50 Años de enseñanza bibliotecológica en el Perú

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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS HUMANAS ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE BIBLIOTECOLOGÍA Y CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN

5500 A AÑ ÑO OSS D DE LP EE PE EN ER NSSE RÚ Ú EÑ ÑA AN NZ ZA AB BIIB BL LIIO OT TE EC CO OL LÓ ÓG GIIC CA AE EN NE EL 11994433 -- 11999933

LIMA – PERÚ


EDICIÓN A CARGO DE: Sabine Lumbreras H. y Orlando Corzo C. DIAGRAMACIÓN EN COMPUTADORA Cecilia Carrillo Palomino

Publicación conmemorativa por los 50 años de creación de la Escuela de Bibliotecarios. 1943 – 1993

Universidad Nacional Mayor de San Marcos Escuela Académico Profesional de Bibliotecología y Ciencias de la Información. Ciudad Universitaria Av. Venezuela s/n. Lima 23 de Junio de 1993


PRESENTACIÓN La Escuela cumple 50 años. Es un acontecimiento para celebrar, sobre todo si recordamos su inicio y la incertidumbre que sobre su futuro se generaba entonces. Hemos llegado a celebrar 50 años en condiciones duras como nunca en lo que respecta al mercado laboral; pero también con la conciencia del desarrollo acelerado que experimenta la teoría, investigación y aplicación de tecnología en labores inherentes a la Bibliotecología y Ciencias de la Información. La Escuela está hecha de profesores y alumnos. En estos 50 años, muchos de nosotros, hemos sido alumnos y profesores de conocimientos sistematizados y experimentados, algunos como docentes y todos como alumnos en las aulas de la escuela y casi todos como guías de práctica y practicantes en las diferentes unidades de información en las que nos toca desarrollar nuestra labor de servicio. Eso es lo que hace grande a nuestra Escuela. De nuestro paso o permanencia en la Escuela tenemos innumerables recuerdos, que corresponden a vivencias más que a abstracciones. Al remover el archivo de nuestros recuerdos volvemos a vivir los momentos pasados junto a profesores y compañeros de aula. De las lecciones magistrales recibidas nos queda una herramienta útil para el ejercicio profesional y el recuerdo imperecedero del maestro que nos ayudó a formar nuestra personalidad; aún nos conmovemos con su entrega para contribuir con nuestro desarrollo y el de la profesión bibliotecológica. Nos pesa aún más el encargo que nos dieran de ampliar los horizontes de la Bibliotecología en el Perú y el temor de no haber cumplido con el propósito anhelado. De los compañeros de aula y profesión una amistad para toda la vida y el ejemplo de sacrificio para seguir estudiando “una profesión sin retribución económica”. Quijotes de la cultura y del libro. Admiración, respeto y veneración son actitudes más que conceptos.


Tenemos algo hermoso en nuestras vidas, una juventud compartida, porque en la Escuela todos somos jóvenes, los amigos, los maestros, eternos jóvenes en busca de la verdad, y nosotros, con iniciativas, entusiasmos, deseos de cambiar todo, cuestionamientos constantes sobre lo establecido, arrebatos, protestas, enternecimientos, ansias de ayudar, emoción social, en fin, nuestras vidas. Celebramos, pues, la vida. El desarrollo constante. La entrega por los ideales. Las iniciativas felizmente realizadas y las esperanzas que significaron entrega y compromiso con el futuro. Parte de ese futuro para muchos es ver la realización de los integrantes de las numerosas promociones egresadas de la Escuela. Una alegría para todos nosotros es reconocernos en esta celebración de una vida que empezó antes que nosotros y que sabemos proseguirá después de nosotros.


INDICE EN LA BIBLIOTECA NACIONAL POR JORGE BASADRE LA BIBLIOTECA NACIONAL DE LIMA (1943-1945 POR JORGE BASADRE TERMINACION Y COMIENZO POR JORGE BASADRE EL PRIMER EXPERIMENTO PERUANO DE EDUCACION BIBLIOTECARIA POR JORGE BASADRE CEREMONIA CONMEMORATIVA DE LA FUNDACIÓN DE LA ESCUELA NACIONAL DE BIBLIOTECARIOS DISCURSO DE RICARDO ARBULÚ VARGAS TESTIMONIO DEL DR. RICARDO ARBULU VARGAS, REPRESENTANTE DE LA PRIMERA PROMOCION QUE CURSO ESTUDIOS EN LA ESCUELA NACIONAL DE BIBLIOTECARIOS EL AÑO 1944 LA ESCUELA NACIONAL DE BIBLIOTECARIOS: TESTIMONIO PERSONAL POR NELLY MACKEE DE MAURIAL RESOLUCION RECTORAL Nº 60385 CONVENIO DE TRANSFERENCIA PARA EL PASO DE LA ENB A LA UNMSM CURRICULUM DE LA EAP DE BIBLIOTECOLOGÍA 1992

LISTADO DE IMÁGENES Imagen 1: Primera promoción Imagen 2 Personal de la Biblioteca Nacional 1946 Imagen 3 Escuela Nacional de Bibliotecarios 1951 Imagen 4 Promoción 1946 Imagen 5 Ceremonia en la Biblioteca Nacional 1958 Imagen 6 Promoción 1957 Imagen 7 Ricardo Arbulú 1968 Imagen 8 Escuela Nacional de Bibliotecarios 1958 Imagen 9 Promoción 1951 Imagen 10 Escuela Nacional de Bibliotecarios 1954 Imagen 11 Promoción 1967 Imagen 12 Escuela Nacional de Bibliotecarios Almuerzo Camaradería Imagen 13 Promoción 1966 Imagen 14 Escuela Nacional de Bibliotecarios 1964 Imagen 15 Promoción 1974 Imagen 16 Promoción 1978 Imagen 17 Inauguración Biblioteca 1978 Imagen 18 Promoción Gustavo Saco Miro Quesada Imagen 19 Promoción 10 de abril Imagen 20 Promoción Pedro Zulen Imagen 21 Inauguración Biblioteca 1987 Imagen 22 Semana Bibliotecario 1989 Imagen 23 Profesoras EAPBCI 1989 Imagen 24 Navidad en San Marcos


EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA CONSIDERANDO: Que es indispensable crear un cuerpo de empleados científicamente capacitados para desempeñar los puestos en las Bibliotecas Nacionales; y Que no existe en el país ninguna Institución que en su plan de estudios considere cursos relacionados con la técnica biblioteconómica; DECRETA: 1º Créase la Escuela Nacional de Bibliotecarios; 2º Encomiéndase al Director de la Biblioteca Nacional la organización y reglamentación de la misma; 3º Los futuros nombramientos de empleados técnicos de la Biblioteca Nacional deberán recaer en el personal egresado de dicha Escuela; 4º Aplíquese los gastos que demande el cumplimiento del presente decreto al Crédito Extraordinario votado para la Reconstrucción de la Biblioteca Nacional. Dado en la Casa de Gobierno de Lima, a los veintitrés días del mes de junio de mil novecientos cuarentitres.


Lima, 28 de diciembre de 1943 CONSIDERANDO: Que por Decreto Supremo de 23 de junio último fue creada la Escuela de Bibliotecarios, encomendándose su organización al Director de la Biblioteca Nacional; y Que han terminado las labores preparatorias del Primer curso de la Escuela y es necesario fijar el Plan conforme al cual ha de desarrollar sus actividades; SE RESUELVE: 1º.- Organizar el funcionamiento de la Escuela de Bibliotecarios con los profesores designados, para este primer curso, por el Comité Norteamericano de Ayuda a la Biblioteca Nacional, y por lo demás profesores nombrados para el efecto; 2º.- Las clases se iniciarán el 15 de Enero de 1944 y seguirán un plan intensivo de estudios teórico-prácticos para la profesión de bibliotecario; por un espacio no menor de seis meses; 3º.- Las asignaturas que se estudiarán en este Primer Curso, serán las siguientes: Administración y Economía Bibliotecarias (con una parte dedicada a Bibliotecas Infantiles), seis horas semanales; Bibliografía (con referencia especial a la española, americana y peruana), tres horas semanales; Catalogación y Clasificación, cuatro horas semanales; Historia y Técnica del Libro (con referencia especial a América y al Perú), una hora semanal; Paleografía, una hora semanal. 4º.- Serán alumnos de la Escuela los veinticinco candidatos seleccionados por el Comité de Admisión para el Primer Curso, a los que se agregarán tres empleados que designe el Ministerio de Educación Pública entre los que prestan servicios relacionados con las distintas clases de Bibliotecas que considera la Ley Orgánica de Educación Pública y siete empleados de Bibliotecas Institucionales, que mantengan servicios de lectura al público, escogidos por el mismo Comité entre las entidades que se han inscrito dentro del plazo prefijado para la presentación de las solicitudes.


El derecho de inscripción será de veinticinco soles oro (S/. 25.00) por todos los cursos y para el certificado final. 5º.- En el horario de la Escuela se fijará el tiempo que sea necesario para la preparación de los ejercicios, la realización de las prácticas y las horas de consulta individuales que deben dedicar los profesores a los alumnos. 6º.- Los alumnos estarán obligados a presentar un examen escrito a la mitad del curso y dos finales, escrito y oral, al concluirlo. No habrán exámenes de aplazados. 7º.- Sólo serán admitidos al examen final los alumnos con 90% de asistencia a las clases. 8º.- Los alumnos aprobados en todas las materias recibirán un certificado de suficiencia de la Escuela, con una indicación especial para el caso de que hayan sido hechos los estudios con merecimientos excepcionales. Para cada materia por separado, la Comisión Examinadora suministrará una papeleta donde constará el calificativo final correspondiente a las siguientes notas: a) Sobresaliente; b) Bueno; c) Regular; d) Desaprobado. 9º.- La Escuela pondrá una pequeña biblioteca a disposición de los alumnos para práctica y estudio, cuidando de que esté abierta en las mañanas y en las tardes, fuera de las horas de clase. 10º.- El Ministerio de Educación Pública, a propuesta del Director de la Biblioteca Nacional, procederá a nombrar y contratar los profesores de la Escuela para el Primer Curso y aprobar los programas de cada asignatura. Rúbrica del Señor Presidente de la República


1) Imagen 1: Primera promoción Jardín “El Molino” en Magdalena 29 de agosto de 1945 Sentados: Luis Fabio Xammar, Carmen Ortiz de Zevallos, Jorge Basadre, Carmen Rosa Tola, Alberto Tauro del Pino, Jorge Parto. Parados: Amalia Aubry, María Weston, Carmen Rubiños, Teresa Silva Satisteban, Abigail García de Velezmoro, Rosina Ugarte, Sára Ráez, Odile Rodríguez, Rosalía Amésquita, Olivia Ojeda, Agustina Musante, Ana María Stinman, Lucy Remy, Mercedes Gazzolo, Germán Univazo, Alejandro Lostanau, Jorge Moreno, Andrés Viccina.


EN LA BIBLIOTECA NACIONAL1 Por Jorge Basadre "Era mi convicción profunda (he escrito en el folleto La Biblioteca Nacional de Lima 1943-1945) que las llamas oprobiosas del incendio debían haber destruido algo más que los libros, manuscritos, estanterías. Sobre sus cenizas sólo le cabía al Perú erigir otra institución no para que fuese lo más parecida posible a la antigua, sino para que tratara de ser lo más parecida posible a lo que significa una biblioteca moderna en un país democrático. La incuria burocrática tenía responsabilidad directa o indirecta, en el siniestro; a ella habíase sumado también el viejo espíritu. La reconstrucción tenía que ser total: libros, servicio, organización, personal, espíritu. Por eso consideré necesarias las tres condiciones que señalé al presidente Prado para asumir el cargo de Director de la Biblioteca y que fueron aceptadas: criterio técnico en la organización del nuevo establecimiento, Escuela de Bibliotecarios, autoridad plena para manejara la Biblioteca y para tratar directamente con el Presidente de los grandes problemas que la reconstrucción suscitara. La Escuela de Bibliotecarios cuya creación gestioné ante el Presidente Prado comenzó a funcionar en enero de 1944, con cuatro profesores seleccionados por el Comité de Ayuda Norteamericana a la Biblioteca, cuyo sueldo fue pagado a medias por el gobierno del Perú y dicho Comité. Los norteamericanos eran Raymond Kilgour, Josephine Fabilli que ha trabajado más tarde en varias bibliotecas latinoamericanas, Margaret Bates y Elizabeth Sherer retiradas luego de la profesión. Junto con ellos estuvo el destacado experto cubano Jorge Aguayo. Con gran eficiencia desempeño la secretaria de la Escuela, entonces y más tarde carmen Ortiz de Zevallos, bibliotecaria graduada en Madrid que anteriormente me había acompañado en la Catalogación de la Biblioteca de la Universidad de San Marcos. Pero el equipo de especialistas, llegado a Lima en enero de 1944, no dejo de ocasionar quebraderos de cabeza. Entre ellos hubo dos personas -el Sr. Kilgour y la Srta Sherer- que fueron despachados sin que se constatara previamente si sabían hablar o comprender el idioma español; de modo que teníamos que traducir sus lecciones para que ellos las leyeran en clase con su acento típico, sin que pudieran establecer casi contacto directo con sus alumnos. No faltó el intento de usar en clase libros y normas para bibliotecarios de referencia o consulta en idioma inglés, con la idea absurda de imponerlas a nuestra gente. Hubo uno de esos profesores que sufrió Publicado en FENIX, Revista de la Biblioteca Nacional del Perú, Nº 17, Lima, 1967. pp. 15, 24-25

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de tal manera el "shock" de hallarse sólo y lejos de su familia, en un país extraño, en un hotel, fuera del ambiente que las personas cultas consideran natural, que decidió embarcarse en un avión de regreso a su país cuando apenas había comenzado la Escuela a trabajar; me costó una noche entera obtener que consintiera en quedarse. El curso de 1944 se completo con clases dadas por Luis F. Xammar, Alberto Tauro y por mí y también por Alberto Pincherle sobre historia del libro. En fin, la Escuela siguió adelante, en medio de peligros diversos y el curso finalizó. Egresaron en la primera promoción Rosalía Amézquita, Ricardo Arbulú, Amalia Aubry, Percy Gibson, Luis F. Málaga, Agustina Musante, Olivia Ojeda, María Elisa de Otero, Lucy Remy, Carmen R. Rubiños, Ana María Stimman, Carmen Rosa Tola, Abigaíl de Velezmoro y Mary Weston. Lo importante era que ya teníamos un puñado de muchachos y muchachas entusiastas, con los comienzos de una preparación, dispuestos, en su mayoría, a pasar por los peores sacrificios para trabajar en la labor bibliotecaria. Ellos instalaron los primeros servicios técnicos y lo que no habían aprendido en la Escuela lo fueron aprendiendo en la práctica diaria porque tenían la conciencia bibliotecaria y el deseo de trabajar bien; y su calidad espiritual resultó tan excelente que luego alguno de ellos (Carmen Rosa Tola, Ricardo Arbulú, María Elisa de Otero, Agustina Musante, Olivia Ojeda, Abigaíl de Velezmoro) fueron capaces de actuar como profesores de la segunda promoción junto con Luis Fabio Xammar, Alberto Tauro y yo. Y un grupo selecto de ella, unido a los abnegados "veteranos" de 1944, sirvió para preparar a la tercera promoción; y así sucesivamente. Entre los egresados de 1945 estuvieron Blanca Adrianzén (que la enriquecido la bibliografía nacional con una obra sobre bibliotecas de niños) Mercedes Gazzolo, Sara Ráez, Odile Rodríguez y Teresa Silva Santisteban. A las promociones de 1946 y 1947 pertenecieron: Edith Araujo Arana Lilia Gómez Sánchez María Bonilla Rambla Emma Castro Pérbuli Victoria Conroy Mena Beatriz Chiriboga Sotomayor Luciano Herrera Vargas Ramón Ponce Paz Susana Riedner Curiel Susana Riedner Curiel Graciela Sánchez Cerro

Alfonso de Silva Lestonnat Violeta Angulo Morales María A. Ballón Delgado Clementina Casas Sandoval Nelly Castillo Cáceres Cristina Duarte Blashka Melanie Frayssinet Gandolini María Isabel Pastor Carnero Isabel Tamayo Clark Rosina Ugarte Salazar


Un examen detallado de la Escuela en su primera y heroica época aparece en mi artículo titulado "El primer experimento peruano de educación bibliotecaria" que publicó El Comercio el 1º de enero de 1947. La Escuela no puede, ella sola, ser una panacea para males o atrasos del ambiente. Tampoco es una fábrica de eruditos, ni una proveedora de talento. Ha sido y sirve todavía para poner a prueba vocaciones, eliminar a lo frívolos o a los desorientados, fomentar la disciplina de trabajo, estimular el afán para saber y para hacer bien las cosas, ofrecer año a año frescos contingentes que sirven para el ejercicio de nuevas actividades o el reemplazo de quienes se alejan por una razón u otra, irradiar lentamente sobre todo el país y eliminar la peligrosa tendencia a los nombramientos arbitrarios, debidos al variable favor de la política. Quedó para el futuro el proceso de desligar a la Escuela de la Biblioteca Nacional, hacerla influir directamente sobre la vida nacional, renovarla con personal docente de afuera y dar carácter universitario a sus estudios.


LA BIBLIOTECA NACIONAL DE LIMA (1943-1945)2 Por Jorge Basadre PERSPECTIVAS DE LA ESCUELA La experiencia ha demostrado que no fue errónea la insistencia con que solicité el establecimiento de una Escuela de Bibliotecarios en el Perú. Al principio, la idea pudo ser recibida con frialdad, escepticismo o antipatía. Se oponían a ella el recuerdo de anteriores etapas en la historia de la Biblioteca Nacional, el concepto de que basta la dedicación erudita y hasta el simple gusto por la lectura para ingresar en la profesión bibliotecaria; y en 1943 no dejó de haber una inquietud de tipo seudopatriótico contra la venida de técnicos extranjeros a formar parte del cuerpo docente de la naciente Escuela. En la Biblioteca de la Universidad de San Marcos, donde acometimos, a partir de 1935, por primera vez en el Perú, la tarea de catalogar con personal especialmente preparado para ello (la Srta. Ortiz de Zevallos primero y luego la Srta Teresa Umlauff, especialmente enviada a la Escuela de servicio Bibliotecario del Pratt Institute) se había podido evidenciar que, careciendo de un equipo de catalogadores completo y auténtico, dicha tarea se podía hacer sólo a medias, para fichas de autor. Aparte de esto, la ausencia de entrenamiento profesional en el conjunto del personal, impedía la organización debida y la modernización completa del servicio, pese a la buena voluntad desplegada. Dentro de la catalogación misma, cuando se trata de bibliotecas grandes, ella no puede en realidad ser completa, si los catalogadores no tienen a la mano, para el uso diario, un conjunto de instrumentos de trabajo, de obras de consulta, no solo reglas o códigos sino también textos complementarios; y el manejo de esas fuentes, aunque parezca inverosímil, se hace adecuadamente tan sólo cuando ha habido un sistemático entrenamiento para ello. Catalogación sin una pequeña biblioteca esencial de obras sobre práctica catalogadora, es sólo intento, esbozo, aproximación. La Escuela de Bibliotecarios vale, pues, por lo que enseña. Pero vale también por la disciplina de trabajo que infunde, por los hábitos que infunde, por la familiaridad que establece con la literatura bibliológica. La nuestra no se ha iniciado en gran escala y puede haber cometido algunos errores y albergado más de una deficiencia. Pero ha tenido una virtualidad salvadora: la sinceridad de sus propósitos, Publicado en FENIX, Revista de la Biblioteca Nacional del Perú, Nº 3 Segundo Semestre 1945. pp. 642-643

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la buena fe de sus miras, el deseo de acertar. No ha hecho obra rimbombante, pero en ella se ha trabajado intensamente y bien. Ha sido una escuela seria, dinámica, sin desviaciones ni interferencias. Alguna vez se nos ha preguntado por qué no hemos elevado el número de alumnos, o ampliado la enseñanza. Respondemos que en nuestro primer curso tuvimos muchos más alumnos de los que podíamos recibir con una representación nutrida de otras bibliotecas- y que el número excesivo fue uno de los tropiezos de dicho curso. El tipo de trabajo que aquí se verifica es el más alejado posible de la lección magistral, de la clase-conferencia. Se aproxima, más bien, al curso de seminario. Necesita, por lo tanto, un personal reducido y seleccionado. Este fue el ensayo que se hizo en el segundo curso que, por lo demás, como ya se ha dicho, fue ensayo también para quienes enseñaban. Teníamos que de ir de lo simple a lo complejo, de lo pequeño a lo de mayor volumen. No podíamos dedicarnos a enseñar a otros, cuando nuestros propios cuadros estaban por proveerse. El provenir de la profesión de bibliotecarios en el Perú parece mucho más abierto que en 1943. Sin la Escuela de Bibliotecarios no podrían explicarse el movimiento en pos de una Asociación de Bibliotecarios Peruanos, la creación oficial del Consejo Nacional de Bibliotecas, el proyectado Instituto Bibliotecario dentro de la Universidad de San Marcos. Corresponde a otros ensanchar el surco y recoger la cosecha; ya la semilla está echada.


TERMINACION Y COMIENZO3 Palabras al clausurarse la Escuela de Bibliotecarios. Discurso del Dr. Jorge Basadre, Director de la Biblioteca Nacional Nos reunimos esta noche por última vez después de haber terminado las labores de la Escuela de Bibliotecarios. Debemos despedirnos con un gesto cordial como quienes han hecho juntos una difícil e interesante caminata y van a separarse pero esperan volverse a ver en nuevas luchas comunes en pro del mismo y grandioso ideal. SALUDO A DOS HUESPEDES Hemos aprovechado esta oportunidad para recepcionar a dos figuras eminentes en el campo bibliotecario norteamericano: los señores Milam y Lyndenberg de paso por Lima durante breves días. Les damos hoy públicamente nuestro testimonio de amistad. El señor Milam ha dedicado muchos años de su vida a ser algo así como un gerente de los intereses bibliotecarios en su gran país. El peso de las labores de la American Library Association, con sus varios miles de afiliados y sus cientos de empleados reposa sobre sus fuertes hombros. Cuándo está en Estados Unidos, lamento mucho decirlo, no se puede hablar con él sino por breves momentos. En actividad ininterrumpida, se le vé viajar por asuntos de su cargo por todos los Estados. Sus tareas se centuplican cada año en el período de convenciones o asambleas de bibliotecarios que sucesivamente se realizan en distintas ciudades. A ellas acuden jóvenes y viejos, hombres y mujeres,, jefes y auxiliares dentro de la profesión; discuten divididos por secciones, según la especialidad de cada cual, temas relacionados con el progreso científico y administrativo; renuevan o inician amistades; y reciben así después de una o dos semanas de convivencia, estimulo para seguir adelante. antes de la guerra actual también estuvo el Sr. Milam ocasionalmente en Europa con motivo de la organización de la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios que llegó a establecer y comenzó a laborar en forma muy interesante teniendo una de sus últimas reuniones en Madrid en 1934. Esperamos que después de esta guerra, en la Europa liberada, se reinicie, expanda y ahonde esta cooperación de paz y cultura, sin que implique el abandono de las relaciones entre el Sur y el Norte de América. A la acción del señor Lyndenberg está vinculado el desarrollo de la Biblioteca Publicado en FENIX, Revista de la Biblioteca Nacional del Perú, Nº 1 Primer Semestre de 1944. pp. 133-142

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Pública de Nueva York con sus numerosas sucursales en los distintos barrios de aquella metrópoli; algunas de ellas especializadas en la raza o en la clase del vecindario que reside en sus inmediaciones. También a él se asocia la erección de la Biblioteca Benjamín Franklin en México, ensayo de presentar libros norteamericanos dentro del sistema bibliotecario norteamericano en un país hispano-americano. Como Putman y Bishop en el pasado cercano, como Metcalf, Joeckel, Gjelness hoy, es Lyndenberg uno de los "leaders" en la vida y en el pensamiento, con muchos amigos, gran cantidad de conocidos y pocos enemigos, si alguno hay; los jóvenes que a la profesión entran pueden recibir de él, sin mezquinos distanciamientos de edad o de época, consejo sano e inspiración auténtica. COORDINACION BIBLIOTECARIA AMERICANA Tenemos la esperanza de que el viaje de estos dos dirigentes no sólo norteamericanos sino de relieve internacional sea útil para un mejor entendimiento y para una relación más fructífera entre quienes en la América del Norte y el la América del Sur viven en el mundo de los libros. Les confiamos un mensaje a los bibliotecarios de los países que van a visitar: el de nuestro interés por entrar en mayor relación con ellos. Urge que emprendamos aquí nosotros en América del Sur importantes proyectos como por ejemplo: catálogos de las revistas y publicaciones periódicas latino americanas actuales con sus índices correspondientes, listas coordinadas de los libros y folletos que en cada una de estas Repúblicas aparecen; compilaciones de bibliografías y obras de consulta o referencia de este mismo idioma, etc. Necesitamos también una revista de problemas bibliotecarios hecha por latinoamericanos y para latinoamericanos con la colaboración de los especialistas de Estados Unidos. De ellos podemos recibir en todas estas empresas y otras análogas, la ayuda técnica que con tanta generosidad prestaron primero a las escuelas de servicio bibliotecario en Montevideo, Sao Paulo, Bogotá y luego a esta de Lima y más recientemente a la de Quito. Tenemos ante ellos un espíritu realmente amistoso y deseamos aprovechar en lo posible de su experiencia y de sus éxitos. No por eso nos consideramos antipatriotas como no lo fueron en el Perú el Presidente Pardo cuando llamó a ingenieros polacos a abrir la Escuela de ingenieros o el Presidente Piérola cuando llamó a militares franceses a abrir la Escuela Militar de Chorrillos. Reconocemos por otro lado que tenemos problemas propios y que debemos afrontarlos nosotros mismos. Por nuestra parte, podemos y debemos suministrar a los bibliotecarios de Estados Unidos una información bibliográfica que quizá les falta sobre América Latina. Así todos nos conocemos mejor. No es una coincidencia que dentro del lenguaje sagrado conocer sea equivalente de amar.


