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KRAMPUS

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Krampus folleto

Krampus folleto

“Gruss Vom, Gruss Vom Krampus”, es mucho más que un dicho popular que se repite estos días en algunos países. Como un murmullo, estas palabras recorren Europa Central en vísperas de navidad. Una figura oscura lleva todo el año acechando el discurrir de la infancia hasta que llega diciembre y asoma, para cada niño y cada niña que se ha portado mal, con el horror de su destino. Un castigo más que divino, asegura la leyenda, una forma de imponer el modelo de conducta que la sociedad espera de ellos. Una figura, al fin y al cabo, tan contraria a la navidad como apegada a ella. A este demonio no le basta el carbón, prefiere arrastras las travesuras a su propia muerte. Cuidado, que sus ojos te están mirando, viene a decir el dicho.

Krampus es una figura peculiar envuelta en símbolos que recuerdan a tiempos de magia ancestral: pieles que cubren su cuerpo, cuernos enormes que asom an de su cabeza y, una lengua que arrastra desde su boca. De la misma forma, su aspecto resulta en aquello que el cristianismo denomina demonio. Nada está del todo claro sobre ella cuando sale a pasear en la noche del 5 al 6 de diciembre.

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“Mientras que San Nicolás recompensa a los niños que se han portado bien con regalos, Krampus castiga a los niños que se han portado mal, ya sea arrastrándolos al infierno donde deben arder por la eternidad por sus pecados, metiéndolos en una bolsa y arrojándolos al bosque para encontrar el camino a casa, o golpeándolos con el manojo de ramas de abedul que lleva.”

Spencer McDaniel, especializado en estudios clásicos e historia.

Una tradición en aumento

Esta tradición, también conocida como “Krampuslauf” o “Krampus Run”, está resurgiendo en la actualidad en Austria, Alemania, Eslovenia, Hungría y la República Checa. En los últimos años, y en concreto en Austria, se ha producido un gran aumento en la celebración que huye del Krampus, como algunos investigadores sobre este personaje (Rest y Seiser, Ridenour o Ebner) llevan recogiendo desde, al menos, 2016.

“Los Krampuses insisten en que su costumbre tiene cientos o incluso miles de años, y a menudo usan palabras como “pagano”, “precristiano”, “celta” o “germánico”. Sin embargo,no hay evidencia escrita de tal práctica hasta 1582”, asegura Schuhladen. Las referencias durante el marco de la Edad Media no son, no obstante, muy amplia, y hay que situarse a mediados del siglo XIX para volver a ellas. Para entonces “solo sabemos de unas pocas aldeas esparcidas por los Alpes austríacos y bávaros, donde grupos de hombres jóvenes y solteros vestidos con máscaras de madera con cuernos, trajes de piel y campanillas de vaca intentaban hacerse pasar por el diablo”. Curiosamente, la mayoría de estos pueblos se encuentran en la periferia del antiguo Principado-Arzobispado de Salzburgo.

Según afirma, una primera ola de expansión y consolidación de la costumbre se produjo en las cuatro décadas anteriores a la Primera Guerra Mundial, por lo que Eric Hobsbawm la describen como una de las “tradiciones de producción en masa”. Así, “esta expansión vincula el Krampus a muchas otras ‘tradiciones inventadas’ en toda Europa, como el boato de la familia real británica o la introducción de personificaciones de naciones como ‘Germania’”.

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