Noviembre diciembre88 2014

Page 1

Director

Consejo Editorial Edgar Aguilar, Marco Tulio Aguilera Garramuño, Marco Antonio Acosta, Mario Calderón, Celina Márquez, Mauro Mamani-Macedo, Omar Piña, Silvia Tomasa Rivera, Vicente Francisco Torres, Juan Ventura Sandoval. Ejemplar: $50.00, suscripción: 500 pesos. En el extranjero Dls. 30 €

Raúl Hernández Viveros Subdirector Alberto Hernández Vásquez Administrador Mario Hernández Vázquez REVISTA Cultura de VeracruZ, Año XVIII, No. 88, Noviembre / Diciembre de 2014, es una publicación bimestral. Tel. 012288156454 www.nuevaepoca.blogspot.com / culturadeveracruz@yahoo.com.mx Editor responsable: Alberto Hernández Vásquez. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo 04-2010081613030000-102, ISSN, en trámite. Licitud de Título: (en trámite). Número de Licitud de Contenido (en trámite). Impresa por Ediciones Cultura de VeracruZ, Altamirano No. 35, Col. Centro, C.P. 91000, Xalapa, Ver. Este número se terminó de imprimir el 26 de diciembre con un tiraje de 1000 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización del Instituto Nacional del Derecho de Autor. Noviembre/Diciembre 2014

2 Mario Calderón Cenzontle 15 Raúl Hernández Viveros Rubén Bonifaz Nuño 21 Rubén Bonifaz Nuño Canto a la Revolución Mexicana 26 Guillermo Landa MIGUEL CAPISTRAN LAGUNES 28 Claudia Cabrera Sánchez Estudio de la realidad 30 Carlos Roberto Morán Para Isabel. Un mandala, de Antonio Tabucchi. 33 Cielo lejano, de Carlos María Gómez 1

Cultura de VeracruZ


Lo primero que recuerdo es que, en el centro del patio, había un huerto pequeño con un tulipán y ahí me sacaba mi madre al sol. Cuando crecí, me mandaron al seminario de Yuriria. En esa escuela tenía yo el primer lugar en matemáticas, en español y estaba bien: pero nomás llegaba el día que iban a visitarme, sentía muy duro: iba mi mamá, mi tío. Sentía bonita su llegada, pero cuando se despedían, ¡uh! Me dolía el corazón, y de aquello… a la cama. A perder las clases. Sufrí mucho hasta que llegó el fin de año. Salí de vacaciones y, en ese tiempo, estaban de visita en el rancho Juanita y Esperanza, las hijas de mi tía Lucina: y el día que ya me iba a regresar, que ya tenía mi belicito preparado, mi madre empezó a llorar. Y Juanita y Esperanza: no te vayas Juanito, no te vayas. Deja de estudiar, mira a mi tía cómo está.

Mario Calderón

CENZONTLE Pienso a veces que María Merenciana, mi madre, era parte de mí o yo mismo, porque, cuando tuvo vida, se me traslucían los modos con que ella me trataba, y las mujeres, a lo mejor, buscando lo parecido a ellas, me perseguían: y si no… entonces no comprendo por qué, al quedarme huérfano, todo acabó para mí. Cuando ella vivió, tuve alegría y ahora no sé qué siento al recordar, digo: pues yo ni sería aquél, el de entonces. Cultura de VeracruZ

2

Noviembre/Diciembre 2014


Yo sentía mucho aquello, lo sentía por ella y por mí, y que le digo a mi tío Reynaldo: vámonos y le decimos al señor cura que yo ya no quiero estudiar. Nomás vamos, le damos las gracias y nos regresamos. Así lo hice. Fuimos a Yuriria y le dimos las gracias al señor cura. Dijo él: no don Reynaldo, deje aquí a su sobrino, es muy inteligente. Pues no… le dimos las gracias y dejé los estudios. En la Casa de la cultura, Isabel Sosa, el de Santo Tomás, empezó a juntar muchachos para organizar una banda. Entre los primeros me apuntaron a mí, ni me preguntaron parecer, cuando menos lo esperaba, ya estaba yo en la lista y sí… empezamos a conocer las notas y a cantar. Mi tío se dio cuenta y no aceptó muy bien la cosa. Me tuve que salir unos días, pero mi madre decía que estudiara, aunque tuviera que comprarme un instrumento, porque esa era la condición que ponían, que cada muchacho comprara un instrumento. Comencé a aprender el sonido de las notas, pero no conocía todavía ni una. Mis compañeros iban unos en la lección seis, otros en la ocho y otros hasta la once. Y yo, porque había dejado de estudiar algunos días, empecé a darle, a darle, duro, duro. Se llegó el día en que Isabel nos examinó: -A ver Juan, cánteme usted la escala. Ahí estoy yo: do, re, mi, fa, sol, la, si, do, si, la, sol, fa, mi, re, do. De memoria, sin conocer. Nomás como el cenzontle, de pura oreja. -Cánteme la siguiente. Y que le canto la siguiente, y también la otra. Total que me canté cinco. Cinco lecciones sin conocer una figura. Y que dice: -A ver, cántame la seis. La seis estaba un poquito complicada. Que empiezo yo: sol, la sol, la si, la, si, la. Y allí que sigo yo nada más si la y si la y pues ya no estaban aquellas figuras allí. Dijo Isabel: -Párale. ¿Cuántas notas hay aquí de si la? Noviembre/Diciembre 2014

Pues ya me quedé en silencio con mi método en la mano. -¿Qué nota es ésta? -Pues no sé. -¿Qué nota es ésta otra? -No sé. -¡Ay! Juanito pues usted no conoce nada. Mire, me hace favor de que se vaya atrás a estudiar. Sentí aquello… una vergüenza que me daba con los compañeros porque me mandó a la cola. No aguanté la vergüenza y que me salgo al patio a llorar. Ahí estoy llore y llore, con un sentimiento… pero de verdad. Y que va allegando uno de mis compañeros, Luis: -¿Por qué lloras Juan? -¡Uh! Pues porque me dio harta vergüenza de que me regañara el maistro. -¿Pues qué no conoces ni una nota? -No he de conocer ni una. -Mira, esta figura está en esta línea, esta figura está en este espacio, y esta figura está en esta otra línea, y en esta figura está en este otro espacio y el do, es con una línea en medio, el re solo, mi en primera línea. Y que comienzo a entender. Me dediqué esa tarde a puro conocer las notas. Luego me volvió a llamar Isabel -¿Juanito, por qué llora? Y otra vez que empiezo a llorar del sentimiento que me dio. Se acercó y me acarició la cabeza: -No llores, no llores, ¿ya estudiaste? -Pues yo creo que ahora sí las conozco. -¿Qué nota es ésta? -La nota fulana. -¿Y ésta? Las conocí todas. -Entonces ahora sí… desde la primera hasta la seis; pero fíjese en los dos compases que están allí de sol la, sol la, si la, si do, si. Ahí donde me había sorprendido porque le estaba echando un compás más de si la. 3

Cultura de VeracruZ


Que comienzo: do, mi, sol, do, sol, do, mi, fa, re. -Ahí va sincopado. -Bueno, fíjese mejor en los valores que va a ejecutar y luego me la dice otra vez porque a usted no le dejo pasar ni un compás, ni un sonido. Y yo pensaba: ¿Pues cómo a estos muchachos sí les dejaba pasar todo? Me fui de nuevo a estudiar. No lloré, pero sí me daban ganas porque sentía humillación. Pero no… luego eché de ver que no era humillación. Que sigo, fijándome bien en los compases, en mi silencio, en la figura que caía antes de tiempo y en la que caía después. No… pues en tantito se la canté. Dijo: - Ya ven, éste sí me dio la lección treinta y siete tal como es, lo que ninguno de ustedes ha hecho. Así como tú me la acabas de solfear, así quiero que se la enseñes a los otros muchachos. Les enseñé la lección a los muchachos que iban atrás de mí, pero me daba algo de coraje. Porque yo sí enseñaba lo que sabía y, en cambio, los que iban más adelantados ni querían que estuviera junto a ellos, para que no aprendiera ningún sonido. Yo me arrimaba y… - ¿Ya vienes? Vete al cabrón por allá. Me retiraba porque no me querían. Yo estaba chiquillo, tenía catorce años y ellos ya andaban por los veintitantos. Los alcancé y los dejé en la treinta y nueve. Me fui por delante y, claro, me eché las brasas encima, porque no me podría ver ninguno. Salí de mi primera parte, de cincuenta y ocho lecciones y nadie acababa todavía. Me dijo Isabel: -Pues ya acabó su primera parte Juanito. ¿Quiere comprar el método que la segunda? -¿Y cuánto cuesta? -Quinientos pesos. -Le voy a decir a mi madre o a mi tío a ver si me lo quieren comprar y sí lo estudio. Le pregunté a mi tío que si me daba el dinero para comprar mi método segunda parte; que decía Isabel que ya había acabado el de la

