ra, instalaciones construidas con un inversión de 5,5 millones de euros, casi 2,5 millones financiado por el estado portugués y fondos comunitarios, el restante con capital propios y préstamos bancarios que el empresario asumió. Lo que les permitirá duplicar en un año las toneladas producidas pasando de 10 a 12 millones de euros facturados, en un modelo de negocio que continua a valorizar la mano de obra especializada. Para José Freitas ”la mayor parte de las fábrica de Europa compran el atún ya limpio a países como Filipinas, donde la mano de obra es mucho más barata y los criterios de producción menos exigentes” explica. En Olhâo manos expertas de mujeres limpian y cortan filetes y colocan manualmente el atún en latas y frascos, lo que garantiza una extrema calidad del producto desde que llega a la fábrica entero y congelado hasta el consumidor final. Este empresario ya en sus comienzos se dio cuenta de que había un productos poco valorizado por los consumidores portugueses, abundante en las Açores y que en España si valoraban; el bonito, y traía para Portugal la caballa poco valorizada por los españoles. Italia con tradición en el consumo de conservas es uno de los principales mercados absorbiendo el 20% de las exportaciones. El mismo porcentaje que representa los mercados africanos que consumen cerca de 10 millones de latas por año, como Mauritania, Argelia, y Marruecos donde los consumos de atún y sardinas con tomate están en crecimiento, Libia por influencia italiana prefiere el aceite. Freitas es un crítico feroz de las políticas europeas por considerar que son responsables de la desaparición de una parte considerable de la industria europea facilitando de forma desordenada la importación de países emergentes sin cuidar las condiciones en las que son hechas los productos, la edad de las personas que los elaboran, la seguridad social y laboral de los trabajadores, provocando una competencia desleal para quien tiene que cumplir.
Noviembre/Diciembre 2013
Entre 2011 y 2012 esta industria registró un crecimiento de 4,3 en volumen y 14,5% en valor, atendiendo a los 185,6 millones de euros de facturación y los 44 millones de toneladas. Del total producido 65% al 70% tiene como destino el mercado externo. “En este momento exportamos para casi todo el mundo; desde Singapur a Perú, Palestina, Israel, Venezuela y los países de la Unión Europea” dice Castro e Melo secretario General de la Asociación de Conservas de Peixe (ANIP). Apenas Brasil con un mercado muy proteccionista, resiste las envestidas de las conservas portuguesas. De las más de 100 fábricas que existían en los años 60, fecha en la que la industria conservera estaba entre las mayores exportaciones nacionales, quedan hoy 21. Pero se produce más, lo que lleva a Castro e Melo a asumir que lo que pasa es que el espacio dejado por las empresas que fueron desapareciendo fue ocupado por las que resistieron y algunas nuevas. En total la industria conservera genera 3.500 puestos de trabajo directos un número que según previsiones, crecerá se presume, según las nuevas inversiones y expectativas de crecimiento para los últimos años. La industria conservera nacional tiene en la sardina, atún, y caballa la principal materia prima. Pero dentro de cada uno de los segmentos se multiplican los sabores; trucha trufada, pulpo, huevas de sardina (caviar portugués). La innovación llegó también a las etiquetas que no a las formatos de las latas que se mantiene inalterado. Son buenos datos pero se podría mejorar, Castro e Melo “Nosotros no exportamos para España pero a nuestro mercado llegan más de 13 mil toneladas de atún en conserva españolas, revela. La entrada se hace mayoritariamente a través de las grandes superficies comercializadas por las marcas blancas e identificado a penas por las letras ES en el fondo de la lata “representan algo más 100 millones de latas el equivalente a 1000 puestos de trabajo “.
Industria Conservera
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