EL TRABAJO EN LA ESCUELA Para infundirle su tercera vida a la Biblioteca Nacional en junio pasado, nuestro plan se basó en tres directivas: edificio, libros y personal. No podía el Perú después de la oprobiosa catástrofe de mayo, menos que construir un edificio modelo. Ido debía ser ya el tiempo en que antiguos conventos o cuarteles se convertían en bibliotecas. No por eso hay que super-estimar el problema del local por grandioso que este sea; pues una biblioteca moderna funciona no en un sitio único sino a través de una serie de focos, en una red compuesta de una central y sucursales. Tampoco era posible imaginar una biblioteca sin libros; pero esos libros debían ser no cualquier deshecho de las colecciones particulares y oficiales, sino obras útiles, vivas, fecundas, representativas ya sea de lo que se ha pensado o escrito en el Perú o sobre el Perú en todos los tiempos, ya sea del patrimonio cultural del hombre de nuestra época. Pero, por otra parte, ese edificio adecuado y esos libros reunidos según una política bibliotecaria planificada, no debían ser entregados al cuidado de un equipo arbitrariamente formado. El empirismo, por más simpatía que los autodidactas merezcan, las genialidades bizarras de quienes se sienten superiores a las experiencias de muchas generaciones, la ciencia infusa, los conocimientos por analogía tienen que ser superados si estos países quieren avanzar de veras. Como deben ser también proscritas de las oficinas bibliotecarias las concesiones y favores por motivos políticos, familiares o personales. En suma, necesitábamos correr el riesgo de intentar una labor creativa en medio de esa enorme maquinaria de precedentes y de usos que es la burocracia. La Escuela de Bibliotecarios era un requisito indispensable para la nueva Biblioteca. Ella nos debía dar un personal tal vez no tan pintoresco pero en todo caso más eficaz que el ungido "a priori" por Resoluciones Supremas caprichosas. Deseamos sentar un precedente e indicar una orientación a aplicar a costa de algunas contusiones el principio de las designaciones selectivas en vez del principio de las designaciones mecánicas. NUESTRA COMUN AVENTURA Me dirijo ahora a cada uno de los estudiantes de esta Escuela con la más sincera emoción. Quizá no saben ellos del afecto con los que he mirado siempre, arrostrando en su defensa la difamación al principio, protegiéndolos luego en lo posible del trabajo excesivo que podía ser inconducente desde el punto de vista de una base profesional aplicable en el Perú.


Saben bien todos los que fueron seleccionados por el voto doble del señor Kilgour y señorita Sherer y uno mió, como en ello no medió ninguna consideración extraña. Saben bien los diez que vinieron del Ministerio de Educación o de distintas bibliotecas, que se les acogió cordialmente sin exigirles prueba alguna, infiriéndose, con ello, a algunos, sin querer, daño positivo con la condición desfavorable en que estuvieron en relación con el manejo de idiomas extranjeros, especialmente el inglés. ¡Tenemos tantas cosas que contar de estos seis meses!. Aquellos viajes en el ómnibus del Colegio de San Andrés que partía temprano del Paseo de la República en las mañanas de verano, mientras otros dormían o se iban de excursión; aquellas clases al comenzar el día y al final de la tarde; el proyector que no funcionó bien; las exhibiciones de la película de Wichita "The Newcomes visit the Library"; los febriles apuros para los pasos y los exámenes; las listas de los libros de referencia que ponían a prueba la voluntad y disciplina como una especie de alpinismo intelectual; el cambio de ómnibus del Colegio Santa Ursula; el traslado del local; el paseo a la fabrica de papel; las pequeñas fiestas de camaradería; todos esos recuerdos y tantos otros espero que se les queden grabados en el alma para siempre y que, mas tarde, disipados los momentos de angustia, queden con ese aroma de la nostalgia que a veces es el único consuelo de la soledad interior. Sobrado derecho a guardarlos tienen ustedes porque corresponden a una etapa de sus vidas limpia, sana y entusiasta, o sea auténtica, hermosa y radicalmente joven. Y eso nadie se los podrá quitar. LAS CIRCUNSTANCIAS ADVERSAS Hemos realizado el experimento de esta Escuela dentro de circunstancias muy adversas. La guerra ha impuesto condiciones tan difíciles en el transporte que muchos textos llegaron, sin culpa personal de nadie, demasiado tarde, casi al fin del curso, como entiendo que ocurrió en Quito. No hemos tenido comodidades grandes donde funcionó la Escuela no obstante la generosidad sin límites de quienes nos acogieron, especialmente la señorita Rosario Araoz, Director de la Escuela de Servicio Social. Realizando un esfuerzo de pioneers en un país todavía no abierto a la conciencia bibliotecaria, han faltado junto con las bibliotecas donde practicar, todo ese ambiente propicio de lo ya organizado y en funcionamiento que insensiblemente favorece tanto a estudiantes de otras partes. Como no pusimos la prohibición de ingresar a quienes trabajan, han resultado no solo incómodos sino difíciles para muchos el horario de clases y el estudio suplementario, este último mucho más absorbente, con gran sorpresa para los que creyeron que las lecciones serían aquí conferencias que se podían escuchar pasivamente desde las bancas


escolares. CUALIDADES DEL BIBLIOTECARIO Para ser bibliotecario - preciso es decirlo aunque sea harto conocido- se requiere como requisito fundamental el amor al libro, sentir ante él una especie de placer casi físico y al mismo tiempo hondo e insondable. No basta, sin embargo. Preciso es saber. así como hemos eliminado en este país a los civiles que recibían grados sin haber pasado por la Escuela Militar y a los que curaban enfermos sin el titulo de la Facultad de Medicina, llegaremos un día a no comprender al que dentro de una biblioteca carece de formación profesional. Ella, como ustedes bien lo saben a costa de innumerables sacrificios, esta hecha por una serie de normas y de reglas y de datos. Para aprenderlos se necesita no solo paciencia sino humildad interior. En las bibliotecas no deben tener cabida los soberbios, ni los vanidosos por sabios y eruditos que sean. Porque esa humildad interior, derramada primero en el fatigoso aprendizaje escolar, ha de prodigarse luego incesantemente en la disciplina del trabajo diario y en la atención del público lector. Lo importante aquí es el servicio y su eficiencia, que deben estar lo más lejos posible de la desviación administrativa que conduce a la rutina cotidiana blanda y floja y lo más lejos posible de la desviación erudita que engendra la pedantería. No todos componen sinfonías ni pintan cuadros ni hacen operaciones de cirugía; sin embargo pueden ser gente muy capaz, muy honorable y muy distinguida intelectual y moralmente. Así también, no todos pueden ser bibliotecarios. "Serás lo que debas ser y si no, no serás nada": ese era el lema de José de San martín, fundador de la independencia y de la Biblioteca nacional, y ninguno de los libros que para ella regaló contiene precepto más sabio. A los alumnos con miras a su ingreso a la Biblioteca Nacional les digo que sólo algunos de ellos han de ser escogidos por calificativos que no han de llegar al límite señalado, a causa de algunas de las razones ya expuestas o por mala suerte o por circunstancias fortuitas. Insisto en que ello no envuelve agravio ni ofensa alguna. En este momento todavía ni siquiera sabemos los nombres de todos los que han de ser nombrados. No se trata de decirles a los que no obtengan ese privilegio que son incapaces, o indignos; ni siquiera que son desaplicados. se trata únicamente de algo más simple: esta vez su oportunidad quedó postergada. Les suplico desde ahora tratar de comprender que los calificativos finales son el resultado automático de muchos calificativos sumados. Como tal vez ocurrió en enero, también quizá ahora habrá errores en estas listas, pero por si los hay, ellos serán siempre de buena fe. En todo caso no haremos sino un escrutinio en donde cada intervención individual este


contrapesada por otras intervenciones individuales. espero que se nos haga el favor de creer que lo único que queremos es acertar y que nuestro más vehemente deseo, del que depende en verdad el éxito de la futura Biblioteca Nacional, es contar con el personal mejor preparado posible. Es tan abrumadora la obra por hacer que ante ellas serían necias y suicidas las consideraciones pequeñas. A los que sean nombrados ahora, si es que carecen de otras ocupaciones o en el futuro cuando cumplan compromisos que hoy los atan, quiero felicitarlos de antemano y decirles que gravitará sobre ellos una grave responsabilidad y también que emprenderán una bella aventura. No les profetizo sueldos demasiados altos ni actuación decorativa; quizás tengan que afrontar a veces la insensibilidad burocrática del Estado o la frivolidad del medio. ¿PARA QUE TRABAJAR AHORA? Puede haber quien pregunte ¿Para qué necesita la Biblioteca Nacional empleados si aún no funciona? Contestamos que podríamos usar el triple del personal que vamos a tener. Un Departamento de Catalogación con cinco catalogadores será modesto si se examinan los problemas que nuestras presentes colecciones de libros antiguos y modernos, periódicos y folletos presentan. Cuatro en el Departamento de Ingresos no alcanzarán a realizar las vastas funciones que a ese Departamento corresponden: anotar y tener al día a todos los periódicos y revistas de la capital y el resto de la República hasta la más humilde aldea, preparar el anuario de la prensa peruana, hacer y clasificar listas de artículos importantes dispersos en la producción periodística, llevar el registro de volantes y hijas sueltas, hacer recortes, tener al día las revistas y periódicos extranjeros adquiridos por canje o suscripción, individualizar, y agradecer los donativos en libros del país y del extranjero, estos últimos a veces en numerosos cajones, organizar las informaciones necesarias para futuras compras, etc. Dos a cargo de la identificación de los numerosos libros, folletos y periódicos que son la herencia que hemos recibido del incendio y que podemos quizá salvar para la cultura peruana como hemos hecho ya con muchos en todo o en parte, implica una cifra azas irrisoria. Dos para el Departamento Infantil que trataremos de abrir al público en agosto próximo tampoco es un exceso. No lo es por cierto, que haya uno para preparar el material necesario en el departamento de Consultas, atender las que ya se presentan en número creciente y poner en condiciones a dicho Departamento para que pueda ser útil en el país y fuera de él sin esperar la inauguración del edificio de la Biblioteca.


Necesitarán pues, los nuevos empleados de la Biblioteca esperar todavía antes de entrar en contacto con el gran público; pero esa demora puede ser útil ya que aprovecharan el tiempo para preparar todo, con el objeto de que, cuando se inaugure el nuevo edificio de la Biblioteca, estén listos y expeditos sus diversos servicios. Solo con el deseo de hacer algo grande en la vida vale la pena vivir; y he aquí deparada una oportunidad excepcional por lo mismo que es dura, para hacer en verdad algo grande porque estará al servicio permanente de los peruanos del presente y del futuro. Que la inigualable satisfacción interior del deber cumplido, la alegría del esfuerzo máximo, la compensación de la obra bien hecha acompañe siempre a esta generación joven. Que cuando nosotros muramos o caigamos en la brega, recojan la bandera y sigan adelante.


2) Imagen 2 Personal de la Biblioteca Nacional 1946 Cocktail en el Bolívar 6 de julio de 1946 Sentados: Ella Ella Dumbar, Francisco Aguilera, Ralph Munn, Luther Evans, Jorge Basadre. Parados: Amalia Aubry, Sara Ráez, Rosa Escárcena, Mercedes Gazzolo, Sebastián Salazar Bondy, Howard Lee Nostrand, Alfonso de Silva, Jorge Martínez, Ricardo Arbulú, Carlos Rasgada, Sr. Fernandini, Arnaldo del Valle, Adolfo Winternitz, Carmen Ortiz de Zevallos, Carmen Rosa Andraca, Teresa Silva Santisteban, Agustina Musante, Alberto Tauro, Luís Alayza Paz Soldán, José Sabogal, entre otras personalidades.


LO QUE HEMOS HECHO HASTA AHORA ¿Cabe decir que no hemos hecho nada todavía para la Biblioteca?. Miramos el camino recorrido en un año y en verdad no nos consideramos satisfechos; pero con nuestro entusiasmo no podemos por desgracia, exclusivamente edificar los distintos pisos y secciones del nuevo local. Sin embargo, se ha demolido la antigua Biblioteca; se ha desocupado y demolido la casa que ocupaba la Dirección de Inmigración; se ha expropiado, desocupado y demolido después de intensa lucha la finca del señor Orézzoli; se han hecho y completado los nuevos planos; se han entregado; se ha entregado la obra al arquitecto constructor señor Eduardo Villarán Freyre; ha empezado la cimentación. Si eso es lentitud, en buena hora; tal vez haya habido, más bien, apresuramiento. Por otra parte, se ha traído cinco profesores del extranjero para la Escuela de Bibliotecarios y se ha abierto y completado su ciclo de estudios; se han recibido donativos en gran cantidad de países y en este momento ya nuestras Secciones Argentina, Brasilera y Uruguaya son mejores que las perdidas en el incendio y tenemos una colección de folletos peruanos, por lo menos, igual a la anterior, merced a los fondos adquiridos del Dr. José Castañon, del Dr. Herminio Valdizán, de la Casa Rosay, de numerosos libreros de segunda mano y de bastantes particulares, muchos de ellos sin saber que han vendido a la Biblioteca; y además mediante grupos de "Amigos de la Biblioteca Nacional" van a tomar incremento las adquisiciones de libros modernos sobre Ciencias Sociales y otras disciplinas de interés palpitante, porque, permítaseme decir una vez más, la Biblioteca Nacional ha de ser no para una oligarquía de eruditos, exclusiva y ni siquiera preferentemente; ha de ser para todos los hombres, mujeres y niños que en el Perú quieran leer. LAS BIBLIOTECAS DEL FUTURO Prodigiosos cambios han ocurrido y van a ocurrir en el mundo de nuestra época. La aparición y desarrollo del "microfilm" y de las copias fotostáticas, el incremento de la radio y el fonógrafo, el futuro progreso de la televisión son, para algunos, anuncio de que los cambios repercutirán aún sobre aquellas actividades que se relacionan con los bibliotecarios. Parece muerto para siempre el hombre que podrá sentarse en su sillón durante años a leer una o más veces el mismo libro. hay quienes anuncian una era en que las noticias y las ideas no serán escritas sino dichas, en que la voz valdrá más que la escritura y que si se emplea la vista será para ver más que para leer. Cabe vislumbrar que el celuloide reemplazará al papel y la imagen al tipo de imprenta. Un soñador puede suponer entonces que las futuras bibliotecas sean gigantescos depósitos de películas minúsculas, o de discos.


No pecamos, sin embargo, de conservadores cuando creemos que, a pesar de todo, el libro vivirá siempre. Nada ha reemplazado todavía el goce de la lectura, el gusto arbitrario de abrirlo en cualquier momento y en cualquier página, a la facilidad de tenerlo cerca, a solas, diciendo su mensaje sin estrépito, con sutil dulzura. Nunca han trabajado tanto las imprentas como en estos años, nunca ha habido un número más alto de lectores en el mundo. Podemos concluir diciendo que cualesquiera que sean las prodigiosas transformaciones del futuro, habrá libros aunque ellos sean seguramente más baratos, más accesibles, más universalmente repartidos que ahora; y al haber libros habrá bibliotecas. CUATRO MITOS DE ESTA EPOCA Pensemos ahora brevemente en nuestra propia época y en las contradicciones corrientes que la angustian. En una estimativa de nuestro tiempo con su afán por las cosas efímeras y su esquivez ante lo permanente, cabría mencionar la tendencia al mito o sea, en el sentido moderno de la palabra, la atribución de valores absolutos a cosas que tienen carácter relativo, convirtiéndolas no en medios sino en fines con un sentido que cabría llamar totémico. Dentro de esta multiplicación del culto por los instintos en una sociedad descristianizada, se destacan el de la Técnica, el de la Riqueza, el del Erotismo, el de la Cultura. Como el mito pecuniario, es el de la Técnica un exponente de la filosofía de poder que ha surgido contra la filosofía del ser de origen clásico y medioeval. Responde al desarrollo de la máquina que han dado al hombre insospechados, múltiples y maravillosos órganos artificiales pero amenaza en convertirlo en esclavo en la regimentación rígida de un nuevo mundo motorizado entrevisto ya por la novela futurista que con Samuel Baller presenta la rebelión de la humanidad y con Aldous Huxley el sometimiento pavoroso. En todos los tiempos en que se ha desintegrado una civilización ha surgido, en cambio, desde la Antigüedad el culto de la riqueza aumentado y extendido en el apogeo de la era capitalista que se iniciara con las vastas aventuras coloniales de Europa del siglo XVI. Pero del mismo modo como estamos asistiendo a la agonía de la era colonial (como que la más grande potencia de ella, el Imperio Británico, para subsistir ha necesitado convertirse en un "Commowealth" o Confederación), así también, hoy, asistimos, aunque lo ignoren muchos todavía, a la agonía del capitalismo;y la misma ilusión burguesa de la riqueza individual se ve conmovida desde sus cimientos con las crisis económicas, las incertidumbres del futuro, las amenazas de la revolución y la violencia de la guerra total. El predomio del hombre de negocios que caracterizó al mundo que muere va siendo reemplazado en ciertos países por el predominio del político profesional


demagógico y lo será luego, así lo esperamos, por el hombre de trabajo. El instinto sexual congénito con la sociedad alcanzó nuevo realce en los tiempos recientes con las doctrinas psicológicas de Freud y en la literatura presenta corifeos múltiples entre los cuales quizás el más genial es D.H. Lawrence en cuya obra hay una exaltación pasional, una afirmación de fe, una magia alucinada que no tuvo ni vislumbro siquiera el naturalismo del siglo XIX, tipo Zola. Los brillantes propagadores del culto erótico se han visto ayudados en el mundo entero por el comercialismo que los divulga, el charlatanismo que los imita y la exacerbación neurótica de los años entre la primera y la segunda guerra mundial. Frente a los mitos de esta época, urge argüir los ideales que son no los antimitos sino lo contrario del mito. Al mito de la técnica hay que transformarlo integrando la plausible preocupación por el progreso con un contenido humano, espiritual y social. En vez del mito de la riqueza individual es preciso divulgar el ideal de la riqueza colectiva basada en la justicia en la que la libertad no ahogue la autoridad y a la vez esté limitada por el Bien Común de la Sociedad. Contra el mito erótico aparece como contraste el ideal del amor que si es auténtico se asienta sobre el equilibrio de una vida erigida sobre una sana vida moral. Nada de esto puede ser logrado con la simple invocación a los valores de la cultura. El saber por el saber puede ser un mito como otro cualquiera. Contra esos tres mitos, el tecnocrático, el plutocrático y el biológico suele esgrimirse el mito de la cultura cuyo punto de partida es el humanismo del renacimiento y cuyos momentos culminantes están en la creencia del siglo XVIII de que el filósofo habrá eliminado al teólogo y en la adoración del siglo XX por la ciencia. Mito contemporáneo que tiene además de la fase filosófica y cientifista, una de esteticismo puro cuyos apóstoles serían Valery y Proust, y otra pedagógica que florece en la fe ante la virtud taumaturgica de la educación y del libro. Hay esclavos de bienes corporales como hay esclavos de bienes intelectuales. Las limitaciones especializadas del profesionalismo, con sus tareas prácticas o utilitarias, tanto como la frivolidad del "dilettantismo" implican, cada uno desde un ángulo distinto, análogo divorcio entre la Inteligencia y la Realidad profunda. El mundo de hoy necesita no tanto muchos cerebros bien amueblados sino espíritus a quienes una depuración de la conciencia en lo posible, haya creado la más autentica de las ilustraciones. Y es que hay una autentica jerarquía de valores y son los valores espirituales los que condicionan la cultura. No por el número mecánico de libros, de escuelas o de analfabetos debemos juzgar a un pueblo, sino por el


número de hombres y mujeres conscientes de sus más altos destinos. Consideramos, pues, al libro un medio y no un fin, a la cultura como un punto de partida y no como un punto de llegada. GRATITUD Y AUGURIO Termino agradeciendo al Comité Norteamericano su ayuda, a todos los profesores su valiosa colaboración, especialmente a la Srta Josephine Fabilli y al Dr. Jorge Aguayo aquí presentes y a las señoritas Margareth Bates y Elizabeth Sherer y Dr. Raymond Kilgour que ya regresaron a su país; agradeciendo su voluntad de trabajo, su espíritu de disciplina y su constancia a los alumnos de la Escuela; augurando que algún día tendrá el Perú una gran Biblioteca Nacional funcionando en Lima, sucursales de la Biblioteca en los distintos barrios y suburbios, una biblioteca infantil en medio del Parque de la Exposición en vez del Restaurant La Cabaña, otras bibliotecas infantiles dando alegría y saber a los niños de todas las clases sociales; servicios de ómnibus y camionetas para la campiña; bibliotecas bien provistas y organizadas en todos los colegios y escuelas, bibliotecas grandes y medianas, generales y especializadas en todo el país, una Escuela de Bibliotecarios permanente suministrando personal para todas ellas, hombres y mujeres jóvenes y buenos como ustedes, los de la promoción de 1944. PESIMISMO PARA EL PRESENTE, OPTIMISMO PARA EL PORVENIR Hace catorce años cuando obtuve una beca para ir a Estados Unidos, precisamente con intervención del señor Milam aquí presente, cuán diferente era el panorama de nuestro mundo bibliotecario! ¿Quiénes se ocupaban aquí en Lima de la función moderna de las bibliotecas?. El cambio operado es análogo o mayor en otros países de América Latina, a pesar de contrastes, retrocesos y desalientos. A veces los momentos peores suelen producir resultados constructivos. No es necesario ser profeta para imaginar, por eso, que pese a todos los retrocesos posibles, dentro de diez años más la situación será mucho mejor. Nada ni nadie podrá contener a la larga este movimiento porque él es de bien colectivo, de mejora social, de promesa para la vida peruana.


EL PRIMER EXPERIMENTO EDUCACION BIBLIOTECARIA 4

PERUANO

DE

Por Jorge Basadre LAS ESCUELAS DEL SERVICIO BIBLIOTECARIO EN ESTADOS UNIDOS La primera escuela Profesional para Bibliotecarios fue establecida por Melvil Dewey, el creador del sistema de clasificación decimal en la Universidad de Columbia, en 1887. Uno de los críticos más agudos de Dewey llamado Poole, objetó la necesidad o conveniencia de este nuevo tipo de plantel, aseverando que la práctica o experiencia era suficiente para el trabajo bibliotecario. sin embargo las Escuelas aumentaron. Diez de las que actualmente funcionan en los Estados Unidos fueron creadas entre 1887 y 1910. Hoy su número total es de treinta y cuatro. desde 1938 han sido autorizadas las siguientes por el Comité de Educación de la asociación de Bibliotecarios: 1934

1935 1937 1938

1941 1942 1943

Chicago Denver Lousiana North Carolina Minnesota Toronto (Canada) Texas Rosary Collage Southern California Collage of Willian and Mary Universidad Católica Kentucky Atlanta Our lady of the lake collage

Las escuelas norteamericanas se dividen entres grupos: I, II, y III según los requisitos de admisión por ellos exigidos o los grados o títulos que otorgan. En un rango especial se encuentra la escuela de Graduados de Chicago en donde se realizan trabajos de investigación y estudios superiores en el campo social, filosófico e histórico anexo a la profesión dando lugar a la publicación de la revista "The 4

Publicado en El Comercio del día miércoles 1 de enero de 1947. p. 5


Library Quaterly" desde 1931 y a diversos libros y tesis. En 1923 la Carnegie Corporation ayudó a la preparación del famoso informe de C.C. Williamson, acerca del aprendizaje para el servicio bibliotecario, destinado a tener una vasta influencia en la orientación de los métodos de trabajo y directivas durante los años siguientes willianson señalo la inconveniencia de vincular las Escuelas destinadas al personal de la biblioteca con las universidades, y de allí ha resultado que hoy en Estados Unidos no hay escuelas autónomas. LAS ESCUELAS EUROPEAS Los efectos del movimiento norteamericano de escolaridad bibliotecaria se han dejado sentir lentamente en el extranjero. Europa en donde una tradición erudita y humanista ha hecho que la formación del personal para la biblioteca se asimile a la formación de archiveros y paleógrafos ha ido aceptando paulatinamente el punto de vista pragmático y funcional implícito en aquel ejemplo. La venerable "Escole des Chartres" dependiente del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes de Francia, es el símbolo de este tipo de enseñanza un poco absoluta. Aunque existe un decreto, fechado el 22 de febrero de 1932 creando el diploma técnico de bibliotecario a otorgarse por la "Ecole des Chartres", él fue duramente criticado desde el comienzo por el programa ofrecido; y tenemos noticia de que en el presente año de 1946, esta rigiendo uno nuevo, de acuerdo con el moderno concepto de la profesión. En Inglaterra ha existido tradicionalmente dos tipos de diplomas: el que confiere la Asociación Británica de Bibliotecarios y el Diploma de la Universidad de Londres. Esta vinculación universitaria, que Italia y Canadá han aceptado también, no es regla precisa para otros países. Así, en Noruega, la enseñanza se ha hecho en la biblioteca universitaria y popular de Oslo. Admirable es la Escuela de Bibliotecarios que existe en la Biblioteca del Vaticano. En Dinamarca la ley de bibliotecas, modelo en su género, dispone la creación de una escuela dependiente directamente del estado. Una compilación minuciosa del estado del problema en 1935, en los distintos Estados del mundo se encuentra en la obra que publicara el Instituto Internacional de Cooperación Intelectual de París bajo el título "Role et Formation de Bibliothecaire". LAS ESCUELAS LATINOAMERICANAS El único país latinoamericano que figura en esa recapitulación de datos o


noticias, es el Brasil. El capítulo pertinente se reduce a la traducción íntegra del decreto del 17 de octubre de 1931 estableciendo en la biblioteca Nacional la enseñanza de la Biblioteconomía. Sin embargo, antes de 1929 ya se habían hecho en México intentos en el mismo sentido que no pudieron ser continuados. La década que empieza en 1940 aparece en nuestro continente con caracteres singularmente propicios para la enseñanza bibliotecaria. En el Brasil se destaca la obra de Rubén Barba de Moraes en Sao Paulo, que lo ha llevado recientemente a la dirección de la Biblioteca Nacional de Rio de Janeiro. Dos destacados profesionales norteamericanos, Arthur Gropp en Montevideo y R. H. Gjelsness en Bogotá abren sendas escuelas. El incendio de la Biblioteca Nacional de Lima otorgó patético significado a la creación de la escuela de esta ciudad en 1944 y a la aparición de la revista especializada "Fénix", única de su género, hasta ahora, en habla castellana. En 1944 se abre también la Escuela de Quito, por acción norteamericana. El Instituto Bibliotecológico de Buenos Aires y el nuevo impulso dado al curso del Museo Social Argentino por "leaders" como Carlos Victor Penna dan a la Argentina una significación especial dentro de este panorama. Merced a las gestiones de Héctor Fuenzalida se abre la Escuela de Santiago en 1946 y al mismo tiempo, crece el número de bibliotecarios latinoamericanos con grados expedidos por Escuelas Norteamericanas, o con estudios de perfeccionamiento hechos en Estados Unidos, después de concluir su "stage" en escuelas locales. Por lo que tenemos noticia, en 1946 han funcionado los siguientes cursos en América Latina: dos en Colombia (en la universidad recientemente fundada para mujeres y en la universidad Javeriana), uno en Santiago de Chile, uno en Montevideo, dos en Buenos Aires, uno en Rio de Janeiro y uno en Lima. LOS PLANES DE ESTUDIO El plan de estudios de las escuelas de bibliotecarios norteamericanas y el de aquellas que están dentro de la misma órbita, ha seguido tradicionalmente el proceso de los libros mismos dentro de la biblioteca: selección de libros, catalogación y clasificación ha quedado como una unidad aparte mientras que la administración y organización de bibliotecas en general (o biblioteconomía según una palabra que ya entra en desuso) se ha dedicado un curso propio, sin perjuicio de que la selección de libros o la bibliografía según los casos, hayan tenido los suyos. También se ha dado cabida a los aspectos especiales del trabajo bibliotecario, dentro de los que tiene mucho atractivo el que se relaciona con los niños.