Los días siguientes me fui conociendo nada más las figuras, porque el sonido ya lo traía pegado de los otros muchachos que iban delante de mí. Y ahí voy, me aprendía un montón de lecciones. Total que para cuando iba en la lección doce, mi tío me preguntó: -¿En qué lección vas? -En la doce. -¿Y los demás? -Ya unos van en la veinte o en la dieciocho. -¡Ah! qué pendejo. Si yo estuviera en la música, no me dejaba ganar por ningún cabrón. Yo había de ser el de adelante. Me dio un bajón. Sentí feo, algo acá, en el pecho. Pensaba: ¿Cómo le mostraré a mi tío que soy más chingón que todos? No era de los muchachos grandes, era de los más chicos; pero me dio vergüenza de que mi tío, pues no me regañó; pero aquello me sirvió de ánimo. Le macheteaba día y noche, día y noche con interés de demostrar que podría, que lo que pasaba era que me había hecho daño aquel tiempo que duré sin estudiar. Pues sí, llegamos a la lección treinta y siete del método de Hilarión Eslava que, según dicen, es la más difícil de la primera parte. Tres compañeros la solfearon; pero a mí, cuando llegué, me dijo Isabel: a usted no le voy a dejar pasar ni una lección mala, ni un compás. Sentí otra vez feo. Pensé: es que le caí gordo. -A ver cómo le hace. Ya conoce usted sus notas, conoce su tiempo y conoce sus silencios.

Cultura de VeracruZ

4

Noviembre/Diciembre 2014


primera y que si quería seguir estudiando, mientras compraba los instrumentos, pues que no me hacía mal aprender la clave de fa. Me contestó mi tío: -¿Qué ya lo acabaste completo? -Sí, ya lo acabé. -¿Y los demás? -No, ninguno más, sólo yo. Aquello le dio ánimo: -Órale, dile que te o traiga. Me dio quinientos pesos. Le encargué mi método a mi maestro y sí me lo llevó. Empecé otra vez, en clave de sol, y luego, como los otros muchachos decían que para tocar otros instrumentos se necesitaba estudiar otras claves, me dio harta envidia de que otros desgraciados fueran a saber más que yo, y estudié también la clave de fa. Se compraron los instrumentos y a mí, mi tío, como es rico, me compró el mejor, un clarinete bien bonito. Decían mis compañeros: -Chingao. ¡Qué hayan tenido el valor de comprarle a Juan un clarinete de diez mil pesos! No pues yo, de payaso con mi estuche luciendo mi instrumentito. Antes de que nos pusieran a tocar, nos ponían a cantar una canción, un valsecito que se llamaba Plegaria. Estábamos de acuerdo en quienes íbamos a hacer la melodía, quienes la armonía y quienes los bajos y el contracanto. Yo iba a hacer la melodía. Me decía Isabel: cánteme la canción. Y como había sido el mejor entre los solfistas, empezaba: la re, re do, re do, la si, si, re si la. Yo los del bajo: tan tan. Los de las armonías: ta ta ta ta, otros echando el contracanto y yo, además midiéndoselas. Pero luego abrieron el instrumento y yo ¿qué decía? Si mis dedos eran todavía muy chicos y no podía tocar mi clarinete. Los otros muchachos sí alcanzaban. Ponían sus dedos y sonaban sus figurones, hasta la más grave que es el mi. Y yo, no podía y no podía y no podía. Me dijo Isabel: -No don Juan, usted no puede, váyase para atrás y allá hágale la lucha. Noviembre/Diciembre 2014

Pensaba: No voy a servir para esta cosa, otros muchachos que son más tontos que yo para el solfeo alcanzan a tapar re bien todos los agujeros del instrumento y suenan su escala: mi, fa, sol, la, si, do y pues yo ¿cuál? Siempre de tanto dale y dale empecé a tocar. Luego, el maestro me puso a que copiara canciones para que me enseñara a escribir. También me dijo: además voy a querer que te enseñes a tocar guitarra, al fin que tu tío tiene una. Pensé: este hombre me exige a mí mucho, me exige que me lleve todo de un jalón; pero pensaba también que aquel hombre lo que podía querer era que diera lo que había yo de dar y que por eso me empujaba y me empujaba. Fui a Yuriria, compré tinta china y escribí la canción. Entonces me sentí bien satisfecho de aquello que hacía. Mi tío Reynaldo la llevaba muy bien con el maestro, y los días que íbamos a tener clases, me decía: -Ya es hora de que haya llegado Isabel, tráetelo a comer. Salía yo corriendo y lo esperaba en la entrada del rancho. Y sí, a poco rato llegaba él en su bicicleta. -Dice mi tío que se venga a comer a la casa. Sí, allí comía y luego se quedaba a dormir. Uno de esos días, cuando íbamos a comer, me dijo: -¿Qué pasó, ya estás haciendo la lucha en la guitarra? -No, pues no tengo guitarra. -Pero tu tío tiene. -Bueno, quién sabe si me la quiera prestar. -Ahorita le decimos, Juanito. -Don Reynaldo, buenas tardes. -Buenas tardes Chabelo. -Fíjese que quiero que Juan aprenda a tocar guitarra y usted tiene. ¿Por qué no se la facilita? -Sí, ahí está, que se enseñe y que la use. Luego volteó a donde yo estaba: -Te voy a prestar mi método para que te enseñes a tocar, pero como es, conociendo que 5

Cultura de VeracruZ


-No le des con el atril, porque lo matas. -Deja matarte desgraciado. Ese día ya no tuvimos clase, no estudiamos. Un día llegó Isabel con la novedad de que nos íbamos a la primera tocada a Tlalpujahuilla. Nos fuimos y en la mañana, me dijo un compañero: -Ándale, ahí te hablan. -¿Pues quién me habla? -Una muchacha. Que salgo y: -¡Ay!, qué orgulloso eres que no quieres venir a donde te llama una, una que anda tras de ustedes y ustedes que ni nos hacen caso. -No, no es eso, sino que yo estaba descansando. -Pues vengo a llevarte. -Bueno, a todo dar. Yo siempre un poco tímido porque casi no salía del rancho. -Me llamo Mercedes. -¡Ah! Mucho gusto. Ya nos hicimos de razones. -Si quieres vamos a dar la vuelta. -Pues órale. Anduve con aquella muchacha. Me sentía más o menos bien, porque pensaba: bueno, al venirme a busca esta muchacha es que me quiere. Ella era muy franca y me dijo: -Mira, si tienes miedo, después de que demos la vuelta, vengo y te traigo hasta aquí. -Pues no tengo miedo, pero sí me gustaría que me trajeras. Anduvimos dando la vuelta y subiéndonos a la ola y al volantín. Fue mucho rato y, como hacía mucho frío, yo traía mi sarape. Subía y bajaba. No pues me paraba el cuello con los demás cabrones. Se llegó la hora y nos regresamos. -Mañana vengo otra vez. -Pues órale. El día siguiente, nuestro patrón, que era el obispo del Valle, como había dos bandas, a una la

todas las cuerdas tienen su nombre y que cada una está sonando una figura. Y sí, comencé a practicar primero yo solo y luego él me ayudó. La figura que afinaba primero, era la figura más grave, la que sonaba a mi. Total que afiné mi guitarra y aprendí a tocarla. Luego Isabel en una plática le dijo a los muchachos: -Pues quieran o no, pero Juan tiene más inteligencia que ninguno de todos y posiblemente, en un tiempo que me retire de aquí, a él le deje mi lugar. Yo no me di cuenta hasta que uno de mis compañeros, Vérulo, mientras estaba yo estudiando me dijo: -Ahí está cabrón, ya como sabes que vas a ser el maistro, no quieres dejar de estudiar. Y que me da un golpe en la boquilla. Me salió sangre y luego que vi la gota, que me paro con harto coraje: lo pepené de la camisa y apárale… hartos golpes le di y luego que le doy un sacudón. Lo tiré, me le puse arriba y que agarro un atril para pegarle. Gritó otro de los muchachos: Cultura de VeracruZ

