Revista El Caballo Español 2009, n.192

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De ellos, cinco solicitaron un Caballo Español. El primero fue el Voluntario II, caballo de Miura del que hablamos ya en capítulo anterior en su comparecencia al certamen celebrado en la Casa de Campo de Madrid. Este antecesor por línea materna de Maluso fue solicitado en cesión por la Yeguada Militar de Jerez. Las otras cuatro ganaderías peticionarias fueron la de Don Ramón de Mora y Figueroa, Don Francisco Lozano, Doña Josefa Pardo de Figueroa, y la de Don Pedro López de Carrizosa, Barón de Algar del Campo. La cuarta zona era el auténtico santuario de Caballo Español, el lugar donde se asentaban las yeguadas militares que trabajan principalmente en la mejora y fomento de nuestro caballo. Por allí asoma el Hechicero y también el Voluntario. Con base en Córdoba, se cubren también las provincias de Málaga, Granada, y Almería. Nos encontramos en este depósito cuarenta sementales españoles disponibles que relegan por fin al anglo-árabe que cuenta con sólo 26, quedando las demás muy distanciadas. Solicitaron macho aquel año veintiuna ganaderías, y fueron ocho los ganaderos particulares que solicitan disponer de un “Español” cedido en casa.

Son los casos de Don José Lozano López, Don Fernando Serrano, Don Florentino Sotomayor, Don Antonio de Oriol y Puerta, Don Mariano Molina, Don Francisco Reyes, Don José Luis de la Escalera, y Don Francisco Ostos Martín. Por ultimo el depósito de séptima Zona (Baeza), que sirve a Jaén, Ciudad Real, Albacete y Cuenca, disponía de 14 ejemplares de Caballo Español, un número muy similar al de árabe, tres sangres, anglo-árabe… Es el depósito que mayor equilibrio presenta entre las diferentes razas. Este breve análisis pone de manifiesto la desventaja con la que nuestro caballo jugó durante aquellos años y hace todavía más meritoria la labor de todos, ya civiles o militares, que creyeron y volcaron su ilusión en él. Una afición y unos recursos que acabarán en Córdoba combinándose con lo mejor de ambos mundos para proyectar a nuestro Caballo Español hacia el brillante presente y aún todavía mejorable futuro que disfruta. Para saldar esa deuda que la industria paradista tiene hacia nuestro caballo, así como para impulsar el fomento y la mejora de nuestra raza, la institución militar concentra recursos en Moratalla. La yeguada militar de Córdoba, desde el término de Hornachuelos, se enfoca a la obtención de ejemplares escogidos que nutran los

depósitos y sirvan a los criadores a la mejora de sus ganaderías. En la década de los años veinte, es cuando la yeguada logra dar con el buscado caballo raceador que dote de nuevas e importantes cualidades a la raza. Un semental que el Teniente Coronel García de la Concha, todavía sin sospechar su posterior trascendencia, nos describirá como : [..] un semental español de perfil recto, mediolíneo, y de aires rasantes”. Hechicero. Actuará ese año junto a el “Hotel”. Un castaño nacido en la yeguada y emparentado por línea paterna (Rioboo) con Hechicero, que nos dejará también un hijo importante para la raza, “Macabro”. Mientras, en esos mismos años pero más al sur, a pocos kilómetros de Jerez en la recién creada Yeguada de la Segunda Zona Pecuaria, nuestro conocido cartujano-romanito Señorito X y el miureño Voluntario dejarán también su aportación a aquella década señalada para nuestra raza. No se hable más por hoy. Con la formula de Janini ante su Asociación de Ingenieros Agrónomos me despido hasta mejor ocasión. “Pues hay tanto que decir, queda tanta tela por cortar, tanta parva por trillar que, en redondo, pongo punto final para no seguir abusando más de la paciencia del prójimo”.

Voluntario II. 1908

“El espíritu crítico y abierto del mundo académico, militar, periodístico y ganadero, fue sin duda un potente motor de mejora para nuestro caballo”

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ANCCE

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