y la humanidad son lo más propio de nuestra especie. Y lo que es normal no es noticia. Pero se comete un error grande al no hacer un buen trabajo de información y formación por parte de algunos colectivos, que deberían ser más visibles y más trasparentes, de cara a la opinión pública. Eso es algo que “nos deberíamos mirar”. Porque lo que no se publicita, no se puede dar a conocer. Y es una postura ingenua y torpe, dar por sentado que la ciudadanía está debidamente informada de todo lo que le concierne a la población, en general. Incluso cuando se trata de asuntos que parezcan del todo evidentes; no siempre se tiene y se difunde, al respecto, una información completa y veraz. Para colmo de males, de esa falta de información se suelen beneficiar las personas y los colectivos que persiguen fines dudosamente nobles. Y que conscientes de ello, se esfuerzan por difundir sus ideales, (a veces con medias verdades), para ganarse la simpatía del mayor número posible de población. Y por lo general, logran insertar sus mensajes y difundirlos con éxito en el dominio público. Mientras que muchas ideas o propuestas de interés común quedan silenciadas, por obvias. Me voy a referir en esta reflexión a un par de temas concretos: El exacerbado sentimiento independentista en lugares como Cataluña, por ejemplo: No voy a entrar en detalles ni en juicios de valor. Sim-
plemente planteo el hecho de que se habla mucho de esta postura y se fomenta muchísimo por personas y colectivos que casi la “imponen”. Pero rara vez se escucha a esa otra parte de ciudadanía catalana, que siente su identidad con la quizás misma intensidad si cabe… aunque de modo distinto y sin afán separatista. Ayer mismo, estuve charlando sobre este asunto con una persona que nació en Andalucía pero ha pasado toda su vida en Barcelona. Se fue allí con siete años y dice ser y sentirse como una exiliada, en este momento. Después de jubilarse, ha decidido volver a Jaén, pese a que ya no tiene apenas lazos con esta tierra, andaluza. Y dice que ha vuelto porque no soporta la tensión y la presión que reina allí. Me lo decía con pena, pero también con orgullo. Porque según me contó, Victoria Rubio Poyatos, que así se llama esta catalana de adopción, ha sido una gran activista toda su vida. Y en su momento luchó, por defender el estatuto Catalán… como una catalana más que hubiera nacido allí. Según contaba: llegó a pisar la cárcel debido a su activismo político contra el franquismo. Y me sorprendió oírla decir que el intenso nacionalismo que promulgan los independentistas catalanes es, en realidad, un “seudofascismo” bien disimulado y divulgado muy inteligentemente. Y lo es hasta el punto… de haber calado incluso en los ideales progresistas,
¿Ganan los buenos…?
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