Este "curriculum" presenta como característica fundamental el propósito de entrenar en el uso y manejo de los instrumentos que el bibliotecario va a tener a su disposición en el diario trabajo. Se diferencia radicalmente del tipo erudito o europeo de "curriculum". Las materias enseñadas en la universidad de Roma, por ejemplo, para obtener el diploma de bibliotecario paleógrafo han sido las siguientes: Ciencia de archivos; biblioteconomía; bibliografía y ejercicios prácticos en oficinas; lengua y literatura latina de la Edad Media; instituciones de la Edad Media, paleografía latina y diplomática; paleografía griega; historia de la Edad Media; historia moderna; topografía y cartografía de la Edad Media. Una aproximación al punto de vista erudito esta invivita en el plan de estudios de la Escuela de Chicago, en la que se matriculan únicamente los graduados de otras escuelas. Pero más que un historicismo, Chicago a través de sus diversas etapas y tendencias, cambiantes de acuerdo con la personalidad de quienes tienen a su cargo este experimento, ha propugnado la formación de una teoría o filosofía de la técnica bibliotecaria, asi como el desarrollo de investigaciones que ayudan a la creación de una actitud crítica y experimental de la profesión. No es un mar tranquilo aquel por donde navegan las escuelas de bibliotecarios. Precisamente, ningún síntoma puede haber más revelador de su vitalidad que el indeclinable afán de superación, la metódica aptitud para observar vacíos y deficiencias, la sana voluntad de hallar formulas que satisfagan las nuevas demandas y las incesantes necesidades de la vida. desde el famoso informe de C.C. Williamson son varios los estudios para estimular un alza de nivel en la profesión, entre ellos están el de William S. Learned titulado "La Biblioteca Pública en Estados Unidos y la Difusión de los Conocimientos" (1924); el de Ralph Munn, huésped de Lima en julio de 1946, con motivo de la entrega del donativo norteamericano a la Biblioteca Nacional, sobre "Condiciones y Tendencias en la Educación Bibliotecaria"; el de Ernest J. Reece, también de 1936, sobre los planes de estudios de las Escuelas de este ramo; la compilación de datos y cifras hecha por Louis R. Wilson en 1937; la serie de opiniones acerca del programa de dichas escuelas editada en 1943 por Keyes D. Metcalf, huésped nuestro, como Munn aunque dos años antes; y, por último, el sensacional opúsculo que, bajo los auspicios de la Carnegie Corporation acaba de publicar Joseph L. Wheeler, "Progreso y Problemas de la Educación Bibliotecaria". Wheller, en su obra, fechada en marzo de 1946 refleja el profundo descontento que hoy existe frente a los planes de estudio. Como Williamson, en


1923 y como Munn en 1936, expresa, aunque más vigorosamente una crítica fundamental: las escuelas enseñan muchos detalles, dedican excesiva atención a los "métodos" y no invierten una cantidad adecuada de tiempo en los propósitos y la filosofía profesional, en los nuevos tipos de servicios, en los contactos entre la biblioteca y la colectividad. esto no quiere decir que las escuelas son un coto cerrado: en los más cercanos diez años ellas han aligerado considerablemente su énfasis sobre métodos y detalles. Ultimamente ha surgido la tendencia a agrupar los cursos en tres grupos: cursos relacionados con libros (donde se concentra la selección, la catalogación y la bibliografía), cursos relacionados con lectores y cursos administrativos. También se nota una orientación hacia la división del año escolar en dos períodos: el primer semestre con materias fijas y el segundo con materias colectivas de carácter especial, de acuerdo con el tipo determinado de trabajo bibliotecario que el alumno va a tener después. Wheeler, no obstante su mentalidad progresista, se alarma al analizar el desdén que hoy está de moda frente a los "cursos de libros". En contra de aquellos que afirman "simplifiquemos el catálogo" o "Tengamos catálogos tan fáciles como la guía de teléfonos", lanza una voz de alarma y de previsión. Ello no implica que estén mal el aligeramiento de reglas sobre catalogación y distribución de tarjetas, la atención mínima a las labores mecánicas o de rutina, la reducción de citas, títulos de libros y lecturas obligatorias; por el contrario en ese camino hay que avanzar más todavía. El nuevo y más elevado planteamiento de las asignaturas sobre administración, el análisis de la filosofía del servicio bibliotecario, la especialización de las distintas escuelas en campos diversos, la creación de cursos pre-profesionales, la relegación de determinadas materias de mayor hondura o complejidad para un período posterior a la obtención del diploma y aún al ingreso de la profesión, son otras tantas formulas sugeridas para enriquecer el futuro de la enseñanza bibliotecaria que puede aparecer quizá poco rígido pero que no por ello deja de ser sólido y robusto. LA ESCUELA DE LIMA Y EL CURSO DE 1944 La Escuela de Bibliotecarios de Lima se inició, como es sabido, en 1944, como parte del programa de reconstrucción de la Biblioteca Nacional destruida en 1943. En su primer curso contó con la generosa ayuda del Gobierno de los Estados Unidos y del Comité Norteamericano Pro Biblioteca Nacional de Lima. Fue así como resultó posible formar el cuerpo docente con cinco profesores: el doctor Raymond Kilgour, que actualmente está enseñando en la importante Escuela anexa a la universidad de Michigan; la señorita Josephine Fabilli, incorporada hoy al Departamento de Estado en lo que respecta a la organización de bibliotecas en centros culturales norteamericanos en América Latina; la señorita Elizabeth Sherier,


de la Biblioteca del Congreso ya casada y fuera de la actividad profesional; la señorita Margareth Bates, también de la Biblioteca del Congreso, después incorporada a la Universidad Católica de Washington, y el doctor Jorge Aguayo de la Biblioteca de la Universidad de la Habana, autor de un difundido libro catalogación y clasificación bibliotecarias. La presencia de estos profesores fue recibida con escasa simpatía dentro de algunos sectores. Se consideró en esos sectores que la nueva Biblioteca Nacional nacía con caracteres "no-nacionales" y hasta "anti-nacionales". En realidad, el experimento de Lima era mucho menos "norteamericano" en su contenido que los anteriores realizados en Rio de Janeiro, Bogotá y Montevideo, el señor Gropp sigue actuando, por cierto, con notable eficiencia. Por otra parte, como tuve oportunidad de decirlo en las palabras de despedida a la primera promoción de la Escuela (Fénix Nº 1) aquí fuimos tan antipatriotas como el Presidente Prado cuando trajo ingenieros Polacos para inaugurar la Escuela de Ingenieros y como el Presidente Piérola, cuando trajo militares franceses para dirigir la Escuela de Chorrillos.


3) Imagen 3 Escuela Nacional de Bibliotecarios 1951 Salón de Té “El Ciros” 27 de setiembre de 1951 Sara Ráez Patiño, Rosina Ugarte, Isabel Tamayo, Antonieta Ballón, Ricardo Arbulú, Aida de Amat, mary Paredes, Nilda Cáceres, Renee Amézaga, Bettina Summers, María Bonilla Rambla, Marieta Daniela, Vioteta Angulo, Tucha Martínez

4) Imagen 4 Promoción 1946 Promoción 1946 - 10 de mayo de 1947 Luciano Herrera, Mercedes Gazzolo, Agustina Musante, María Bonilla Rambla, Lilia Bittrich, Graciela Sánchez Cerro, Edith Araujo, Ricardo Arbulú, Sara Ráez, Susana Riedner, Olivia Ojeda, Rosina Ugarte, Bettina Summers


El curso de 1944 tropezó con innumerables, muchas de ellas insalvables. Por la extrema lentitud de las comunicaciones durante 1944 entre Estados Unidos y el Perú, buena parte del material requerido para la enseñanza, llegó tarde o en cantidades insuficientes. Hubo también tropiezos en cuanto al horario, pues se permitió que los estudiantes trabajasen en distintas oficinas o reparticiones públicas o privadas durante las horas útiles del día. Tampoco fue enteramente satisfactoria la ubicación de la Escuela, pues primero halló albergue el la Escuela de Bellas Artes, sin las facilidades convenientes en relación con la consulta de los libros; y después, en vista de que los restos o despojos de la Biblioteca Nacional hubieron de trasladarse a ese local tuvo que buscar otra hospitalidad, hallándola, con cordialidad inolvidable, en la Escuela de Servicio Social. El trabajo fue hecho como en el vacío, sin catálogo modelo para mostrar, sin servicios bibliotecarios propiamente dichos instalados en la ciudad que pudieran servir como puntos de referencia, sin que ninguno de los alumnos halla visto en su vida aquello sobre lo cual se le estaba enseñando. de todas estas y otras anomalías en el curso de 1944 trata el doctor Raymond Kilgour en su extenso informe sobre "La Escuela de Bibliotecarios de la Biblioteca Nacional del Perú", inserto en la revista "The Library Quaterly" de enero de 1945. Ello no obstante, reconoce el doctor Kilgour, que la Escuela cumplió entonces felizmente sus propósitos, que llegó a establecer un primer grupo de bibliotecarios y contribuyó al desenvolvimiento de una conciencia bibliotecaria en el Perú. El factor esencial para soslayar todas las dificultades fue, sin duda alguna, el alumnado. Su entusiasmo, su rapidez de percepción, de avidez de conocimientos, sirvieron de estímulo para el cuerpo docente. Verdad es que, gracias a la vasta publicidad dada al incendio, pudieron presentarse más de trescientas solicitudes de ingreso para veinticinco puestos como estudiantes. Interesándose por la nueva profesión personas que en circunstancias normales no hubieran pensado en dedicarse a ella. Otra dificultad que afrontó el experimento de 1944 fue la excesiva cantidad de alumnos matriculados. Veinte y cinco fueron aceptados como candidatos futuros a posiciones dentro de la Biblioteca Nacional, agregándoseles doce más, provenientes del Ministerio de Educación, de las Universidades de San Marcos, Arequipa y Cuzco, de los colegios de Guadalupe y Rosa de Santa María, escuela de Servicio Social, escuela de Ingenieros. De estos últimos ninguno pasó por el examen de ingreso, se acepto (y ello fue un error), las designaciones hechas por los superiores jerárquicos de los interesados, no siempre conocedores de las vocaciones verdaderas, algunas veces dispuestos a apuntalar posiciones ya adquiridas con criterio de orden personal y, al mismo tiempo, más de una vez,


sin elementos o sin voluntad para suministrar a los alumnos ya egresados de la Escuela lo necesario para la efectividad de su labor práctica en la misma institución que los comisionara. Pero, en si, la presencia de treinta y siete alumnos (número reducido luego por separaciones voluntarias a treinta y tres) constituyo un grave problema en lo que se refiere al aprendizaje y entrenamiento de disciplinas de eminente valor práctico, que requieren el uso individual de los mismos instrumentos de trabajo o de otros muy similares y que no pueden tener éxito sin que haya sido otorgado un interés específico y constante a cada estudiante. Las angustias y zozobras que este número ocasionó, fue la causa de una disposición estricta adoptada para los experimentos de 1945 y 1946, restringiendo el número de alumnos que en cada caso ulterior no ha pasado de quince. Se han hecho críticas a la Escuela de Bibliotecarios de Lima por esta reducción. La verdad es que dentro de los elementos con que se ha contado, sin posibilidades económicas ni humanas para duplicar o triplicar lecciones a grupos de alumnos; abrumados quienes han tenido la función docente por otras labores dentro de la misma Biblioteca Nacional; no habiéndose creado todavía en el país vastas perspectivas para esta nueva profesión; y encontrándose el Perú entre los países que aún no han promulgado una ley seria y fundamentada de organización del servicio bibliotecario, dicho número corto ha permitido mantener un alto nivel en el tipo de enseñanza impartida, ha hecho posible también suministrar una auténtica y constante atención individual para cada alumno y ha permitido que los puestos por ofrecer no sobrepasen de manera descorazonante los sacrificios hechos. Escuela de servicios bibliotecarios con matrículas demasiado numerosas, aulas repletas o producción en masa es y será; en el Perú como en cualquier parte del mundo, escuela que no cumpla bien su misión. A las realizaciones vastas, los planes espectaculares, las pomposas movilizaciones de la ingenuidad o de la desorientación pública, hemos preferido avanzar por tramos, experimentar en pequeña escala, actuar en armonía con nuestras posibilidades, sin que ello implique dar la espalda al porvenir que debe ser más propicio y más fecundo. EL CURSO DE 1945 La implantación, el sostenimiento y feliz terminación de la escuela de Bibliotecarios en 1944 no había sido tarea fácil. Problemas de adaptación y de reajuste, tanto desde el punto de vista personal como institucional y de ambiente, hicieron azas penosa esta experiencia. Podría haberse pensado que, como en Bogotá inmediatamente después de la escuela fundada por Gjelsness, o como en Quito, el primer curso quedase aislado. Había la posibilidad de una desatendencia ulterior del


Estado, de un enfriamiento de opinión pública que hiciera imposible una nueva convocatoria, o del cansancio o desánimo de los promotores de la escuela. Nada de eso ocurrió. Hubo una nueva etapa en 1945 y acaba de ser clausurada la de 1946. El ciclo de 1945 fue un ciclo de transición, de carácter netamente experimental. Se había comprobado la dificultad y el costo del personal docente extranjero y surgió la decisión de ensayar a un profesorado peruano. Entre los cursos fundamentales de un plan de estudios bibliotecológicos, este experimento sólo podía hacerse entonces con la enseñanza de catalogación. Para la asignatura de administración con sus diversos anexos estaba preparándose en Estados Unidos, siguiendo un plan bien coordinado, un brillante egresado de la escuela de 1944, don Luis Málaga. Pero dentro del departamento de Catalogación de la Biblioteca Nacional, el personal aparte de las enseñanzas de la Escuela habían tenido un intenso entrenamiento de varios meses afrontando problemas diarios de orden práctico con el profesor Jorge Aguayo en el segundo semestre de 1944; y agregaba a todo ello la riqueza de conocimientos de su diaria y ardua labor, después del alejamiento de Aguayo. cabía esperar pues, que salieran de allí quienes con éxito afrontasen la dura prueba de la enseñanza. así fue como quedo conformado este equipo, asumiendo el profesorado la señorita Carmen Rosa Tola, jefe de dicho Departamento, teniendo como auxiliares a las señoritas María L. de Otero y Lucy Remy von Stein ya las señoritas Agustina de Musante y Olivia Ojeda, del mismo departamento. El curso quedó integrado con clases sobre Historia del Libro a cargo de Alberto Tauro; Cultura Española Americana y Peruana a cargo del doctor Luis F. Xammar; Breves nociones de administración de bibliotecas, a cargo de la señora Abigaíl de Velezmoro, distinguida ex-alumna del curso de 1944 y excelente empleada de la Biblioteca Nacional. El programa estuvo orientado principalmente hacia la preparación de futuros catalogadores. Pero los alumnos se comprometieron a seguir después las materias que les faltaban para poder obtener así su diploma de la Escuela. Se llegaron a completar 48 horas de clase teórica y 68 horas de práctica, fuera del trabajo en el Departamento de Catalogación calculado en 120 horas. Se presentaron en 1945, cincuenta aspirantes (cuarenta y cinco mujeres y cinco hombres) y fueron escogidas diez, todas mujeres. Llegaron a retirarse dos, quedando ocho que terminaron sus estudios. Cinco de esta promoción fueron nombradas empleadas de la Biblioteca Nacional. Cuatro de ellas han seguido y terminado las asignaturas que faltaban en 1946, haciendo honor al compromiso contraído; y lo que todavía dice más de las cualidades de este magnífico grupo, a su lado han estado en


la banca de estudiantes, las tres que por razones de fuerza mayor no llegaron a ser nombradas entonces. Sólo ha habido, pues, una ausente; ella es Odile Rodriguez, que actualmente esta en París, matriculada en la "Ecole des Chartres" para seguir estudios de especialización bibliotecaria. EL CURSO DE 1946 Los datos anteriores, por si solos, indican que el ensayo de 1945, cuyo costo, por lo demás, resultó excepcionalmente bajo, fue un verdadero éxito, a pesar de las limitaciones forzosas de su perspectiva. Ya en 1946 tuvimos derecho a preparar un plan de estudios completo. La enseñanza de catalogación estaba evidentemente solidificada. Y había regresado de Estados Unidos Luis Málaga debiendo asumir la responsabilidad del curso básico que explora y fundamenta el servicio bibliotecario en general referencia al trabajo de consulta y bibliografía. A estas materias de "método y servicio", se agregaron materias culturales; el curso de Historia del Libro, nuevamente a cargo del Dr. Alberto Tauro; el de Bibliografía Peruana, con el mismo profesor, teniendo como auxiliar para la práctica a la señorita Olivia Ojeda y una serie de conferencias sobre obras maestras de la literatura occidental y sobre historia del Perú. A diferencia de lo ocurrido en los dos años anteriores, la enseñanza abarco en 1946 todo el año escolar, empezando las clases el 22 de abril y terminando a fines de diciembre sin que haya impuesto una carga económica excesiva al erario. El número de alumnos fue limitado a quince, por las razones expuestas más arriba y también por las deficientes condiciones del local, salones de clase superiores a nuestra buena voluntad en 1944 tanto como en 1945. Se presentaron como en el año anterior, cincuenta aspirantes, y aunque esta vez fueron ocho varones y cuarenta y dos mujeres; la selección final dio como resultado un grupo constituido por cuatro varones y once mujeres. El hecho de que el programa de trabajo se haya cumplido puntualmente y que las únicas modificaciones introducidas en dicho plan sirviera para incrementar la calidad y cantidad de la enseñanza, expresa que la Escuela de Bibliotecarios de Lima ha resistido airosamente su tercera prueba. LA ESCUELA Y LA BIBLIOTECA Factor esencial en la vitalidad de la Escuela ha sido también este año su proximidad a la Biblioteca Nacional. Ya no trabajan sus alumnos en el vacío de 1944. Tienen ante si un catálogo formado; servicios que funcionan como los de Catalogación e Ingresos y otros en trance de funcionar; el estimulo y el ejemplo de


quienes fueron sus predecesores y han de ser sus colegas. Por otra parte la colección de obras, revistas y hasta de catálogos sobre técnica bibliotecaria que la Biblioteca Nacional ha ido reuniendo para ponerla al servicio de la Escuela, es ya considerable. He aquí, como, sin jactancia, podemos dar la más amplia información sobre cualquier aspecto de estos servicios, inclusive de los de orden arquitectónico y de mobiliario. El contacto entre la Biblioteca y la Escuela parece tan obvio como el de la facultad de medicina y los hospitales. Por eso, resulta acertado que los planos del nuevo edificio de la Biblioteca Nacional de Lima tengan una sección dedicada a la Escuela. Sin embargo, Williamson, en su ya citado informe, propugnó enérgicamente la incorporación en Estados Unidos de este tipo de enseñanza a las universidades. Con ello la llamada "ciencia bibliotecaria" ha ganado prestigio y respetabilidad académica. Sin embargo, a estas alturas de 1946, más de veinte años después del informe de Williamson, Wheeler, presenta graves dudas sobre el éxito de las "Facultades" de Bibliotecología. En primer lugar, dice que contra lo que se esperaba, los estudiantes de ella no tienen tiempo para aprovechar la ventaja de su proximidad institucional a las asignaturas de las demás ramas del conocimiento humano, por lo recargado de sus obligaciones propias. "Los directores y profesores de varias escuelas de servicios bibliotecarios (afirma Wheeler) no son bien conocidos en la colectividad universitaria, ni considerados tan importantes desde el punto de vista personal, profesional y de su capacidad técnica como sus colegas en las demás facultades". En un "campus" agrega, se llegó a comprobar que habían profesores que ignoraban la existencia de una Facultad bibliotecaria ubicada allí mismo. En más de una universidad a cuyo curriculum estaban incorporados dichos estudios, llegada la hora de designar al director de la Biblioteca, no se nombró a profesionales. El vigente Estatuto Universitario en el Perú crea una Escuela de Bibliotecarios dentro de la Universidad de San marcos y para formar el personal de sus bibliotecas. Nadie se opone de que dicha escuela sea abierta. Lo que si cabe defender es la existencia de la primera escuela peruana, la que abrió el camino, la que sembró la semilla, la que ha dado excelente personal a la Biblioteca Nacional y necesita dárselo todavía por un tiempo, la que ha costado tan poco al Estado, la que con una ayuda adecuada puede dar a su enseñanza un alcance verdaderamente nacional. Como en Buenos Aires, como en Bogotá, caben en Lima dos escuelas. No es obligatorio que ellas, o para vivir y desarrollarse, dependan de un "Alma Mater" universitaria, lo prueban los casos de Dinamarca, Noruega, Inglaterra, El Vaticano, Francia, Rio de Janeiro, Buenos Aires.


