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El libro que canta la historia de la música de Carlos Mejía Godoy

“Y el verbo se hizo canto”

La relación entre la música y las palabras es tan antigua como el tiempo mismo, y para Carlos Mejía Godoy, esta relación se ha convertido en un viaje de exploración y descubrimiento que culmina en su más reciente obra, “Y el verbo se hizo canto”. Este libro no es solo una colección de recuerdos o un catálogo de canciones; es una odisea que narra la génesis y el viaje de algunas de las melodías más queridas de Nicaragua.

La semilla de este proyecto literario fue plantada hace más de 30 años, en las páginas de “El Semanario” del doctor Sergio Ramírez. Lo que comenzó como una serie de capítulos publicados sin la intención de crear un libro completo, floreció con el tiempo gracias a la visión y aliento de Ramírez, quien vio en esos escritos el potencial para algo más grande.

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A pesar de los desvíos que a menudo presenta el destino, con el apoyo de amigos diseñadores y la persistencia de su visión, Carlos finalmente dio forma a “Y el verbo se hizo canto”, una invitación a descubrir las historias detrás de más de 50 canciones emblemáticas.

El título del libro, una paráfrasis de la frase bíblica “Et verbum caro factum est” (Y el verbo se hizo carne), refleja la esencia misma de la música de Carlos: la transformación de las palabras, del verbo, en canto. En su mundo, la música no puede existir sin la palabra; son inseparables y mutuamente enriquecedoras. A través de este título, Carlos no solo rinde homenaje a su fe y a su cultura, sino que también establece un paralelo entre la creación divina y la creación artística.

Carlos recomienda “Y el verbo se hizo canto” no solo como un testimonio de su trayectoria sino también como una ventana al corazón y al alma de Nicaragua. Admite que, si bien se ha esforzado por mantenerse fiel a cada vivencia, la naturaleza misma de contar historias implica un toque de creatividad y fabulación. Es este “Chilito Congo”, como él lo llama, el que agrega sabor y color a las narraciones, ma- tizándolas con elementos de la rica especiería e ingenio nicaragüense que forman parte integral de la identidad cultural del país.

En resumen, “Y el verbo se hizo canto” es más que un libro; es un mapa del alma de un artista, un viaje a través de las palabras y melodías que han definido una cultura, y una invitación a explorar la profunda conexión entre la música, la memoria y la vida misma.

Un legado de humanidad y música

En un mundo donde el eco de la fama a menudo supera el susurro de la sinceridad, Carlos Mejía Godoy se erige como un faro de autenticidad y valores. Reflexionando sobre cómo le gustaría ser recordado, Carlos desvela no solo su alma de artista, sino también su esencia como ser humano. Su deseo de ser recordado más por su humanidad que por su arte es un testamento de su profunda conexión con los valores inculcados desde la infancia y su compromiso con una vida vivida con humildad y gracia.

Desde joven Carlos Mejía ha tenido el arte de escribir y contar historias en su canciones.
Hoy en su libro nos cuenta el origen de 50 de sus canciones mas emblemáticas.

“Yo quiero ser honesto en esto,” comienza Carlos, abordando la pregunta con la franqueza que caracteriza tanto su música como su vida. A pesar de los riesgos de ser malinterpretado, él se mantiene firme en su deseo de ser recordado como una persona sencilla y accesible, un reflejo de la educación y los valores que recibió de sus padres. En su mundo, la humildad no es una elección, sino una segunda naturaleza, y la arrogancia, un disfraz que nunca ha deseado vestir.

¿Dónde encontrar el libro?

Disponible en Amazon, el libro de 248 páginas de Carlos Mejía Godoy se ofrece a un precio aproximado de 25 dólares. Además, los asistentes a sus conciertos tienen la oportunidad única de adquirirlo directamente, acompañado de un valioso autógrafo del autor. Una adquisición perfecta para admiradores y amantes de la música y la cultura nicaragüense para ver la entrevista completa de Carlos Mejía suscríbete a nuestro canal.

Don Carlos Mejía firma su libro en cada una de las presentaciones que hace.

Carlos entiende que, aunque la música es una parte integral de su ser, es efímera en comparación con los valores que perduran. “La música pasa, y los valores quedan,” afirma, destacando la importancia de lo que se lleva en el corazón sobre lo que se puede sostener en las manos. Para él, su verdadera herencia a sus hijos y al mundo no son bienes materiales, sino un “racimo de valores sociales, humanos y culturales” que ha cultivado a lo largo de su vida.

Así, Carlos Mejía Godoy desea ser recordado no solo como el extraordinario artista que puso banda sonora a la identidad cultural de Nicaragua, sino como un hombre que caminó por la vida con una humildad y humanidad genuinas. Al final, es este racimo de valores lo que desea dejar como legado, un legado que, en sus propias palabras, reside en el corazón y que, a diferencia de cualquier éxito material o reconocimiento, permanecerá resonando en las vidas de quienes lo conocieron y en las generaciones futuras.

En la ceremonia de premios especiales de la 17ª entrega anual del Latin Grammy 2016, Carlos Mejía Godoy fue honrado con el Premio del Consejo Directivo 2016 por la Academia Latina de la Grabación.

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