6

Noviembre/Diciembre 2014


mandó a un rumbo y a otra a otro. A nosotros nos mandó a Tlalpujahua, allá al barrio de sus conocidos, después al templo y luego subimos a Tlacotepec y Dos Estrellas y ya en la tarde volvimos otra vez a Tlalpujahuilla, y órale, a comer. Unos compañeros a tomar pulque, otros tequila y yo, no tomaba, nada me gustaba, además tenía dolor de cabeza. Entonces, no sé quién le platicaría a Mercedes porque llegó: -Dónde está mi chavo. Y estaba yo colgado de jetas en un rincón. Entró y que me sienta en la mesa. -Vas a comer ¿Qué te preparo? -No traigo ganas de nada. -¡Ay!, tu no pareces ser de rancho. Tú, este… eres muy… Me quiso decir que yo estaba educado. -No, mujer, yo soy auténtico, del rancho, nomás que pues no me siento bien y no quiero pulque, dame agua natural. -No, agua así natural no tenemos. Tenemos, pero es hervida y con limón. -Bueno, me la tomo y si hubiera también algún mejoral o cualquier pastilla… Sí me trajo todo y me lo tomé. -Y ¿Qué? ¿Ahora sí me vas a hacer el favor de sentarte a comer?, porque ahora, exclusivamente yo te voy a atender a ti. Ella sabía hablar muy bien, estaba en La Capital, vivía en las Lomas de Chapultepec con un tío. -Órale pues. Me senté, me trajo de comer y comí como Dios manda. Luego me dijo: -Ahorita vengo a darte otra vuelta, nomás déjame lavar los trastes. -Está bien. Sí, al ratito llegó pero bien arreglada. Nomás llegaba ella y el maestro me daba chanza, era buena gente conmigo. Cuando vio que me comenzaban a gustar las mujeres, me daba pero harta oportunidad. Esa tarde él mismo vio cuando la muchacha me hizo pss pss pss para que me acercara. Sí, me fui con ella y duramos por Noviembre/Diciembre 2014

allá buen rato y regresamos hasta en la noche, y en una paseada, cuando pasamos junto a Isabel que iba con otros muchachos a cenar, él me empujó con el hombro para echarme encima de ella; pero no me hizo más caso. Al ratito dijo ella: -Vamos a llevarte a que cenes allá con la música, porque de segurito que no sabes en qué casa van a darles. -Ándale, vamos. Y me llevó. Me quería… pero mucho. Llegamos a una casa de las mejores del pueblo y me dijo: -Mira, ahí es donde están, entra a cenar y mañana nos vemos. Sí, llegué donde estaban todos y al ratito me dijo Isabel: -¿Qué tal, mano? ¿Cómo te sientes? Verdad que te sientes el rey de todos. -Pues no tanto así, pero sí me siento tan a gusto que… porque mire qué clase de muchacha y me trae para allá y para acá. -Así es Juanito, vas empezando, vas a saborear otras cosas iguales o mejores. Que sí, cuídate. Cuídate porque me dijo el señor Del Valle que tú andabas tras de esa muchacha y que ella tiene su novio; cuídate de su novio. -A ver qué pasa, pero si ella no se cuida, yo menos. Se llamaba Magdaleno el dueño de la casa donde nos dieron de cenar y: -A ver don Magdaleno –dijo mi maestrotráigale algo aquí a este muchacho. Sí me trajo y cené. Cenamos todos y nos fuimos a nuestro lugar en el kiosco, pero ya era muy noche y, nomás tocamos unas cuantas piececitas y, a dormir. En la mañanita, lo mismo, nos fuimos a almorzar y como Mercedes era de las que atendía a los músicos, me atendía, pero… de lo bueno, especial. Los compañeros me hacían burla, decían: -Caray, a ti te atienden como a rey y aquí a nosotros ni tortillas nos dan. 7

Cultura de VeracruZ


-¿Entonces sí? Salimos por allá a dar la vuelta, muy bien todo. Esa noche quedamos en que ella se iba a casar conmigo. Me dijo: -Yo me quiero casar contigo. -Sí, yo también, pero no ahorita, estamos muy chicos todavía. Ella a mí se me figuraba que tenía como un año o dos más que yo; yo andaba en mis diecinueve y ella por los veinte o veintiuno. -Me siento que estoy muy chavito y no he gozado nada. Quiero que si piensas de veras casarte conmigo, nos tomemos un tiempo más. No, pero que: - Rosita se va a casar con Rosalío, Santos se va a casar con José. Ya todas tienen su… que se van a casar. Yo me caso contigo. -Yo también me caso contigo, pero te pido que si de veras me quieres, me des la oportunidad de siquiera otro año más. Dame la oportunidad de que sea para el año que viene, mira, sirve que le piensas y, si te conviene… mientras nos hablamos y nos escribimos. -Bueno, está bien. Nos separamos esa noche y apenas iba llegando a donde estaban los otros músicos, que se oye por la bocina la voz del señor Del Valle: -La banda de Chabelo, que trae del Timbinal, se va a las siete de la mañana; y la banda del Recodo que está dirigida por Rafael Partida, se va más tarde. Otro día en la mañanita, que llega ella, a la carrera: -¿Siempre te vas? ¿Te vas ahora? -Sí me voy, dijeron anoche. -¡Ay! No te vayas, no te vayas. -Y ¿qué quieres que haga? Yo también no me quisiera ir, pero ¿qué quieres que haga? Llagó el camión que nos iba a llevar al Timbinal y que empieza a llorar la muchacha. Luego me dijo una bolsa de cartón y me dijo;

Cuando acabamos de almorzar me dijo Mercedes; -Fíjate que otra vez tengo ganas de que a la noche salgamos a dar la vuelta. -Bueno, ya sabes que si tengo tiempo, si me dan chance sí, ya ves que ando a lo que dice mi maestro. A medio día hubo oportunidad, comenzó a tocar la otra banda y nosotros tuvimos la facilidad de descansar. En ese descanso llegó ella con otras dos muchachas, me llamaron y, cuando fui, que me agarran y que me quebran huevos llenos de confeti en la cabeza, carnestolendas que les nombran. El maestro vio y le daba mucha risa. -Bueno pues ¿Qué les contaron o qué les pasa? -Nada, nomás que teníamos gusto de estar aquí contigo un rato. Se llegó la noche y, ya después de que salimos de cenar, ella me dijo: -¿Dónde me esperas? -Donde estemos, en el mirador o en la presidencia. Nomás me dijo: me voy a arreglar. Y a poquito… que va llegando, no hombre, se puso yo creo que el aroma de todas las flores porque, caramba, qué bonito olía. Bien perfumada y elegante que estaba, tanto que pues yo sentía que no le llegaba, no le daba la medida; pero me hacía caso, pues… Cultura de VeracruZ

8

Noviembre/Diciembre 2014


-Ten, te hice unas tortas con sopa y mole y bastante carne, para que comas en el camino y no hagas gastos. -Bueno, sí me las llevo, si no me las como yo, si no me las acabo, les paso a mis compañeros. Nos fuimos y se quedó llorando y a mí me daban ganas de bajarme del camión. Nos hablamos y nos escribimos y a los tres meses, para las fiestas de navidad y año nuevo, que nos invitan otra vez. Esta ocasión, cuando llegué, ya no me sentía como músico, me sentía casi de la familia de aquella gente, porque… al abrazarme… me querían mucho. Y ella que se arrima con un jarro de pulque: -Has de venir muy cansado y con sed, verdad. -Pues sí, sí tengo sed, pero no quiero pulque. -No sí… pruébalo. -Ándale don Juan –gritó Isabel- nos lo echamos entre los dos. Esta vez seguimos en la misma cosa, tal como antes, o más. Aquella muchacha casi nomas me dejaba en el ratito que me iba a dormir. Y yo ya ni hacía caso de tocar, porque el maestro me dada harta oportunidad y sólo me decía: -Nomás no me sonsaques a nadie más, y si son casados, menos, tú date gusto, como quieras, hazle del cabal a esa muchacha, pero no vayas a sonsacar a nadie. Tanto le hice del cabal, que la vez siguiente, el señor Del Valle no nos dio oportunidad. Fue a donde estábamos después de cenar y le dijo al maestro: -¿Cómo vienen tus muchachos Chabelo? -Parece que están bien. Entonces, yo, como natural, eché un tosido. -Oye nomás, por ahí anda uno muriéndose de tos. A ver, levántese el que fue. Que me levanto yo y… -Mira nomás, es el prieto del Timbinal. -Sí señor. -Pronto madrecita Socorro, píquele las nalgas a ese moribundo. Y Siguió: Noviembre/Diciembre 2014

-Ya no les voy a dar las facilidades de la vez pasada, porque ustedes andan muy mal, y ya no es uno, son varios, y tú eres el primero -señaló hacia donde yo estaba-, tú eres el que traes por ahí loca a una muchacha y te voy a dejar castigado cuatro días. -Señor, lo que usted diga señor. De pilón, al ratito llegó la madre Socorro con una inyección y pum, que me la pone hasta parado. Otro día, no salí, ahí me estuve toda la mañana, y allí llegaron unas muchachas a verme: -¿Dónde está Juanito? -Ahí está adentro. Les contestó Vérulo. -Pues dígale que venga, venimos a verlo. Salí allí, al atrio: -Estoy castigado, no puedo salir. -Venimos acá a verte. Yo creo que el señor Del Valle vio y ha de haber pensado: hasta acá vienen a verlo, pues mejor… Y que me deja libre. Nos fuimos a sentar a una banca del jardín que estaba allí en frente y que me dice una muchacha: -Te venimos a ver de parte de Mercedes. -¡Ah! ¿Qué ya se murió o qué? -No, pero ya se casó. -¿Sí, ya se casó? ¡Ah! qué barbaridad. Me había dicho que ahora, en esta vez, se iba a ir conmigo. -Pues ya se casó. -Bueno, entonces ni modo, entonces ni modo… Por ahí como a las doce que estábamos tocando en el kiosco, se bajó uno de los muchachos y que me voy a agarrar su trompeta y, al comenzar a tocar, precisamente la canción “Viva mi desgracia”, miré para abajo y quedé frente a Mercedes. Ella me vio también y luego luego que se clava, se fue yendo, se fue, se fue, se fue y se fue… Antes de que ella se hiciera novia conmigo, tenía su novio y, tal vez, después de que 9

