23 Área de Matemáticas
Área de Educación Plástica
Un número mágico El valor de las cifras de un número Ilustradora: Maria Espluga
Las siete caras del señor Grunt Los estilos pictóricos, la representación de la figura humana Ilustradora: Antonia Santolaya
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978-84-667-9506-7 · 1589014
El palacio subterráneo Los números romanos, la resta Ilustradora: Maria Espluga
Área de Música Laura y el ladrón de voces La voz como instrumento, los tipos de voces y la ópera Ilustrador: Fernando Llorente
978-84-667-9505-0 · 1589013
Área de Lengua El país de los cuentos Los antónimos Ilustrador: Sr. Sánchez
978-84-678-2946-4 · 1589015
Pinch of Salt
978-84-678-4097-1 · 1589025
BILINGUAL EDUCATION · Science ari
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The Heart Cave The human heart and the circulatory system Ilustrador: Pablo Torrecilla
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Nombre:
—¡Muchacho, eso no lo hizo ningún monstruo, sino el mar! —me explicó Magmir—. De golpear las rocas tanto del acantilado durante millone de años con sus s olas, las fue desgas tando y carcomiendo. Y los fragmentos que caían del acantil chocaban unos ado contra otros arrastr aguas hasta que ados por las se molían y se convertían en na. Ese desgas arete se llama «erosió n», amigo mío. —¿Erosión? O sea, que lo hizo en las montañ el mar... Pero as peladas no había mar, y me desperté cuando se habían conver tido en un desiert de arena. O sea, o que el monstr uo...
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—¡Qué monstr uo ni qué monstr terrumpió Magmi uo! —me inr—. Eso no lo hizo ningún monstruo, sino el viento. De tanto azotar rante millone las rocas dus de años, las fue desgastando reducirlas a granito hasta s de arena. Otra vez la erosión —¿Y qué pasa . con el primer lugar donde dormí? Allí no había ni mar, ni viento. Pero el monstruo se comió la roca hasta formar un cañón donde iba el río... por —¡Fue el río el que se comió la roca! —dijo Magmir—. Durant e millones y millones de años, estuvo arranca ndo pedacitos de piedra de ce. Los pedazo su caus chocaban unos con otros y rodaban por el fondo del río hasta volverse redond Poco a poco, os. el río se fue comien do las rocas de lecho y excava su ndo el cañón. Me rasqué la cabeza en silenci como un idiota. o. Me sentía Noir había conseg uido engañarme con aquella historia del monstr uo Comerrocas. Probablement e fue él quien se la contó a los saurios por primer dinoa vez, y la leyend a partió de ahí. —Mi archien emigo Noir, el hechicero intergaláctico, me ha engañado —le conté a Magmi sentándome r, en el suelo— . Si todo lo que pasado hasta me ha ahora es algo natural y no tiene que 59
The Rock-eating Monster Erosion, landscape forms and types of rocks Ilustradora: Lucía Serrano 978-84-678-4102-2 · 1589604