al cabo de... La Calle nº41 Humanes

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Opinion

30 DE ENERO DE 2013

Trabajar como un negro

■ Fermín Bocos

La parroquia que vela para que nada escape al corsé de lo políticamente correcto, no duerme. Vela por todo. Ni la lengua, ni las expresiones del idioma escapan a sus inquisitivos desvelos. La última noticia que tenemos de tan extendida grey procede del Uruguay. Un docto grupo de ciudadanos de aquella Republica Oriental se han dirigido a la Real Academia Española de la Lengua pidiendo justicia. Para ser exactos, el ajusticiamiento de una frase hecha que entienden que es incompatible con la filosofía que palpita entre los límites de lo políticamente correcto. Quieren proscribir la frase: "Trabajar como un negro", expresión, como se sabe, de uso coloquial entre los hispanohablantes para significar el desempeño de cualquier tarea que entrañe dureza y fatiga. La frase no va más allá, pero supongo que en el imaginario de quienes proponen que sea guillotinada por la RAE alienta el recuerdo del triste pasado esclavista que, por cierto, infama por igual a todas las naciones de la Tierra. Esclavos hubo de toda nación y geografía aunque en épocas históricas recientes fueron los negros africanos quienes llevaron la peor parte. La Historia es lo que fue. Nadie tiene poder sobre el pasado y las lenguas son lo que son como resultado de la aventura de los seres humanos y el devenir de las sucesivas civilizaciones. Esta circunstancia es la que explica que la citada expresión -para la que ahora se pide el repudio-, permanez-

ca en el uso cotidiano de la lengua como testigo de lo que fue nuestro pasado. La lengua española -al igual que el resto de los idiomas de uso en el mundo- guardan la memoria de la Historia. En todas las lenguas hay expresiones relativas a otros pueblos y a otras culturas. Son estereotipos, metáforas que se emplean sin pretender referirse a los pueblos o culturas a los que se alude. Se utilizan para ilustrar determinadas conductas o ciertas características de las personas. En español cuando en el tajo, uno le dice de otro que está descansando: "Macho, vives mejor que un cura" nadie piensa que pretenda zaherir a los clérigos tildándoles de holgazanes; otro tanto sucede cuando al niño que no para de enredar se le dice que "deje de hacer el indio". No parece que por eso deban ofenderse los habitantes de la India o los miembros de las tribus amazónicas. Por la misma razón no creo que nuestro atareado ministro de Economía (Luis de Guindos) vaya a solicitar de la Academia que retire la expresión "caerse del guindo", vista la guasa y el sarcasmo del personal ante la nula efectividad de la reforma laboral del Gobierno (en el año que lleva en vigor: ochocientos mil parados más y rozamos ya los seis millones). ¡En fin! Tengo para mí que para disgusto de los bien pensantes amigos del Uruguay, la respuesta de la Real Academia será "hacerse el sueco". Espero que no de pie a una nueva reclamación, esta vez, remitida desde Estocolmo.

La paciencia tiene un límite Con la llegada del nuevo año esperábamos que los buenos propósitos de nuestros políticos empezasen a llevarse a cabo. Teníamos la esperanza de que los tiempos oscuros y la falta de transparencia de nuestra clase dirigente hubiesen pasado a la historia. Eres, Pujoles, Gurteles y demás dejarían de perseguirnos en las noticias nacionales e internacionales. Pero como decía Julio Iglesias, “la vida sigue igual”. Sólo ha hecho que comenzar el nuevo año y otra bicha ha saltado al ruedo, cuando se dan a conocer las cuentas millonarias del extesorero del PP o los famosos sobres con sobresueldos a parte de la cúpula del partido. El ciudadano, al que se le pide que haga sacrificios, ve como los que tienen que dar ejemplo campan a sus anchas y hacen de su capa un sayo. Llega un momento en que la paciencia se agota y se pierde la fe en el sistema y en las instituciones. Es hora de que los partidos se sienten y limpien sus filas de gente que no sólo daña su imagen sino que dañan la confianza del conjunto de los ciudadanos en la propia Democracia y que también daña la imagen de España de cara a los inversores del exterior. Leónidas

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EDITORIAL

El creciente descrédito del PP

N

o cabe duda de que el Caso Bárcenas, que ha destapado un escándalo de cuentas opacas en Suiza, evasión fiscal y supuestos sobresueldos entre los directivos del Partido Popular durante años, está haciendo un flaco favor a la percepción que de la política tienen los ciudadanos. Tampoco ayuda que, en la acera de enfrente -aunque a un nivel menos generalizado- se hable también de sobresueldos, los que supuestamente se llevó a casa uno de los responsables de la Fundación Ideas, perteneciente al PSOE, a través de una "columnista de paja" que cobraba a precio de oro unos artículos que igual hablaban de cine, que de política interLos políticos nacional.

caminan sobre la

Los ciudadanos son especcuerda floja, sobre tadores mientras tanto de un espectáculo de declaraciones todo los del PP, y cortafuegos -que tratan de enfangados como limitar los alcances de cada están en los flecos del escándalo- que no hacen sino caso Gürtel alejarles más y más de sus representantes políticos, que no dejan de caminar por la cuerda floja. Una actividad de riesgo en la que se encuentran especialmente implicados últimamente los miembros del PP, enfangados como están en los flecos del caso Gürtel. Pero no solo en ése. Basta echar la vista un poco más cerca, a Arroyomolinos, por ejemplo, para darse cuenta de que los problemas del PP no solo son macro, sino que en lo cotidiano de la vida municipal también saben meterse en líos y alimentar el descrédito en el que vienen cayenVelarde enfrenta la do desde hace tiempo. Juan Velarde no sólo arrastra una posibilidad de tener imputación por graves delique costear 77.000 tos -junto, entre otros, a su euros por los "ilícitos compañéro Félix López- sino contables" detectados que ahora se enfrenta a la por el Tribunal de posibilidad de tener que Cuentas costear 77.000 euros de su propio bolsillo por los "ilícitos contables" que ha detectado el Tribunal de Cuentas en su gestión. Eso, cuando aun resuenan las duras palabras de la interventora municipal, señalando que la situación de la empresa municipal y, por ende, del ayuntamiento de la localidad, son poco menos que críticas, y que el consistorio no logrará sacar adelante un presupuesto con 6 millones de euros de recorte. Y en medio de esa situación de crisis económica, y mientras los ciudadanos sufren la imposición de una nueva tasa de basuras, el consistorio se permite el lujo de "perdonarle" el IBI a un colegio privado concertado. Pero eso no es todo. Por si el descrédito fuera poco, el edil de Urbanismo, Félix López, se tiene la ocurrencia de decir que no debería haber firmado unas licencias de primera ocupación "porque no estaba todo bien". Como lluvia fina, el día a día va calando en los ciudadanos, que están cada día más cansados de soportar dirigentes que no demuestran estar a la altura de las circunstancias.


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