EL CURSO DE 1947 La Escuela de Bibliotecarios prepara su cuarto curso para 1947. Enriquecida por una experiencia de tres años, su tarea puede ser ahora más vasta y trascendente. Si se cumplen las tareas tradicionalmente hechas de que el edificio de la Biblioteca Nacional estará listo para abril de este nuevo año, funcionará en las aulas y salones allí erigidos. Como requisitos máximos de admisión se nos exigen sino enseñanza secundaria completa, aptitud para traducir el idioma inglés, conocimientos de mecanografía y ciertos límites de edad. Se ha considerado suficiente la enseñanza secundaria por que lo es para el ingreso a la universidad y por que gran parte de la juventud femenina en el Perú no tiene certificados ulteriores. La aptitud para traducir el inglés, como requisito mínimo en cuanto a idiomas extranjeros, (factor independiente del hecho de que mientras mayor facilidad haya con ellos, es mejor), proviene de que una buena proporción de los textos, métodos de clasificación o obras de consulta más modernos no han sido impresos en castellano, si bien tiende a aumentar esa producción y nosotros en el Perú hemos empezado a contribuir a ello y nos proponemos contribuir más todavía en el futuro. Se ha hecho a estos estudios en nuestro ambiente la objeción de que exigen mucho y dan poco. Efectivamente las escalas de sueldos en la Biblioteca Nacional no guardan relación con los sacrificios que se hacen para poder ingresar en forma permanente a ese Instituto del Estado, a diferencia de los que ocurre en al inmensa mayoría de la reparticiones públicas. Si, por motivos políticos o personales o económicos, se introducen todavía rebajas en dichas escalas, habrá sido defraudada la vocación y la esperanza de una juventud que soñó que en el Perú se puede hacer obra seria y metódica. Pero si ello no ocurriera y se mantiene el "status" programado, pueden esperar compensaciones no muy altas aunque decorosas, quienes sientan la vocación del libro y la de ser, por medio de ella, útiles a la colectividad. No es bueno que piensen, pues, en la profesión bibliotecaria quienes tengan urgencias económicas angustiosas e inmediatas, quienes sueñen con salarios fabulosos. Tampoco hallaran aquí cabida los que carezcan de paciencia para aprender, de entusiasmo para sobrellevar incomodidades o molestias. El servicio bibliotecario necesita personas -mujeres y hombres- desinteresados, modestos y constantes, con mente analítica, buen juicio, sólida base cultural y entusiasmo por los libros como símbolos del poder creador del espíritu humano y como instrumento para ayudar a los demás. Los "leaders" modernos de esta profesión ya no son los literatos, grandes o fracasados, los historiadores más o menos eruditos, o los catedráticos con o sin jubilación. Son


hombres y mujeres alertas y dinámicos, con una mezcla de habilidad administrativa, cultura general y especializada en los propios problemas y hondo sentido de responsabilidad social. Para ser bibliotecario hoy, se necesita aprender sistemáticamente una técnica que ni es tan árida ni tan fácil como algunos suponen. Pero mucho más adentro que eso, es preciso vivir dentro de uno mismo y tener como inagotable sustento en las grandezas y en las miserias del afán de cada día, una generosa filosofía de la vida, cuya inspiración lejana se encuentra en las palabras del Evangelio de San Mateo: "El hombre no ha venido a la tierra a ser servido sino a servir". JORGE BASADRE


5) Imagen 5 Ceremonia en la Biblioteca Nacional 1958 23 de agosto de 1958 Lily Chiriboga, Clementina Casas de Del Pozo, Ricardo Arbulú, Graciela Sánchez cerro, Jorge Basadre, Cristóbal de Lozada y Puga, Graciela Araujo, Zoraida Loyola

6) Imagen 6 Promoción 1957 En la terraza de la Biblioteca Nacional Luzmila Zapata, Rosa Elena Cachay, Raquel Souza Peixoto, Mirilla Montes de Oca, Mercedes Paulet, Hilda Remy, Teresa Velásquez


CEREMONIA CONMEMORATIVA DE LA FUNDACIÓN DE LA ESCUELA NACIONAL DE BIBLIOTECARIOS PALABRAS DEL DR. RICARDO ARBULU VARGAS EN LA CEREMONIA CONMEMORATIVA DE LA FUNDACION DE LA ESCUELA NACIONAL DE BIBLIOTECARIOS, PRONUNCIADAS EN EL AUDITORIO DE LA BIBLIOTECA NACIONAL EL LUNES 24 DE JUNIO DE 1968 Señor Representante del Ministerio de Educación Pública Señor Director de la Biblioteca Nacional Señor ex-Director de la Biblioteca Nacional Dr. Carlos Cueto. Señorita Directora de Estudios de la Escuela Nacional de Bibliotecarios. Colegas: Me corresponde cumplir en este momento con el honroso encargo de rendir homenaje a la Escuela Nacional de Bibliotecarios, alma mater de la III Biblioteca Nacional, en nombre del profesorado y de la primera promoción de titulados en sus aulas. Estimo expresar con toda fidelidad el pensamiento de quienes tengo el honor de representar al decir que la creación de la Escuela Nacional de Bibliotecarios, oficializada por el Decreto Supremo de 23 de junio de 1943, fue un acontecimiento de la más alta y positiva trascendencia, no tan sólo por la revolución técnica que ha producido en la Biblioteca Nacional y produce, y producirá, en otras bibliotecas del país, sino también por sus fecundos efectos en el desarrollo de la cultura peruana e hispanoamericana. Bien saben quienes han apreciado estos efectos que no digo con esto ninguna hipérbole; y es que tampoco dedico alabanza falsa ni quemo incienso de vanagloria si afirmo en esta ceremonia conmemorativa que Jorge Basadre, por el genial acierto que tuvo al crearla y organizarla, y por su invalorable trabajo director entre los años 1943 y 1946, los años duros del comienzo,los años de los escombros del incendio, pero también los años inolvidables para nosotros del aprendizaje bibliotecario entre las cenizas de las cuales surgió la III Biblioteca Nacional, merece,


no únicamente el reconocimiento de su magistral tarea por todos los titulados de la Escuela, sino muy justamente hoy, junto a ella y por ella, el condigno homenaje de la Patria. Decía él, en su discurso de clausura del primer ciclo promocional de 1944, en junio precisamente de aquel año: "Para infundirle su tercera vida a la Biblioteca Nacional... nuestro pan se basó en tres directivas: edificio (que entonces estaba en escombros), libros (que gran parte se había quemado) y personal". Y, al referirse a esto último, expresaba: "La Escuela de Bibliotecarios era u requisito indispensable para la nueva biblioteca. Ella nos debía dar un personal tal vez no tan pintoresco pero en todo caso más eficaz que el ungido a priori por Resoluciones Supremas caprichosas". Y, de acuerdo con este criterio fundamental, la primera promoción de titulados fue de inmediato aplicada a cumplir esa misión eficaz, entre otras para clasificar y catalogar la colección peruana y para elaborar el primer catálogo técnico de la historia de la Biblioteca Nacional: el Catálogo Peruano que, desde entonces hasta hoy, constituye la mayor bibliografía peruana de todos los tiempos. Me cumple también expresar ahora el testimonio de admiración y de imperecedera memoria a los maestros de la primera promoción, quienes, con Basadre, dictaron los cursos de aquel primer ciclo de estudios; en orden alfabético, Jorge Aguayo, ilustre bibliotecario cubano, quien nos dio por primera vez en el Perú lecciones de las materias básicas de la Bibliotecología: la clasificación decimal y la catalogación; el R.P. Víctor M. Barriga, eminente investigador documental, quien dicto el curso de Paleografía; Jorge Basadre, quien a pesar de sus funciones directivas, se dio tiempo para dictar un curso magistral de Bibliografía Peruana; Margareth Bates, bibliotecaria de la Universidad de Columbia, que enseño la Organización y administración de Bibliotecas Infantiles; Josephine Fabilli, bibliotecaria de la Biblioteca de la División Hispánica del Congreso de Estados Unidos, insigne catalogadora y profesora magnífica; Raymond Kilgour, bibliotecario del Carleton College, Minnesota, quien profeso los cursos de Bibliografía General y de Consulta y Organización y Administración de Bibliotecas; Alberto Pincherle, catedrático de las universidades de Cagliari y Roma, consumado humanista, que nos hizo un bellísimo curso de Historia y Técnica del Libro; Elizabeth Sherer, quien secundó las lecciones de Kilgour; Alberto Tauro, quien dio lecciones del curso de Historia del Libro Americano y Peruano con la competencia y prestancia que todos le reconocemos; y Luis Fabio Xammar, cuyas lecciones del curso de Cultura Peruana tuvieron todo el sabor de su literatura. No olvidamos tampoco a Carmen Rosa Andraca y a Carmen Ortiz de Zevallos, gentiles y eficaces colaboradoras de Basadre en funciones secretariales y administrativas.


Es, asimismo, imperativo que, al celebrar los primeros 25 años de funcionamiento de la Escuela Nacional de Bibliotecarios, los titulados en ella y quienes en ella ejercemos labor docente, hagamos pública demostración de gratitud a los directores que, después de Basadre, han hecho posible su continuación y su progreso: a Don Cristóbal de Lozada y Puga, quien aumentó los cursos y programas, extendió el ciclo de estudios a dos años y dictó, además, con la suma autoridad y competencia que tenía, el curso de Bibliografía Científica; al R.P. Rubén Vargas Ugarte, S.J., quien tuvo el acierto de extender el ciclo de estudios a tres años y, después de comprobar la deficiencia nacional de la educación secundaria, agregó mayor número de cursos especializados de iniciación cultural; a Carlos Cueto Fernandini, quien se propuso conferirle efectiva y oficial categoría universitaria; y a Guillermo Lohmann Villena, de quien justamente esperamos el nivel que requiere la Escuela mientras pasa la peor crisis financiera que le ha tocado sortear desde su fundación. Señores: 23 promociones con 278 titulados en la Escuela Nacional de Bibliotecarios han hecho posible la III Biblioteca Nacional, quizá todavía no la que soñamos, pero sí la que hoy puede presentar el Perú como una de las mejor organizadas de hispanoamérica, conforme al testimonio frecuente de autoridades bibliotecarias extranjeras. La Escuela Nacional de Bibliotecario señala un rumbo de tal manera decisivo en la historia de la Biblioteca Nacional que podemos dividirla en dos períodos perfectamente distintos: La Biblioteca nacional antes de la Escuela nacional de Bibliotecarios y la Biblioteca Nacional después de la Escuela Nacional de Bibliotecarios. Y por ello puede decirse inclusive de toda la historia de la Bibliotecología Peruana. Baste comparar lo que fueron la I Biblioteca Nacional de Mariano José de Arce o de Francisco de Paula González Vigil y la II Biblioteca Nacional de Ricardo Palma o de Manuel González Prada -esto es, una colección formada con criterio erudito dentro de un recinto más o menos abierto- con esta III Biblioteca Nacional que es, ante todo, un organismo técnicamente puesto al servicio de la cultura nacional, con un Departamento de Ingreso que selecciona y adquiere, no únicamente para formar el tesoro bibliográfico nacional, sino también para atender la demanda del lector cotidiano; con un Departamento de Consulta y Lectura que, en salas de lectura organizadas, responde de inmediato al lector con archivos de información y catálogos analíticos; con un Departamentos de Investigaciones que recibe al investigador con todo cuanto la Biblioteca Nacional puede ofrecerle para sus fines; con un Departamento de Bibliografía que registra,


organiza y publica la Bibliografía Peruana; con un Departamento de Publicaciones Periódicas y otro de Publicaciones Oficiales que responde con un Catálogo representativo de un Depósito Orgánico; con una Biblioteca infantil donde el niño encuentra una viva orientación espiritual; con un Departamento de Fomento de Bibliotecas Populares y Municipales que, conforme a la ley, cumple la invalorable función de tecnificar en lo posible tales bibliotecas y de enseñar a leer al Perú hasta en los aledaños más distantes de Lima y de provincias; con un Departamento Administrativo y de Personal donde se hacen todas las cosa con criterio bibliotecario; y con un Departamento de Catalogación y Clasificación donde se ha elaborado el sistema fundamental de los catálogos, máximo distintivo de la tercera época histórica de la Biblioteca Nacional, cuyas gavetas presentan a la fecha más de trece millones de fichas que corresponden a muy cerca de doscientas mil unidades bibliográficas clasificadas y catalogadas. Y no menciono nada de o que, como efecto positivo, ha producido la Escuela fuera de la Biblioteca Nacional, donde bibliotecarios y bibliotecarias titulados en ella han hecho de inmediato patente una renovación técnica y un cambio de orientación y funciones. Líbreme Dios de menospreciar con estos datos la obra meritísima que realizaron los insignes Directores del siglo XIX y de las primeras décadas del actual, obra que desde luego tuvo el sello de su consagrado renombre literario, pero concédaseme destacar que, merced a la Escuela Nacional de Bibliotecarios, se ha realizado, por lo menos en una entidad de la administración pública del Perú, el ideal de toda administración pública: el de el burócrata sea, a la vez, un técnico y un educado y profesionalizado en su función; y que por eso, y sólo por eso, la III Biblioteca Nacional ha venido a ser ejemplar en América. Este hecho no es, por supuesto, para nosotros motivo de orgullo vano sino más bien exigencia de mayor responsabilidad y, sobre todo, convicción de que los bibliotecarios titulados cumplen ya una función positiva en la estructura profesional de nuestro país. Señor Ministro de Educación Pública: La Escuela Nacional de Bibliotecarios titula a sus egresados con la finalidad fundamental de tecnificar de modo progresivo la Biblioteca Nacional y las demás bibliotecas del Perú. En nombre de su profesorado y de todos mis colegas pido a Ud. proceder para que pronto el Estado le confiera dos cosas: el oficializar de una vez la categoría universitaria que de hecho tiene, y el proveer que las plazas del Presupuesto de la Biblioteca Nacional y, en lo posible, de las demás bibliotecas del país, sean siempre llenadas respetando el clarísimo derecho que para ocuparlas tienen los titulados de la Escuela Nacional de Bibliotecarios. Ese reconocimiento oficial y ese respeto serán para nosotros el homenaje mejor que, por parte del


Estado, se tribute a la Institución docente de la Bibliotecología peruana al conmemorarse el primer cuarto de siglo de su fructífera existencia y el testimonio evidente de que, en efecto, el estado reconoce, con justicia, las consecuencias a todas luces renovadoras y a todas luces promisoras que su fundación tuvo hace veinticinco años para el servicio proficiente de la cultura nacional. He dicho.

7) Imagen 7 Ricardo Arbulú 1968 Hotel Bolivar – 27 de junio de 1968 Cocktail con motivo del 25 aniversario de la Escuela Nacional de Bibliotecarios. Palabras del Dr. Ricardo Arbulú Vargas


8) Imagen 8 Escuela Nacional Bibliotecarios 1958 Almuerzo en “El Galo” 23 de agosto de 1958 Se distinguen, entre otros a: Percy Gibson, Betty Chiriboga, Amalia Aubry, teresa Silva Santisteban, Ricardo Arbulú, Delfina Otero, Raúl Rivera, Teresa Estens, Martha Chávez Morey, Fernando Silva Santisteban, Itala Silva, Luzmila Zapata, Ruth Ivazeta, Elba Sánchez cerro, Luisa Manrique, Ruth Chirinos, Nancy Castañeta, Luisa Pinto, María Bonilla, Carmen Ortiz de Cevallos, Mercedes Tijero, Isabel Olivera, Luisa Vergara, Clementina Casas, Alberto Tauro, Mercedes Gazzolo, Cristóbal de Lozada y Puga, Graciela Sánchez Cerro, Graciela Araujo, Zoraida Loyola, Lily Chiriboga, Agustina Musante, Bettina Summers, Edith Araujo, Erlinda Chávez, Rosa Robles


TESTIMONIO DEL DR. RICARDO ARBULU VARGAS, REPRESENTANTE DE LA PRIMERA PROMOCION QUE CURSO ESTUDIOS EN LA ESCUELA NACIONAL DE BIBLIOTECARIOS EL AÑO 1944 Entrevista realizada por Orlando Corzo C. el día Miércoles 2 de junio de 1993, en los ambientes de la Biblioteca Benvenutto de la Universidad del Pacífico. Dr. Arbulú: el 23 de junio se cumplen 50 años de la creación de la Escuela Nacional de Bibliotecarios; el desarrollo de los estudios de esa primera promoción, de enero a julio de 1944, es considerada como la primera experiencia de formación bibliotecaria en el Perú, pero existe una experiencia anterior, de un grupo, al cual Ud. perteneció, y que tuvo la tarea de catalogar la colección de la Biblioteca Nacional en el año de 1942, para lo que recibió preparación por parte de una bibliotecaria norteamericana. ¿Cómo se desarrolló esa experiencia? Ocurrió cuando el Dr. Beltroy, catedrático de Literatura de la Universidad de San Marcos y director del Instituto de Arte de esa universidad, fue nombrado director de Cultura del Ministerio de Educación por el gobierno del Sr. Manuel Prado; una de sus primeras ideas, dentro de las muchas iniciativas que tenía fue la de catalogar la colección de la Biblioteca Nacional, para lo que reunió a un grupo de discípulos suyos en San Marcos y les dijo que se proponía prepararlos en la tarea de catalogación y clasificación para iniciar la tarea de catalogar la Biblioteca Nacional. Nos comprometió a Alberto Tauro, Ella Dumbar Temple, Amalia Cavero, Olivia Ojeda, a Radicatti y a mí. Por supuesto que nosotros recibimos de muy buen grado esa misión que nos ofrecía el Dr. Beltroy. Después de un tiempo nos volvió a reunir y nos dijo: "He hablado con el ministro de Educación para ver cómo financiamos esta tarea y me ha contestado que el Ministerio no tiene dinero y que no existe la posibilidad de ayudarnos. He mandado hacer esta alcancía -y nos mostró una pequeña alcancía de madera con un letrero en letras rojas que decía: "LIMOSNA PARA LA BIBLIOTECA NACIONAL"- diciéndonos: voy a pedir limosna para la Biblioteca Nacional, yo personalmente visitaré a todos los ricos de Lima, voy a ir de gerente en gerente de bancos para ver cuánto puedo reunir y cuando tenga algún dinero los voy a volver a convocar"


Después de un tiempo nos cito nuevamente y nos dijo: "He recorrido los bancos de Lima, me han dado algún dinero, pero muy poco, sin embargo, al visitar a mi maestro y amigo José de la Riva Agüero y Osma, recién llegado de Europa, en su casa de la calle del Artiga 459 , al oír mi pedido y ver mi alcancía me dijo: ¡Qué vergüenza que un funcionario del Ministerio de Educación esté pidiendo limosnas!; pronunció luego diversas frases en contra del gobierno y lamentando que sea tan vergonzosa la situación económica del Ministerio de Educación, pero terminó reflexionando. Cuando ya estaba en plan de despedirme, Riva Agüero me llamó nuevamente y me dijo: "al Ministerio de Educación yo no le voy a dar ni un centavo, pero a mi amigo Beltroy quiero ayudarlo, siéntese Ud."; buscó su chequera y le extendió un cheque por 10,000 soles. Lo recibí con mucha emoción y le di un fuerte abrazo a lo que el concluyo: "tenga Ud. éxito y olvídese de mí". Entonces he ido, continua Beltroy a buscar quién podía enseñar catalogación en Lima, y he encontrado una bibliotecaria que trabaja en el Instituto Cultural Peruano Norteamericano, joven ella, que sabe catalogar por que ha sido destacada por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos a ese Instituto. He hablado con ella y está dispuesta a darles algunas lecciones, los martes, jueves y sábados de 6 a 9 de la tarde, cuando Uds. están desocupados, y ella me va a cobrar 80 soles mensuales. Con lo de Riva Agüero, y lo poco que he reunido, creo que vamos a tener para la financiación" Fuimos en efecto al Instituto Cultural Peruano Norteamericano, que en 1942 estaba ubicado en lo que es ahora el Jr. Miroquesada a la vuelta de la iglesia de La Merced. La señorita nos dio algunas lecciones de cómo se hacía una ficha, en fin algunas nociones muy elementales, claro que las aprendimos, después nos mostró el Sistema Decimal de Dewey y el sistema del Congreso de los Estados Unidos. Ella se esforzó por explicarnos, en un mal castellano, y yo, la verdad, no entendía una sola sílaba de lo que decía. Para mí fue un enigma, un jeroglífo, el esquema de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos y el Sistema Decimal de Dewey. Entonces del sistema de Dewey no sabía más que era decimal y que de diez en diez dividía en temas el conocimiento humano. Pero, en fin, aprendimos a hacer la ficha y Ella Temple y Amalia Cavero sí captaron muchísimo. Al mes de aprendizaje el Dr. Beltroy nos citó en la Biblioteca Nacional, la mañana de un lunes de Octubre de 1942. Concurrimos puntualmente; entró el Dr. Beltroy con nosotros hasta la Biblioteca Nacional, ordeno a los empleados, un Sr. Alejandro Lostanau y un Sr. Ciccino para que nos dieran tres máquinas de escribir y que nos trajeran libros para empezar a catalogar. Y nos quedamos a estrenar nuestra "sabiduría catalográfica", que entonces era nada eficiente; en la infancia de la catalogación. Hasta ahora conservo algunas fichas que hicimos aquella vez.


De pronto, a los dos días que empezamos la labor, apareció en la oficina en la que estábamos trabajando un señor anciano, alto, tonante, con ceño de pocos amigos, se dirigió a todos nosotros y nos dijo: "¡Qué hacen Uds. aquí!". Ella Temple, que era la más valiente de todos, le dijo: "Sr. nosotros hemos sido seleccionados por el Dr. Manuel Beltroy... "¡Qué tiene que hacer ese Sr. Beltroy aquí, yo soy el director de la Biblioteca Nacional, y a mí no se me ha dicho una palabra de esto; así que me hacen el favor de irse y abandonar esto, por que yo mando aquí!". No nos quedo más que levantarnos y salir, humildemente, de la biblioteca. Colaboró mucho don Alejandro Lostanau quitándonos las máquinas inmediatamente. Fuimos a la oficina del Dr. Beltroy en el Ministerio de Educación. Beltroy dijo entonces: "Romero, Romero, Romero, opuesto a toda técnica. Es un gran bibliógrafo pero completamente loco. ¡Voy a hablar con el Presidente!". Por supuesto que hablo con el Presidente y nos dijo: "Deben volver Uds. a la Biblioteca Nacional". Regresamos temiendo encontrar al Sr. Romero, pero este no volvió a aparecer. En los meses siguientes seguimos trabajando, paso diciembre, enero, febrero, marzo, abril, ya de 1943, de pronto, el 10 de mayo de 1943, a las nueve de la mañana, cuando llegamos a la Biblioteca Nacional nos encontramos con el incendio; escombros; bomberos y libros en los fangos, chamuscados. Inmediatamente la voz fue: "¡El viejo Romero ha incendiado la Biblioteca Nacional!". Esta voz se propaló por todo Lima. Ahora se ha demostrado que el incendio fue provocado por un corto circuito, y debo informar que, según Ricardo Respaldiza, empleado del Ministerio de Educación, en la Dirección de Educación, que regentaba entonces un señor Guillermo Rosemberg, que era adversario político de Don Carlos Romero, director de la Biblioteca Nacional, éste no había atendido a una serie de oficios en el que el Director, don Carlos Romero, denunciaba la existencia de un cable que venía de la calle Zavala, junto al mercado central, al patio colonial de la Biblioteca y que estaba desnudo y que podía provocar un cortocircuito. Guillermo Rosemberg, según testimonio de José Ricardo Respaldiza, que ya murió, pero que me merece todo crédito, por haber sido un hombre incapaz de mentir, el vio como Guillermo Rosemberg recibía los oficios de don Carlos Romero y los echaba al canasto de los papeles. De modo que el incendio fue generado por un cortocircuito provocado por ese cable. Esa fue la primera experiencia, anterior a la dirección de Basadre. Dr. Arbulú; la primera plana docente de la Escuela estuvo conformada por profesores extranjeros. ¿Quiénes fueron estos profesores?, y de acuerdo a su apreciación personal, ¿Qué características poseía cada uno de ellos? Estos profesores están mencionados en el número dos de la revista Fénix,


página 331. Yo no voy a mencionar a todos. Voy a mencionar de estos profesores de la primera promoción, que me parece fueron los elementos eminentes y positivos que hicieron la Escuela de Bibliotecarios. No tengo nada contra los demás, pero me parecieron no solo mediocres sino muy menos que mediocres los profesores estadounidenses; el profesor Kilgour, la señorita Margareth Bates, la señorita Sherer que no nos enseñaron nada por que no sabían bien el castellano, repartían hojitas que leían en clase. Nosotros dormíamos escuchando sus lecturas, por que las daban en las mañanas; 7 de la mañana y estábamos con sueño. Si recuerdo con admiración y gratitud a tres profesores; el cubano Dr. Jorge Aguayo, quien, con toda didáctica, como buen catedrático de la Universidad de La Habana, Director de la Biblioteca de la Universidad de la Habana, nos enseño, con eficaz didáctica a descifrar el sistema decimal de Dewey, en su edición 14. Aguayo nos enseño a clasificar verdaderamente los libros con el sistema que se eligió para clasificar la colección de la Biblioteca Nacional. "La Historia del Libro", en el aspecto erudito de la enseñanza de entonces, tuvimos la suerte de recibir lecciones del eminente humanista, catedrático de la Universidad de Turín; Alberto Pincherle, una magnífica historia del libro, cuyas copias conservo con mucha veneración. Alberto Pincherle había sido catedrático de la Universidad de Turín, editor de la Enciclopedia Italiana, en la época de Mussolini y había estado ejerciendo la docencia en Estados Unidos. Basadre me contó que cuando gestionó profesorado para la Escuela de Bibliotecarios del Perú; Pincherle se le acercó y le dijo: "Oiga Ud., sé que está gestionando profesores para la Biblioteca Nacional del Perú ¡Yo quiero ir al Perú! ¡Contrateme, Contrateme!, y también hay una amiga mía, italiana, que quiere ir y que es bibliotecaria de la Biblioteca Apostólica Vaticana y que ahora esta en Estados Unidos como funcionaria contratada". Josephine Fabilli, una señora alta, muy guapa, que estaba allí; "¡Yo quiero ir al Perú, contrateme Ud.! ¡Yo sé catalogación, yo estoy enseñando catalogación!. Basadre los contrato inmediatamente y vinieron con él Jorge Aguayo, Josephine Fabilli, Alberto Pincherle, junto a los estadounidenses. Alberto Pincherle nos dejo una huella de maestro ejemplar; supimos cuando fue publicado el primer libro, los primeros elementos de la escritura humana; con una erudición, con una elocuencia y un carisma extraordinarios. Josephine Fabilli, carismática también, una italiana muy sabia, muy serena, muy fina, nos enseño la catalogación, todos esos detalles que están en las fichas de la Biblioteca del Congreso que ellas nos enseño a descifrar y realizar en las máquinas de escribir. El asiento de autor, el asiento de título, el asiento de la edición, el asiento de la data editorial, con sus tres partes, lugar de publicación, el editor financiero y año de publicación; la


colación con el número de páginas, las ilustraciones, el formato. Decía: "No se dice tamaño, se dice formato, en centímetros, en mitrimetros para los libros muy valiosos, en milímetros se mide la caja de imprenta". Nos describía las partes de un libro de una manera muy hermosa. Tomó un libro y nos describió los cuatro lados del libro: "el superior es el corte superior, el inferior es el corte inferior, el lado izquierdo es el lomo, el lado derecho es el corte derecho y hay que medir el formato por la perpendicular a los lados menores del texto". Fueron lecciones muy bonitas, muy agradables. Eso es lo que recuerdo de los primeros profesores de la Escuela, y sostengo que estos tres: Jorge Aguayo, Alberto Pincherle y Josephine Fabilli hicieron la Escuela de Bibliotecarios. Nos enseñaron verdaderamente lo que es la técnica bibliotecaria. Dr. Arbulú, considerando que los primeros meses de funcionamiento de la Escuela eran de reconstrucción de la Biblioteca Nacional, debe de haber sido de gran dificultad estudiar en esas condiciones. ¿Cómo eran los estudios en los primeros meses de la Escuela? El incendio destruyo el edificio de la Biblioteca Nacional, estaba en escombros; y Basadre, nombrado director reorganizador puso como condiciones: local nuevo, colección nueva y personal nuevo. El gobierno le autorizó la creación de la Escuela de Bibliotecarios y le autorizó también, con presupuesto que se financió con la ayuda extranjera, la demolición del edificio de la Biblioteca Nacional para edificar otro. Nombró al ingeniero Arterré y a un ingeniero Valverde para que viajaran a Estados Unidos y estudiaran un local bibliotecario moderno capaz de reemplazar al edificio viejo de la Biblioteca Nacional. Ahora, yo sé que el Sr. Emilio Arterré, que era erudito, más historiador, investigador de la historia del arte peruano que ingeniero, y el señor Valverde llegaron a los Estados Unidos y se emocionaron con la biblioteca Pública de Nueva York y copiaron ese plano sin saber ni entender que el edificio de la Biblioteca Pública de Nueva York es uno de los más anticuados de los Estados Unidos. Allí empezó la tragedia del local. No me explico hasta ahora por que el Dr. Basadre no se opuso a la edificación de ese plano. El resultado, las salas de lectura junto a la calle, nada menos que la Av. Abancay y los depósitos en el centro del edificio, para que los libros tuvieran el silencio que necesitaban los lectores. Mientras se demolia el local y gestionaban los ingenieros todo lo que concierne al nuevo edificio, Basadre gestionó, con el Ministerio de Educación, un local que se nos destino en la Escuela de Bellas Artes, en el Jr. Ancash, lo que había sido el convento de Santa Clara. Allí nos dieron un aula que correspondía


precisamente a lo que había sido una de las naves de la iglesia del convento; y en la baja hornacina pusieron el escritorio de la jefe de Catalogación, que fue entonces nombrada Carmen Rosa Tola; y allí, en ese local de Bellas Artes, estudiamos. Se nos puso un horario leonino; de siete de la mañana a nueve de la noche, sin considerar refrigerio en ningún momento del día. Pero Aguayo, Fabilli, Pincherle y Basadre, por supuesto, tenían carisma, nos animaron y nos infusionaron una mística, lo que Basadre llamaba "la mística bibliotecaria". "Sin mística no podemos hacer nada". Y estudiamos con todo entusiasmo, captamos todo lo que pudimos de las lecciones de Aguayo, Pincherle y Fabilli. Una nota desagradable, y esto hay que recordarlo también, que de pronto, al iniciarse las clases del día; aparece una señorita, ya entrada en años, con ceño un poco agresivo; y dijo, dándonos una serie de pautas reglamentarias: "Uds. van venir a las nueve de la mañana, etc., y esto lo van a hacer bajo la supervisión de la secretaria. ¡Y la secretaria soy yo!". Carmen Ortiz de Zevallos. Doña Carmen comenzó a supervigilarnos, reemplazó a Carmen Rosa Andraca que era una bibliotecaria muy agradable, con gran disgusto de todos nosotros, pero comenzamos a soportar a doña Carmen Ortiz de Zevallos, sobre todo los varones, por que doña Carmen se caracterizó por una convicción: "la profesión bibliotecaria es para mujeres, no para hombres". eso lo repetía, de modo que los pobres varones que estábamos allí: Percy Gibson, Jorge Puccinelli, Jorge Martínez Mosselli, Filiberto Tuesta Mori, Yepez Campana del Cuzco y yo, teníamos que soportar los embates de Carmen Ortiz de Zevallos frente al machismo de la bibliotecología. Allí comenzó, según Julio Julian, el matriarcado de la Biblioteca Nacional.


