Catalago exposición atajos del río tibás alessandro valerio zamora 2017

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Exposiciรณn de Artes

Salรณn de evento

Potreros, San Isidro de Heredia.

s

Visuales



Publicación independiente. Catálogo sobre la exposición Atajos del Río Tibás. Alessandro Valerio Zamora. 2017.


“Lo mejor de uno, son los otros� F. Cabral. A todos los que me apoyaron, creyeron en mi y brindaron: fe, amor y trabajo a este proyecto.


“Entiendo el paisaje como forma y materia, metáfora y signo. Lo recorro mientras lo percibo, lo estudio e intervengo. Este caminar es la inscripción de una experiencia… que es al mismo tiempo sensible y racional.

Fotografía por: Melissa Castellón

En este sentir se entrelazan tres tiempos: El del entorno, el propio y el de la materia. Reflejos, texturas, sonidos, que conviven en un momento. Es una necesidad, comprender esta experiencia humana a través de la naturaleza. “


El trabajo “Atajos del Río Tibás” indaga la relación de la natura con la cultura investigando en los límites entre: lo real dado natura naturas y lo real modificado natura naturata. A partir de aquí se activa el entorno circundante al río con un conjunto de intervenciones en el espacio. Explorando con varios soportes, materiales y co-actores como: piedras, bejucos, hormigas, la lluvia, agentes climáticos, flores e incluso algunos transeúntes. La intervención la entiendo como una acción concreta que consiste en: recolectar, colocar, superponer, pintar, sustraer o construir. Así modifico la gramática visual del río y sus atajos: con el fin de comunicar y exponer la relación de la natura/cultura en este paisaje. Paralelo a este proceso se propone un archivo que re-presenta dichas acciones a partir de fotografías, objetos, texturas y videos.

Fotografía por: Josué Víquez

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El presente trabajo tiene como propósito la conceptualización y realización de una propuesta visual, sobre la interacción de la natura/cultura en las intervenciones del espacio. Para ello se delimita el espacio del cantón de San Isidro de Heredia. Lo que permite entender cómo funcionan, bajo la condición de esta dicotomía, los espacios del río Tibás, la calle Breña Mora,calle Charquillos, calle Chavès y calle los Anonos.

Fotografía por: Jimena Morera

“Naturalmente, experimentar el entorno es un proceso que se prolonga a lo largo de la vida; es la base misma de la vida. Es un proceso conformado por la cultura, influenciado por el lenguaje, las creencias y los valores, y moderado por las características distintivas de esa parte de nosotros mismos que a veces llamamos individualidad.” (Eisner, 2002, p. 17)

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Intervenciรณn en el espacio. 2014 - 2017.

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Los espacios se han elegidos debido a que este río, el Tibás, mantiene un imaginario activo y amplio además de variado desde sus valores perceptuales culturales, su estética (desde la línea)y sus diferentes funciones para la población cercana; todos estos factores gracias a su historia significante y activa hoy en día para el cantón de San Isidro. Esto motiva el proyecto de la mano de varias razones tanto vivencial como experienciales, de carácter próximo, donde se puede observar la convergencia de los conceptos natura y cultura, así como una lectura de estos desde el lenguaje visual, desde la línea. Esta como concepto principalmente visual y en el contexto del río también permite una lectura pragmática (experiencia de la imagen), así como semántica (natura/cultura).

ción (líneas pictóricas). Esta forma de entender el espacio desde las “redes” pretende generar en este, una Imagen en donde la unicidad (las partes por el todo) sean el vehículo de comunicación visual. “Este simbolismo del “atado” y del “desanudamiento” revela una situación límite del hombre en el universo, una situación que ninguna otra hierofania aislada estaría en situación de revelar. Se puede decir que incluso solo por ese simbolismo del lazo toma el hombre plenamente consciencia de su situación en el cosmos y se la expresa así mismo de una manera coherente” (Eliade, 1972, p. 227).

El motivo de las líneas orgánicas, pretende en su superposición generar una especie de red o nudos. A su vez desde la presentación (bejucos, piedras, hormigas) y desde la representa-

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Intervenciones en el espacio. Registro Fotogrรกfico. 2016 y 2017.

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“Alessandro Valerio centra su propuesta en la poética, construcción de la metáfora “natura naturata”: altar que acrecienta a la Tierra sirviéndose de materiales del mismo entorno como florecillas silvestres, heliconias, bejucos, trepaderas, líquenes, musgos, cortezas, piedras y aguas que fluyen entre esos “Atajos del Río Tibás”. Luis Fernando Quirós Valverde, curador, artista, escritor y editor. Comentario para Museo del árbol, en el contexto de la exposición “Subir al árbol”, realizada en el año 2017.

