Como hacer un diagnostico sociocultural

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necesidad o parte de ella, puesto que los efectos son también integrales 3 en las personas y los grupos sociales' '. Así, por ejemplo, la subsistencia es una necesidad de validez universal. Sin embargo, las formas que el hombre acepta como válidas en un momento dado para alcanzar la subsistencia se llaman satisfactores. En otras palabras, son los modos particulares que cada sociedad o sistema analiza para satisfacer las necesidades universales. Cada cultura tiene un cierto tipo, cantidad y calidad de satisfactores socialmente definidos. La diferencia en las posibilidades de acceso a los diversos satisfactores de cada una de las necesidades humanas, provoca diferencias culturales y sociales en las condiciones de vida de las poblaciones. De ordinario, cuando hablamos de «necesidades» —en sentido estricto—, estamos haciendo referencia a la carencia o falta de medios adecuados para satisfacer una o varias necesidades. Conviene, por tanto, no confundir la «necesidad» con el medio de satisfacerla o «satisfactor». En otros casos, también hablamos de «necesidades» para referirnos a la existencia de satisfactores inadecuados, o falsos satisfactores de una necesidad. Por ejemplo, una asistencia sanitaria fuertemente medicalizada, puede ser un mal satisfactor de la necesidad de protección (trente a la enfermedad), ya que su utilización puede generar otro tipo de problemas que van en detrimento de una adecuada promoción de la salud. Podemos decir que, para atender cada necesidad, existen satisfactores muy diversos, éstos pueden ser' • Violadores o destructores: cuando, con el pretexto de satisfacer una necesidad, aniquilan en realidad la posibilidad de hacerlo. • Pseudosatisfactores: son los que estimulan una falsa necesidad de satisfacción (algunos ejemplos de este tipo de satisfactores son la limosna con relación a la necesidad de subsistencia, las modas en relación con necesidad de identidad, o el adoctrinamiento con relación a la necesidad de entendimiento). • Inhibidores: que, por el modo en que satisfacen —generalmente sobresatisfacen— una necesidad, dificultan seriamente la posibilidad de satisfacer otras. Es el caso, por ejemplo, de la escuela autoritaria con respecto a la necesidad de entendimiento, y las necesidades de participación, creación o libertad; o el de la «tele-basura» respecto al ocio y las necesidades de entretenimiento, creación e identidad. • Singulares: que apunta a satisfacer una sola necesidad, siendo neutros respecto a otras. Suelen ser característicos de los programas, sociales tradicionales, por ejemplo, los programas de suministro de alimentos, de vivienda, seguros sociales, medicina curativa, espectáculos deportivos, etc.

• Sinérgicos: que son los que, por la forma en que satisfacen una necesidad, estimulan y ayudan a la satisfacción simultánea de otras necesidades. Por ejemplo, la lactancia materna, los juegos didácticos, la producción autogestionada, las organizaciones comunitarias democráticas, la televisión cultural, la democracia directa o un programa de promoción de huertas orgánicas intensivas destinad a familias pobres. En definitiva, lo que aquí nos interesa destacar es que, en el diagnóstico, es preciso identificar cuáles son las necesidades para las cuáles no existen satisfactores sinérgicos ni singulares, pudiendo haberlos. Esto implica, por tanto, no sólo conocer qué falta y de qué se carece, sino el modo en que se atienden esas necesidades de las personas y el papel que esa atención cumple en el desarrollo humano, entendiendo las causas que coadyuvan a ese modo de satisfacción. En otro orden de cosas, es preciso identificar, asimismo, los problemas existentes, que no necesariamente están siempre relacionados con la insatisfacción de una necesidad. Puede ser frecuente que una necesidad insatisfecha o mal satisfecha —porque se utilicen satisfactores no adecuados (violadores, inhibidores, o pseudosatisfactores)—, termine generando un problema. Sin embargo, pueden existir situacionesproblema que no necesariamente estén producidas o tengan su origen en una necesidad mal satisfecha. De ordinario, pueden surgir problemas cuando existen conflictos de intereses entre diferentes actores sociales, cuando las medidas y acciones que se realizan no responden a intereses directamente relacionados con la situación que padecen las personas, cuando las personas deben enfrentarse a situaciones y acontecimientos inesperados y no deseados, cuando se ven obligadas a solucionar un cierto número de cuestiones que sobrepasan su capacidad subjetiva de afrontamiento, cuando surgen situaciones estresantes, cuando los procesos de socialización no han sido potenciadores del desarrollo personal y social sino que lo han deteriorado seriamente, etc. Ya he advertido que los problemas sociales no siempre y necesariamente están ligados con las necesidades. Con frecuencia, los problemas sociales suelen ser parte de los procesos de desarrollo. Procesos que avanzan, precisamente, a medida que aparecen y se resuelven dichos problemas. Según Bogardus, los problemas sociales son las situaciones de que se toma conocimiento y se procuran resolver como condición del equilibrío y de la continuidad de la organización social. Así, dichos problemas no deben ser desvinculados de su contexto estructural. Esto hace que, para poder describir y comprender los problemas existentes en una situación determinada, sea necesario considerar el contexto,


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