Tortura

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Tortura - AMNISTÍA INTERNACIONAL

VI. LA PERPETUACIÓN DE LA TORTURA EN EL MUNDO: UNA REALIDAD ACTUAL Muchos asocian la tortura con tiempos pasados –con los abusos cometidos en los gulags durante la Segunda Guerra Mundial, con las dictaduras latinoamericanas o, más recientemente, en el contexto de la “guerra contra el terror”– y dan por supuesto que la tortura es un problema de derechos humanos de un mundo y una época distintos. En el pasado, la noción tradicional y más extendida de tortura se ha centrado en el dolor y el sufrimiento infligidos a una persona bajo custodia del Estado. Pero esta visión de la tortura niega la protección frente a las numerosas y atroces formas de dolor y sufrimiento graves infligidos deliberadamente a otras personas en diferentes contextos–a menudo, mujeres, migrantes, niñas/os, personas aisladas en instituciones psiquiátricas, y otros miembros de grupos marginados– como afirmación del poder y el control del Estado o con su connivencia. La crueldad, las amenazas, los golpes, el uso de electricidad, las agresiones sexuales, el dolor atroz, para conseguir el sometimiento total de la víctima..., todas estas técnicas de tortura siguen utilizándose en la actualidad. Pese a que durante los últimos 60 años se intensificaron los esfuerzos para eliminarla, la tortura es aún una práctica muy extendida. En un estudio realizado por Amnistía Internacional sobre los expedientes de investigación pertenecientes al periodo comprendido entre 1997 y mediados de 2000 se concluyó que, durante esa época, la organización había recibido informes sobre tortura y malos tratos a manos de agentes del Estado en más de 150 países. Asimismo, los informes indicaban que en más de 80 se habían producido muertes como consecuencia de torturas. Más de diez años después, estos índices no bajaron. Sólo en 2012, la organización documentó casos específicos de tortura y malos tratos en al menos 112 países12. Estas cifras se refieren únicamente a la actuación de agentes del Estado, y en ellas no se incluyen los abusos por parte de particulares, de grupos políticos armados o de estas otras formas de tortura que mencionamos y que ilustraremos a continuación13. John Walker Lindh, bajo custodia de USA ©Rex Features

En el pasado, la noción tradicional y más extendida de tortura se ha centrado en el dolor y el sufrimiento infligidos a una persona bajo custodia del Estado. Pero esta visión de la tortura niega la protección frente a las numerosas y atroces formas de dolor y sufrimiento graves infligidos deliberadamente a otras personas en diferentes contextos Hacinamiento en una prisión brasileña ©AI


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