LA LIBRERÍA ¿SABÍAS QUÉ...?
LADY GODIVA Y SU CABALLO BLANCO Texto: Isabel Bermejo
Hay historias que, por el poco interés que despiertan entre quienes las leen o las escuchan, mueren justo después de nacer; otras logran permanecer en el tiempo y convertirse en leyendas extraordinarias, transmitidas de generación en generación con la misma fuerza y pasión con las que fueron narradas por primera vez. Una de estas historias es, sin duda, la protagonizada por Lady Godiva y su caballo, Blanco. Lady Godiva era una dama inglesa del siglo XI, famosa por su belleza y bondad. Estaba casada con Leofric, Conde de Chester y Mercia y señor de Coventry, ciudad del centro de Gran Bretaña. Con el paso de los años, el Conde vio cómo su fortuna crecía y supo administrarla bien y, gracias a su inf luencia, Coventry se transformó en un lugar próspero para los negocios. Pero la avaricia pudo con él y empezó a asfixiar con impuestos a sus vasallos. Por el contrario, la calidad humana de su esposa hizo que ésta sintiera compasión por sus vecinos y decidiera interceder por ellos ante su marido, pidiéndole que rebajara las tasas. Leofric respondió a Godiva que solo si aceptaba “pasear desnuda, montada en su caballo, por las
calles de la ciudad”, él tendría en cuenta su petición. Los lugareños, colmados de gratitud por la determinación de Godiva, pactaron encerrarse en casa, con las ventanas cerradas, el día señalado por su dama. Ésta no faltó a su palabra y recorrió Coventry mostrando su desnudez a lomos de Blanco, ante la estupefacción de su marido, quién tuvo que cumplir el trato.
Desde entones, la hazaña de Godiva pasó a ser un mito. Junto a ella, nació otro personaje para la historia, The Peeping Tom -Tom el mirón-, el único vecino que no pudo resistir la tentación de contemplarla sin ropas a través de un hueco de la persiana. Coventry aún sigue rindiendo tributo a estas figuras. Una estatua ecuestre de Lady Godiva y
Blanco saluda a vecinos y visitantes desde el centro de la ciudad, donde también hay un reloj de pared que escenifica cada hora el momento cumbre de la historia. El Herbert Art Gallery and Museum dedica una parte de su espacio a “The Legend of Lady Godiva”, donde cuadros, esculturas, paneles y videos interactivos alimentan su gesta. Allí se encuentra el conocido cuadro de John Collier (siglo XIX), que representa a Godiva y a Blanco en su más pura esencia. Blanco jugó un papel primordial en este pasaje histórico y su simbolismo ayuda a entender la escena. Godiva era un alma fuerte y comprometida con la sociedad de su época, en la que la mujer aún tenía poco que decir, pero también era tímida e insegura. Blanco, un caballo de capa torda, fue su escudo protector, reflejando la dignidad y la nobleza de su dueña durante este acto “impúdico”. Él es el encargado de hacer cumplir la misión a Godiva, aportando la valentía y la heroicidad intrínsecas en la historia. Y ésta es la razón por la que no podemos hablar de la leyenda de Godiva sin hacer un claro homenaje a Blanco.
ANCCICLOPEDIA Con la J Jaez: cualquier adorno que se le pone a la caballería. Jamelgo: caballo flaco y desgarbado. Jáquima: cabezón hecho de tela fuerte o cordel.
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ANCCE
Jarrete: corvejón Jeta: caballos en el que la mandíbula inferior sobresale de la superior. Jetón: caballo de belfos muy grandes.
Jinetear: domar caballos cerriles. Pasear a caballo. Jirel: manta lujosa que en la antigüedad se usaba en las caballerías. (Diccionario Ecuestre Español de Juan Carlos Altamirano)
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