Génesis 2013

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Andruca Luca y el portal de la muerte Erase una vez una chica llamada Andruca Luca. Era la chica más desalmada y maléfica del mundo. Ella vivía en un lugar donde hace mucho hubo una guerra tremenda que dejó a su pueblo frío, negro y solitario. Antes, ella era una buena niña a quien todos amaban, pero luego de lo sucedido, una nube de llanto y oscuridad la perseguía. Luego de algunos años, un señor llegó al pueblo. Era misterioso , se notaba que ocultaba un oscuro secreto. Cuando Andruca lo vio, se asustó y fue corriendo a su casa. Allá encontró una máquina color escarlata que nunca había visto antes. Quiso salir, pero la puerta estaba cerrada. Desesperada, empezó a correr de un lado a otro hasta que tropezó con una palanca de la máquina. Esta se encendió y de ella salió un balde donde Andruca Luca cayó. El objeto la llevó a un portal sin salida donde todos sus familiares, amigos y conocidos se encontraban muertos. El lugar era oscuro, sólo se veían brillantes espectros. La chica sin más remedio murió y su espíritu maligno fue condenado a vivir allí por siempre. 5º grado

Remolacha Llegó un hombre muy apurado a la gran enda que revive moscas de la a Birguita en la que había una enorme fila. El hombre pretendió esquivar la fila explicando que su mosca merecía atención especial porque era blanca. Su ejemplar, dijo, era único en el mundo, una mosca mitológica, como un unicornio. Los de la fila contestaron que una mosca es una mosca en cualquier caso, y que más valía esperar su turno. El hombre insis a en pasar primero. Resulta que justo estaba ahí Aldo, el hipno zador. Vio lo que estaba pasando y le preguntó al señor su nombre. El señor se acomodó el cabello, se limpió el traje y le respondió:-José Magmaliem. Aldo le dijo:Señor José, cuando yo diga REMOLACHA usted va a ir al final de la fila y se va a quedar callado y va a esperar su turno. Cuando yo grite CARACOL, va a ser el mismo desquiciado de siempre. José estaba por decir que él iba primero, cuando Aldo gritó: -¡Remolacha!, y José calladito se fue al final de la fila. Cuando , por fin, le tocó el turno, Aldo gritó:-¡Caracol !, y José dijo: -¡ Ay !¡Qué raro me siento! La a Birguita agarró a la mosca, se fijó qué le había pasado y dijo: -Bueno, bueno Déjenos a solas a mí y a la mosca. Y la curó. Aldo agarró a José y le dijo:-¿Viste que era mejor esperar? José lo miró con cara rara y se fue con su mosca. Ariadna Abulafia 3º azul 40


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