Cultura de VeracruZ


quedamos que se iba a casar conmigo, fracasó con el mismo muchacho y no tuvo más remedio que casarse con él. Ese Tlalpujahuilla me trae muchos recuerdos, oigo algunas canciones que andaban en ese tiempo y luego luego me acuerdo de Mercedes. No me casé con ella, sería porque no me tocaba, pero ¡ah! cómo quise a esa muchacha. Pasó algún tiempo y un día se nos retiró Isabel. Los muchachos, ya desde antes, si no sabían una cosa, me la preguntaban a mí y así, sin dejarme ir, me había ido apropiando de aquel cargo. Me quedé como representante y casi como maestro de ellos. Les decía: mira ahí no está bien, de alguna cosa, así es. Y mira: hazle por este rumbo, hazle así, y los animaba. Los muchachos me hicieron caso. Aunque fuera el maestro de la banda, de todos modos ayudaba a mi tío a despachar su tienda, a ordeñar, a matar reses, a todo. Él era muy amigo de una familia de Españita que tenía una hija que se llamaba Cuca. Yo respetaba mucho a esa muchacha y de plano, no quería negocios con ella. La familia frecuentaba mucho la tienda de mi tío y conmigo se ponía mucho a platicar, no hicimos amigos con todos lo de la familia. Un día me llegó un regalito de Cuca, un queso grande, y luego, el día de mi santo, me llegó otro regalo igual con una carta. Me deseaba lo mejor del mundo y además me decía: en la tarde, cuando prendan el tocadiscos de don Miguelito, voy a mandar a dedicar canciones para ti, van a ser de parte de Españita; no voy a decir de parte de Refugio ni nada de eso… nomás de parte de Españita para ti. Sí, en la tarde que empieza aquel tocadiscos a echar canciones de parte de Españita. A los pocos días me mandó otra carta y de plano allí se destapó, que me quería. Nada me sentía ante ella y no tuve más que corresponderle con el mismo amor con que me trataba; pero me consideraba muy inferior, porque… muy rica, y yo, andaba de gato de mi tío. Cultura de VeracruZ

La muchacha estaba pedida y esa era otra de las cosas por las que yo le recelaba. Le contesté que yo sentía lo mismo, pero que no me había atrevido, porque mi categoría no era igual a la de ella. Ella me contestó: -Juanito, el dinero no es la vida. Al responderle que no al muchacho que me tiene pedida, es con el fin de casarme contigo. Le volví a contestar: -Mira, tú un día vas a tener problemas y yo mismo un poco de recelo, porque estabas pedida con otro. Total que si piensas casarte conmigo, vamos a noviar y así dejamos pasar un poquito de tiempo, porque ya ves, no tengo ni que ofrecerte, al cabo tú me conoces. -¡Ay! Juan, cómo te humillas tú solo. -No pues, mejor me humillo solo, en lugar de que tú me vayas un día a humillar. Mejor de una vez te digo todo como está. Nos hicimos novios, pero yo siempre andaba como que sí, como que no, por respetar mi pobreza, porque no tenía pues nada, no tenía ni a mi padre ¿qué más jodido podía esta? Lo poquito que ganaba… a comérnoslo. Conseguía los cinco mil, siete mil o diez mil pesos, se me hacía un dineral, pero todo era para el sostenimiento de la casa, para mí no dejaba ni un centavo, no quería que mi madre sufriera. Siempre andaba al

10

Noviembre/Diciembre 2014


pendiente de que no faltara alguna cobijita o el maíz o el frijol. En esos días se hizo el cantamisa de un paisano, del hijo de mi padrino Bricio. El mero día no llegó el organista de Moroleón y me dijeron a mí que le hiciera la lucha. Que me componen el órgano cerca del altar y ahí voy, bañado en sudor, para mí fue aquello en realce más, porque cuando salimos, tanto felicitaban al nuevo padre como a mí, decían: -Nos sabíamos que también eras organista. -Quién sabe cómo saldría, pero ya ven, me animé. -Pues ¿a qué te pondrás que no te salga bien Gritó mi padrino: -Ven ahijado para felicitarte y darte un abrazo. Estoy borracho porque ¿qué más quiero? Que mi hijo el padre y mi ahijado el organista se estrenaron aquí hoy. -Pues sí padrino. -De puro gusto quiero que te traigas la guitarra y me cantes aquí, o no, no vayas. Hay que mandar traerla. Le mandé pedir la guitarra a mi madre y sí me la mandó. Estuvimos ese día tomando cerveza y cantando. -Y échatela ahijado, te doy permiso. Total que ahí fue una borrachera, creo que yo era el único que andaba sólo algo prendido, aunque ya también había perdido la vergüenza. En los últimos de agosto, me mandó mi tío a pesar unos puercos a la casa de Cuca. Me dijo: -Vas y me pesas unos puercos en ca Cuca y luego los juntas con otros once que tengo en la casa de María Peña, la esposa de don Chemo Moreno. Son en total veintiséis puercos flacos, pero ya tengo a los arreadores. Tú nomás vas y pesas los puercos de la casa de Cuca, los juntas con los otros, y otros hombres me los van a traer. Llegué, la puerta era de esas de madera, de golpe que les decimos. Toqué y que sale Cuca: -Pásate. -Sí, a eso vengo, a pasarme. Vengo a pesar los puercos. Noviembre/Diciembre 2014

-Sí, cómo no; pero fíjate que no está mi papá, espéralo, mientras almuerzas. -No, ni me paso, ni almuerzo, pues ¿cómo voy a hacer eso? No. -¿Entonces mejor quieres que estemos aquí afuera platicando? -Si tú quieres, y si no, ve a ver el trabajo de la cocina que estás haciendo y yo aquí espero. -Él se fue a ordeñar, no tarda nadita. Se sentó allí en una piedra y yo que me siento también. Cambiamos el tema de los puercos por el tema de nuestras cosas. Luego le dije: -Fíjate, ya viene allá tu papá y nos va a encontrar aquí platicando. -¿Qué tiene? Él me dijo que si me quería casar, que mejor me casara contigo y no con el muchacho que me pidió. No, no te cohíbas, no te… aquí espéralo, al cabo ya sabe lo de nosotros. Ni modo de correr, ya qué se hacía. Llegó su padre: -Buenos días Juanito. -Buenos días señor. Su mujer lo acompañaba, siempre: -Buenos días Juan. -Buenos días. -¿Ya vienes a pesar los puercos? -Pues sí. Nos metimos y los pesamos. Me enlodé hasta el pescuezo y ellos, porque me ayudaron, también se batieron. Juntamos aquellos puercos con los de la otra señora y luego que terminamos, les dije: -Bueno, pues ahí nos vemos. -No, no te vas, no te vas hasta que almuerces. -No señor, me voy a almorzar a mi casa. Andaba con olor a puerco, enlodado, todo mojado y ellos se habían metido a cambiar de ropa; pero que no te vas, que no te vas y que no te vas. -Pero miren cómo ando, así no me voy a arrimar a la mesa. -No le hace, aquí te sientas. 11

