRETOS”

Muchas comunicaciones, como la de un padre fallecido que reveló a su hija la existencia de “otra familia en la sombra” y una valiosa herencia que ella desconocía, “nos muestran que los espíritus no pueden descansar de la misma manera si hay secretos, y que necesitan que se haga justicia”, según el médium.

de “señales que había recibido” y que le indicaban cuál sería su destino, viajó a Montreal (Canadá) para desarrollar su don y formarse en el campo de la comunicación con “el más allá”, al lado de Marilyn Rossner, la médium más famosa del mundo y su mayor prescriptora.

Cuando se conocieron, Marilyn le dijo: “Te estaba esperando. Sabía que un día vendrías”. En Montreal, un lugar al que sintió que pertenecía, Mikel aprendió con Rossner y su equipo, a confiar en su energía, canalizar su potencial y “abrazar la misión de su vida: ayudar a las personas transmitiéndoles los mensajes de los espíritus”, según explica a EFE.

Los Poderes De Un M Dium

“Desde niño fui consciente de mis capacidades espirituales y de que tenía una sensibilidad muy a flor de piel para muchas cosas, y al hacerme mayor me di cuenta de que aquello no era algo general en todas las personas, como yo pensaba”, puntualiza.

Su periodo de formación con Rossner, en la sede de su organización, la SSF (http://iiihs.org/SSF_1. html) despertó grandes aprendizajes en su vida. “Aquella estancia de dos años y medio en Canadá, moldeó mis dones y mi percepción como médium, estableció las bases de quién soy ahora como sensitivo, y en gran manera también como persona”, recuerda.

“Un médium es un intermediario, alguien que camina entre los dos mundos, tiene la capacidad de ver, sentir y percibir a los que ya no viven aquí entre nosotros y están en el Más allá”, describe Lizarralde.

“A veces el fallecido nos hace llegar un mensaje de amor y ayuda. Y no creo que exista nada que pueda ayudar tanto a sanar los corazones y a eliminar el miedo a la muerte como este contacto con el llamado ‘Más allá’”, declara.

El médium es capaz de ofrecer evidencias verificables e inequívocas sobre el difunto (causa de su muerte, aspecto físico, relación con la persona viva que hace la consulta, aficiones, cos- tumbres, personalidad, carácter) y describir con precisión cosas que el difunto decía o hacía o los objetos personales o lugares que frecuentaba, según este experto.

En resumidas cuentas, “el médium se comunica con los muertos, aunque en realidad puede afirmarse que esas personas no están muertas, porque al morir uno pierde su carcasa física y aspecto exterior, pero no pierde su esencia ni identidad. Seguimos viviendo después del cambio que llamamos muerte”, reflexiona.

“Es algo similar a cuando uno deja su coche aparcado y prosigue su viaje a pie. El conductor sigue siendo el mismo, e incluso quizá sea más verdadero, ahora que camina”, según Lizarralde.

Señala que ha vivido muchísimas experiencias que han cambiado la percepción de su vida y de su trabajo, algunas de ellas “en carne viva, a raíz de fallecimientos en su entorno cercano.

Revelaciones Sorprendentes

“A menudo los espíritus revelan informaciones sorprendentes, por ejemplo, anunciando cosas que parecía imposible que le ocurrieran a la persona, como cambios de casa o trabajo o embarazos; o revelando secretos familiares que ayudaron a solucionar problemas y a sanar, como hijos ilegítimos, irregularidades o cambios no autorizados en testamentos o falsificaciones”, explica.

Una de las experiencias mediúmnicas que más recuerda es la de una mujer cuyo padre había muerto hacía poco y ella deseaba saber cómo se encontraba.

Mikel se comunicó con el padre de María, dando todo tipo de detalles que indicaban sin lugar a dudas que había contactado con el difunto.

Después el médium expresó algunas revelaciones que el padre necesitaba trasmitirle a su hija, “para poder descansar tranquilo” y que se “hiciera justicia respecto de una situación familiar”, según le reveló el espíritu.

Durante la sesión mediúmnica ofreció a su hija pautas para solucionar los problemas laborales que ella estaba atravesando.

También le confesó que durante los últimos 20 años había tenido otra mujer con la que tuvo tres hijos y le desveló que en la localidad donde estaba esa segunda familia había comprado tierras valiosas, de las que María y su hermana (hijas de la primera madre) eran copropietarias legítimas.

Mikel destaca que, durante las sesiones, su experiencia es siempre la de observar cómo alguien que está sufriendo por la pérdida de un ser querido, apacigua su corazón y mejora su vida, gracias a su trabajo mediúmnico. Es “algo que no tiene precio”, enfatiza. <<

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