Lengburn (libro completo)

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– ¡No digas eso sonriendo!, ¡Además como puedo estar relajado!. Una figura encapuchada apareció en el resplandor de unas llamas azul cielo, al parecer cargaba una extraña esfera. Incluso Gyralda que se estaba riendo de Tom le presto atención, aunque la sonrisa que llevaba en su cara nadie se la borraba. – Oye Gyralda, ¿estas segura que tomas la situación con la seriedad adecuada?. Esa voz le resultaba muy familiar a Tom, pero en ese momento le interesaba saber como podrían rescatar a Ruby. – Si, si lo hago, ¿No parece? – Respondió la loba sonriendo. “ ¡Parece que para ti es una broma!” se molestó Tom La encapuchada resopló – Ah bueno de todos modos. Hice que mi maestra armara este pequeño mapa – dijo alzando la esfera para que todos la vieran. La esfera brillo con un tono marrón oscuro rodeado de un halo de luz blanca, Tom no podía apartar los ojos de aquella esfera se le hacia tan profunda. La visión de todos los presentes pareció ser absorbida por la profundidad de esta esfera, a los breves segundos notaron una serie de galaxias, de estrella y planetas. Era tan bello, sistemas solares nunca vistos, animales vivos compuestos de miles de estrellas, todo el espectáculo cósmico era tan hermoso que todos los que vieron la esfera se dieron cuenta de que tan pequeños eran. – “Órama Theoú” ya veo con que a eso te referías Maestra – Susurró la encapuchada. – “La visión de Dios” Esa esfera tiene un buen nombre – Dijo la loba. – Con esta esfera puedes ver todas las cosas dentro del universo, tu ojo es capaz de estar en todos lados si así lo deseas. Efectivamente así es como dios lo hace y pensar que haya una persona que pueda imitar esa habilidad fácilmente – Dijo Shunner. Los ojos de Tom fueron iluminados por la esperanza. – ¡Con esto podemos encontrar a Ruby!, ¡No perdamos el tiempo!. – No te preocupes la encontré, pero está muy lejos. Tom observo hacia el pequeño punto que señalo esta mujer, la nave de estos sujetos estaban al lado de una mayor con apariencia esférica y cuyo color era de un plateado intensamente puro. La nave estaba en un sistema solar con el sol rojo, ese no era el suyo, ni el otro, ni el segundo, ni el tercer sistema solar era el suyo. ¿Qué estaba pasando?. – No busques en vano Tom, la diferencia de distancias es enorme – Dijo la mujer


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