Linda howe como leer los registros akasicos

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¿Quiénes utilizan los Registros Akásicos y para qué? Durante siglos, los Registros Akásicos fueron dominio exclusivo de los místicos, los santos y los eruditos; y era razonable que fuera así. El poder y la sabiduría infinitos disponibles en los Registros no se pueden dejar en manos de cualquiera, de ahí que fueran confiados a aquellas personas que estaban bien preparadas para tal responsabilidad. Tanto en las tradiciones orientales como en las occidentales, ha habido escuelas de misterios que preparaban a los buscadores para el conocimiento esotérico. Se sabe que la formación era rigurosa y estricta, con el fin de asegurar la santidad del trabajo, protegiendo de este modo tanto al iniciado como a esta dimensión de conciencia. Pero los tiempos han cambiado. La conciencia colectiva de la especie humana ha estado creciendo, evolucionando y madurando; y, durante el proceso, la humanidad ha pasado de la era de la dependencia de un «progenitor» espiritual a la era de la independencia y la responsabilidad espiritual. Esta independencia espiritual está marcada por personas que saben que disponen de acceso directo a su fuente espiritual, y por la utilización de su independencia para cultivar esa relación. A medida que sigamos forjando nuevos senderos dentro y hacia los Registros Akásicos, cada vez serán más las personas que se sientan atraídas hacia su Luz. En la actualidad, cualquier persona que asuma el compromiso consciente de buscar y difundir la Luz Divina y la sanación puede acceder a este cuerpo de sabiduría, conocimiento y dirección. A mediados del siglo xx, Edgar Cayce (1877-1945) era la única persona que leía los Registros Akásicos públicamente. Se le conocía como «el profeta durmiente», porque su método para acceder a los Registros consistía en entrar en un estado de sueño, que le permitía cambiar su conciencia y acceder al Akasha. Mientras se hallaba en este estado, Cayce transmitía información, en tanto que otra persona tomaba notas. Al despertar, él volvía a su estado de conciencia ordinario y no recordaba nada de lo que había dicho. Durante cuarenta y tres años, Cayce estuvo dando lecturas a diario de los Registros Akásicos. En la actualidad, estas lecturas (más de catorce mil de ellas) están a disposición del público y proporcionan muchísima información acerca de los Registros Akásicos en sí, así como respuestas a miles de preguntas relacionadas con la salud y la espiritualidad. Lo que resulta especialmente significativo hoy en día acerca del trabajo de Cayce es que él popularizó los Registros Akásicos. Aunque la teósofa Helena P. Blavatsky (1831-1891) y el antropósofo Rudolf Steiner (1861-1925) se refirieron a los Registros Akásicos en sus escritos, no fue hasta Edgar Cayce, a mediados de siglo, que las lecturas de Registros Akásicos se convirtieron en una práctica familiar dentro del movimiento de desarrollo de la conciencia. «Leí algo de Edgar Cayce cuando era niña, pero no fue hasta que pasé por una experiencia cercana a la muerte cuando alguien me recomendó que fuera a que me hicieran una lectura de Registros Akásicos. Yo había tenido experiencias extracorporales y estaba buscando algo que me anclara al suelo, un espacio seguro. Después de la lectura, aprendí a leer los Registros por mí misma. Los Registros se han convertido en mi pequeña ancla.» —Rhonda 27


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