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PUNTAS DE PRESENTE Y CAPAS DE PASADO
grama es el conjunto de las transformaciones del continuo, la apilación de los estratos o la superposición de las capas coexistentes. Así pues, los mapas y diagramas subsisten como partes integrantes del film. Los mapas aparecen primero como descripciones de objetos, lugares y paisajes: series de objetos sirven de testigos en Van Gogh y después en MurieZ y en Man ancle d'Amérique." Pero estos objetos son ante todo funcionales, y en Resnais la función no es el simple uso del objeto, es la función mental o el nivel de pensamiento que le corresponden: «Resnais concibe el cine no como un instrumento de representación de la realidad, sino como el mejor medio para acercarse al funcionamiento psíquíco.»> Van Gogh se proponía ya tratar las cosas pintadas como objetos reales cuyas funciones serían el «mundo interior» del artista. Y lo que vuelve a Nuit el brouillard tan desgarrador es que, a través de las cosas y las víctimas, Resnais logra mostrar no sólo el funcionamiento del campo de concentración, sino también las funciones mentales, frías, diabólicas. casi imposibles de comprender, que presiden su organización. En la Biblioteca nacional, los libros, carretillas, anaqueles. escaleras, ascensores y pasillos constituyen los elementos y niveles de una gigantesca memoria donde los propios hombres ya no son más que funciones mentales, o «mensajeros neurónicos»." En virtud de este funcionalismo, la cartografía es esen'cialmente mental, cerebral, y Resnais siempre dijo que lo que le interesaba era el cerebro, el cerebro como mundo, como memoria, como «memoria del mundo». Resnais accede a un cine, crea un cine que no tiene más que un único personaje. el Pensamiento, de la manera más concreta. En este sentido cada mapa es un continuo mental. es decir, una capa de pasado que pone en correspondencia una distribución de las funciones con una repartición de los objetos. El método cartográfico de Resnais, 33. MARIE-CLAlRE ROPARS~WUIllEUMIER, pág. 69: «No es casual [en Muriel] que todo empiece en primeros planos alternados de objetos coti-
dianos, un picaporte, un hervidor, y termine en un apartamento vacío donde se petrifican unas rosas que de pronto parecen artificiales». Y RoBERT BENAYOUN: «En la apertura de Mon ancle d'Amérique, Resnais hace desfilar un catálogo de objetos testigos en yuxtaposición con paisajes o retratos, sin establecer ninguna prelación entre ellos» (Alain Resnais, ar~ penteur de í'imaginaire, Stock, pág. 185). Véase el capítulo de RENÉ PRÉDAL, «Des objets plus parlants que les étres». 34. YOUSSEF ISHAGHPOUR, D'une image ii í'autre, Médiations, pág. 182. 35. BOUNOURE. pág. 67.
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