9) Imagen 9 Promoción 1951 Navidad del año 1951 Tnte Miguel López, Ricardo Arbulú, Mary Paredes, Alberto Tauro, Jorge Puccinelli, Isabel del Aguila, Teresa Silva Santisteban, Jorge Moreno, Gloria Zapata, Renee Amézaga, Elena Alayza, Irma Quiñones, Catalina Rossell, Aida Herrera, Bárbara Tidow, Nelly MacKee

10) Imagen 10 Escuela Nacional Bibliotecarios 1954 En la terraza de la Biblioteca Nacional. Navidad del año 1954 Ricardo Arbulú, Alicia Ibáñez, Fernando Silva Santisteban, Isabel Olivera, Luisa Vergara, Baltasar Sáenz, Papa Noel (¿?), Moisés Villaverde


¿Cómo se cumplía ese horario "leonino" de siete de la mañana a las nueve de la noche? ¿Cómo transcurría un día normal? Un día normal. Clase de Administración con el profesor Kilgour, un gringuito que tenía no se cuantos títulos de doctor pero que el castellano no lo conocía. Tomaba una hojita, empezaba a leerla, despacio, en inglés, terminaba la lectura. A los cuarenta minutos nos daban la hojita para que la tradujéramos. Enseguida seguía la clase de las diez con Jorge Aguayo; el sí; comenzaba con el sistema decimal, nos explicaba muy bien. Primero nos explico lo que era el sistema decimal, de diez en diez, con un pequeño esquema, como Melvil Dewey había ideado aplicar este sistema a la clasificación de libros; nos habló de las décimas, las centésimas, las milésimas, las diezmilésimas, en fin, nos descifro muy bien el sistema decimal y con gran amenidad y cierta socarronería y camaradería con sus alumnos, de modo que fue un profesor muy agradable, muy simpático. Simpatizamos entonces con el sistema decimal de Dewey. Toda la antipatía que ahora le tengo era entonces una gran simpatía. Luego venía a las doce, Jorge Basadre, Bibliografía Peruana, también magistral, muy bien hecha la clase de Bibliografía por Jorge Basadre, terminaba a la una y nos daban hasta las dos de la tarde para almorzar y descansar. A las dos, nuevamente, Srta Margareth Bates, "Bibliotecas Infantiles", otra niña que leía también el papelito, se jactaba de hablar el castellano pero no lo hablaba muy bien y daba la hojita para que la copiaran. A las tres, Josephine Fabilli, "Catalogación", allí si. Fabilli se sentaba al lado de cada alumno y le enseñaba a hacer la ficha a mano, de alumno en alumno, pero con una diligencia y con una simpatía y con una competencia en la materia que era ejemplar; terminaba con todos y después nos llevaba a una máquina de escribir para que cada alumno copiara lo que ella había escrito a mano, y ella, corrigiendo, corriendo. "La ficha comienza con la división tri espacial, margen superior, margen izquierdo y margen inferior; el margen derecho no debe pasar de los dos espacios mecanográficos, el margen izquierdo debe tener siete espacios mecanográficos en blanco; el margen superior debe tener cuatro espacios mecanográficos en blanco, el margen inferior debe tener tres espacios mecanográficos en blanco, !no se olviden de esto, esta es su regla principal!. Lo primero que hay que escribir en la ficha es el símbolo del libro, que tiene dos partes, el número de clasificación y la notación interna; debe estar a medio espacio del margen superior y a medio espacio del margen izquierdo, no más, por que el dedo del lector siempre va borrando el símbolo del libro. A los cuatro espacios y en el cruce del cuarto superior y el séptimo


izquierdo, comienza el asiento de autor, por el apellido, el apellido !y los extremos cronológicos!, no se olviden; ¿Qué son los extremos cronológicos? El año de nacimiento y el año de fallecimiento. Estos son elementos fundamentales del asiento de autor. Todo asiento de autor debe escribirse en su lengua, no en la lengua de la biblioteca sino en la lengua del autor". Y nos hacia la descripción total de la ficha pero con una amenidad y una sabiduría didáctica que verdaderamente aprendimos, por lo menos yo capte perfectamente todo eso, y gozaba haciendo una ficha. A las cuatro y media venía Alberto Tauro que nos enseñaba la Historia del Libro Americano, hasta las cinco y media, a esta hora nos daban un momento para descansar o tomar un café y a las seis venía la señorita Sherer, con su curso de Administración de Bibliotecas Públicas; también el papelito y terminábamos a eso de las ocho y media dormidos, por que la señorita Sherer nos hacia dormir. Allí terminaba el día. Son recuerdos de aquellos días, pero todo era camaradería, Basadre a veces llegaba a las nueve y media de la noche; nos decía: "deben estar Uds. cansados" !les invito una sopita!, y la sopita era en el hotel Mauri, que era todo un banquete, una sopa estupenda, un churrasco con papas fritas. "¿Qué vino desean?" !les voy a pedir vino del Rin!. Y todo eso de su propio peculio. Luego le ordenaba a su chofer que nos dejara a cada uno de nosotros en nuestras casas; con esto se conquistó Basadre totalmente, sobre todo a las muchachas, lo adoraban, y yo también. Para nosotros Basadre era una especie de ídolo, por que era un hombre que trabajaba con nosotros mucho más, nos vigilaba, supervigilaba y asistía a nuestra congora con alimentación. De pronto se aparecía a la una del día, en verano, febrero, marzo del año 44 con unos potes de helado, "haber, helados para todos", después se aparecía con paquetes de pasteles o bizcochos o de confites o de almendras, en fin , siempre traía algo para convidar a todos, y él, personalmente, convidaba. Un día me llama Basadre y me dice: "venga Ud.", y me llevo a un recinto del local de Bellas Artes donde había una cantidad de folletos enterrados, sucios, algunos incendiados, y me dijo: "esto se ha salvado de la colección papeles varios de la Biblioteca Nacional !aquí hay tesoros!, quiero que los clasifique por autores y por temas, aquí tiene Ud., he mandado hacer 200 cajas". Empecé mi labor con mucho cariño, no me fije ni en polvo ni en la tierra, me puse un mandil, con un trapo y con un poco de kerosene y a limpiar folleto por folleto. Recuerdo mucho los folletos de Federico de Villarreal, los de Ricardo Palma, González Prada, de José María Eguren, folletos de José Santos Chocano. Comencé a clasificarlos y a la vez los leía, pero


termine. Basadre quedo muy satisfecho y me dijo: "ha hecho Ud una gran labor, va ha haber una charla por Radio Nacional y Ud. va a informar sobre lo que ha hecho". Así que prepare una charlita que ha sido publicado en el Boletín de la Biblioteca Nacional el año 1946, creo, sobre los folletos, donde sostuve lo que había prendido: que los folletos peruanos son más importantes que los libros peruanos; por que en folletos escribió primero Palma, vendiendo por entregas sus tradiciones, en folletos escribió González Prada, José Santos Chocano vendía también sus poemas por entregas. Muchos otros autores peruanos han escrito en folletos discursos, ponencias, memorias, tesis. Federico Villarreal tenía folletos sobre matemáticas muy interesantes. Desgraciadamente los folletos no tuvieron mucha suerte. Basadre, con la mejor intención del mundo, mando encuadernar los más importantes, y a esa colección la llamó "colección Fénix". Seleccionó lo que yo había reunido en cajas y se las entregó al encuadernador para que los empastara en tomos, cada caja. Por ejemplo, los de José Santos Chocano fueron reunidos. Recuerdo que el "Cantos al Pacífico" fue un folleto en papel de color, chiquito. Ese tomo, los empleados de la Biblioteca Nacional lo prestaron y cuando le devolvieron ya no estaba el "canto al Pacífico", así que la colección Fénix fue un sistema ideal para facilitar el robo de los lectores, sobre todo escolares. Dr. Arbulú; a 50 años de estudios y enseñanzas de Bibliotecología ¿Qué personajes de esta historia rescataría Ud. para el recuerdo de las generaciones más recientes? Aparte de Pincherle y Josephine Fabilli, me parece que los profesores que más recuerdo son: Jorge Basadre, por supuesto, Estuardo Núñez, quien ha sido un profesor ideal, que después fue director, desgraciadamente renunciado por Martha Hildebrandt, pero que recuerdo no sólo por la amistad que tengo con él, sino por su docencia muy didáctica y muy buena, sobre Literatura Peruana. Otro profesor que me merece mucha simpatía y consideración fue don Alejandro Lostanau, que postuló ingresar a la Escuela de Bibliotecarios, por que era antiguo funcionario de la Biblioteca Nacional pero no se le admitió el ingreso; pasado el tiempo, fuera de la dirección de Basadre y después de la renuncia de Alberto Tauro al curso de Bibliografía Peruana, Cristóbal de Lozada y Puga, director entonces de la Biblioteca Nacional nombró a Alejandro Lostanau profesor de Bibliografía de la Escuela Nacional de Bibliotecarios; es decir, quien había sido negado para ingresar en la Escuela de Bibliotecarios fue después seleccionado para enseñar en ella, por supuesto con gran competencia. Lostanau fue calificado por Carmen Ortiz de Zevallos como "el Romero de la Biblioteca", en sentido peyorativo, pero sin saber, doña Carmen, que don Carlos Romero fue un eminente bibliógrafo, uno de los más eminentes bibliógrafos peruanos, después de Vargas Ugarte, así que fue un elogio


¿no? Dr Arbulú; ¿Cómo es que llega Ud a la docencia en la Escuela Nacional de Bibliotecarios? A la docencia llegué durante la dirección de Cristóbal de Lozada y Puga, quien examinó mi curriculum, sabía que era alumno de la Universidad Católica, había leído mi tesis, yo ya tenía doctorado en historia. Un día me llamó y me dijo: "Ud. no es profesor de la Escuela !Cómo es posible, yo lo voy a nombrar!. Qué curso desea Ud?", yo le dije: "Doctor, yo me he especializado en clasificación. Me dijo: "vamos a esperar un tiempo, secreto absoluto". Después de un incidente entre Lozada y Luís Málaga, quien era entonces jefe del Departamento de Consulta, que provocó la salida de Luís Málaga de la Biblioteca Nacional; Lozada me llamó y me comunicó que yo iba a ser jefe del Departamento de Consulta; "pero doctor -le dije- yo soy devoto de la clasificación, estoy trabajando en clasificación, así que en consulta no voy a funcionar bien". Me preguntó "¿Quién es jefe del Departamento de Clasificación?". Olivia Ojeda. "Ah bueno, yo voy a nombrar a Olivia Ojeda jefe del Departamento de Consulta y Ud. va a ser jefe del Departamento de Clasificación". Lo cual cayó como una bomba. Al poco tiempo me mandó llamar Lozada y me dijo: "Lo he nombrado profesor del curso de Clasificación; Olivia Ojeda va a ser de Catalogación y Ud. de Clasificación". También me nombró Lozada en el curso de Técnica Bibliográfica, por que me dijo: "he creado el curso de Técnica Bibliográfica por que no sabían hacer bibliografías los alumnos; Basadre ha enseñado muy bien bibliografía pero no les ha enseñado a hacer las bibliografías. Yo le dije: "pero doctor, sería mejor normativa bibliográfica..." "No, no, Técnica Bibliográfica", curso que también esta publicado en la revista Fénix. Este curso tuvo cierto eco en España, donde lo reprodujeron en parte, sobre todo lo relativo a la traducción y el seudónimo, y Lozada se jactaba diciendo que había tenido una repercusión mundial. Eso lo dice en una de sus memorias. Dr. Arbulú; háblenos de los aportes de la Escuela a la labor bibliotecaria. Por ejemplo, el desarrollo de los esquemas de clasificación y la idea de asignar números exclusivos a autores representativos de la cultura peruana y mundial. Desde el primer momento, yo, que era discípulo de José de la Riva Agüero en la Universidad Católica y muy amigo de Pedro Benvenutto, comentando sobre la Biblioteca Nacional, Riva Agüero me dijo: "Oiga Ud, ¿Por qué imitan todo lo de los yanquis? !hagan Uds su propio sistema!!Peruanicen ese sistema de Dewey!, !Peruanicen toda la técnica bibliotecaria!, !Háganla Peruana!". Seguí ese consejo, y apenas me nombraron jefe del Departamento de Clasificación comencé a aplicarlo;


reuní al personal y dije: "bueno, aquí vamos a peruanizar el sistema decimal de Dewey, vamos a hacer nuestras propias tablas; y esa tabla se va a llamar Tabla Perú, tomaremos de la tabla de clasificación de Dewey lo que corresponda a nuestra realidad; y vamos a comenzar por la historia del Perú". Luego hicimos la de Literatura Peruana, la nueva tabla de Literatura Hispanoamericana, la tabla de Literatura Europea, contamos con colaboradores estupendos, muchachos que ingresaron a la Escuela de Bibliotecarios en las promociones siguientes. recuerdo especialmente a Luciano Herrera Vargas, quien hizo la tabla de Literatura Francesa y de Literatura Inglesa, creó el sistema de los números exclusivos para los grandes autores de cada época, sistema que vino a copiar un bibliotecario de Estados Unidos, con elogios. Recuerdo a Felipe Buendía, hoy articulista en periódicos, que hizo la tabla de Literatura Rusa; y entre las damas recuerdo a Perla Duarte, que hizo las tablas de Literatura Sueca, Noruega, Danesa, toda la literatura nórdica. Isabel Pastor, que hizo la tabla de literatura italiana, siendo todas las tablas de literatura reformadas peruanas con el aporte de todos estos bibliotecarios. La tabla de Derecho fue hecha en la época de Basadre, quien se encontró que el Derecho no tenía número en el sistema decimal de Dewey. Tenía un 340 que era para jurisprudencia de los Estados Unidos. Nos explico que el derecho anglosajón es muy distinto al derecho romano y el derecho hispánico que nosotros tenemos. Entonces hicimos la tabla de Derecho, que después se ha publicado en una edición en castellano de Dewey. Dr. Arbulú, en mis tiempos de estudiante se comentaba que Ud. estudiaba en la biblioteca y regresaba a dormir en el manicomio, de donde le daban permiso. Asi es, yo llegue al manicomio de la siguiente manera: era estudiante del primer año de letras en la Universidad Católica, murió mi padre, quede sin ayuda económica, entones, para ganarme la vida y el sustento diario, comencé a tomar nota, con mi propia taquigrafía, de las lecciones de los profesores.. Copiaba las lecciones de mis mejores maestros; de Carlos Rodríguez Pastor, de José de la Riva Agüero y Osma y de Rubén Vargas Ugarte, que era mi maestro preferido. Les tomaba taquigráficamente nota; y en la noche, en mi maquinita de escribir hacia diez copias. Trabajaba hasta las tres de la madrugada, más o menos, y las copias las comenzaba a ofrecer en venta, a real cada hoja. Me llovían los pedidos. Todos me compraban, así que tenía un sol diario, que me permitía almorzar y comer. Uno de los compañeros de primer año de letras, que más simpatizo conmigo y que me compraba con mayor solicitud las copias, fue Pedro Benvenutto Murrieta;


elogiaba las copias; me visitó una noche y me encontró trabajando; me dijo: "oye, esta maquinita es muy chica, yo tengo una máquina más grande en mi casa, ven a mi casa, yo te voy a dar la máquina y te voy a ayudar a hacer otras diez copias". Me llevo a su casa, me presento a su padre y madre, por que él vivía sólo con sus padres por ser hijo único; me brindó su máquina, me ayudaba a hacer las copias y me ayudaba a venderlas a la mañana siguiente. Cuándo yo le quería devolver el dinero de las copias que él había mecanografiado, me decía: "No, yo no necesito, tú necesitas". Esta situación paso casi todo el año 31 que estábamos en la Católica. Entonces me dijo: "te voy a conseguir un trabajo donde vas a poder asistir a tus clases, vas a tener casa y vas a tener comida" - yo le dije- "Y dónde es ese paraíso?" "En el manicomio"- Oye le dije, al manicomio yo no voy por que es muy peligroso. "No", me dijo, "yo te voy a llevar, soy muy amigo, compañero de colegio de Baltazarito Caravedo, hijo del Dr. Caravedo, director del manicomio. Ya le he hablado y me ha dicho que te presentes". Había sido muy amigo de la familia Caravedo, me llevó un domingo de visita a la casa; entonces el director del manicomio estaba obligado a residir en el manicomio, me recomendó y el Dr. Caravedo me citó para el lunes a las nueve de la mañana. Benvenutto me aconsejo que llevara mis premios, porque en el primer año de letras nos sacamos, Benvenutto y yo todos los premios, de todas las materias, así que cobramos un prestigio tremebundo. Asi que me dijo: "pon en un folder todos tus premios y con eso anda donde Caravedo porque seguramente te va a pedir qué recomendaciones tienes". Dicho y hecho, fui a las nueve de la mañana a la cita con Caravedo, quien me hizo la pregunta, le presente los premios y me dijo: "!Caracoles, Ud. se ha sacado todos los premios, va Ud. a ser mi secretario y bibliotecario!, por que la biblioteca la tenía junto a la dirección. Entonces el manicomio era un lugar muy bonito, con jardines y un edificio recién edificado con el dinero donado por el filántropo Víctor Larco Herrera, de allí su denominación. Encontré que el manicomio era un paraíso, una maravilla; los locos casi no se veían. Me dieron casa en el Departamento de los médicos y me dieron comida en el comedor de los médicos; maravilloso pues, no podía estar mejor, y un buen sueldo: 35 soles. Como secretario del director y bibliotecario estuve 14 años. Allí me estrene como bibliotecario. Estando precisamente desempeñando el cargo de bibliotecario, se abrió la Escuela de Bibliotecarios, Ella Temple me llamó y me dijo: "SE ha abierto la Escuela de Bibliotecarios, Ud. debe ir, Basadre me ha dicho que lo lleve". Y fui con un oficio del director, en el que se decía que me recomendaba para ingresar a la Escuela de Bibliotecarios porque desempeñaba el cargo de bibliotecario en el manicomio.


Ahora, para mí el manicomio fue un episodio maravilloso por que frecuente la amistad de Martín Adán, que allí tenía dos relaciones conmigo; primero, compañero de estudios en la Facultad de Derecho de San Marcos, y segundo, compañero del manicomio, porque lo pusieron a dormir junto a mí, en el mismo cuarto. Conviví con él un tiempo sin saber que era Martín Adán. Sabía sólo que era un joven de lo más amable, de los más fino, de los más correcto y de los más bien hablado, por que manejaba el castellano perfecto; después Honorio Delgado me llamó y me dijo: "Ud. está viviendo con Martín Adán el gran poeta -recién me entere- y lo va Ud. a acompañar a San Marcos, por que le gusta tomar sus copitas y Ud. va a procurar que no las tome". Comenzó la amistad con Martín Adán y de él tengo un archivo. Tuve el acierto de guardar todos los documentos que él me escribía. Me mandaba notitas, misivas, se convirtió en un hermano mío, hasta el extremo que me dijo: "el único hermano de padre y madre que yo he encontrado en el mundo es Ricardo Arbulú", eso lo decía con todas sus letras. Conservo un archivo que lo he donado a la Biblioteca Benvenutto de la Universidad del Pacífico y creo que es el archivo más importante de los 14 años de vida manicomial con Martín Adán; la otra parte está en la Universidad Católica, obsequiada por Juan Mejía Baca, pero es la parte que frecuento Mejía Baca como editor. Pero la vida íntima y el sufrir tremebundo de Martín Adán como paciente de Honorio Delgado en el manicomio, ese testimonio está en mi archivo que he obsequiado aquí a la Universidad del Pacífico. Martín Adán fue llevado al manicomio en un acto heroico por Honorio Delgado. El me contaba que Martín Adán, estudiante de San Marcos, hilo único, había sido excluido su padre de su hogar, había muerto su abuelo, que era como su padre, y tenía una madre y una tía. Estaba destinado a ser el sostén de la familia, pero ingreso a San Marcos, después de haber sido alumno ejemplar en el Colegio Alemán, sufriendo un shock moral al ingresar a la universidad, por que encontró que la Universidad de San Marcos era inferior al Colegio Alemán. Era inferior moralmente sobre todo; la grosería de los muchachos, la suciedad de las aulas. Todo eso le causo un impacto emocional de rechazo total a la universidad, y no quiso volver, siendo la causa de que empezara a tomar, a tomar, a un alcoholismo recalcitrante, como él decía: "yo soy el borracho prócer de Lima". Entonces, el albacea, que era el Dr. Solfimuro, albacea nombrado por su abuelo Rafael Benavidez, llamó a Honorio Delgado, el psiquiatra mayor que había en Lima para que curara del alcoholismo a rafael de la Fuente. Honorio Delgado le aplicó tratamiento domiciliario. Fracasó. Entonces, hablando con el albacea le dijo: "la única forma de evitar que siga tomando es internarlo en el manicomio, yo soy allí


jefe del pabellón dos de pagantes, va a tener una atención de primera". Autorizado eso, en el automóvil del Ministro de Relaciones Exteriores, que entonces era Solfimuro, fue conducido Martín Adán al manicomio, le dijeron que iba de paseo y él después se vio en el manicomio; pero no protestó, muy dócil se interno y empezó a recibir tratamiento de Honorio Delgado, tratamiento que fracaso también en el manicomio por que siguió tomando, allí es donde empezó nuestra amistad, pero ese ya es otro cantar, ¿no?


