“Para conseguir que el sector se orientara a la obtención del tipo de caballo español de calidad, era preciso estimular la demanda interna con el fin de subir los precios y frenar la entrada de caballos de silla y tiro de procedencia extranjera” Nervioso II por Animoso II y Nerviosa IV. Feria Internacional del Campo 1953
escasez de recursos en un entorno donde nuestro caballo español no era el más demandado, y en el que las modas apuntaban en otras direcciones. En los años veinte los Depósitos de sementales estaban organizados con el fin de dar servicio a cada una de las ocho zonas pecuarias en que se dividía el territorio español. Realicemos un pequeño análisis de su composición tomando como termómetro el año 1925, y con base en los datos estadísticos que aporta el Teniente Coronel de Estado Mayor, Don José García de la Concha, en su interesante trabajo, “Fomento de la Ganadería Caballar” publicado en Madrid en 1926. En un primer vistazo, apreciamos un total de casi 1.100 sementales repartidos entre los ocho depósitos asignados a cada zona, además de Hospitalet y Larache. De todos ellos, no llegaban a cien los efectivos de Caballo Español, alrededor del ocho por ciento, repartidos a nivel nacional. Si bien es cierto que más de la mitad del total disponible correspondía a razas de tiro, donde el Postier-Bretón era el líder indiscuti-
ble en número de ejemplares, casi 390 de un total de 571 sementales de tiro concentrados principalmente en las Zonas 3ª (Valencia), 5ª (Zaragoza), 6ª (Santander), 8ª (León) y Hospitalet. Parece claro que el fomento del caballo de uso agrícola-artillero era una estratégica prioridad para las instituciones encargadas de nuestra cría caballar. Si nos centramos en los alrededor de quinientos sementales de silla adscritos a los depósitos, encontramos que el rey indiscutible es el anglo-árabe con casi 160 individuos seguidos del árabe y del español en casi idéntico numero, alrededor de la centena mencionada, quedando a mucha distancia ya el PSI, el hispanoárabe y los “tres sangres”. Con riesgo de caer en lo exhaustivo dejando asimismo agotado al sufrido lector que hasta aquí ha tenido la paciencia de llegar, vamos a darle un poco más de ampliación a nuestro foco para ver como se reparte el ganado. Son los depósitos que abastecen a las Zonas Pecuarias 1ª (Alcalá), 2ª (Jerez), 4ª (Córdoba) y 7ª (Baeza) donde se concentra el ochenta
por ciento del efectivo de Caballo Español disponible. La primera zona, con plana mayor en Alcalá de Henares comprendía los extensos territorios provinciales de Madrid, Guadalajara, Ávila, Toledo, Segovia, Cáceres, Badajoz y Salamanca. Tan sólo 15 Caballos Españoles estaban disponibles en 1925 para esa Zona, lo cual da una idea de los esfuerzos y economías de autosuficiencia que aquellos heroicos ganaderos de español debieron acometer. Por otra parte, se disponían de 46 anglo-árabes, 34 PSI, 23 árabes y 20 hispanoárabes. De veinte cesiones solicitadas por ganaderos aquel año, ninguno fue de semental español. En la segunda zona, con plana en Jerez, el español presenta 13 efectivos en el Depósito, alrededor del 14% de los caballos de silla, siendo el anglo-árabe con 39 y un 42% del total, el líder destacado. Cubre esta zona las provincias de Cádiz, Sevilla y Huelva. Dentro del plazo establecido antes del fin de noviembre de 1924, treinta y cuatro fueron las ganaderías que solicitaron un semental al depósito en concepto de cesión.
El Caballo Español
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