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“Me parece importante la forma como vos abordas la imagen, la gráfica, la neo gráfica, la pos grafica en relación a un concepto. También la capacidad de como la investigación honesta te genera necesidades diferentes que van desarrollando aspectos conceptuales: la experiencia, la recolección y lo visual. Esto da a tu trabajo una solidez, desde un fenómeno metodológico comprendido a través de la práctica artística.” Msc. José Pablo Solís. Director de la Escuela de Arte y Comunicación Visual, 2017.

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Esta intervención consistió en dibujar un patrón circular con hojas, como metáfora de la relación sujeto-objeto-entorno. Éstas cercanas a un hormiguero. El objetivo del mismo era generar el concepto de sustracción, el cual se logró gracias a la funcionalidad de las hojas, ya que las hormigas las manipuladaron e instalaron dentro del hormiguero. Posterior a este proceso, se construyó un hormiguero, con el fin de presentar el video que registró dicha intervención. Este pretende generar tensión entre la presentación de la tierra (hormiguero) y su representación en una imagen secuencial (video). Video-Instalación. Tierra y video. 2017 Fotografía por: Jimena Morera

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Fotografía por: Josué Víquez

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La materia, en el proceso cognitivo de ejecución y percepción de imágenes deja de ser entendida como estática, considerada así como dinámica y en constante proceso. Sujeta a su temporalidad que se desmaterializa en el proceso de intervención, y luego se ordena en el proceso de documentación.

(Milani, 2008, p. 54)

Fotografía por: Josué Víquez

Rafael Milani expone detalladamente este proceso desde el concepto de materia y su relación con el paisaje:

“La constitución estética del paisaje parte de las “leyes” de la forma y de la disposición de los materiales. Es una composición de caracteres, en función de impresiones vinculadas a la densidad física de los cuerpos o a su desmaterialización […] El paisaje revela una materia sensible que se reconduce a sí misma como presencia o como esencia de las cosas que están a nuestro alrededor”.

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Para esta video-instalación se dispuso de 5 pantallas de televisor colocadas en el piso sobre una alfombra de arena de lastre, el espacio delimitado por la oscuridad hacia énfasis en los dinámicos reflejos de los charcos. Estos fueron intervenidos con pigmentos naturales (Mora, cúrcuma, remolacha, azul de mata, justicia tintórea, semillas de aguacate y yuquilla); desde la parte alta de la calle Charquillos hasta las calles centrales del cantón de San Isidro. A continuación un comentario del señor Quirós quien comenta sobre la video-instalación: “El arte lumínico, aunque se percibe a través de la mirada, no debe ser únicamente para ver, necesita estimular varios estratos con incentivos viso-perceptivos, pero también conceptuales, para que la obra de arte sea asimilada, recordada en el tiempo. Requiere fortalecer la percepción sensorial, no debe ser enturbiada con lo decorativo ni cargarla de información superflua, que no va a ser asimilada. La pieza del joven artista Alessandro Valerio Zamora. “Intervenciones

en la calle Charquillos, San Isidro de Heredia.” Hace uso de medios como: Lluvia, luz natural (reflejo), pigmentos orgánicos y luz artificial (video-proyección), en tanto la mirada dispersa por la penumbra reposa observando charquitos de agua proyectados sobre pantalla horizontales, dispuestas a nivel del piso.” Luis Fernando Quirós. Comentario para la revista de arte contemporáneo: L` Fatal 8. 2017.

Fotografías por: Josué Víquez

Fotografías por: Josué Víquez

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FotografĂ­as por: Jimena Morera


Algunos de los video realizados entre el 2016 y 2017. 32

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En esta sala de la exposición se expone un archivo que analiza los procesos de planimetría. De este rescato la intención de pasar de un objeto tridimensional (topos) a un mapa (bidimensional). Invirtiendo este proceso realizo un mapeo objetual y visual por medio de las texturas de piedras, recolectadas y construidas pasando de una impresión bidimensional a un objeto tridimensional, gracias a la manipulación del papel. La planimetría la relaciono como un proceso cultural como consecuencia de la percepción del sujeto en un entorno, evidenciando la apreciación de la natura como territorio, culturalizándola. Este archivo consiste en: un montaje de las diferentes texturas registradas gracias a la técnica de grabado colografía, colocadas en una tarima encontrada en las cercanías del río. Este soporte cumple con las características de la cuadricula las cuales se aprovecharon para el montaje de algunos grabados, objetos, placas de cologra-

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fía y piedras que juntos muestran el proceso de construcción de una piedra de papel. “A mí me parece que es un aporte muy importante que abordas el grabado desde la imagen, tanto en el aquí y ahora en el desarrollo de lo contemporáneo, pero también en el desarrollo de la autenticidad del lenguaje y la investigación, propia de alguien que quiere tener un nivel diferente en el país.” José Pablo Solís. Director de la Escuela de Arte y Comunicación Visual, 2017.

