La vida feliz

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FELIZ La vida


Había una vez, un niño llamado Omar, su gran sueño, siempre era poder ver el mar, él contaba que era uno de sus grandes sueños. Lo que el más deseaba, era poder tener un perrito, ya que cuando llegaba a su casa se sentía muy solo, sus papas trabajaban demasiado, pero él sabía que era para poder salir adelante, tenía amigos en la escuela, iba en 2do primaria, y estudiaba en colegio “El arco” Le gustaba mucho estudiar, su clase favorita era “Ciencias Naturaleza” le gustaba estudiar lo que era el universo, y como era el habitad de los animales. Antes de dormir, sus papas le contaban un cuento. Aunque no se veían en todo el día, en la noche platicaban platicaban sin cesar... El día de su cumpleaños, era su día favorito y solo faltaban horas para poder cumplir sus 8 años.


Al despertar, el día de su cumpleaños, estaba muy feliz, su mamá le hizo su desayuno favorito, que era panqueques con crema batida y fresa, al terminar de desayunar, su papa le dijo -Omar, no te preocupes, tu regalo te lo daré al volver del colegio, prometo que será algo muy especial para ti Omar muy feliz y muy ansioso, lo abrazo y le dijo lo mucho que lo amaba. Al terminar de desayunar le agradeció a su mamá por el desayuno, que está muy delicioso. Al llegar al colegio, sus compañeros le regalaban cartas, dulces, y le daban su abrazo de feliz cumpleaños Recibieron clases, entre todos sus compañeros de salón le cantaron el feliz cumpleaños y al terminar la rutina escolar, él recordaba muy bien las palabras de su papá y quería saber cuál era su gran sorpresa.


Cuando regreso del colegio, lo primero que hizo fue, cambiarse el uniforme y bajar hacia el comedor, donde se encontraban sus papas, el papá lo abrazo y le dijo: -Eres lo mejor de mi vida. Omar muy feliz sostuvo la caja sorpresa en sus manos, y la abrió con mucho cuidado, al abrir la caja se asomó y al ver, era un perrito, un perrito tan pequeño de color blanco, Omar al verlo, rápido pensó, wuah, es una bolita de algodón, sostuvo al perrito con sus manos y lo aparto de la caja, lo vio con un amor tan bonito, y lo abrazo. Omar muy agradecido con su papa, había sido lo mejor que le ha pasado. Como ya era de noche, Omar debía de ir dormir, su mamá le dijo: -Omar, ve a dormir, mañana tienes que ir al colegio. Omar abrazo a su perrito y lo llevo a su recamara.


Se despidió de sus papás y muy agradecido por haber hecho tanto por el, la mamá al despedirse le dijo: -Omar, cariño ¿Cuál será el nombre de este perrito tan bonito? Omar respondió: Mami te parece si su nombre es algodón, es muy tierno, y gordito, blanco como la nieve. Papá me gustaría saber ¿Dónde lo compraste? El papá respondió: Hijo, fíjate que algodón es un perrito adoptado, sus antiguos dueños lo trataban muy mal, cuando llovía, lo sacaban al patio, a veces ni le daban de comer, y el dormía solo en un cartón, Omar al escuchar lo mal que habían tratado a Algodón, dijo -Prometo que te tratare lo mejor posible, y será todo para mi


Los papás al ver muy contento a Omar, lo cariñoso que era con su perrito, le preguntaron. ¿Te parece Omar si dejamos Algodón en la sala? Omar respondió muy molesto –Noo, Omar ya es parte de la familia, y me gustaría mucho que se quedara conmigo, en mi cuarto puedo resguardar su cama, para que no se sienta solo. Mamá papá, prometí que iba a estar para él. Por favor Los papás al ver lo triste que estaba Omar, lo permitieron, así que, llevaron la cama de Algodón, al cuarto de Omar, y lo único que le dijeron fue: -Solo no lo subas a tu cama. Aún está muy pequeño, y se puede caer y se puede lastimar Omar respondió: -Esta bien.


Omar le dio un beso a Algodón, y se fue a su cama a descansar. Era las 3 de la mañana, y Omar se levantó, porque había demasiado frio, al ver Algodón, decidió fue a su armario, y retiro una colchita muy gruesa, y la coloco encima de Algodón, y volvió a su cama. Ya era hora de arreglarse para ir al colegio, así que, lo primero que hizo, fue acercarse Algodón, y decirle buenos días. Luego se bañó, se cepillo, y se cambió, bajo junto a Algodón y la mamá ya había servido su desayuno. Pero Omar antes de comer él, le sirvió a Algodón su concentrado y al ver que Algodón comía, él ya pudo comer tranquilo. La mamá muy admirada de ver el amor que un niño de temprana edad podía brindar. La verdad Omar estaba muy feliz, y no solo por el corazón tan bonito que tenía, por el corazón tan puro.


Al terminar de desayunar, levanto su plato, y dijo la palabra mágica “Muchas gracias” Se acercó a Algodón y le conto que tenía que irse a estudiar, y le explico como si fuera un humano, diciéndole que se iba a quedar solo, pero no por mucho tiempo, que no vaya hacer muy travieso. Le bajo su camita a la sala, y Algodón se quedó ahí. Omar llego al colegio, y feliz y muy contento, se acercó a sus compañeros explicándoles que su mayor regalo había sido un amigo fie, sus compañeros al verlo tan feliz, les contagio su felicidad. Omar había cambiado tanto, Omar era un niño muy participativo, pero al tener Algodón, la vida le cambio, era muchísimo más participativo que de costumbre. La maestra al verlo muy feliz se acercó y le pregunto. ¿Cómo te la pasaste? Omar con una gran sonrisa le respondió:


La gran sorpresa que su papá le había dado, Omar hablaba de un amigo fiel, se veía súper feliz. La maestra pregunto ¿Acaso no has tenido amigos durante este tiempo? Omar respondió: Si maestra, eh tenido muchísimos amigos, pero ahora tengo otro miembro en mi familia, ahora duerme junto a mí, aunque mamá dice que aún no puede subir a la cama, ya que está muy pequeño, y se puede lastimar, pero cuando sea grande, dormirá junto a mí. La maestra admirada, y al ver los ojitos de felicidad, le respondió ¡Que alegría! No puede tener mejor familiar, ahora tienes una gran responsabilidad deberás cuidarlo y nunca dejarlo solo. Al terminar las clases, Omar está muy emocionada, porque volvería a casa para poder consentir al pequeños Algodón, las horas estaban demorando mucho tiempo, y Omar ya quería llegar a casa.


Al llegar a casa, noto la mirada que Algodón le lanzaba, la forma alegre de saludarlo, Omar era un niño con un corazón muy grande, por lo cual sus papás estaban felices. Otro miembro de la familia, sin imaginar que Algodón los iba a unir, Omar cada noche se despedía de él, al despertar, lo saludaba. Al pasar los años, Omar ya no era un niño de tan solo 8 años, ya era un joven de 16 años, y seguía queriendo y amando a Algodón. Recuerden, los animalitos son lo mejor que puede sucederles a las personas, los animalitos sienten, y lo que poder hacer durante el tiempo que comparten con nosotros, es darles todo el amor posible, nunca abandonarlos, nunca desecharlos como que si fueran un objeto. Omar a pesar de los años, seguía cuidándolo.


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