Boletín 2 de Academia Nacional de Historia Militar

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avance del general Francisco Javier Salazar a Riobamba y Quito. Integró el pentavirato del gobierno provisorio desde febrero de 1883. Fue senador por Cañar en 1885 y presidió el Senado en 1891. Fue rector de la Universidad de Cuenca desde 1910 hasta su muerte ocurrida en Cuenca el 30 de enero de 1912. “Fue uno de los fundadores de la poesía mariana y si es verdad que no puede considerársele como poeta mariano propiamente dicho, de su estro, pero más aún, de su pedagogía literaria, arranca una tradición que ha de lograr mantenerse incólume por muchos años, y con ser el fundador, fue el portalira de un romanticismo batallador y a la vez de un romanticismo religioso de aires tranquilos y claros” dirá de Cordero, el Cronista de Cuenca, Antonio Lloret Bastidas. “Ni conservador ni liberal” dice Gabriel Cevallos García sobre Cordero, es decir, no lo quiere ubicar entre los conservadores garcianos, inventados por Ponce Ortiz, ni liberal encasillado en el pensamiento de Urbina o Veintemilla. Siempre se refugió de la persecución política o eclesiástica, en el agro, es decir, en su hacienda de Déleg. Faltaba más de un año para que Antonio Flores terminara la presidencia de la República, cuando vecinos de Azogues y Cañar presentaron la candidatura del general Francisco Javier Salazar, ministro del Interior y de Relaciones Exteriores. Lo presentaron como candidato del Partido Nacional o Progresista. La candidatura de Salazar, militar distinguido y civilista, fue bien recibida, pero Salazar murió de fiebre amarilla en Guayaquil. Era septiembre de 1891. En forma inmediata, José Plácido Caamaño propuso el nombre de Luis Cordero.


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