Fotografías por: Jimena Morera

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FotografĂ­as por: Jimena Morera

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Fotografías por: Josué Víquez

En frente sobre un pedestal se encuentra una piedra dentro de una caja de acrílico. La cual está delimitada por una cuadricula y dibujos lineales que hacen referencia al proceso de planimetría de una piedra. La piedra fue buscada, medida y seleccionada para este montaje, con el fin de rescatar sus texturas, color y volumen. Respecto al origen geológico de San Isidro esta cita aclara:

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Fotografías por: Jimena Morera

“El área es drenada por el río Tibás como afluente y en quebradas. El origen geológico proviene desde un origen volcánico, del periodo cuaternario, siendo las rocas del Holoceno las que predominan en la región. Su origen volcánico proviene del Volcán Barba y el relleno Volcánico del Valle Central (Municipalidad de San Isidro, 1992).

Abajo a nivel del piso se dispone de un tablero cuadriculado y dos espejos que delimitan un círculo de piedras. En él se encuentran piedras reales y hechas de papel, centrando especialmente atención al proceso de construcción de una superficie plana (textura) en un objeto tridimensional (piedra). Este proceso parte de la geome-

trización de una piedra que procesualmente se vuelve orgánica, gracias a la manipulación del papel. Y a la observación y apropiación de los procesos de planimetría.

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En contraste con este mapeo y estudio de un objeto natural, se “dibuja” una línea que inicia en la pared de la sala para salir hacia el cauce del río Tibás.

Mientras en este caminar va descubriendo, tocando y observando cuales piedras fueron realizadas por el ser humano y cuales provienen de un contexto natural.

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Fotografías por: Jimena Morera

Esta intervención consiste en el montaje de las piedras realizadas en papel junto con piedras recolectas en el río, su desplazamiento de un espacio construido hacia el paisaje invita al espectador a recorrer y descubrir las condiciones del entorno al lado del río.

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Fotografía por: Josué Víquez

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Intervención lineal con piedras, al margen del río Tibás, Calle Chaves San Isidro de Heredia. 43


Esta intervención está situada en una antigua ASADA cercana a la calle y cruce Los Anonos, esto es a 1.8 Km del centro de San Isidro. Las ASADAS fueron hechas para que la población cercana administrara el uso de la cuenca, en este proceso se retiene el agua a través de un muro de concreto. Este con los años perdió su uso inicial y empezó a utilizarse recreativamente por los vecinos. Al llegar ahí me percate que alguna gente había rayado algunas de las piedras con pintura acrílica o carbón, al ver esta intervención cultural me propuse hacer una intervención en el espacio. Con el fin de delimitar este espacio a través de un patrón visual. Grabe tres círculos en las tres piedras más grandes del sitio, con ayuda de un metabo y un generador, estos petrograbados generan una atmosfera espacial, tríadica y marcan el espacio de manera tal que cada vez

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que son visitados transmiten una “energía pragmática”. Así la imagen y la experiencia se unen, en un nuevo rito, que se activa cada vez que este espacio es visitado por las personas.

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FotografĂ­as por: Jimena Morera

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En el caminar, abajo del puente que está ubicado en el centro de San Isidro me encuentro con un sillón utilizado y situado por algunos transeúntes, quienes en verano utilizan este espacio para el consumo de sustancias ilícitas. Desde la fotografía compongo una imagen reflejo, como metáfora del uso cultural de este espacio ya urbanizado por la población isidreña.

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Esta intervención surge en el contexto de un Picnic en el Río, organizado en conjunto con la Sociedad Civil Río Urbano, quien organiza estas jornadas nacionales de Picnic el 22 de Marzo con el fin de conmemorar el día mundial del agua. Para este picnic me propuse llevar crayones que había preparado anteriormente con pigmentos ocres y cera de abeja. En el inicio del picnic inicie pintando y moviendo algunas rocas en el centro del espacio, un vecino se me acerco y me dijo: ¡Porque no hacemos un rosario! De inmediato mi reacción fue positiva al igual que el resto de participantes del picnic. Movimos algunas piedras y otras se pintaron con el fin de sintetizar la forma de un rosario.