Cultura de VeracruZ


Allí me sentó y almorcé todo lleno de lodo. -Ahora sí me voy, ya almorcé, ahora sí me

turno. Se va una y después de un rato llega la otra. Yo en ese momento corrí, me pasé y caminé como siete horas por el desierto de Arizona hasta llegar a una ciudad. Allí tomé un autobús al estado de Kentucky. Para atravesar el desierto me previne de unas botas, compré pan bimbo, atún y mucha agua. Me tocó una patrona a la que le he de haber caído bien, porque se llegaba la hora de comer, y no me dejaba que comiera con los demás, me llevaba a su camioneta y me daba de su comida. A mí me gustaba sólo el postre y no sentía vergüenza de sacar mi comida que traía en un termo. Un día me llevó a su casa. Tenía una guitarra colgada en la pared. Fui, la tomé. Me decía algo en inglés, quién sabe qué me diría. Yo afiné la guitarra y pensé: al cabo esta pinche vieja ni entiende. Y que comienzo a cantar: Rayando el sol, me despedí… no, pues aquella mujer oyó bonito, le gustó la forma de como actuaba y que se sienta allí por un lado de mí. No, hombre, me regresó a la casa como hasta las once de la noche, después de que me había llevado en la mañana. Nos quisimos también con aquella mujer. Andaba también trabajando conmigo un muchacho de Cuautla Morelos, él sí le entendía al inglés y también le gustaba cantar. Ella, en las tardes iba por nosotros y nos llevaba a la camioneta. No trabajábamos, nada más cantábamos y de todos modos nos hacía cheque. Me llegaba alguna carta de la novia que había dejado, de algún amigo o de mi madre y ella inmediatamente iba a entregármela a donde yo estuviera, si andaba yo en fil, allá me la llevaba. Si estaba yo en la casa, allá me la llevaba también y me decía: -¿Su mother? -No –contestaba yo- es mi novia. Y me quería pegar luego luego. Un día le dijo al muchacho que me preguntara si era casado o soltero. Yo contesté que le dijera que era soltero, que tenía nomás muchas novias y a mi madre. Entonces, cuando él

voy. -Bueno, ahora sí, ya te puedes ir. Me acompañó Cuca hasta la puerta. -¿Cuándo vienes? -En cualquier rato, en cualquier rato nos vemos. Al tercer día fui a platicar con ella y nos halló su padre, cuando quise, ya estaba cerquita de mí. Le dije a ella: -Mira aquí viene tu papá. -No corras, él no te dice ni media palabra No, él llegó, nomás me saludó, entró, amarró su caballo y nos dejó platicar a gusto. ¡Qué hombre tan fino para ese tiempo en que no se usaba eso y también para hoy que acá todavía no se usa! Y me volvió a repetir ella: -Mi papá quiere que mejor me case contigo. Yo, en vez de pararme el cuello, pensaba: pues entonces me espera, porque yo ¿qué te ofrezco? Luego, cuando esta muchacha vio que no me iba a casar con ella, le mandó decir a su novio que siempre sí se casaba, y se presentaron en la iglesia de El Timbinal. Yo andaba trabajando en un pueblo de Michoacán, en Pejo. Regresé a la casa después de quince días, y que me van diciendo. Sentí rete feo, muy feo en mí mismo, porque había tenido la oportunidad de… cuando menos asegurarle algo. Me retiré yo de aquella casa, me retiré y me retiré, pero no se me podía olvidar, sentía una cosa que no sé cómo decir, pero sí, no se me olvidaba un momento aquella mujer. Con el fin de que se me olvidara, me busqué otra muchacha que casi ni me gustaba y luego me fui a Estados Unidos. cuando se llegó la crisis del ochenta y cinco. No había trabajo en ningún lado porque la gente vivía en pavor, no hacía fiestas. Me fui de bracero por San Luis Río Colorado. Mis paisanos me contaron que allí hay un cerro y que desde ahí se ve una patrulla americana cuidando la línea. A las dos de la tarde hay cambio de Cultura de VeracruZ

12

Noviembre/Diciembre 2014


se lo dijo, le dio harta risa y que se viene a quererme pegar con la mano, y yo corría, corría, como divirtiéndonos. Luego, el día que nos íbamos a venir a México. ¡Ay cómo lloraba la mujer! Me llevó a la estación donde nos iban a levantar y aquella mujer era un llanto. Me dio una carta de recomendación para que, si volvía a los Estados Unidos, me fuera con ella. No volví a ir. Acá, en el rancho la cosa estaba sabrosa con María, la novia que había dejado. Una vez mi tío me agarró con ella por ahí como las cuatro de la mañana. Traía una reata de lazar que yo creo que iba a estrenar conmigo. Él tenía antecedentes de que yo madrugaba mucho y de que María también, para irse a trabajar a su molino de nixtamal. Yo, me hacía pendejo, como que salía a tomar el aire, y me iba con María. Mi tío, una madrugada oyó el ruidito de mi puerta, que se levanta y que se va con su reata de lazar. Me sorprendió con maría, nomás que conocí sus pasos y, en lo que se metió, que me le suelto a María y que me le pelo. Me salí por la puerta del patio y me fui. Él no quería a mi novia porque ella estaba llevada, se la había llevado y la había dejado otro muchacho cuando era mi novia. El día que se la llevaron, pensaba la gente que se había ido conmigo. Ese día me dijo una tía suya: -Mal haya tú tan sin vergüenza, todavía tienes la cara de venir a pasearte delante de nosotros; todavía tienes cara de pasar por aquí teniendo a María en tu casa. -No –le dije- no tengo nada. Y veía que su mamá me miraba como a un animal raro o como que me quería comer. Yo no sabía nada, ni quién se la había llevado ni nada. Después de que no se casó, le volví a hablar y otra vez fui novio de ella. Entonces fue cuando pasó el caso. Me daba ya más chanza y por eso me gustaba ir allí, porque aquello estaba a todo dar.

-Te iba a dar una chinga, nada más que no te alcancé. No vuelvas allí porque no quiero hacerte pasar una vergüenza delante de la gente; que ésta sea la última vez que te lo digo. Jamás volví. Me dio mucha vergüenza que mi tío me regañara. Y tenía mucha razón en regañarme, porque sí andaba yo mal, mal pues qué más mal. Estuvo muy bien que me llamara la atención, porque si no… había fracasado. Uno está joven, pierde la vergüenza, no le importa, bueno, nada. Sentía bonita la vida porque miraba que tenía pegue por todos rumbos. Una vez fui a tocar a Piñícuaro y los muchachos de allí vieron que yo casi echaba arrastre con las muchachas: hasta así me dijo un muchacho una tarde. En el rato que dejaba de tocar, agarraba una y otra y otra muchacha y, a bailar. En un descanso me abrazó un muchacho y me dijo: -Aquí viene este cabrón que echa arrastre con todas las muchachas. ¡Uh!, pensé yo, pues aquí estuvo el mal. De seguro bailé con alguna hermana de él o con su novia. Y traía él una pistola agarrada a la cintura. ¡Uh!, desgraciado, me dije, en cualquier momento éste me va a matar. -¿Verdad que tú eres el que echa arrastre con todas las muchachas? -No sé en qué forma me diga. Dígame si bailé con su novia o si bailé con su hermana o qué pues… -No, no bailó con mi novia ni con mi hermana, pero así es. Y por eso, véngase cabrón, métase un tequila. Y que me meto casi la mitad de la botella de a litro. -Así me gustan pelao, que sean chingones. Ahí me trajo abrazado y… con su pistola. ¡Uh! No me parecía nada bueno aquello. -Mira tú Damián –le dijo a otro empistoladoéste sí es chingón, éste sí no respeta, Y yo allí muy humildito. Hasta que se llegó la hora de volver a tocar me soltó aquel muchacho.

Más tarde, acá en mi casa, me dijo mi tío: Noviembre/Diciembre 2014

13

Cultura de VeracruZ


repente, y tan pronto, posiblemente sí me hubiera casado; pero no, yo decía: no me meto en compromisos, ando a gusto. El día que sepultamos a mi madre, el veinte de mayo, tenía yo que presentarme a formar una banda en el rancho de Las Cruces y, un día antes, el diecinueve, tenía una cita en Salvatierra con otra muchacha, porque también con otra andaba decidiendo si sí o no. Estaba yo como un clavel al que agarran, deshojan, y al último se queda sin nada. Quién me hubiera dicho que el veinte iba a sepultar a mi madre. Y cada vez que pasa el veinte de mayo, me acuerdo del compromiso que tenía yo en Las Cruces, de la muchacha esa muy bonita de Salvatierra y de que… pues todo se perdió. Todo se perdió en unos días. No volví a tocar un instrumento, me cayó polio y me quedé casi paralítico. Cuando mi madre vivió, todo para mí fue alegría. Al trabajo que yo hacía, le echaba todas las ganas, porque me sentía otro, era de plano feliz. Si yo me ponía a tocar, sentía que mi clarinete expresaba a la gente aquella felicidad, aquel gusto, porque todo para mí era alegría, hasta que me quedé huérfano; todo murió para mí. 