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Imagen 11 Promoci贸n 1967

Carlos Canchaya, Isabel Montagne, Patricia Meseth, Bertha Le贸n, Gilda Cogorno, Abraham Tello, Ruth Montes, Silvia Remy, Aurea Pati帽o, Martha Paredes, Guillermo Lohman Villena, Emilia Hiohama, Fernando Silva Santisteban, Edith Salvador


LA ESCUELA NACIONAL DE BIBLIOTECARIOS: TESTIMONIO PERSONAL Por Nelly Mackee de Maurial DESCUBRIMIENTO Allá por los 50s, las exigencias de los estudios universitarios en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, me condujeron a la Biblioteca Nacional. No exagero al afirmar, que el impacto que me produjeron la variedad de las colecciones, la pulcritud y majestuosidad de su local y la atención de los bibliotecarios que me atendieron, definieron mi vocación. Ese día decidí presentarme a la Escuela Nacional de Bibliotecarios. LOS ESTUDIOS Me sorprendieron asignaturas nuevas, propias del procesamiento y de los servicios de información que obligaban a conocer normas y códigos. Me interesaron vivamente las lecciones de Bibliografía Peruana, transmitidas por el doctor Alberto Tauro del Pino, conocedor insigne de la materia y refrendadas en la práctica por Don Alejandro Lostaunau Ullos, quien nos ponía en contacto con las obras, por él muy conocidas y en fin, gocé y sufrí todas las materias que nos moldeaban para ejercer la profesión. LOS PROFESORES Fueron ellos los egresados de las primeras promociones quienes habían logrado procesar las colecciones, y organizado los servicios de la Biblioteca Nacional, permitiendo el acceso a un conjunto indiscriminado de usuarios que acudían a satisfacer necesidades de información de diversa índole, a las salas de lectura y de referencia. Nuestros profesores, pues, enseñaban con el ejemplo y transmitían el amor y dedicación puestos en la tarea. EL AMBIENTE La alegría y vivacidad propias de la juventud que llenaban las aulas no era óbice para el serio intercambio de lecturas; el ambiente nos motivaba a frecuentar las grandes obras de la literatura y nos impulsaba a participar de las actividades


culturales de la ciudad. Por aquellos tiempos se instaló en el sótano de la biblioteca, el Museo de Reproducciones Pictóricas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, museo al que dedicamos muchas horas de recreo y solaz, y donde hicimos un primer contacto con las obras que años después nos atraerían al viejo continente. La camaradería entre profesores y alumnos era proverbial y se tendía una línea de continuidad entre las aulas, las prácticas y el trabajo profesional, al que muchos de nosotros nos dedicamos posteriormente, en la Biblioteca Nacional. LOS PRIMEROS AÑOS DE TRABAJO Inicialmente en el trabajo con la Dra Olivia Ojeda de Pardón, como jefe del Departamento de Consulta y Lectura, siendo Director de la Biblioteca Nacional don Cristóbal de Losada y Puga, constituye para mí un timbre de honor. Ello significó un modelo de excelencia que constituye una aspiración en toda vida profesional. EL TRABAJO EN LA ESCUELA NACIONAL DE BIBLIOTECARIOS Don Cristóbal de Losada y Puga, matemático y académico de la lengua, ex ministro de educación y Decano de la Facultad de Ciencias de la Pontificia Universidad Católica, Director de la Biblioteca Nacional y como tal, director de nato de la Escuela, me invitó a asumir la regencia de la Escuela. Con su orientación, la asesoría del Patronato de la Escuela y la amplia colaboración de los profesores, pude afrontar el reto contando con el apoyo de Don Cristóbal de Losada durante 4 años, hasta que falleció, en 1961. El Rvdo. Padre Rubén Vargas Ugarte, reemplazó a Don Cristóbal durante un año; el apoyo que el padre brindó a la Escuela fue total, incluso acogió mi iniciativa de ampliar el programa de estudios de la Escuela a tres años, para darle un mayor vuelo humanístico e incorporar nuevos cursos técnicos que imponía la modernidad. La ampliación se hizo con la intervención del Patronato de la Escuela. Una vez oficializada, profesores de las universidades de San marcos y la Católica se integraron al cuerpo docente. Breve fue el paso del padre Vargas Ugarte por la Escuela, donde él también dio clases, pero fructífero. El Doctor Carlos Cueto Fernandini, educador, ex decano de la Facultad de Educación de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Vicerrector de la


Universidad de Lima y posteriormente Ministro de Educación, asumió la dirección de la Biblioteca Nacional de 1962 a 1966. Su dirección corresponde a una época de expansión, se inicia el Sistema de Bibliotecas Públicas, en el que la Escuela colaboró realizando cursos para encargados de bibliotecas municipales de provincias. Se extienden las prácticas pre-profesionales a bibliotecas académicas y especializadas y se crea el escalafón de títulos de Bibliotecario en el Ministerio de Educación. El Dr. Guillermo Lohman Villena, historiador, abogado y diplomático, dirigió la Biblioteca Nacional de 1966 a 1969. El apoyo que brindó a la Dirección de Estudios de la Escuela se tradujo especialmente en los cursos de Bibliografía Peruana, época colonial, que él dictó. A partir de 1969, se hizo cargo de la Dirección de la Biblioteca Nacional el doctor Estuardo Núñez, abogado, escritor, crítico literario, y profesor universitario. Se preocupó por la expansión de las Bibliotecas Escolares y dio inicio al sistema de las mismas. La Escuela apoyó también este movimiento con cursos para maestros sobre bibliotecas escolares. En esa época, 1971, se organizó en Lima la primera reunión de la asociación Latinoamericana de Escuelas de Bibliotecología y Ciencias de la Información, ALEBCI, fundada en Buenos Aires en 1970. LA TRANSFERENCIA A LA UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN MARCOS

En 1971 me retiré de la Dirección de Estudios de la Escuela Nacional de Bibliotecarios. Posteriormente, en 1979, siendo directora de la Biblioteca Nacional la señora Maruja Bonilla de Gaviria y Directora de Estudios la señorita Teresa Silva Santisteban, y con la intervención de la Asociación Peruana de Bibliotecarios se produjo la transferencia de la Escuela a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En 1983 fui llamada a la nueva Escuela como profesora y viví el proceso de adaptación duro y penoso, siendo testigo de los esfuerzos de los alumnos por conseguir un espacio, trasladar la biblioteca, reafirmarse como Escuela AcadémicoProfesional, dentro de la Facultad de Letras. EL HOMENAJE Me tocó pues, vivir parte de la historia de la Escuela Nacional de Bibliotecarios cuyos 50 años de creación conmemoramos hoy, y los inicios de la nueva Escuela Académico Profesional, la cual ha tenido la iniciativa de rendir el homenaje de las Bodas de Oro, por ello me he permitido participar en la edición


conmemorativa. Mención especial merecen los profesores de la antigua Escuela, especialmente a Graciela Araujo e Irma Quiñones, con quienes compartimos la misión de formar a los profesionales de información de aquella época, la Sra. Maruja Bonilla de Gaviria y a la Srta. Teresa Silva Santisteban, quienes bregaron por el pase a San Marcos, a la Dra. Erlinda Chávez, directora actual y a los profesores de hoy cuyo esfuerzo es digno de encomio, nuestro homenaje y reconocimiento muy sentidos.


RESOLUCION RECTORAL Nº 60385 Lima, 21 de marzo de 1980.- Visto el Convenio a celebrarse entre la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y el Instituto Nacional de Cultura en el que se establecen las condiciones en que se realizará la transferencia de la Escuela Nacional de Bibliotecarios del Instituto Nacional de Cultura al Programa Académico de Bibliotecología, integrante de la Dirección de Programas Académicos de Lingüística, Filología, Literatura y Periodismo de la Universidad; y, CONSIDERANDO: que la transferencia de la Escuela Nacional de Bibliotecarios del Instituto Nacional de Cultura ha sido autorizada por Resolución Suprema Nº 0049-80-ED, del 13 de marzo en curso; estando a lo acordado por el Consejo Ejecutivo en sesión del 21 de marzo de 1979; SE RESUELVE 1º Aprobar y poner en vigencia a partir de la fecha el Convenio que celebran la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y el Instituto Nacional de Cultura, sobre las condiciones en que se realizará la transferencia de la Escuela Nacional de Bibliotecarios del Instituto Nacional de Cultura al Programa de Bibliotecología, el que consta de cinco (5) cláusulas que forman parte integrante de la presente Resolución Rectoral. 2º Delegase en el señor Vice-Rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, doctor Gustavo Saco Miró Quesada, la atribución de suscribir el Convenio en nombre y representación de la institución. Registrase, comuníquese, publíquese y archívese. JOSE TARAZONA CAMACHO Secretario General meg.

GASTON PONS MUZZO RECTOR


CONVENIO DE TRANSFERENCIA PARA EL PASO DE LA ENB A LA UNMSM CONVENIO ENTRE LA UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS Y EL INSTITUTO NACIONAL DE CULTURA PARA LA TRANSFERENCIA DE LA ESCUELA NACIONAL DE BIBLIOTECARIOS DEL INSTITUTO NACIONAL DE CULTURA A LA UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS. La Universidad Nacional Mayor de San Marcos debidamente representada por su Vice-Rector, Doctor GUSTAVO SACO MIRO QUESADA, con Libreta Electoral Nº 2783979, Libreta Tributaria Nº 1117378, con domicilio legal en Av. República de Chile Nº 295 Of. 609 - Lima, y el Instituto Nacional de Cultura debidamente representado por su Director General, señor FRANCISCO ABRIL DE VIVERO, con Libreta Electoral Nº 2820839, Libreta Tributaria Nº 22699028, con domicilio legal en Jr. Ancash Nº 390 - Lima, suscriben el siguiente Convenio para la transferencia de la Escuela Nacional de Bibliotecarios a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En los términos y condiciones siguientes: PRIMERO.- El Consejo Ejecutivo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en su sesión de 21 de marzo de 1979, aprobó la incorporación de la Escuela Nacional de Bibliotecarios al Programa Académico de Bibliotecología de dicha Universidad. Asimismo acordó designar una Comisión Especial presidida por el señor Vice-Rector de la Universidad e integrada por los señores Directores de CAEP, de Proyección Social y de Biblioteca y Publicaciones con la finalidad de estudiar los procesos de integración a la Universidad. SEGUNDO.- El Instituto Nacional de Cultura en base a lo expuesto en el artículo primero del presente Convenio entrega a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos lo siguiente: a) Los fondos correspondientes al presupuesto económico de la Escuela Nacional de Bibliotecarios, con excepción de los montos correspondientes al personal administrativo y de servicio. b) Los documentos que conforman el archivo de la Escuela. c) Los bienes muebles y enseres que se detallan en el inventario que constituye el anexo 1.


d) La biblioteca especializada de la Escuela, según el inventario que constituye el anexo 2. e) Las tesis presentadas para optar el grado de Bibliotecario de los egresados, según relación, anexo 3. f) Los archivos que conforman el Escalofón del Personal Docente permanente y contratado de la Escuela, según el anexo adjunto. TERCERO.- La Universidad Nacional Mayor de San Marcos se compromete a aceptar la reasignación del personal docente permanente, y además: a) A garantizar la estabilidad de todos los docentes nombrados de la Escuela Nacional de Bibliotecarios, y que en número de tres (3), se han venido desempeñando como tales hasta el momento de la firma de este Convenio, salvo renuncia expresa a este derecho de reasignación. La categoría académica en la que serán reasignados en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos estará sujeta a las disposiciones legales y reglamentarias, y en concordancia con la documentación de cada uno de los docentes. b) Proseguir los servicios educativos que viene brindando la Escuela Nacional de Bibliotecarios. c) A que los alumnos actualmente matriculados prosigan con el actual curriculum de ocho (8) semestres, conducente al título de Bibliotecario. d) Implementar el curriculum de estudios de diez (10) semestres conducentes al título de Licenciado en Bibliotecología. e) A que los egresados de dicha Escuela con título de Bibliotecario obtenido con el curriculum de ocho (8) semestres, tengan opción al título de Licenciado en Bibliotecología estudiando dos semestres adicionales. f) A que los que han obtenido el título de Bibliotecario con un curriculum menor de ocho (8) semestres tengan opción a la Licenciatura en Bibliotecología, estudiando dos semestres adicionales, siempre y cuando dichos egresados estén ejerciendo la profesión de bibliotecarios o la docencia bibliotecológica. g) A mantener el proyecto de Cooperación Técnica 1978-1979 suscrito con la OEA y que finaliza el 30 de abril de 1980 consistente en el desarrollo de cursos desde el 15 de enero de 1980 con la presencia de tres profesores expertos en la rama de bibliotecología; y a remitir el proyecto de Cooperación técnica. h) Aperturar el Concurso de Admisión para nuevos alumnos en el año lectivo de 1980, para la formación de Licenciados en Bibliotecología. CUARTO.- El Instituto Nacional de Cultura, a través de la Biblioteca Nacional, se compromete a ceder a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos el uso de los ambientes que viene ocupando la Escuela Nacional de Bibliotecarios por dos (2)


años; a partir de la dación de la Resolución Suprema de transferencia, siendo responsabilidad del Instituto Nacional de Cultura el mantenimiento de dicho local. QUINTO.- Los egresados de la Escuela Nacional de Bibliotecarios que no hayan obtenido el título a la fecha de la firma de este Convenio tendrán opción durante seis meses para obtener el título directamente en la Escuela Nacional de Bibliotecarios. Lima, 10 de abril de 1980. FRANCISCO ABRIL DE VIVERO Director General del Instituto Nacional de Cultura

GUSTAVO SACO MIRO QUESADA Vice-Rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.


12) Imagen 12 Escuela Nacional Bibliotecarios Almuerzo de camaradería con Alejandro Lostaunau Sara Ráez, Nancy Lizarraga, Lily Lizarraga, Irma Quiñones, Mercedes Tijero, Tula Medina, Luisa Vergara, Alejandro Lostaunau, Nelly MacKee, Agustina Musante, entre otras damas.


CURRICULUM DE LA EAP DE BIBLIOTECOLOGÍA UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS HUMANAS E.A.P. DE BIBLIOTECOLOGIA Y CIENCIAS DE LA INFORMACION

JORNADAS CURRICULARES 1992

TABLA DE CONTENIDO PRESENTACION CURRICULUM DE 1986 Objetivos Estructura curricular Plan de estudios NUEVO CURRICULUM 1993 Marco conceptual Estatuto de UNMSM Situación del país Tendencias actuales de la Bibliotecología y Ciencias de la Información Mercado laboral Perfil profesional Estructura curricular Plan de estudios Cuadro de nuevo curriculum Graduación y titulación Sistema de evaluación BIBLIOGRAFIA CONSULTADA


PRESENTACION El avance de la ciencia y tecnología, y su consecuente aplicación en el desarrollo integral de un país, hace cada vez más necesario y urgente, la adecuación de los profesionales a los cambios que se producen, y su compromiso de ser ellos mismos los agentes de cambio y productores de nuevas tecnologías que los lleven a lograr una mejor calidad de vida. Esto obliga a las universidades a proporcionar la formación integral que permita 'crear' los profesionales que los países necesitan para adecuarse a esos avances y para lograr el desarrollo de sus respectivos países. Debido a esto, las universidades deben adecuar sus programas de estudios y prepararlos con una proyección que permita enfrentar las necesidades mediatas e inmediatas de cada país. Sin temor a ser llamados 'futuristas', las universidades, especialmente las de países en desarrollo, deben estar atentas al cambio social, político, cultural, etc. que se produce a nivel mundial y tomar las experiencias que consideren valiosas para su propio desarrollo. Con el fin de adecuarse a la realidad expuesta, la UNMSM acostumbra preparar nuevos planes de estudios, cada quinquenio, o con un plazo no mayor de 6 años. De esta forma la Facultad de Letras y Ciencias Humanas ha convocado para los días 16-18 de Setiembre de 1992 a Jornadas Curriculares, que tienen como finalidad elaborar un nuevo plan de estudios que permita actualizar o mejorar los currícula aprobados en las anteriores Jornadas de 1985. Se pretende aprobar programas coherentes, eficaces y acordes con los postulados de la Universidad que faciliten la preparación de los profesionales que deben afrontar el reto del año 2,000. La E.A.P. de Bibliotecología, por segunda vez durante su existencia, se hace presente al llamado de las Jornadas de la Facultad de Letras. Se ha formado una Comisión Curricular conformada por los profesores. Erlinda Chávez B., Rosalía Quiroz P. y Ana María Talavera I. quien la preside, y los alumnos Eduardo Reyes y Luis Vargas. Para realizar un trabajo continuo y con alto grado de participación de todos los estamentos de la universidad, se convocó a alumnos, profesores y exalumnos a incorporarse a las sub-comisiones formadas: - Perfil profesional - Evaluación de cursos


- Evaluación de prácticas preprofesionales - Estructura curricular En el presente documento se presenta un análisis detallado del currículo hoy vigente, y que fuera aprobada en 1986. Este currículo ha formado los profesionales que están próximos a egresar, y seguirá vigente hasta que los ingresantes en este año 1992 terminen sus estudios, debido a ello, se requiere preparar no sólo una propuesta de nuevo currículo, sino la posibilidad de un plan de estudios transitorio, que pueda solucionar problemas de inmediato, logrando un profesional de la información acorde con la década en la que vivimos. El análisis del currículo de 1986, se iniciará con la revisión de sus objetivos generales y específicos, comparándolos con el perfil profesional y estructura curricular que propone. Posteriormente se hace una crítica detallada al plan de estudios juntando información al respecto ofrecida por alumnos y profesores, finalmente se evaluan los recursos disponibles para poner en marcha el curriculum que se proponía. En la 2a. parte del documento se presenta el nuevo curriculum para los años venideros. Es preciso señalar, que la E.A.P. de Bibliotecología y Ciencias de la Información cumple con el compromiso contraído y responde al llamado de la Facultad con relación a las Jornadas Curriculares, pero considera que no es éste el momento más propicio para proponer planes futuros, debido principalmente a los cambios políticos que se producirán en el país. Las reformas que se aprueben en el plano político, económico, social, etc. traerán consigo cambios estructurales en la educación y en las universidades del país, así el nuevo Reglamento de la UNMSM, necesariamente, deberá adaptarse a la nueva Ley Universitaria y sus cambios. Una vez hecha esta aclaración, pasaremos a presentar mencionado.

el tema antes

1. CURRICULO DE 1986: Aprobado durante las Jornadas llevadas a cabo a fines de 1985, este currículo fue preparado y discutido por una comisión formada por alumnos y profesores y posteriormente aprobado tanto en reuniones y sesión plenaria interna, como en plenaria de la Facultad.


Hasta el momento de aprobarse este currículo, sólo existía el de 1981, que había sido creado y aprobado por expertos colombianos convocados específicamente para implementar rápidamente un currículo que permitiera el pase de la Ex-Escuela Nacional de Bibliotecarios, a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Este tuvo muchas dificultades para su aplicación, por la falta de infraestructura y docentes para un Programa Académico que recien se iniciaba y que no era conocido ni acogido con las condiciones necesarias por la Universidad. La realidad actual es otra y la E.A.P. de Bibliotecología cuenta con una infraestructura (aunque no suficiente) para la realización de sus actividades académicas, por lo tanto nuestro punto de partida es diferente al de las Jornadas anteriores, teniendo estas consideraciones se inicia la evaluación requerida: 1.1. Objetivos: La revisión detallada del documento final de las Jornadas anteriores, nos permite ubicar, aunque subyacente dentro del acápite 1: "Fundamentación", el objetivo general del profesional que se pretendía formar. Ahí se menciona que el establecimiento del régimen facultativo y de los estudios generales o Pre-Letras, obligaron a darle al curriculum un carácter multidisciplinario ofreciendo "un conjunto de conocimiento y experiencias educativas en nueve diferentes áreas consideradas como los constituyentes básicos de la formación profesional del generalista, que es el perfil que los subyace." (cf. Claustro Pleno, Nº 6, p. 8). Esta fundamentación al curriculum, nos permite inferir que el objetivo era formar a un profesional con una amplia cultura general multidisciplinaria, al que denominan "generalista", además de señalar las nueve áreas que consideran que debía comprender el curriculum, y que analizaremos posteriormente en la sección denominada 'estructura curricular'. Hay que mencionar, que aún en esa época, se pensaba en el futuro bibliotecólogo como un profesional 'generalista', y la discusión perdurará por mucho tiempo más. Incluso algunos siguen pensando en el bibliotecólogo 'enciclopedista', que debe saber de todo y tener una memoria privilegiada, capaz de absolver consultas en todas las áreas del conocimiento; mientras que el desarrollo de la profesión bibliotecológica, propugna cada vez más la 'especialización'.


En la sección 3 del documento final, y bajo el nombre de 'objetivos curriculares', se presenta lo que podríamos denominar los objetivos específicos del curriculum, y que, como ellos mismos aclaran, son a su vez los lineamientos del perfil profesional del bibliotecólogo. En ese acápite se puede leer: "El Licenciado en Bibliotecología y Ciencias de la Información, es un profesional que está en capacidad de: a) Diseñar, planificar, ejecutar y evaluar unidades, redes, y sistemas de información típicos y atípicos. b) Identificar y satisfacer las necesidades de información de los usuarios reales y potenciales, así como promover su formación y su participación activa en la retroalimentación de los sistemas de información. c) Conocer exhaustivamente las fuentes de información normalizadas e informales, así como tener el dominio en el tratamiento de materiales documentales. d) Utilizar con pertinencia los métodos, sistemas y procedimientos automatizados para almacenamiento y recuperación de la información. e) Reflexionar crítica y creativamente acerca de los fundamentos teóricos, conceptos y categorías, los métodos, técnicas y procedimientos, y todo aquello que, conformando las bases de su competencia académico-profesional, sea susceptible de investigación al más alto nivel. f) Operar efectiva y creativamente en las diferentes situaciones y en la diversidad de condiciones que ofrecen al desempeño profesional realidades pluridimensionales, como la peruana y latinoamericana, realidades a cuyo desarrollo debe contribuir." (cf. Claustro Pleno, Nº 6, p. 10-11). Se discutirá este aspecto con mayor detalle en las secciones siguientes, en la que se comparará las áreas propuestas, con los objetivos que se mencionan en este acápite.


13)

Imagen 13 Promoción 1966 en clase con Don Alejandro Lostaunau Julia del Solar, Benito Gutti, Domingo Geldres, Graciela Martínez, Elsa Echegaray, Ángela Portocarrero, Beatriz Prieto, César Guiven, Pilar Prieto, Ruth Montes, Ana María Cubas, Carmen Miglio, Alejandro Lostaunau, María Becerra, Gladys Herrera, Silvia Calderón, Rubén Almeida, Herminio Urbina.

14) Imagen 14 Escuela Nacional Bibliotecarios 1964 Almuerzo en la casa restaurante de Rosita Rios, sábado 18 de julio de 1964 Jorge Mariátegui, Carlos Ruíz, Carmen Sebastián, Carlos Puntriano, María Luisa Cavero, Eva Prada, Teresa Ramírez, Fabiola López, Rosa Sánchez, Norma Magán, Julian Heras, Betty Simmons, Rosita Rios


1.2. Estructura curricular: El curriculum cumplía con los dispositivos vigentes: formar profesionales en 10 semestres lectivos, siendo considerado como un curriculum de característica semirrígida, es decir, con algunos pre-requisitos establecidos, y cursos electivos para escoger. Se considera que tiene un nivel inicial, en el área denominada de 'ciclo básico', conformada por dos semestres y un nivel de formación profesional, constituido por los semestres comprendidos del 3º al 10º semestre. El curriculum incluye 5 prácticas pre-profesionales, con un valor total de 17 créditos. Además se ofrecen 16 cursos electivos, principalmente en las áreas de cultura general. De esta forma, los cursos obligatorios sumaban 184 créditos, y los cursos electivos 53, dando un total de 237 créditos. Todos estos cursos se ubican dentro de 9 áreas curriculares, "establecidas teniendo en consideración las características inherentes al campo disciplinario respectivo en su estado actual y en sus proyecciones, así como en función de las competencias exigibles para la conformación de un perfil profesional..." (cf. p. 9 Claustro Pleno Nº 6, 1992). Las áreas que se proponen son: "1) Area teórico-filosófica 2) Area de recursos de la información 3) Area de procesamiento de la información 4) Area de transferencia de la información 5) Area de la administración de unidades y sistemas de información 6) Area de la informática documentaria 7) Area de investigación 8) Area de la teoría social de la información 9) Area de cultura general..." Si empezamos a comparar estas áreas con los objetivos antes propuestos, veremos que el objetivo a) "Diseñar, planificar, ejecutar..." es cubierto por el área Nº 5 que ve los aspectos de administración; el objetivo b) "Identificar y satisfacer las necesidades de información de los usuarios..." es cubierto por el área Nº 4, denominada Transferencia de la información; el objetivo c) "Conocer


exhaustivamente las fuentes de información...", es cubierto en el área Nº 2, 'Recursos de la Información'. El objetivo d) "Utilizar con pertinencia los métodos, sistemas y procedimientos automatizados...", se estudian en el área Nº 6, denominada de Informática Documentaria, aunque otros aspectos deberían tratarse también en el área Nº 3, de Procesamiento de la Información. El objetivo e) "Reflexionar crítica y creativamente acerca de los fundamentos teóricos... susceptibles de investigación al más alto nivel", son tratados en el área Nº 7, 'área de investigación'; por último, el objetivo f) "Operar efectiva y creativamente en las diferentes situaciones...", es cubierto por el área Nº 8, llamada de Teoría social de la Información. Así tenemos que para las áreas de 'cultura general' y teórico-filosófica', no se establecen objetivos específicos, de acuerdo a lo expuesto anteriormente, podríamos ubicarlas dentro de lo que hemos denominado 'objetivo general', dentro de la sección 'fundamentación', donde se menciona el interés de formar a un 'generalista'. En la presentación de la estructura curricular, así como en la de los objetivos curriculares, se hace mención al creditaje y a las áreas que se deben cubrir; pero no se hace un análisis del plan de estudios con relación a esta estructura, es decir, no se establece qué cursos están comprendidos en cada una de esas áreas, ni qué cursos deberían estar comprendidos. Tampoco se establece el control que debería contener el curriculum para lograr una secuencia razonable y eficaz en la preparación del alumno, aspectos éstos que revisaremos en el párrafo siguiente, junto con la crítica detallada de la forma en que fueron dictados los cursos considerados en el mencionado plan. 1.3. Plan de estudios: El aspecto más controvertido y al mismo tiempo más claramente percibible por los alumnos que son los que cursan las materias aquí indicadas es justamente el del 'Plan de estudios', y que es el 'producto', que esperamos lograr al final de estas jornadas. En el plan de estudios se ven plasmados no sólo los objetivos y el perfil del profesional que se pretende 'crear', sino las tendencias actuales de la profesión, el contexto político, social, económico, donde se desarrolla, etc., por lo tanto no existe un modelo único de plan de estudios, ni puede ser copiado de ninguna otra realidad. Empezaremos con el análisis de los cursos considerados dentro del 'Ciclo básico', común a todas las especialidades de la Facultad y en los que se incluyen dos


cursos de la especialidad. Debemos mencionar, que los cursos que se consideran dentro del ciclo-básico parecen ser adecuados para un alumno que recién ingresa a la Universidad, aunque no se debería considerar un curso específico como Biología General, sino mas bien cursos de tipo instrumental, que posteriormente permitirían obtener un conocimiento más especializado. Sería conveniente, por ejemplo enseñar 'Metodología del trabajo intelectual', haciendo hincapié en los principios y técnicas de estudio para que el alumno pueda proseguir exitosamente su carrera universitaria. Los alumnos que actualmente cursan este curriculum, encuentran que el problema mayor radica especialmente en la poca claridad y especificidad de las sumillas y contenidos de los cursos, donde se producen repeticiones. De la misma forma, se encuentra que existen demasiadas prácticas pre-profesionales, donde no se hace un estricto seguimiento del alumno ni control del centro de prácticas preprofesionales) Igualmente se ha mencionado problemas con el dictado de algunos cursos, básicamente referidos a la preparación del profesor para el dictado de dicho curso, se propone mayor especialización de los docentes en las áreas que les corresponde dictar; especialización por ahora casi imposible, pues se trabaja con una plana docente insuficiente y en su mayoría, de profesores contratados. De igual manera se sugiere el dictado de cursos de metodología para preparar futuros docentes, así como cursos para actualizar a los actuales. Es cierto que no se puede cumplir con todos las sugerencias tanto de alumnos como de profesores. Las anteriores Jornadas ofrecieron una buena gama de cursos, cuya temática sigue aún vigente, es preciso mas bien, mejorar las condiciones de implementación del anterior currículo en lugar de buscar grandes cambios, con relación al actual. (véase anexo 2: Evaluación de cursos)


15) Imagen 15 Promoción 1974 Almuerzo en Rosita Rios 1 de marzo de 1975 Carmela Bussalleau, Mirtha Montenegro, Julia Mosselli, María Bonilla de Gaviria, Teresa Silva Santisteban, Carmen Cevallos, Ana María Talavera, Ana Luisa Soriano, Sara Patiño, Luz Tellería, Zoila Helbenso, Ana María Breña, Aurelia Escalante, Teresa Fuentes, Gabriela Barco, Guadalupe Suárez, Shanon C. de Cárdenas.


