LA LIMA NATIVA El sustrato nativo de Lima estaba en el caserío de Limatambo y Maranga, regido por el anciano Curaca Taulichusco, señor principal de la zona, vasallo del Inca Huayna Capac. Aunque Taulichusco llegó a recibir a Pizarro, no ejercía el gobierno efectivo y el curacazgo estaba en manos de su hijo Guachinamo. La extensión del cacicazgo de Lima era pequeña. No alcanzaba a Carabayllo ni a Surco, que tenían jefes propios, ni al santuario de Pachacámac. Controlaba el pequeño valle del tramo final del río Rimac hasta el puerto de mar de Maranga, llamado por los nativos Piti-piti, antecesor del Callao. Por el norte, llegaba hasta donde el camino del Inca entra en el valle de Chillón; y por el sur hasta Armendáriz. Por el interior, abarcaría no más de los míseros caseríos de Late, Puruchuco, Pariache y Guamchiguaylas, que ascienden a la sierra. Pero como bien señaló Porras Barrenechea, su pequeña alma quechua de Limatambo fue imborrable y pervivió en el nombre frente a la barroca y navideña denominación española Ciudad de los Reyes.