EN LA PATAGONIA

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inteligencia funciona de manera sincrónica. La carrera posterior de Jemmy Button no contribuyó en absoluto a redimir la reputación de su pueblo. En 1855, la goleta británica Allen Gardiner, de la Patagonian Mission Society, fondeó en los estrechos de Murray e izó la bandera británica. Su capitán, Parker Snow, obedeció a un impulso y gritó «¡Jemmy Button!». Desde la costa resonó un grito de respuesta: «¡Sí! ¡Sí! ¡James Button! ¡James Button!». Un hombre robusto se acercó remando, pidió ropas, y «con aspecto de mono vestido para la ocasión» tomó el té en la cámara del capitán como si no hubieran transcurrido veintiún años. Habrían de pasar otros cuatro años antes de que Jemmy organizara una masacre que podría haberle adjudicado Poe en sus escritos. El 6 de noviembre de 1869, una turba de fueguinos interrumpió la ceremonia matutina de la primera iglesia anglicana de Wulaia y mató a los ocho feligreses blancos, apaleándolos y lapidándolos. Sólo escapó Alfred Coles, el cocinero de la goleta, que estaba guisando el almuerzo a bordo. Durante la indagación oficial, Coles juró que Jemmy había planeado la matanza porque lo había indignado que desde Inglaterra le hubiesen enviado regalos muy mezquinos, y que después había dormido en la cámara del capitán. Jemmy vivió hasta la década de 1870 y pudo ver cómo se fundaba en Ushuaia una misión con todas las de la ley, y cómo una epidemia empezaba a diezmar a los suyos. Más o menos en la misma época en que el mariscal Von Moltke utilizaba los principios del darwinismo para justificar el militarismo prusiano, el hombre que había ayudado a gestarlos se tumbaba sobre una pila de pieles de foca y procuraba conciliar el sueño. Sus mujeres gemían y se preparaban para olvidarlo. Es imposible saber qué recordó mientras dejaba este mundo: ¿un pezón cobrizo?, ¿el vientre prominente de un hombre llamado Majestad?, ¿o acaso un león devorador de hombres apostado sobre la escalinata de Northumberland House? Me alejé de Ushuaia como de una tumba indeseada y crucé el canal hasta Puerto Williams, la base naval chilena de la isla Navarino.


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