Lo inevitable del amor nuria roca y juan del val

Page 92

archivos y he leído un montón de artículos tuyos. —Me sorprendes. —Me gustan tus ideas, creo que puedes aportarme algo que yo no tengo. —Si te soy sincera, no termino de entenderte. —Ni yo misma me entiendo del todo. —¿Has oído algo? —se sobresalta. —No. ¿Dónde? —Arriba. Me ha dado la sensación de que hay alguien arriba. —No puede ser. Hoy es domingo. Nadie trabaja hasta mañana. —Tengo que reconocer que esta casa, por ejemplo, es maravillosa. —¿Verdad? —Sí tiene algo de tu sello, pero me parece más confortable. —¿Podrías decirme algo bueno de mi arquitectura? —Que es bonita. A veces muy bonita a primera vista. —Eso es bueno, ¿no? —Sí, pero creo que le falta alma. —¡Ya estamos con el alma! ¿Tú crees que las casas tienen alma? —Por supuesto. —¿Has oído eso? —Ahora soy yo la que me sobresalto—. He oído un ruido arriba. —¿Habrá alguien? —No puede ser. —Será nuestra imaginación. —Siempre pensé que el alma de las casas las ponían las personas que vivían en ellas. —Eso también es así, pero hay casas que son para enseñar y otras que son vivibles. —¿Vivible? ¿Existe esa palabra? —pregunto. —No, pero debería existir. Lo mismo que invivible. —Existe habitable.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.