Entrevista a Juan Robles Juan, ¿qué otras cualidades hay que tener, además de constancia y trabajo para ser un gran cochero?
Participando en la prueba de manejabilidad en el Campeonato de España de Enganche celebrado en Montenmedio.
Tener mucha afición, ser humilde y querer aprender cada día de muchas personas que siempre pueden aportar algo nuevo. Durante este año tras conseguir importantes éxitos, se ha clasificado para el Campeonato del Mundo celebrado en Holanda. ¿Resúmanos cómo fue su participación en este último concurso y en general, la de los PRE? Los caballos han respondido de forma satisfactoria dado el nivel de dureza del concurso y de las inclemencias meteorológicas. A mí, personalmente, no me ha ido como quisiera, dado que hubo un problema de comunicación con el comité organizador por un cambio de recorrido en la sección A. Por esto llegué al final de esta sección con mucho tiempo perdido y me eliminaron. A pesar de esto, el resto del concurso fue bien. ¿Cuál ha sido, en su vida, el concurso que más ilusión le ha hecho cuando lo ha ganado? El primer Campeonato de España en el año 1983 ¿Por qué? Por ser el concurso de mayor categoría de España. No esperaba conseguirlo llevando tan poco tiempo compitiendo. ¿Y el caballo o los caballos de los que guarda un mejor recuerdo? Apetecido, Fementido, Yecido y Leski del Servicio de Cría Caballar y Remonta (Yeguada Militar), Gaditano y Esclavo de Dña. Blanca Domecq. ¿Hay una edad límite en la que un cochero tiene que dejar de serlo? Aunque los años no pasan en balde y los reflejos no son los mismos, se puede competir hasta edades avanzadas supliendo esto por la experiencia de año tras año en el mundo de la competición. ¿Le gusta la enseñanza, se siente realizado cuando transmite sus conocimientos a otras personas? Sí, me gusta transmitir lo que sé a todos mis alumnos y, además, intento exigirles lo mismo que yo me exijo. A la hora de entrenar un caballo para la montura o para el coche ¿cuál cree que es la diferencia fundamental, si es que la hay? Pienso que hay poca o ninguna. Un caballo debe estar domado y montado antes de dedicarlo a la disciplina que mejor se adapte a él. Díganos los pilares básicos en los que fundamenta el entrenamiento de sus caballos Lo primero y fundamental es no tener prisa y el trabajo diario y metódico. Cada caballo requiere un trabajo distinto. Esto es importante tenerlo en cuenta. Un jinete o cochero debe saber cómo conseguir del caballo lo máximo y que con todos no se puede trabajar de la misma forma. Un caballo debe quedar siempre, al final de la jornada, contento, sin excesivo cansancio y sin malas experiencias.
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