Tuve la oportunidad de irme a tocar a México, porque un día un hombre, entre la gente que se me acercó y me dijo: -Mire, véngase a tocar conmigo, yo soy Pablo Beltrán Ruiz. -Mira amigo, yo no tengo ningún instrumento bueno, no creo que le sirva. -Yo de pronto te voy a prestar, tengo dos saxofones y le voy a prestar el que usted quiera. El negocio es que se venga conmigo. Sí me iba a ir, pero le platiqué a mi tío y a mi madre. -Mira –me dijeron- cásate y vete para donde tú quieras, pero así soltero, de muchacho, a ninguna parte te vas. -Pero me ofrecen trabajo en la capital, y es con una buena orquesta. -Pues sí, cásate y no te detenemos ni un momento. Y yo no quería casarme, me sentía muy a gusto con mi madre. No me sobraba nada, pero nada me faltaba. Conseguía mi dinero trabajando del modo que fuera y no me faltaba nada; pero si yo he sabía que ella me iba a faltar tan de

Cultura de VeracruZ

14

Noviembre/Diciembre 2014


del Instituto de Investigaciones Filológicas, tuvo a su cargo las colecciones universitarias Bibliotheca, Scriptorum, Graecorum et Romanorum mexicana y Nuestros clásicos. Traductor de Virgilio, Catulo, Propercio, Ovidio y Lucrecio. En 1974 recibió el Premio Nacional de Letras. Carlos Monsiváis subrayó que: “El impecable técnico que es Bonifaz “ha afinado dicen los antólogos de Poesía en movimiento- la versificación hasta crearse sus propias modalidades estróficas y una sintaxis peculiar que debe tanto a la poesía escrita como al lenguaje coloquial”. Esto resulta evidente en Fuego de pobres y El ala del Tigre, no lo es tanto en Los demonios y los días y El manto y la corona, que contienen algunos de los mejores y más directos poemas de amor de nuestra poesía, reflexiones bajo la forma de inacabable diálogo con la Amiga, o recapitulaciones desde las sensaciones democráticas de la soledad o el fracaso. De esta práctica alternativa o simultánea de retórica y de sencillez Bonifaz pasa a una poesía cada vez más compleja y simbólica”. En la nota de presentación sobre Rubén Bonifaz Nuño que abrió el “Aguinaldo Poético”, en 1956, se reconoció que: “Ya lo ha demostrado en brillantes trabajos, el eminente Dr. D. Ángel María Garibay K.: la poesía en nosotros, en los que de alguna manera física, y dentro de una corriente espiritual oculta, pero sensible, descendemos de aquellos héroes ignorados, de aquellos indios creadores de una cultura que no tan sólo asombra a México sino al espectador del mundo, es parte diáfana, hilos de una fuente que no acaba de fluir en las almas. "Cuatro siglos, ya largos, que de ellos nos separan, no han hecho que el eco se apague, ni que el reflejo muera", afirma el Dr. Garibay. Una perpetúa lágrima o una sonrisa permanente. Un fluir del alma común a través de la palabra que, sin duda, nos distingue de muchos otros pueblos menos sensibles al canto y al color. Pero la poesía, o mejor, el poema, no cumple su destino íntegramente sino hasta

Raúl Hernández Viveros

Rubén Bonifaz Nuño Nació

en Córdoba, Veracruz, 1923-2013. Se recibió de abogado y estudió letras en la UNAM. Dominó la construcción del verso y pudo dar a las formas tradicionales nuevos contornos melódicos. Su lenguaje es claro, elegante, justo. La inquietud, en su poesía, aparece apenas y se filtra sin llegar a opacar la luminosidad de sus imágenes. En su generación fue uno de los poetas más firmes. Sus primeros libros: La muerte de ángel (1945), Ofrecimiento romántico (1951), Poética (1951), Imágenes (1953). Fue director general de publicaciones, coordinador general de Humanidades y director Noviembre/Diciembre 2014

15

Cultura de VeracruZ


cuando su mensaje alcanza a ese otro yo del poeta, que es el oyente -a posteriori convertido en lector-, y con quien entabla un diálogo, el verdadero diálogo, cuando llega a comunicar entre sí lo más elevado del hombre: su espíritu. Y eso es lo que se propone nuestro programa: entregar al público que tiene predilección por este género literario, la voz viva de sus poetas, y a los poetas, el armonioso silencio de un auditorio atento con quien iniciar o proseguir directamente un singular diálogo acaso ya iniciado, gracias a algún libro, o a determinado poema. Ocasión, en fin, a que el poema cumpla su destino, el de servir de puente, de hilo conductor entre el que crea y el que recrea su mágica presencia. Es de esperar que este propósito sea recibido con interés, como lo merece todo esfuerzo de promover, impulsar y difundir los valores de México o en México. No es atrevido pensar que con ello, lograríamos, en parle, una de las metas imperiosas que persigue la patria: conocernos mejor para mejor amarnos. Al presentar al poeta Rubén Bonifaz Ñuño, es innecesario repetir que su juventud no ha sido obstáculo para situarlo como uno de los poetas más firmes de las nuevas generaciones. El dominio de las formas y la elegancia de su pensamiento poético, lo distinguen en esta hora en que muchas voces no encuentran su verdadero espacio”. El Instituto Nacional de Bellas Artes, a través de su Departamento de Literatura organizaba los Viernes Poéticos, a cargo de Fernando Sánchez Mayans, bajo la dirección de Andrés Henestrosa, entonces jefe de la mencionada dependencia. Por lo cual, se seleccionó su poema “De los demonios y los días”: “Siempre, ha sido mérito del poeta / comprender las cosas; sacar las cosas, / como por milagro, de la impura / corriente en que pasan confundidas, / y hacerlas insignes, irrebatibles / frente a la ceguera de los que miran. / Por ejemplo: todos nos sentimos mordidos / por algo, desgastados / por Cultura de VeracruZ

innumerables bocas sin fondo; / algo sin sentido que nos deshace. / Preguntamos. Nadie responde. / Pero hay alguien: saca la cara negra / sobre la corriente de su río / de renglones cortos, / respira y nos dice: “¿Qué es nuestra vida / más que un breve día?", y entonces, / tocados de golpe, comprendemos: / sabemos que somos heno, verduras / de las eras, agua para la muerte. / Y no sólo el tiempo: los poetas / nos han enseñado la amargura, / el placer, el gozo de estar libres, / y el viento y las noches y la esperanza. / ¿Qué hago, qué digo, qué estoy haciendo? Es preciso hablar, es necesario / decir lo que sé, desvergonzarme y abrir mis papeles chamuscados / en medio de tantas fiestas y gritos. / Y prestar mis ojos, imponerlos / detrás de las máscaras alegres / para que permitan y compadezcan, / y miren y quieran, y descubran / que estamos desnudos, que no tenemos.” Mario Calderón definió que el nombre de Rubén Bonifaz Nuño significa el “bienhechor al hijo”. En la antología El oro ensortijado, que apareció en 2009 se le definió como: “Autor de una vasta obra poética, en él se reúnen el peso colosal de la tradición occidental y el luminoso pasado de nuestra historia americana anterior a la conquista. Traductor de los grandes poetas latinos y griegos, ha dado a la lengua española versiones rítmicas de Virgilio, Ovidio y Catulo; de Arquíloco, Estesícoro y aun del propio Homero. Su poesía se debate entre la delicada formación clásica y el despechado rencor de la música popular mexicana. El Fondo de Cultura Económica ha reunido en dos grandes volúmenes De otro modo lo mismo y Versos, su poesía completa. El tema de su obra es el amor perdido. Al igual que Garcilaso de la Vega, es un caballero dispuesto a morir en la batalla, pero sin defensa posible ante el rigor de la Amada. Su escritura está construida a partir de un modelo estrófico personal, así como de un ritmo basado en la acentuación puntual de la quinta sílaba”. En la “revista Momento”, Número 51 octubre de 1949, que se editaba en Xalapa, se 16

Noviembre/Diciembre 2014


incluyó la colaboración de Rubén Bonifaz Nuño, quien en su juventud ganó el primer premio en un certamen literario con su “Canto a la Revolución Mexicana”, en cuyas líneas ofreció la estructura de un corrido inspirado en Ramón López Velarde. Entre aquellos versos destacan todavía hasta nuestros días: “La sangre de muchos hombres / entonces guardó la tierra; / los hijos de muchas madres / en su seno los encierra. / Los mexicanos cayeron / incendiados por su fe, / y como el tiempo ha pasado / ya sabemos porque fue. / Fue por la paz y el trabajo, / por la ley y la verdad, / por el sufragio efectivo, / la tierra y la libertad”. Cuando visitó Rubén Bonifaz Nuño, Xalapa en 1968, bromeaba sobre sus imaginarios orígenes relacionados con Jaime Nunó, quien le puso música al poema romántico de Francisco González Bocanegra, autor del himno que se estrenó en 15 de septiembre de 1854, y que fue premiado por Carpio, Pesado y José Bernardo Couto. Originario de la región de Córdoba, donde nacieron Jorge Cuesta y fue el poeta magistral que también entonaba: “Que labios te cierran los ojos/ Los ojos que a besos cerré/ Auroras que son puñaladas/ Las rejas no matan/ Pero si tu maldito querer…” canción que hizo famosa Javier Solís.

