NYX – LA CASA DE LA NOCHE
BLOG ‘DARK PATIENCE’
UN POCO DE HISTORIA SOBRE EL ARTE CORPORAL
Los diferentes tipos de arte corporal (tatuajes, escarificación, henna y maquillaje) tienen un rol distinto según cada cultura, tribu o individuo. Desde la simple aplicación de maquillaje a las dolorosas y permanentes cicatrices dejadas por la escarificación, los resultados alteran no sólo la piel sino la percepción de la sociedad acerca de la piel de quien las tiene. Mientras que en el mundo Occidental no pensamos nada acerca de la aplicación de maquillaje en las mujeres, el acto de introducir objetos en la piel o tener tatuajes faciales es un tema totalmente distinto. Para otras culturas, estos adornos físicos son tan comunes como unas capas de base y un poco de rímel. Así como la belleza, los tatuajes están en el ojo del que mira. Hecho por punzadas o haciendo canales y adhiriendo pigmentos de color, los tatuajes siempre han implicado algún riesgo aún hoy con las modernas técnicas y equipamiento. La palabra tatuaje proviene de la palabra Tahitiana (lengua hablada en la Polinesia Francesa) Tatau, que significa “marcar”. La más antigua evidencia de arte corporal se encontró en el “Hombre de Hielo”, una momia descubierta en la frontera Italiana‐ Austriaca en 1991. Llamado Ötzi, tiene una antigüedad de unos 5.200 años. A mediados del siglo dieciocho, en sus viajes a Tahití, los marineros del Capitán James Cook adoptaron este colorido adorno, llevando el arte corporal a las sociedades americanas y europeas, donde en un primer momento se limito a las clases más bajas. Los tatuajes eran considerados noticia, por lo que los exploradores llevaban a casa a hombres indígenas, fueran Nativos Americanos, Africanos, o Polinesios, para ser exhibidos a los ciudadanos, quienes miraban boquiabiertos a los “salvajes” tatuajes. No fue hasta fines del siglo diecinueve que los nobles europeos se dieron cuenta lo que se perdían y ellos comenzaron a tatuarse también. Algunos nobles como el Rey de Dinamarca Frederick y Zar Nicholas poseían arte en su epidermis. El rey Edward VII lucía una cruz de Jerusalén en honor a su viaje a Tierra Santa, y sus dos hijos (el Duque de Clarence y el futuro Rey George V) fueron tatuados por artistas japoneses. Una vez que la realeza dio el salto, fue aceptado por las clases altas adherir una o dos marcas a su piel. En 1891, Samuel Riley creó la primera máquina de tatuaje adhiriendo una cámara para tinta y una aguja al diseño de Thomas Edison de una lapicera eléctrica, que era usada para crear plantillas que duplicaban dibujos y documentos escritos a mano. En 1929, Percy Waters modificó aún más la lapicera, adhiriendo un botón de apagado/encendido, un protector de chispa y una aguja que podía cortar plantillas de plástico. Hoy en día el dispositivo puede ajustarse a diferentes espesores, presiones y velocidad de la aguja, permitiendo al artista un control más fino sobre la obra de arte.
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