la elección de presidente de la República, como lo pretendió la Coalición Movimiento Progresista que respaldó la frustrada candidatura del perredista Andrés Manuel López Obrador. Llama poderosamente la atención ver que con excepción de AMLO, todos los protagonistas de la contienda electoral reciente, ya tomaron posesión de sus cargos y se encuentran ejerciendo el mandato que recibieron en las urnas concentrados en el estudio y dictamen de las iniciativas de ley en proceso y en el caso de los gobernadores electos y el jefe de gobierno del Distrito Federal que ganaron postulados por el PAN, PRI y PRD, tienen centrada su atención en la conformación de sus equipos de trabajo con el que habrán de atender los compromisos asumidos en sus correspondientes campañas. Ahora, solo y su alma el señor López Obrador sostiene las banderas de la desobediencia civil a la que convocó en protesta por no haber obtenido en los tribunales lo que la mayoría le negó en las boletas electorales. Luego de recibir la constancia que acredita a Enrique Peña Nieto como presidente electo de los Estados Unidos Mexicanos, el presidente Felipe Calderón Hinojosa recibió en los Pinos a quien habrá de sustituirlo a partir del próximo 1 de diciembre, para acordar el inicio del proceso de entrega recepción de la administración publica federal en forma eficaz, ordenada, transparente y apegada a derecho. Esto es actual, lo de ayer es história.
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“Nuevas circunstancias producen reacciones nuevas” Escrito por Octavio Paz en su ensayo El Laberinto de la Soledad, los que ganaron están a lo suyo y el que perdió, también.
Análisis Político 1154 15 de septiembre de 2012