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Así esta intervención colectiva devela no solo algunas creencias del pueblo Isidreño, sino la experiencia de un espacio desde una connotación sacra. Las distintas connotaciones que el ser humano ha otorgado a las rocas han sido discutidas por varios autores. Entre ellos, Mircea Eliade ejemplifica desde la materia de una roca como se relaciona la cultura con la natura. Y como esta última funciona para afirmar su existencia en un espacio/tiempo específico. Esta relación histórica con el material permite no solo ver las condiciones simbólicas de la roca sino como esta pasa de, como escribe el autor, “es” a representar algo como símbolo cultural, en este caso él es, proviene de ser o estar, y en su condición de ser es cuando se relaciona con su estado natural. En su tratado de Historia de las Religiones, escribe Mircea: “[…] ante todo la piedra es…La roca le revela algo que trasciende de la precaria condi-

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ción humana: un modo de ser absoluto. Ni su resistencia ni su inercia, ni sus proporciones, ni sus extraños contornos son humanos: son índice de una presencia que deslumbra, que aterra, que atrae y que amenaza. En su tamaño y en su dureza, en su forma y en su color, el hombre encuentra una realidad y una fuerza que pertenecen a otro mundo, distinto del mundo profano del que él forma parte” (Eliade, 1972, p. 349). Si bien es cierto, Eliade también discute otras nociones como las de sacro y profano, estas son solo características otorgadas por el ser humano que contempla al objeto y no importa cuál de las dos sea más evidente, ambas guiaran al que percibe a un objeto natural a un plano, en el cual le es accesible afirmar su existencia en una realidad. El factor más importante es el de la percepción y como por medio de este fenómeno la experiencia se vuelve cultural.

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Entendiendo el concepto de paisaje como sinónimo de lo que conocemos como lugar, sitio, entorno, es cuando empieza a tener validez el concepto de cultura, como observamos en el ejemplo citado por Eliade, el cual se refiere a esa relación que tenemos con los objetos que yacen en el paisaje, y como este nos permite afirmar nuestra existencia en un plano que consideramos como real. La visión Occidental del paisaje inicia cerca del siglo XVI, como afirma Alain Roger en su ensayo Vida y muerte de los paisajes. Valores estéticos, valores ecológicos (2008):

Fotografía por: Jimena Morera

“En el siglo XVI no se conocía el paisaje en el sentido moderno del término, sino el de país, algo en cierto modo equivalente a lo que para nosotros es hoy el territorio[…] [El paisaje] nace lenta y trabajosamente de la realidad natural y geográfica” (Roger, 2008, p. 76). Roger aclara no solo el origen etimológico del concepto de paisaje, sino también como lo que fue concebido como natural empieza a mo-

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dificarse desde coordenadas culturales. Pensemos lo cultural como una extensión humana, ya sea desde algún medio, acción o pensamiento o acto de percepción. Y justo en este punto es donde el concepto de natura empieza a estar necesitado de un acompañante ontológico, el de cultura, ya que desde el momento en que somos conscientes de ese algo (natural) pierde su cualidad esencial (natura naturans) para ser interpretado y entendido desde coordenadas humanas, culturales (natura naturata). Esta intervención consistió en el emplazamiento de una roca esférica en distintos puntos del río, con el fin de develar el contraste entre la materia manipulada por el ser humano con la materia inherente a la naturaleza y al paisaje del cauce del Río Tibás. Por ejemplo en la tercera imagen se puede observar un niño que andaba en el río con sus amigos de la escuela, andaban pescando cangrejos que luego contenían en botellas encontradas en el cauce. Según me dijo acostumbran hacer estos recorridos luego de salir de clases. 55


Fotografía por: Jimena Morera

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“El trabajo de Alessandro es una aproximación muy fresca a un problema viejo. Pero en lugar de entrarle con un lenguaje tradicional, Alessandro se aproxima de una forma fresca y real. Lo importante no es que estemos descubriendo que existen espacios como estos así en Costa Rica, sino la manera en que están siendo abordados, porque es un lenguaje que funciona para efectos de sensibilizar a la población sobre el significado de estos lugares para la vida cultural en nuestra sociedad, en poblaciones vecinas. Y como usted lo hace interviniendo estos elementos naturales desde la piedra hasta elementos más dinámicos como el agua.