investigadores logran situarlos en tiempo y espacio; los analizan dentro de un contexto. Así mismo, se recurre a la lectura de documentos e informaciones históricas. Bajo la prospección arqueológica se realizan exploraciones de un territorio en busca de vestigios materiales. Se considera la definición de yacimiento arqueológico. Los cuales están bajo tierra, y permanecen escondidos. Por su parte, Michel Foucault definió el significado de “arqueología”, como su especificidad, de las “cosas dichas”. A través de su aparición y representatividad de las formas, su encadenamiento, las reglas de su transformación, y el descubrimiento de informaciones bibliográficas y arqueológicas. Rubén Bonifaz Nuño con sus aportaciones: Hombre y serpientes, Cosmogonía antigua mexicana, Imagen de Tláloc, publicados por la UNAM, llevó a cabo una reflexión trascendental sobre la iconografía de los orígenes del mundo mesoamericano, interpretó los mensajes y señales esculpidos en piezas arqueológicas, dibujados en códices y analizó las crónicas de los informantes indígenas que recogieron los misioneros como testimonios de la conquista, colonización e imposición de la religión católica. De esta manera, con bastante sencillez y claridad, Rubén Bonifaz Nuño definió la escritura: “con su evidencia elemental, con su lección comprensible hasta para los más ignorantes o prejuiciados, como la página de un libro destinado a enseñar a un niño el modo cómo las letras, al combinarse en sílabas y componer palabras, son suficientes para expresar con éstas la suma de lo asimilable por la conciencia”. Arthur C. Danto planteó que: “nos leemos unos a otros como libros, aprendemos unos de otros como una segunda lengua, justamente debido a este modelo comprendemos el pasado de los hombres”. La lectura de los ensayos de Rubén Bonifaz Nuño, se acompañan por la

La arqueología A finales del siglo XX, Rubén Bonifaz Nuño se propuso estudiar el campo de la arqueología, como la ciencia que analiza las sociedades antiguas a través de sus restos materiales. Desde esta perspectiva representa la interpretación de los objetos y construcciones, que lleva a conocer el papel de la cultura y también sobre los sistemas de vida de los pueblos antiguos. A través de los arqueólogos, se reconstruye la vida de algunas poblaciones antiguas, a partir de las manifestaciones materiales que han dejado su impronta. Los objetos permiten conocer aspectos del comportamiento humano del pasado, y los Noviembre/Diciembre 2014

17

Cultura de VeracruZ


condición de deducibilidad y por su carácter nomológico. Representan un diálogo donde se puede apreciar el objetivo de comprender el pensamiento de nuestros antepasados, y reactualizarlos para apropiarse de ellos en una forma de re-pensar el pasado; en forma de una recreación. En definitiva ponerse en lugar del otro. Esta explicación se traslada de la voluntad de mostrar la capacidad de rescatar los estados del conocimiento y la conciencia del pasado, lo cual identifica la comprensión del sentido y la empatía con la reconstrucción de la memoria histórica. En esta narrativa fundamenta la concepción científica que lleva a mostrar la voluntad de re-pensar el marco conceptual y epistemológico. Con el respaldo de las aportaciones de Rubén Bonifaz Nuño se abre la posibilidad de aproximarnos al lugar de los otros, los que construyeron las primeras tradiciones de una narrativa explicativa del pasado. El autor coloca al lector o espectador en el presente, situándolos a los hechos descritos de nuestro pasado. El acto de volver a contar la historia presenta la narrativa de alcanzar la transferencia de un sistema cognitivo que permita obtener un exacto modo de comprensión sobre el principio, medio y final. La secuencia de eventos deriva en la representación de ciertos aspectos en la narración que recrea la veracidad mediante la escritura. Hayden White1 definió que hay que distinguir: “The Value of Narrativity in the Representation of Reality”, “El valor de la narratividad en la representación de la realidad”. Dividió las fronteras entre los anales, las crónicas, y la historia propia. No obstante destacó la importancia de otorgarle dar sentido al cierre y final de las versiones históricas.

Se propone para la interpretación de las frases narrativas por sí solas, es necesario analizar el texto narrativo, y sobre la coyuntura de plantear una historia apropiada para el interés de cualquier tipo de lector. A través de la disposición de materiales arqueológicos y narrativos lograr el seguimiento y comprensión de las acciones, pensamientos y sentimientos que reflejan la materia prima de la historia narrada, que lleva a la aceptación de su mensaje. Los análisis tenían como objetivo la articulación de las partes de un texto narrativo, pero no en su conjunto. Louis Mink2 argumentó que las narrativas desembocan en sus totalidades, y requieren de la actitud en la perspectiva y naturaleza de los juicios de valor. El descubrimiento de datos, hechos, informaciones llevan el conocimiento a los lectores, quienes reelaboran la escritura con el poder de la lectura. Michel de Certeau3 vinculó el método científico con la creación literaria, donde la historia que representa el pasado corresponde al "rito de sepultura". En este proceso lo que pertenece al pasado ya está muerto, y el presente en cada instante desaparece como una metáfora de lo que estuvo vivo. Paul Ricoeur4 agregó y propuso que con la explicación se destacan los aspectos filosóficos del texto histórico. Lev Smiónovich Vigotski5 escribió que: “es de suma importancia resaltar el carácter de ultratumba, del más allá que tiene el dolor de Hamlet, pues todo él es dolor, como la tragedia entera es dolor.” Para este importante creador del paradigma socio-cultural, sus estudios se basaron en el lenguaje como una función

1

3

2

“Narrative form as a cognitive instrument”, The Writing of History: Literary Form and Historical Understanding, ed. Robert H. Canary y Henry Kozicki, Madison, Wis., 1978

The Content of the Form: Narrative Discourse and Historical Representation. USA: John Hopkins University Press. 1987 Cultura de VeracruZ

La debilidad de creer, Katz editores, Argentina, 2006 Historia y verdad, Ediciones encuentro, Madrid, 1990 5 Psicología del arte, Barral editores, Barcelona, 1972. 4

18

Noviembre/Diciembre 2014


comunicativa con el entorno social. Además de regular el comportamiento y reorganizar la transferencia del conocimiento a través de los afectos y emociones, se reconstruye la memoria. Distinguió la memoria natural y la memoria indirecta y con estas herramientas permitió incorporar la comprensión de las señales y signos en la lectura. Señalización significativa, función social, individual, comunicativa, intelectual y simbólica. A través del habla social, habla egocéntrica, y habla interior, el significado de la palabra constituye la unidad de pensamiento verbal que expresa un concepto constituyendo un acto intelectual. Es un fenómeno del lenguaje, donde las variaciones del significado de las palabras se refieren al contenido de la evolución de las diferentes formas del pensamiento. Vigotsky reconoce tres modalidades en el desarrollo del significado: Pensamiento sincrético: subjetivo, variable. Complejos: agrupación de un conjunto de objetos concretos vinculados entre ellos de forma real y concreta. Dentro de los temas sagrados, Reinhart Koselleck6 analizó el tiempo histórico desde el espacio de la experiencia y el horizonte de la expectativa. Desde tiempos inmemoriales la trasmisión de la historia fue a través del lenguaje como primera interpretación del mundo. Gracias a las traducciones de Ángel María Garibay Kintana7, hasta nuestros días llega la crónica oral de los orígenes de Mesoamérica: “Los dos grandes dioses. Tezcatlipoca y Quetzalcóatl, hicieron bajar del cielo a la Señora de la Tierra. Era un monstruo grandioso, lleno de ojos y bocas en todas sus coyunturas. En cada articulación de sus miembros tenía una boca y con sus bocas sinnúmero mordía, cual muerden las bestias. El mundo está lleno de agua, cuyo origen nadie sabe. Por el agua iba y venía el gran

monstruo de la Tierra. Cuando le vieron los dioses, uno a otro se dijeron. Es necesario dar a la Tierra su forma. Entonces se transformaron en dos enormes serpientes. La primera asió al gran Monstruo de la Tierra desde su mano derecha hasta su pie izquierdo, en tanto que la otra serpiente, en que el otro dios se había mudado, la trataba desde su mano izquierda hasta su pie derecho. Una vez que la han enlazado, la aprietan, la estrechan, la oprimen, con tal empuje y violencia, que al fin en dos partes se rompe. Suben a la parte inferior y de ella hacen el Cielo; bajan la parte superior y de ella forman la tierra. Los demás dioses veían y se llenaban de vergüenza, al pensar que ellos mismos nada semejante habían podido hacer.” . -

6

Futuro pasado, Paidós Ibérica, España, 1993, Épica náhuatl divulgación literaria, UNAM, México, 1978 7

Noviembre/Diciembre 2014

19

Cultura de VeracruZ


De esta herencia intelectual es trascendental la lectura de las investigaciones de Hans Georg Gadamer, quien relacionó a los mitos con las historias inventadas o halladas: “En cualquier caso, el mito es lo conocido, la noticia que se esparce sin que sea necesario no determinar su origen ni confirmarla”. Se trata de la vinculación “Entre el pensamiento que tiene a rendir cuentas y la leyenda transmitida sin discusión”. Las razones peculiares que caracterizan que “nombrar es como aludir a lo que se puede narrar8.” El nacimiento del mundo mesoamericano se acompañó de su cosmogonía: “Y luego criaron los cielos, allende del treceno, e hicieron el agua y en ella criaron un peje grande, que se dice Cipatli, que es como caimán, y de este peje hicieron la tierra, como se dirá. Y para criar al dios y a la diosa del agua se juntaron todos cuatro dioses e hicieron a Tlaltecutli, “este dios del agua también fue reconocido a través de las piezas arqueológicas, códices y primeros historiadores de la conquista, con el nombre de Tláloc. Después de las versiones de Justino Fernández y Octavio Paz sobre la Coatlicue, la diosa madre de nuestros antepasados, Rubén Bonifaz Nuño hizo sus estudios sobre Tláloc, donde destaca el pasado mesoamericano que hasta nuestros días permanece en sus cultos de adoración; dentro de los límites de las zonas sagradas en los pueblos indígenas de México. En los cimientos de la esencia profunda y vital del pensamiento de cada uno de nosotros, la memoria histórica permanece arraigada en las identidades que establecen las decodificaciones sobre la evolución de las imágenes sagradas. Además de la reconstrucción de las tradiciones basadas en el fundamento o punto de partida de nuestros pueblos originales y antiguos.