2. PROPUESTA DE NUEVO CURRICULUM 1992: Cumpliendo con la tarea encomendada, la Comisión Curricular de la E.A.P. de Bibliotecología y Ciencias de la Información presenta el presente documento. En él se pretende dar las pautas para preparar a un profesional de la Bibliotecología en nuestra nación, que sea capaz de convertirse en un especialista de la información y logre un aporte efectivo al desarrollo del país. Esta sección incluye consideraciones de tipo teórico dentro del marco conceptual, basados especialmente en los postulados de la UNMSM, la realidad social y política de nuestro país, y la realidad del desarrollo alcanzado por la profesión y por los profesionales tanto en nuestro medio como en el extranjero. Posteriormente pasa a definir conceptos relacionados con el perfil y su misión, para terminar proponiendo el perfil profesional del especialista en Bibliotecología y Ciencias de la Información. Seguidamente se propone un nuevo plan de estudios, la estructura curricular correspondiente, los requisitos de graduación y titulación y finalmente la infraestructura necesaria para la implementación curricular. 2.1. Marco conceptual: Podemos entender como propósito básico del curriculum, el servir de medio para alcanzar los objetivos, propósitos, metas y fines que la institución se propone lograr. La base teórica que sustenta la preparación de un nuevo plan curricular para los Bibliotecólogos en nuestro país, estará dada por estos cuatro elementos básicos: a) el estatuto de la universidad, b) la realidad de nuestro país, c) las tendencias actuales de la Bibliotecología y Ciencias de la Información y d) el mercado ocupacional de estos profesionales. 2.1.1. Estatuto de la UNMSM: La E.A.P. de Bibliotecología y Ciencias de la Información, se encuentra inmersa dentro de la realidad política, social, económica, cultural, etc. de nuestro país y de la Universidad de la que forma parte. Su principal obligación por lo tanto, es la de formar profesionales acordes con los postulados y requerimientos claramente


establecidos en el Estatuto de la Universidad. Así el Estatuto de la UNMSM, establece a lo largo de todo su contenido, las características de los profesionales que intenta formar, los mismos que deben estar preparados para afrontar la realidad del país. En su Art. 1, determina su misión como Universidad, nos dice que ésta es: "crear y difundir conocimiento, cultura, ciencia y tecnología, con una definida orientación nacional y democrática, comprometida con la transformación de la sociedad". De la misma forma establece en los artículos subsiguientes que es necesario que la Universidad contribuya a través de convenios de cooperación a la integración social, económica y cultural del país, orientados a la liberación del hombre. Entre sus principios (Art. 5) proclama que como Universidad Nacional y Mayor, debe de: - Buscar "la verdad, la afirmación de los intereses y valores nacionales, la defensa de los derechos humanos y el servicio a la comunidad" (inciso a) - Lograr "la participación activa en el desarrollo de una conciencia nacional independiente, orientada a eliminar toda forma de dominación externa e interna y a la transformación de la sociedad peruana actual en otra que garantice la justicia social". Entre sus fines (Art. 6º) la Universidad establece: - La necesidad de transmitir y acrecentar la cultura nacional, rescatar los valores culturales, realizar investigación adecuada a los requerimientos del medio, vincularse con la comunidad en la que se desarrolla, a fin de extender su acción y servicios hacia el país, y finalmente contribuir de manera crítica y creativa a solucionar los problemas que afronta la nación. Dentro de este marco queda sobreentendido que la UNMSM debería proporcionar a sus estudiantes todas las condiciones necesarias para que dichos principios y fines sean cumplidos a cabalidad. Pero la realidad es otra, y por lo tanto, es necesario adecuarse a la situación actual para conseguir resultados óptimos y una distribución equitativa de los recursos, además de insistir en el compromiso explícito de autoridades, profesores y alumnos para conseguir una preparación profesional eficaz y competitiva, y lograr enfrentarse al mercado laboral, con soluciones creativas para el desarrollo del país.


2.1.2. Situación del país: La situación actual de nuestro país - no alejada de la del continente en el que nos encontramos - es bastante conocida por todos los miembros de la Universidad, y no es nuestra intención insistir en ella. Básicamente debemos mencionar problemas relacionados con: - la realidad económica en que vivimos, la que ha traído consigo no sólo una crisis originada por una hiper-inflación, sino una grave recesión que nos ha llevado a niveles de ingreso per-cápita mínimos, a tener el PBI más bajo de esta región, y a relegar a una gran parte de la población dentro de un grado de extrema pobreza. - la realidad social, que agravada por la situación económica antes mencionada, presenta un cuadro desolador con un incremento desmedido de la población por debajo de 15 años, con una migración constante hacia las ciudades con el consecuente abandono del campo, y con condiciones de vida cada vez más por debajo del estándar de vida esperado. - la realidad política, que necesariamente es la que rige el gobierno del país, muestra una inseguridad actual y un futuro impreciso, que no asegura una total democracia y defensa de los derechos de todo ser humano, lo que agrava más aún la realidad económica y social antes mencionada. - la realidad ecológica y de salubridad, que ha llevado al país a un peligrosos retroceso, hemos visto el recrudecimiento de enfermedades erradicadas en otras épocas y latitudes, debido particularmente a los graves niveles de desnutrición y de condiciones de salubridad (falta de agua y desagüe, medio ambiente destruido, etc.= - la realidad educativa y cultural, que es la que especialmente nos compete, y que a consecuencia de la falta de recursos para satisfacer las necesidades primarias, ha pasado a ser olvidada o relegada por las autoridades. Es lamentable ver en nuestro país el alto índice de analfabetismo, la situación en la que se encuentran los locales escolares, los planes de estudio, la preparación académica de los docentes, las remuneraciones de los mismos; la actividad cultural desarrollada por bibliotecas, archivos, museos, etc., y en fin, todo el sector que vive una de las peores crisis de este siglo. No es necesario seguir ahondando en esta realidad ya conocida por todos, sino


buscar soluciones dentro de esta situación que sólo podrá ser superada, en la medida en que como profesionales de la información, podamos buscar los medios para contribuir al desarrollo integral del país. Desarrollo entendido como: "El conjunto coherente de cambios de las estructuras mentales, sociales, económicas, culturales y políticas que permiten que una comunidad pueda de una parte, aumentar en forma autosostenida y durable su producto real global, y de otra, definir el tipo de sociedad a la que aspira llegar... ...Para ello debe escoger con claridad el contenido de las limitaciones existentes, la prioridad y los medios indispensables para que sus hombres sean más, valgan más, tengan más, pertenezcan y participen más, tanto en la producción como en los beneficios de la actividad económica, política y social". De la misma forma concluye diciendo: "El DESARROLLO entonces, implica el saneamiento ambiental, salud, educación, vivienda, comunicaciones, producción agrícola e industrial, actividad política y desarrollo mental del hombre: todo lo que se relaciona con un mejor modo de vivir está determinado por la calidad y cantidad de información que pueda llegar a obtener." (cf. Departamento Nacional de Planificación de Colombia) 2.1.3. Tendencias actuales de la Bibliotecología y las Ciencias de la Información: Como se mencionaba al comienzo de este documento, el avance científico y tecnológico que se produce en la actualidad, se ve reflejado a diario en el quehacer de los profesionales de Bibliotecología y Ciencias de la Información. Basta revisar las revistas especializadas en el área, para descubrir una gran cantidad de temas que están siendo tratados con bastante énfasis en los países que presentan un mayor desarrollo en esta materia - Estados Unidos, Inglaterra, Canadá, y en general el mundo anglo-sajón y a nivel latinoamericano, Brasil, Cuba, México, y últimamente Venezuela y Colombia.


16) Imagen 16 Promoción 1978 Promoción Teresa Estens Sánchez Enero 1978 Teresa Bermudez, Ana María Calderón, Carmen Caparó, María Castillo, Zoila Choque, Cármen Dávila, Ana María Egusquiza, David Flores, Dalila Gallo, Alejandrina García, Lourdes García, María C. Huamaní, Mario Laura, Daniel Lazarte, Mirilla Maguiña, Antonio Maldonado, Luis Penacho, Lirio Olano, Lino Rodríguez, Catalina Ruiloba, Lupe Sánchez, María L. Thornberry, Betty Urbina, Francisca Vásquez, Victoria Velásquez, Bertha Vera, Esperanza Vílchez, Luis Yacolca, Héctor Zavala, José Zorrilla.


Hablar sólo de los avances logrados por la Bibliotecología y Ciencias de la Información, desde la introducción de la automatización y otras tecnologías en el campo, sería hablar sólo de un área de desarrollo de la Bibliotecología, mucho más importante resulta explicar cómo esas tecnologías, han cambiado el quehacer de la mayoría de especialistas en información: 1º Las publicaciones aparecen en otros medios físicos diferentes al papel, es decir tenemos documentos electrónicos, microfilmados, etc. a los que hay que darles un tratamiento diferente, así como poseer las máquinas necesarias para poder leerlas, registrarlas, analizarlas, transmitirlas, consolidarlas, registrarlas, analizarlas, transmitirlas, consolidarlas, etc. 2º La transmisión de información de información ya no se realiza de institución a institución, o de persona a persona, sino de máquina a máquina, utilizando sistemas de telecomunicaciones, incluyendo teleproceso, correo electrónico, telefacsímil, conferencia electrónica, y muchos otros sistemas actuales, lo que implica no sólo conocer su uso, sino cómo transmitir información a través de ellos. 3º La producción de información también se realiza en forma electrónica, desde el momento de su redacción hasta su publicación; lo que hace cada vez más difícil para un profesional, el mantenerse al día con los últimos avances de su especialidad. De esta forma es sumamente urgente que el profesional en Bibliotecología esté apto para entregar a los directivos e investigadores la información procesada, consolidada, analizada e inteligente, es decir, comparada, validada, y simulada, utilizando los modernos avances de las tecnologías de la información. Otros avances importantes en la era de la electrónica, se hacen presentes con la aparición y actualización constante del 'hardware y software', así como de los paquetes de tratamiento y análisis de información. Lo que requiere del Bibliotecólogo un profesional permanentemente informado de estos avances. Todo lo mencionado anteriormente, aunado a la necesidad actual de especialización en los servicios, calidad y justificación del costo/beneficio de los mismos, el mercadeo de la información, el autofinanciamiento de las unidades de información, etc. traen consigo dos áreas básicas y preponderantes en la preparación de los futuros profesionales de la información: automatización y administración o gestión.


2.1.4. El mercado laboral: Son muy pocos los estudios publicados en nuestro medio con relación al mercado laboral de nuestros profesionales, se debe mencionar especialmente los trabajos presentados, por I. Páez en 1989, quien recoge los resultados de encuestas enviadas a diversas Escuelas de Bibliotecología a nivel Latinoamericano. Luego tenemos el trabajo realizado por los colegas colombianos M.C. Molina, M. Pérez y S. Correa, aparecido en 1987, y hay que mencionar igualmente el documento recientemente publicado por O. Corzo, quien analiza específicamente el problema peruano. En todos estos documentos se llega a la conclusión de que la profesión de Bibliotecología y Ciencias de la Información, es aún vista como una carrera poco lucrativa, inferior incluso a otros graduados universitarios, y los mejor remunerados son los que trabajan para el sector privado. En Colombia ya se plantea la necesidad de un cambio en la formación, puesto que se comprueba un decrecimiento en la demanda de trabajo en Bibliotecología, aunque no su desaparición total; se requiere por lo tanto "...una modificación en sus actividades y un reforzamiento en algunos aspectos para poder atender a las nuevas exigencias". O. Corzo (1992), concluye para el caso peruano, que, dadas las tendencias actuales de privatización, y las enorme disminución de profesionales en el sector estatal, se necesita ya no quizás un especialista que intente formar parte del Sistema Nacional de Información, sino que se enfrente a un problema más concreto y si se quiere 'de supervivencia', puesto que está obligado a generar ingresos a través de la preparación de productos tangibles y de alta calidad, esto significa entrar al campo competitivo, muchas veces copado por profesionales no necesariamente del área de la Bibliotecología. Resumiendo, tenemos que, de acuerdo al mercado laboral, o mejor dicho a lo que los empleadores esperan de los futuros profesionales de la Bibliotecología y Ciencias de la Información, definiríamos a éstos como las personas capaces de planear, organizar, evaluar, administrar, etc. sistemas de información, además de ser competentes agentes de cambio, con capacidad para intervenir efectivamente en la realidad socio-política, económica, etc., de su país. Por otro lado, la explosión de la información obliga cada vez más a una especialización en los servicios, puesto que el investigador o profesional, no puede


revisar todos los documentos relevantes para su desarrollo profesional. Por ello, los empleadores consideran que los Bibliotecólogos deben reforzar su preparación en 3 grandes rubros: automatización, administración/gestión y creación y/o mantenimiento de servicios y redes de información especializados. 2.2. Perfil profesional: Para proponer un perfil profesional del Bibliotecólogo habría que comenzar por definir qué se entiende por perfil profesional, lo definiremos como: "La descripción de las características únicas que diferencia a un profesional de otros,, aún dentro del mismo campo de actividad. Representa lo característico y fundamental de una profesión". Las características a las que hace mención esa definición se refieren a la capacidad de actuar profesionalmente, los elementos (instrumentos y métodos) que le permitirán ese desempeño profesional, el medio ambiente en el que se espera que pueda ejercer sus capacidades, habilidades que debe poseer, Etc. Definido el perfil, pasaremos a proponer el que se quiere lograr con este curriculum. Cabe destacar que la Comisión Curricular consideró perfectamente válido el perfil profesional que se consideraba en el anterior curriculum (cf. 1.3), solamente se requería perfeccionar algunas de las consideraciones allí mencionadas. Por lo expuesto anteriormente con relación a los avances de la Bibliotecología y Ciencias de la Información, y de acuerdo a las necesidades del mercado, se ha establecido la necesidad de seguir preparando a un profesional generalista; pero dándole una cierta oportunidad de aprender y manejar las características de ciertas áreas del conocimiento, exigidas en el quehacer diario del profesional. Cabe señalar que este objetivo se pretende lograr a través de la inclusión en el plan de estudios, de varios cursos electivos de otras áreas, los que se recomienda que sean llevados por los alumnos de Bibliotecología, en las Facultades o Escuelas respectivas, con el fin de evitar un nivel más bajo de exigencia o dictado por parte de los profesores que son enviados a nuestra Escuela, así como dar al estudiante oportunidades de intercambiar opiniones y beneficiarse de la interacción con estudiantes de otras especialidades.


Es bueno insistir que, de acuerdo a la realidad mencionada en la parte 1, nuestro objetivo primordial será el de crear al profesional que se configure en el agente de cambio que el país necesita. El futuro bibliotecólogo/especialista en Ciencias de la Información, tendrá que demostrar que con pocos recursos, pero con mucha creatividad, podrá lograr darle a la profesión el rol que le corresponde. De esta forma podemos mencionar que el futuro Licenciado en Bibliotecología y Ciencias de la Información, al concluir sus estudios será capaz de: 1. 2. 3. 4. 5.

6. 7.

Diseñar, organizar, administrar y evaluar sistemas y servicios de información, en realidades diversas. Ser un crítico observador y actor en los procesos culturales y problemas sociales, siendo capaz de plantear soluciones acordes con el desarrollo del país. Utilizar, actualizar y proponer métodos, técnicas y procedimientos manuales y automatizados para el tratamiento y recuperación de la información y la adecuada transferencia de la misma. Identificar y satisfacer las necesidades de información de los usuarios, así como promover y fomentar el uso de la información y la participación activa de los usuarios en los sistemas de información. Conocer exhaustivamente los recursos y fuentes de información, formales u orales, manuales o automatizados, publicados o inéditos, y en general todos los materiales documentales que permitan proporcionar información a los usuarios. Aplicar sus conocimientos al desarrollo de la investigación pura y aplicada, y en especial a aquella que tenga especial incidencia en el ejercicio profesional. Aplicar su creatividad al trabajo interdisciplinario y cooperativo, con el fin de estudiar y diseñar productos y servicios de información acordes con las necesidades del país.

Es preciso mencionar de la misma forma, las cualidades personales que debe poseer el candidato a los estudios de Bibliotecología y Ciencias de la Información, en lo que se debería poner especial énfasis en el momento de la selección. Aunque es cierto que todas estas cualidades son igualmente válidas para cualquier profesión, son especialmente importantes en el futuro profesional de la información:


17)

Imagen 17 Escuela Nacional Bibliotecarios 1978

Inauguración de la Biblioteca de la Escuela Nacional de Bibliotecarios Enero 1978 Gabriel Lostaunau, María Luisa Barragán, Benjamina Iturburu, Margarita Martínez, Beatriz Arakaki, Delia Dávila, Teresa Pardo, entre otros.


- Sentido de organización y orden - Responsabilidad - Vocación de servicio y buen trato con el público - Espíritu investigativo - Iniciativa - Capacidad de análisis - Creatividad - Comunicación oral y escrita 2.3. Estructura Curricular: El actual curriculum es semirígido, al igual que el anterior, pero se ha tenido especial cuidado en proponer cambios y establecer estructuras más rígidas considerando mayor número de pre-requisitos, con el fin de evitar distorsiones en el seguimiento del Plan de estudios. Se ha considerado que la enseñanza debe ser gradual y progresiva, por lo que se considera que el curriculum debe tener niveles, así tenemos: -

primer nivel o inicial, en el que se encuentran los cursos que se llevan en el ciclo básico.

-

segundo nivel o general en el que se enseñarán los cursos centrales de la profesión, especialmente aquellos que van a proporcionar los conocimientos básicos para desempeñarse eficientemente en cualquier unidad de información, este nivel corresponde a los cursos de los ciclos 3º al 6º, y finalmente

-

tercer nivel o de especialidad, con cursos más avanzados que le permitirán afianzar y aplicar sus conocimientos previos, desarrollando su capacidad crítica y evaluativa. Corresponden a este nivel los cursos del 7º al 10º semestre.

Los cursos de nivel inicial que se dan en el ciclo básico sumarían el siguiente creditaje: 1er. semestre = 19 créditos (incl. 6 cursos obligat.) 2do. semestre = 19 créditos (incl. 6 cursos obligat.) Total 38 créditos en 12 cursos obligat.


Los cursos de nivel general o centrales para la profesión que se enseñan del 3º al 6º semestre, estarían distribuidos de la siguiente forma: 3er. semestre = 23 créditos (incl. 6 cursos oblig.+1 elect.) 4to. semestre = 23 créditos (incl. 6 cursos oblig.+1 elect.) 5to. semestre = 22 créditos (incl. 6 cursos oblig.+1 elect.) 6to. semestre = 23 créditos (incl. 6 cursos oblig.+1 elect.) Total 91 créd. en 24 cursos oblig. y 12 créd. en 4 elect. Los cursos de especialidad, con su correspondiente creditaje están distribuidos de la siguiente forma: 7mo. semestre = 23 créditos (incl. 6 cursos oblig.+1 elect.) 8vo. semestre = 22 créditos (incl. 6 cursos oblig.+1 elect.) 9no. semestre = 18 créditos (incl. 5 cursos oblig.+1 elect.) 10o. semestre = 12 créditos (incl. 1 curso oblig. práct.) Total 75 créd. en 18 cursos oblig. y 9 créd. en 3 elect. Lo que de un TOTAL GENERAL de 204 créditos en cursos obligatorios y 21 créditos en cursos electivos, sumando 225 créditos para terminar los estudios y obtener el grado correspondiente. Las condiciones generales de graduación se presentan en el acápite 2.5 El curriculum ofrece una amplia gama de cursos electivos, los que hacen un total de 28 cursos propuestos, de los cuales el alumno debe escoger uno en cada ciclo del 3º al 9º semestre. Estos cursos proporcionarán la base filosóficahumanística necesaria para el desarrollo profesional, además de proporcionar una aproximación a la especialización dentro del área que le interese al alumno. Las asignaturas programadas representan las tendencias y nuevos enfoques de la Bibliotecología y Ciencias de la Información y desarrollan las áreas consideradas indispensables en la formación integral del estudiante, así tenemos: a)

Area Técnica : Es el área en la que se consideran los aspectos propios del procesamiento de la información: catalogación, clasificación, indización, análisis y transferencia de la información, recuperación y diseminación de la información. Incluye asimismo los aspectos de la informática: computación general, telecomunicaciones, automatización de unidades de información, tecnologías de la comunicación, etc.


b)

Area Administrativa: En la que se incluyen todos los aspectos relacionados con la gestión administrativa en los diferentes campos de la información, deben tenerse en cuenta aspectos de : gestión de recursos humanos, físicos y financieros, planeamiento, formulación y evaluación de proyectos, comunicación, cooperación, etc.

c)

Area de Investigación: Se incluye aquí el uso de los diferentes métodos y postulados de la investigación científica, aplicándolos al 'state of the art' de la Bibliotecología y las Ciencias de la Información. Se debe poner especial énfasis al trabajo interdisciplinario en el que el profesional de la Bibliotecología debe estar presente.

d)

Area Humanística, Social y Filosófica: En la que se consideran los cursos denominados de otras áreas que formarán al Bibliotecólogo como un crítico observador y actor ante los problemas sociales y culturales del medio en que se desarrolla. Aquí se incluirán diversos cursos de las áreas sociológicas, psicológicas, políticas, económicas, científicas, históricas, culturales, etc.

Las áreas teóricas se ven igualmente reforzadas por la presencia de horas de práctica en los cursos que lo requieren, especialmente en el área técnica a los cuales se les ha adicionado talleres de prácticas. De igual manera forman parte del curriculum, las prácticas pre-profesionales que están previstas para los semestres finales, 9º y 10º, por lo tanto se les considera de nivel avanzado tipo internado. Estas prácticas deben regirse por un reglamento específico. 2.4. Plan de Estudios: De acuerdo a lo explicado anteriormente, el plan de estudios abarca las áreas anteriormente especificadas, y se convierte en el producto tangible del nuevo curriculum; de su buena aplicación dependerá su éxito. El Plan curricular, tendrá plena vigencia a partir del primer semestre de 1993, para los ingresantes en los años 1992-1993.


18)

Imagen 18 Promoción Gustavo Saco Miro Quesada

25 de mayo de 1984

Margarita Martínez, Trinidad Villagómez, Griselda Lay, Delia Dávila, Benjamina Iturburu, Silvia Pérez, Flora Miyagui, Rosa Matos, Ildaura Carrasco, Carmen Chicana, Beatriz Arakaki, América Briceño, Judith Árias, Marcelina Calderón, Olga López, Martha Grande, Vivian Candela, Carmen Vílchez, Emma Camacho, María del Carmen Alcalde, Gustavo Saco Miro Quesada, Martha Iparraguirre, Mirella Agurto, Alicia Franco, Eduardo Caparó, Fortunato Contreras, Beatriz de Cárdenas, Marco Martos, Ana Fernández.


19)

Imagen 19 Promoción 10 de Abril

10 de abril de 1984

Se distinguen entre otros a: Patricia Ale, Ana Margarita Alvariño, Elizabeth Ascencio, Eric Bernedo, Lourdes Bravo, Jorge Coronado, Ana María Enciso, Carmen Fernández, Julia García, Elvira Heredia, Margarita López, Gilda Malpartida, Juan Muñoz, Zoila Palma, Roxana Puccio, Graciela Quispe, Graciela Rengifo, Ana Rivera, Juana Rosas, Pilar Sánchez, César Ugaz, Lidia Vargas, Pilar Zevallos.