Usted entiende el espacio como objeto. Así creo que entonces es importante reconocer el lugar escogido, porque ya implica un reto… El énfasis visual y conceptual que usted le da a un espacio de este tipo…Este lugar [San Isidro] es semi rural, y como tal plantea la idea de un paisaje natural y construido. Un espacio que se diferencia de un lugar, un paisaje.“ Arq. Manuel Morales, Decano del CIDEA. 2017

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Fotografía por: Josué Víquez

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“Usted creo aquí un espacio plástico-visual, y esto hace que la gente perciba las cosas desde una abstracción de los lugares, de los sitios y que esta catapultado por las sensaciones que se obtienen aquí. Que son escultóricas, pictóricas, texturales etc…Sin pelearte con el arte moderno, y todas las virtudes que eso tiene. Has logrado hacer este espacio absolutamente visual, plástico, estético en el cual la gente puede reflexionar y llegar a los conceptos de tal manera, que sería muy difícil sin todo lo que se siente aquí aplicado desde la visualidad… Tu método también es esencialmente visual y eso es un logro.” Efraín Hernández Villalobos, Historiador del Arte Costarricense, 2017.

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Fotografía por: Josué Víquez


“Atajos del Río Tibás” de Alessandro Valerio El productor de cultura en estos tiempos ac tuales, se caracteriza por ser un constante “buscador”, quien lee en profundidad penetrando a las distintas estratificaciones de lo investigado u observado, y lo ratifica al indagar las múltiples relaciones de la naturaleza con el medio social y cultural en el cual está inmerso: pone en lupa los límites, los cuestiona y se asombra del potencial descubierto, en tanto ahí anuda las respuestas a sus interrogantes y focalizaciones; por ello las “zonas de confort” –las cuales jamás estarán en los límites-, en nada le interesan. Quienes sí se ubican en esos ámbitos de la comodidad no arriesgan, tampoco investigan, no se sirven del innato talento predictivo del artista, pues temen a los terrenos movedizos, como los que nos antepone el arte actual. Desde esta perspectiva el artista es un portador de cultura, un transgresor que desafía las convenciones, como el chaman o el bufón. Aprecian Brigs y Peats en Las Siete Leyes del

Caos (1999): ese productor de cultura “subvierte el sistema, rompe la estructura del poder y alumbra nuevas ideas”. Estas apreciaciones teóricas condujeron a Alessandro Valerio a observar los bordes “entre lo real dado natura naturas” y “lo real modificado natura naturata”, tal y como él lo escribe en una motivación que invita a visitar el performance. Es en ese binomio donde se ubica la reciente intervención al río Tibás, investigación y propuesta artística ubicada en el propio paisaje. A partir de este o juego de vocablos activó el entorno circundante al río, para no utilizar el término “apropió” pues el natural es un dominio que pertenece a la colectividad. Pensó en un conjunto de intervenciones en el espacio y como dije en el paisaje, donde explorar los soportes, los materiales y como el mismo aprecia son “co-actores” de su propuesta en tanto en su singular visión del arte actual el trabaja con piedras, bejucos, trepaderas, epífitas, hor-

migas, lluvia, agentes climáticos, flores, árboles, e incluso los transeúntes en el sitio que buscan quizás solaz, posesionarse en esos sitios para la comunión con esta naturaleza capaz de activarnos y devolvernos lo que el trabajo, el estudio, o la vida urbana cotidiana nos arrebata. “La intervención la entiendo -comenta el joven artista-, como una acción concreta que consiste en recolectar, colocar, superponer, pintar, sustraer o construir. Así modifico la gramática visual del río y sus atajos –tema central de su propuesta-, con el fin de comunicar y exponer la relación de la natura/cultura en el paisaje y su significado en la vida de todos los humanos”. Agrega el joven Valerio que “algunas veces esta relación será explorada a manera de contraste mientras en otras se mimetizará entre los materiales usados”. De ahí que lo observamos a él intervenir una piedra esgrafiando signos de su lenguaje visual o gráfico, o consumiendo en esa materia dura pequeñas piedritas o se-

millas encontradas en el mismo cauce del río, rodearlas de flores silvestres para evidenciar la metáfora: coronar a la musa o el espíritu del sitio (genius loci) el cual habita entre los árboles, entre las piedras y que escucha el tintineo gotear de las aguas en las cascadas, el silbido del ave o la matraca de las maderas al crujir y ser sacudidas por el viento. Lo suyo es una intervención al paisaje “Land Art” que posee un tiempo, luego todo volverá a la tierra, al humus, a las leyendas y mitos propios del lugar, pues en el carácter efímero del arte solo permanece en las fotografías, en la documentación, en los registros de la memoria, pero sobre todo en la imagen suya de artista, interior, experiencia captada dentro de la retina y la mácula de la visión.

Luis Fernando Quirós Valverde, 2017.




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