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PROVERBIOS JAPONESES

Aprendiendo sobre el pasado se aprende lo nuevo.

Aunque se necesite la espada una sola vez en la vida, siempre es necesaria llevarla consigo.

Cerciórate siete veces antes de dudar de una persona.

Con leña prometida no se calienta la casa.

Cuando dibujas una rama, debes escuchar el suspiro del aire.

Dar a luz a un bebé es más fácil que preocuparse por ello.

De la estantería cayó el botamochi (especie de judía roja muy apreciada en Japón).

El clavo que sobresale recibirá el martillazo.

El mar es grande porque no desprecia los riachuelos.

El pez que se escapa siempre, parece el más grande.

El tiempo que pasa uno riendo, es tiempo que pasa con los dioses.

El viaje más largo comienza con un primer paso.

En el camino deja que los tontos y los locos pasen primero.

Es mejor dango (lo bueno) que hana (lo bonito).

Es mejor no detener a quien quiere irse, ni echar a quien acaba de llegar.

Es mejor ser enemigo de una buena persona, que amigo de una mala.

Estudiando lo pasado, se aprende lo nuevo.

Hasta el camino lejano, empieza con uno cercano.

Hay una puerta por la que pueden entrar la buena o la mala fortuna, pero tú tienes la llave.

La disciplina acabará venciendo a la inteligencia.

La felicidad llega a la casa donde se ríen. La honestidad exagerada limita con la estupidez.

La lluvia solo es un problema si no te quieres mojar.

La mujer puede atravesar la roca si quiere.

La pena, como un vestido desgastado, se tiene que dejar en la casa.

La piedra que rueda no puede hacer un montón. <<

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