PLAN DE ESTUDIOS

ASIGNATURAS

T HT HP CRED PRE-REQUISITOS

1er. SEMESTRE Introducción a las Ciencias de la Información y Bibliotecología Matemática Básica Lengua I Metodología del Trabajo Intelectual Introducción al Estudio del Arte Introducción a la Filosofía Sub Total

U U U U U U

04 02 02 02 02 02

00 02 02 02 02 02

2do. SEMESTRE Introducción a la Información y Documentación

U 03 02

Lengua II Introducción a la Literatura Historia Económica y Social.del Perú Biología General Lógica

U U U U U

Sub Total

02 02 02 02 02

02 02 02 02 02

4.0 3.0 3.0 3.0 3.0 3.0 19.0

4.0 Introducción a las Ciencias de Información y Bibliotecología 3.0 Lengua I 3.0 3.0 3.0 3.0 19.0


3er. SEMESTRE Historia.del Conocimiento Registrado Procesamiento de la Información I Bibliot. Fuentes Historicas Peruanas Tipos de Unidades de Inform. Estadística Descriptiva Inglés I

U 02 02 3.0 Introd. Informac y Document U 03 02 4.0 Introd.CC Inform.y U U U U

03 02 02 03

00 02 02 02

Electivos de 3er semestre: (para escoger uno) Técnicas de Lectura Psicología General Francés I Interpretación de Textos Sub Total 4to. SEMESTRE Procesamiento de la Información II Procesamiento de Materiales Especiales Recursos de Información en Artes y Humanidades Introducción a Computación Inglés II Electivos del 4to semestre (para escoger uno) Literatura Hispanoamericana Sociología General Francés II Teoría de la Ciencia Sub Total

3.0 Int.Infor.Docum. 3.0 Introd.CC Inform.y Bibliot 3.0 Matem. Básica 4.0 3.0 3.0 3.0 3.0 23.0

U U U U

U 03 02 4.0 Proc de Información I 02 02 3.0 Proc de Información I 02 02 3.0 Int.Informac y.Documentación 02 02 3.0 Lógica 03 02 4.0 Inglés I

U U U U

02 03 02 02

02 00 02 02

3.0 Int. Literatura 3.0 3.0 Francés I 3.0 23.0


5to. SEMESTRE Taller Procesamiento de la Información Recursos de Información en Ciencias Sociales Administración de Unidades de Información I Introducción a Programación Epistemología Inglés III

U U U U U U

Electivos del 5to semestre (para escoger uno) Psicología de la Motivación Francés III Etica y Axiología Sub Total

U 02 02 3.0 Psicología General U 02 02 3.0 Francés II U 02 02 3.0 22.0

6to. SEMESTRE Usuarios de Información Administración de Unidades de Información II Normalización Bibliográfica Análisis y Recuperación de Información Metodología de Investigación Bibliotecológica Inglés IV Electivos de 6to semestre (para escoger uno) Paleografía I Dinámica de Grupos Francés IV Ecología

00 02 02 02 02 03

06 02 02 02 02 02

3.0 3.0 3.0 3.0 3.0 4.0

Proc de la Informac. II Introducción computación Introducción Filosofía Inglés II

U 03 02 4.0 Tipos Unidad de Información. Procesamiento Informac. II U 02 02 3.0 Adm. Unid de Información I U 02 02 3.0 U 02 02 3.0 Taller Procesam. Información U 02 02 3.0 Metodolog Trabajo Intelectual U 03 02 4.0 Inglés III U U U U

02 02 02 02

02 02 02 02

3.0 3.0 3.0 Francés III 3.0


Sub Total 7mo. SEMESTRE Archivística I Diseminación y Transferencia de la Información Métodos Cuantitativos y Bibliometría Automatización de la Información Inglés V Recursos de Información en Ciencia y Tecnología Electivos del 7mo semestre (para escoger uno) Economía General Historia Económica y Social Paleografía II Proyectos y Estudios de factibilidad Sub Total 8vo. SEMESTRE Análisis de Sistemas de Información Taller de Conservación y Restauración I Seminario de Información para el Desarrollo Legislación y Deontología Bibliotecológica Taller de Análisis y Recuperación de Información Inglés Técnico Electivos para el 8vo semestre (para escoger uno) Fotografía Documental Museología Literatura Infantil Archivística II

23.0 U U U U U U

02 03 02 02 03 02

02 02 02 02 02 02

3.0 4.0 3.0 3.0 4.0 3.0

U U U U

02 02 02 02

02 02 02 02

3.0 3.0 3.0 Paleografía I 3.0 23.0

U U U U U U

02 02 03 02 00 03

02 02 04 02 06 02

3.0 Automatización de la Inform. 3.0 4.0 Semestres anteriores. 3.0 3.0 AnálRecupInfor/DiseTransfInf 4.0 Inglés V

U U U U

02 02 02 02

02 02 02 02

3.0 3.0 3.0 3.0 Archivística I

Análisis Recup.de Información Estadística Descriptiva Introducción Programación Inglés IV Recursos de Inf. en CC.SS.


Sub Total 9no. SEMESTRE Análisis de Sistemas de Información II Mercadotecnia de la Información. Taller Editorial Seminario de Tesis Bibliotecológica Prácticas Pre-Profesionales I Electivos del 9no semestre (para escoger uno) Taller de Conservación y Restauración II Didáctica General Taller de Traducción Inglés/ Español Sub Total 10mo. SEMESTRE Práct. Pre-profesionales II

22.0 U 02 02 3.0 Análisis Sistemas de Inform I U 03 02 4.0 Admin.II/Usuarios Informac U 02 02 3.0 U 03 02 4.0 Metod. Investig U 00 204 4.0 Haber aprobado 8vo sem. U 02 02 3.0 Taller Conserv Restaurac I U 02 02 3.0 U 02 02 3.0 Inglés Técnico 22.0

U 00 612 13.0 Haber Aprobado los semestres anteriores y Práctica I


20) Imagen 20 Promoción Pedro Zulen Ceremonia de egresados 24 de noviembre de 1990 Liubenka Obrenovich, Efraín Rodas, Victoria Ortega, Betty Contreras, Fernando Loyola, Jacqueline Briceño, Mary Manzaneda, Gladys Lizana, Henry Chávez, Sabine Lumbreras, Orlando Corzo, Juana Vente, Guirnalda Zari, Susana Rincón, César Rodríguez


GRADUACION Y TITULACION De acuerdo a los requisitos determinados por la E.A.P. de Bibliotecología y Ciencias de la Información, se otorga los siguientes grados y títulos: -

Bachiller en Bibliotecología y Ciencias de la Información (automático) Requisitos: Haber aprobado todos los cursos del Plan de Estudios vigente.

-

Licenciado en Bibliotecología y Ciencias de la Información Requisitos: Haber obtenido el grado académico de Bachiller, concluyendo con los siguientes cursos y créditos: 2 ciclos básicos 12 cursos 38 créditos 42 cursos de la especialidad 42 cursos 149 créditos 7 cursos electivos 7 cursos 21 créditos

TOTALES

61 cursos

208 créditos

SISTEMA DE EVALUACION La forma de evaluación consiste en dos pruebas parciales, un calificativo correspondiente a nota de práctica para los cursos que están programados bajo este sistema y se promedia entre las tres notas. Existe la posibilidad de rendir una prueba denominada examen sustitutorio para los alumnos que les falta una nota de la parte teórica, mas no es posible sea aplicada a la nota de práctica donde esencialmente es decisiva la puntualidad y asistencia. 2.5 SUMILLAS DE CURSOS OBLIGATORIOS ADMINISTRACION DE UNIDADES DE INFORMACION I Fundamentos. Proceso histórico, enfoques o Escuelas en teoría administrativa. Teoría organizacional. Análisis de las características específicas de la organización bibliotecaria y de los sistemas de información. Racionalización de métodos y procedimientos.


ADMINISTRACION DE UNIDADES DE INFORMACION II Enfoque gerencial de la información. Enunciado de la misión: objetivos general y específicos. Organización de unidades de información (UI). Proceso de planeamiento, niveles. Variables que afectan el proceso. Formulación de políticas. Técnicas para la implementación de políticas. Presupuesto. Estadísticas. Arquitectura de bibliotecas. Aproximación a la normalización administrativa. ANALISIS DE SISTEMAS DE INFORMACION I Teoría general de sistemas. Análisis de sistemas. Enfoque global del análisis de sistemas. Análisis de sistemas de documentación e información. Evaluación de sistemas existentes. Estudios de casos. ANALISIS DE SISTEMAS DE INFORMACION II Diseño y planificación de sistemas. Sistemas de información a nivel macro o mundial. Creación de sistemas específicos. ANALISIS Y RECUPERACION DE INFORMACION Teoría y conceptos de análisis de la información. Indización: conceptos, técnicas, metodología, etc. de la elaboración de resúmenes e índices. Elaboración de tesauros. Teoría y conceptos de recuperación. Sistemas y técnicas. Estrategias de búsqueda, incluyendo sistemas booleanos. Recuperación manual, mecánica y automática. ARCHIVISTICA Aspecto histórico. Relaciones con la Bibliotecología y las Ciencias de la Información. Bases para la descripción de los documentos archivísticos. Principales técnicas para la organización y manejo de archivos técnicos, administrativos, históricos, etc. AUTOMATIZACION DE UNIDADES DE INFORMACION Diseño y análisis de sistemas y razones para automatizar. Aplicaciones prácticas de las computadoras a los problemas y servicios de las unidades de


información (adquisiciones e ingreso, catalogación, control de publicaciones periódicas, servicios de búsqueda bibliográfica, etc.=. Servicios automatizados de DSI. Búsqueda a bases de datos locales y remotas. Normas internacionales para el almacenamiento y recuperación de la información. Redes y sistemas cooperativos. Estudio y práctica de Micro-ISIS. DESARROLLO DE COLECCIONES El ciclo del desarrollo de colecciones: estudio de la comunidad a servir, selección, adquisición, evaluación y descarte. Análisis y uso de los instrumentos de selección. Formas de adquisición, adquisición cooperativa. Disponibilidad universal de publicaciones. Evaluación de colecciones. DISEMINACION Y TRANSFERENCIA DE LA INFORMACION Evaluación de servicios de recuperación locales y remotos. Estudio individual de las diferentes técnicas de evaluación de los sistemas particulares, referentes especialmente a la pertinencia y efectividad de los mismos. Descripción de servicios y aplicación práctica: Bibliografías manuales y automatizadas, Diseminación selectiva de la información (DSI), servicios de alerta, de enlace, búsqueda bibliográfica, remisión y duplicación de documentos. Microfilmación. Consolidación de la información. EPISTEMOLOGIA Principios. Evolución histórica. Sistemas y escuelas. Su función en el desarrollo del conocimiento científico. Teoría del conocimiento. Su utilidad para las ciencias de la información. ESTADISTICA DESCRIPTIVA Principales técnicas para la obtención, sistematización y tabulación de datos, distribución de frecuencias. Representaciones gráficas de los datos. Investigación estadística y muestreo. Medidas de tendencia central y de dispersión. Análisis de variables. Preparación de encuestas y sondeo. Uso de métodos automatizados para la investigación estadística.


FUENTES HISTORICAS PERUANAS Estudio, análisis, recopilación y evaluación de fuentes relacionadas con el desarrollo histórico de nuestro país, considerando cada una de las épocas históricas. Trabajos prácticos que permitan el uso de dichas fuentes. HISTORIA DEL CONOCIMIENTO REGISTRADO Evolución de las formas en las que el hombre ha registrado la información obtenida y medios por los cuales ha tratado de transmitirla. Revisión histórica desde las primeras huellas prehistóricas hasta las últimas tecnologías que se usan para el tratamiento de la información. INGLES I, II, III, IV, V Enseñanza-aprendizaje del idioma como segunda lengua, permitiendo al estudiante el dominio de las estructuras básicas del idioma. Desarrollo gradual, en cada uno de los cursos, de las habilidades para oír-comprender, hablar, leer, escribir y traducir textos en este idioma. Intensiva práctica de lectura comprensiva. INGLES TECNICO Utilizando las habilidades adquiridas en los cursos anteriores de inglés general, se procederá a introducir terminología básica de la Bibliotecología y Ciencias de la Información, de tal forma que el alumno pueda estar en capacidad de utilizar en forma correcta y creativa el idioma para la traducción y comprensión de textos especializados del área. INTRODUCCION A LAS CIENCIAS DE LA INFORMACION Y BIBLIOTECOLOGIA Definición y contenido de la disciplina bibliotecológica y ciencias de la información, relaciones y diferencias con otras ciencias afines. Origen, evolución. Visión panorámica de los contenidos de la especialidad. Análisis de los principios y modelos teóricos de las Ciencias de la Información, Filosofía y Sociología de las Ciencias de la Información. Perfil contemporáneo de la disciplina y de los profesionales de la información.


21) Imagen 21 Noviembre 1987 Inauguración de la Biblioteca de la EAPBCI en la Ciudad Universitaria. Juan Sánchez, Rhonell Cambillo, Dimas Z., Giber García, Ana María Talavera, Angel Vidal, Patricia Machacuay, Cecilia Carrillo, Betty Paredes

22) Imagen 22 Noviembre 1989 Semana del Bibliotecario - 14 al 16 de noviembre de 1989 Guirnalda Zari, Glenda Negrete, Ana María Talavera, Elizabeth Martínez, Patricia López, Milagros Flores, Norma Arnao, Santos Tumbajulca, César Olaya.


INTRODUCCION A LA INFORMACION Y DOCUMENTACION Bibliografía universal y bibliografía de referencia. Obras generales en bibliotecología y ciencias de la información. Evaluación de fuentes de referencia. Organizaciones bibliográficas nacionales e internacionales. INTRODUCCION A LA COMPUTACION Fundamentos. Componentes. Procesos básicos: los lenguajes, los equipos. INTRODUCCION A LA PROGRAMACION Conceptos, criterios y análisis de datos. Introducción a los lenguajes de programación. Estilos de programación. Programación estructurada. Lenguaje Pascal. Programas usados en bibliotecología. Micro-ISIS, CDS/ISIS Pascal. LEGISLACION Y DEONTOLOGIA BIBLIOTECARIA El deber y las responsabilidades del futuro bibliotecólogo y especialista de la información. La ética profesional frente al desarrollo social y tecnológico de la profesión. El papel del colegio profesional. Análisis y revisión de la legislación existente en el país que norma y promueve el desarrollo profesional y la creación, uso y desarrollo de las unidades de información y de la industria editorial. Comparación con otras legislaciones de países latinoamericanos. MERCADOTECNIA DE LA INFORMACION Aspectos generales de la mercadotecnia. Realidad y estudio del mercado y del consumidor. Estudios de costos y calidad de los productos. Estrategias de promoción propaganda y campaña de servicios, y productos. Autofinanciamiento de las unidades de información, privatización de los servicios. Aplicación de mercadotecnia de información a la realidad peruana. METODOLOGIA DE LA INVESTIGACION BIBLIOTECOLOGICA Característica del trabajo de investigación científica. La investigación científica


en Bibliotecología. Métodos de investigación en Bibliotecología: investigación descriptiva, investigación experimental, investigación por encuestas, investigación histórica, estudios de casos. Evaluación de áreas y procesos, investigación en el país y el extranjero. Selección de temas de investigación. METODOS CUANTITATIVOS Y BIBLIOMETRIA Métodos cuantitativos y cualitativos de investigación en Bibliotecología. Estudios de usuarios. Evaluación de colecciones. Evaluación del uso de servicios y productos de información. Bibliometría. Análisis de citas. NORMALIZACION BIBLIOGRAFICA Conocimiento de herramientas y técnicas para la búsqueda de información bibliográfica, sistematización, normalización y forma de presentación de la investigación bibliográfica. Preparación de bibliografías manuales y automatizadas sobre temas específicos propuestos en cada semestre. Uso y comparación de las diferentes normas bibliográficas vigentes en nuestro país, análisis de las normas nacionales ITINTEC. Presentación y publicación de bibliografías. PRACTICAS PRE-PROFESIONALES I, II Están destinadas a poner en práctica los conocimientos adquiridos en los semestres académicos previos. Se realizarán en diversas unidades de información del medio, especialmente aquellas en donde se requiera con mayor urgencia la labor de los estudiantes, como el caso de las bibliotecas de la UNMSM. Su fin es asegurar el contacto directo de los alumnos con las diferentes realidades y niveles de desarrollo de las unidades de información local. Tendrán una duración de 816 horas efectivas. PROCESAMIENTO DE LA INFORMACION I Los principios del tratamiento de la información y su importancia en la profesión bibliotecológica. Catalogación descriptiva: antecedentes y principios. Normas internacionales de catalogación: ISBD y AACR2. Descripción bibliográfica de materiales impresos acorde con las AACR2 y elección de puntos de acceso del mismo material. Catalogación automatizada, formatos de ingreso de datos.


PROCESAMIENTO DE LA INFORMACION II Teoría y principios de la clasificación bibliográfica. Apreciación crítica de los sistemas de clasificación pre-coordinados y post-coordinados. Sistemas generales: Dewey, CDU y LC. Estudio y práctica de estos sistemas. Presentación de sistemas automatizados. PROCESAMIENTO DE MATERIALES ESPECIALES Descripción bibliográfica de materiales no-impresos acorde con las AACR2 y elección de puntos de acceso de los mismos. Clasificación y tratamiento especializados para este tipo de materiales. Se incluye el estudio y práctica con materiales tales como: mapas y otro material cartográfico, discos, cassettes, videos, microformas, pinturas y otro material gráfico, manuscritos, publicaciones periódicas, material automatizado o legibles por máquina, etc. RECURSOS Y SERVICIOS DE INFORMACION EN ARTES Y HUMANIDADES Naturaleza del área fronteras y relaciones con otras áreas. Terminología básica. Características y patrones de búsqueda de información entre los usuarios del área. Estructura bibliográfica y documental del área. Metodología y estrategia de uso de las fuentes impresas, no-impresas, automatizadas, formales e informales, en el campo. RECURSOS DE INFORMACION EN CIENCIA Y TECNOLOGIA Naturaleza del área. fronteras y relaciones con otras áreas. Terminología básica. Características y patrones de búsqueda de información entre los usuarios del área. Estructura bibliográfica y documental del área. Metodología y estrategia de uso de las fuentes impresas, no-impresas, automatizadas, formales e informales, en el campo. RECURSOS DE INFORMACION EN CIENCIAS SOCIALES Naturaleza del área fronteras y relaciones con otras áreas. Terminología básica. Características y patrones de búsqueda de información entre los usuarios del área. Estructura bibliográfica y documental del área. Metodología y estrategia de uso de las fuentes impresas, no-impresas, automatizadas, formales e informales, en el


campo. SEMINARIO DE TESIS Diseño de un proyecto de investigación conducente a la elaboración de tesis. Elección de temas de tesis. Búsqueda de información pertinente para la elaboración del marco teórico de la investigación, prosiguiendo con la elaboración del plan de tesis, hipótesis y objetivos a lograr, y la correspondiente bibliografía. SEMINARIO SOBRE INFORMACION Y DESARROLLO Estudio y análisis de la importancia de la información y de los sistemas bibliotecarios en el desarrollo de los países. Teoría del desarrollo y del subdesarrollo; planes de desarrollo: estudio comparado a nivel latinoamericano. Transferencia tecnológica: interdependencia y dependencias nacionales e internacionales. La industria de la información. Registros culturales nacionales: capacitación y sistematización; estructura y objetivos concretos de una política de información para el desarrollo. TALLER DE CONSERVACION Y RESTAURACION I Principales enfermedades y riesgos del libro: diagnóstico y terapia. Métodos de prevención de riesgos y preservación de enfermedades. Conservación y restauración de obras impresas. Técnicas de restauración más usadas, materiales y equipo para la restauración. Práctica de conservación y restauración. TALLER EDITORIAL Etapas del trabajo editorial, particularmente para la publicación de boletines, revistas, guías. Coordinación con imprentas. Corrección de pruebas. Edición y comercio del libro: procedimientos y factores que influyen en esta actividad. Influencia de la tecnología y la automatización del trabajo editorial. Conocimiento de paquetes automatizados de edición. TALLER DE PROCESAMIENTO DE LA INFORMACION Trabajo práctico dirigido a afianzar los conocimientos adquiridos por los


alumnos durante los cursos de Procesamiento de la Información I y II, Procesamiento de materiales especiales. Se hará práctica con diferentes casos y se evaluará el trabajo efectivo de los alumnos. TALLER DE RECUPERACION Y DISEMINACION DE INFORMACION Trabajo práctico dirigido a afianzar los conocimientos adquiridos por los alumnos durante los cursos de Análisis y Recuperación de Información y de Transferencia y Diseminación de Información. Se hará práctica efectiva de elaboración de resúmenes e índices con la colección de la especialidad de la Escuela. Uso y evaluación de tesauros. Práctica de estrategias de búsqueda. TIPOS Y UNIDADES DE INFORMACION/DOCUMENTACION Visión general de las unidades de información existentes, incluyendo bibliotecas, archivos, centros de referencia, centros referativos, 'clearinghouses', servicios de remisión de documentos, etc. Estudio, características, funciones, administración, procesos, servicios, etc. a nivel básico, para cada uno de los tipos de unidades mencionados. USUARIOS DE INFORMACION Metodología para el estudio de conductas, hábitos y necesidades de los usuarios. Métodos para el entrenamiento y capacitación de los usuarios en diversos niveles y en diferentes realidades. Políticas de promoción/motivación del uso de información por parte de los usuarios. Diseño de programas de entrenamiento de usuarios. 6 IMPLEMENTACION CURRICULAR 6.1. Docentes: Aunque en 1988 se hizo un concurso público para cubrir 10 vacantes para docentes nombrados, sólo se cubrieron 6 vacantes (3 profesores asociados y 3 profesores auxiliares). Existía en esos momentos 1 profesora nombrada a tiempo completo. De los profesores nombrados después del concurso, sólo 2 permanecieron a tiempo completo, 2 a medio tiempo y 2 a un cuarto de tiempo.


23) Imagen 23 Profesoras EAPBCI 1989 Exposición Bibliográfica “Basadre Bibliotecario” Casa de Osambela – 23 de junio de 1989 Profesoras: Flora Miyagui, Teresa Pardo, Erlinda Chávez, Nelly MacKee de Maurial, Ana María Talavera.


En la actualidad, sólo permanecen en la E.A.P. de Bibliotecología y Ciencias de la Información, la mitad de los profesores nombrados, 1 a tiempo completo, 1 a medio tiempo y 1 a un cuarto de tiempo. Por ello, para cumplir con el dictado de los cursos, se cuenta con 6 profesores contratados, 2 a tiempo completo y 4 a medio tiempo. Debido a problemas económicos y administrativos de la administración pública, la Escuela se ha visto obligada a trabajar en estas condiciones, que definitivamente ponen en peligro la implementación del nuevo currículo, así como la continuación del actual. Pedimos a las autoridades poner especial interés en la solución de este problema. 6.2. Personal administrativo: Se continúa teniendo una manifiesta deficiencia en la infraestructura de personal. Se tiene una secretaria para la Dirección de la Escuela, y una Docente (Bibliotecaria) a tiempo completo, quien comparte su labor docente con la organización y supervisión de la biblioteca de la Escuela, puesto que esta no cuenta con ningún auxiliar estable. 6.3. Infraestructura Actualmente se cuenta con 5 ambientes, en donde se puede desarrollar las actividades académicas con un mínimo de independencia, aunque la carencia aún más notoria, especialmente cuando se requiere de aulas con mayor capacidad. 6.4. Equipamiento: Existe muy poco material para el desarrollo de las labores docentes. Se cuenta sólo con una microcomputadora XT, donada por CONCYTEC, la que se encuentra ya obsoleta, habiendo sido usada muy poco por los alumnos. Falta completar una impresora, estabilizador de corriente, y sobre todo conseguir máquinas más potentes para poder tener no sólo uno sino varias microcomputadoras modernas y potentes.


RECOMENDACIONES: De acuerdo a las reuniones sostenidas tanto con los grupos de trabajo, como con el plenario de estudiantes, y posteriormente con los miembros del Comité Asesor, se ha presentado un currículo coherente, y posible de ser implementado, siempre que se dé en la Escuela y en la UNMSM las condiciones precisas para lograrlo. Nuestra primera recomendación sería en ese sentido, si lograr que se cumplan las indicaciones que se mencionan en el área de implementación curricular desarrollada anteriormente. Igualmente debe tratarse de implementar satisfactoriamente el currículo transitorio con todas las modificaciones que se proponen. Con respecto a la estructura curricular, se han hecho varias recomendaciones a lo largo del documento, merece la pena mencionar nuevamente, el aspecto de los cursos del ciclo básico, el que debe incluir en el primer semestre, un buen curso de metodología, donde se dé al estudiante las técnicas básicas de estudio e investigación, así como posibilidades de mejorar su redacción y ortografía, tan disminuida en los diferentes colegios del país. Se recomienda también a lo largo del documento, que los cursos electivos, puedan ser tomados por los alumnos en la Escuela correspondiente, evitando así los problemas de solicitar profesor al Departamento que corresponda, y al dictado de los cursos en un nivel no adecuado. Se lograría además una verdadera interdisciplinariedad, con el intercambio entre los alumnos de Bibliotecología, con los de otras áreas.


NOTAS BIBLIOGRAFICAS (1) Curriculum de la Escuela Académico Profesional de Bibliotecología y Ciencias de la Información de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. -- En: Claustro Pleno, Nº6, ago. 1992. -- p. 5-24. (2) Estatuto de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. -- Lima : UNMSM, 1989. -- p. 3-5. (3) Definiciones de desarrollo del Departamento de Planificación de Colombia. -Citadas en: La información para el desarrollo / J. Arias Ordóñez. -- En: Revista Interamericana de Bibliotecología, Vol. 8, Nº 2, 1985. (4) Mercado de trabajo emergente en bibliotecología y curriculum / Orlando Corzo. -- En: Claustro Pleno, Nº 6, ago. 1992. -- p. 59-78.


24) Imagen 24 EAPBCI 1989 Navidad en San Marcos Los alumnos de la Escuela, conjuntamente con los alumnos de Arte, quienes ocupan el extremo opuesto del pasadizo, tomaron por asalto en una famosa “toma de local” los ambientes que ahora ocupan, Eran años duros, sufríamos el vandalismo del pintarrajeado de paredes y la restricción de energía eléctrica por las noches. Allí recibíamos clases con “apagón”, utilizando lamparines para estudiar. Las profesoras soportaban no sólo incomodidades sino también presiones familiares para no asistir a San Marcos. Su entrega siempre será un ejemplo.


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