8

Mito y razón, Paidós, México, 1997

Cultura de VeracruZ

20

Noviembre/Diciembre 2014


Rubén Bonifaz Nuño

Primer premio en el certamen del P. R. I. EPÍGRAFE: "De la Revolución venimos". Miguel Alemán.

En el viento de América, incendiado por las antorchas lívidas del trópico, alzas tu vientre, México, y al cielo penetras con tus cúspides lucientes.

Canto a la Revolución Mexicana Noviembre/Diciembre 2014

21

Cultura de VeracruZ


siempre llevó Don Francisco muy tranquilo el corazón: como no fue traicionero nunca temió la traición.

Flor de altísimos hielos, sobrepujas el vuelo de las nubes y las águilas para bajar después, en ia constante muchedumbre sonora de tus ríos.

No moriste, Madero. Todavía el vuelo de tu voz libertadora nos hiere el corazón, con la sonora virtud violenta de la profecía.

En un manto de climas desiguales tus horizontes múltiples liberas, y te despliegas, Patria, en el sombrío esplendor de los bosques invariables, y en la aridez augusta del desierto, en la densa lujuria de la selva y el torrente de montes erizados, y en la callada paz de la llanura.

Haciendo vana la traición sombría, del río de tu sangre sembradora emergiste, bañado con !a aurora del alma eterna del eterno día.

En todo eres tú misma, hasta que llegas de la altura celeste de las cumbres, a sumergir los húmedos costados en la voz de la espuma de tus mares.

Cuando tu pueblo busca la alborada despiertas otra vez, con el humano dolor resplandeciendo en la mirada. Y en racimo de limpias claridades alza, con fuerza intemporal, tu mano el evangelio de las libertades.

Nuestra tierra mexicana padeció con gran dolor, humillada y oprimida en tiempos del Dictador.

Y se fue en el Ipiranga Porfirio Díaz a Francia, y como herencia dejó a su aristocracia rancia.

De aquel protector de ricos y de los pobres martirio general condecorado que se llamó Don Porfirio.

Y de aquella mala yerba, siempre en descomposición, nacieron los descontentos con Félix y Mondragón.

Pero hubo un hombre de bien, patriota hasta la raíz, que para salvar al pueblo formuló el Plan de San Luis.

Mas todo estaba tranquilo, todo estaba en libertad; los buenos se saludaban con fraternal amistad.

Era de familia rica y de buena posición, pero llevaba en el pecho el dolor de la Nación.

Sólo la traición podía abrir al dolor la puerta, y la traición ensució la cara del viejo Huerta.

Por eso quiso librarla de su tremenda desgracia, por eso le quiso dar la paz y la democracia. Cultura de VeracruZ

22

Noviembre/Diciembre 2014


Llegó este mal ciudadano al Palacio Nacional para mandar el valiente Ejército Federal.

Los que a Huerta no quisieron fueron todos gente buena; Carranza se alzó en Coahuila y en Sonora Maytorena.

Madero lo saludó, lo abrazó y le dio la mano. ¡Cómo pudo después de eso traicionarlo Victoriano!

De allá del Norte vinieron caudillos de maravilla, Obregón, Pablo González Y el general Pancho Villa.

No sólo fue la luz de tus caudillos lo que empujó tus pasos al futuro; no la lírica fuerza de su espada, ni su palabra justa, ni su sangre.

Y usando sombrero charro y espuelas de pura plata hizo la guerra en el Sur don Emiliano Zapata.

No Madre. Cada uno de tus héroes edificó su gloria entre las llamas de otros innumerables, ignorados, que eran en ti como raíces. Hombres y mujeres que el cielo descubrías severos y sencillos; lentos árcoles de fuego silencioso y de dulzura.

El usurpador temblaba en lugar de combatir: "£s el pueblo mexicano, no lo podré resistir": Todos los días bajas a la tierra, y con duras manos siembras el hondo sabor de tu simiente; y en el vasto secreto de la noche se siente que de la tierra subes en espigas maduras.

Mas ellos no te hicieron. No, tú fuiste quien levantó el ardiente poderío de esa gente; tú que encendiste a solas para sus ojos negros la pureza de tus entrañas fértiles; y al verte ellos vieron su sangre entre los surcos estrechos, oprimida por extrañas manos, y entonces todos comprendieron: te amaron, y supieron que eran libres, y fueron tierra de tu tierra, Madre.

Tuyas son las cosechas de hoy, y las futuras, porque nacen del centro de aquel fulgor ardiente al que, buscando el gozo de tu sencilla gente, fuiste a quemarte en grandes llamaradas oscuras. El hombre de la tierra sigue por tus caminos, cuida tus surcos claros, vive de tu existencia, y el silencio cobija de su sueño en tu sombra.

El día segundo de marzo de mil novecientos trece con el Plan de Guadalupe la libertad reaparece.

Emiliano Zapata, padre, los campesinos vientos llevas el íntimo canto de tu presencia, y en cada espiga fértil una oración te nombra.

Por ser el señor Carranza hombre de gran corazón, era su grito de guerra: "¡Viva la Constitución!"

Noviembre/Diciembre 2014

Pero cuando al fin llegó Carranza a la Presidencia la lucha no se acabó sino tuvo más violencia. 23

Cultura de VeracruZ


Los verdes campos la guerra barrió con fiebre mortal, se desbordaron los ríos con la sangre fraternal.

Seguras ya, las madres cristalizan su afán de ser, para tu amor, fecundas, y en ti sueña, cerrado, el dulce vientre de las doncellas, madres que no han sido.

Obregón y Pancho Villa que eran grandes generales, lucharon sin comprender que los dos eran iguales.

Porque recuerdan el rumor sangriento con que naciste de tu sueño. Patria, aman todos los hombres el camino que dejaron tus muertos inmortales.

Batallando se mataban a lo loco los hermanos, ¡cuántos patriotas murieron! ¡Cuántos buenos mexicanos!

Mientras la sangre corría entre milpas y magueyes, el Presidente Carranza comenzó a dictar sus leyes.

AI agrarista Zapata Carranza lo perseguía; los dos buscaban lo mismo, mas ninguno lo sabía.

Recordó Don Venustiano de qué manera tan fea murió la gente en Río Blanco y también en Cananea.

Se retorcían los vientos, y sobre la tierra fuerte montones de calaveras dejaban, al pasar, la muerte.

Recordó a los campesinos despojados de su tierra (Para quitarles e! hambre Zapata se echó a la guerra).

Y emerges, Patria, de tus manos puras y de tus voces libres. Anudaste en tus entrañas la simiente heroica que fue la sangre de tus hombres justos.

Y así fue como nacieron llenos de gran emoción los Artículos más justos de nuestra Constitución.

De los que hendiendo el alma de la pólvora —surtidor de relámpagos— soñaban que la tierra, más tuya, se tendía bajo el fecundo brillo del arado.

Viene el Cientoveintitrés y a los patrones somete, y liberta a los labriegos el número Veintisiete.

De aquellos que en la asfixia del incendio sumergían proféticas las manos, buscadoras del tierno pan futuro.

¡Bien haya lo bien nacido! ¡Bien haya el señor Carranza que para el hombre del pueblo hizo verdad la esperanza!

Todos viven amando la memoria de los que en ti murieron para todos: las fábricas trabajan, y los campos cantan la gravidez de la cosecha. Cultura de VeracruZ

Contra el usurpador la mano armada y el corazón junto a tu pueblo triste. Venustiano Carranza, 24

Noviembre/Diciembre 2014


¿quién resiste, quién resistió tu fuerza desatada?

y se abrazó con Madero. Todos lo sienten ya, lo saben todos, bajo los pies de todos se estremece una raíz de llamas y de sangre y de profunda savia enamorada.

En tu memoria está nuestra morada, y tu memoria en la .justicia existe; legislador del mundo: tú volviste fiel de balanza el filo de tu espada. Al campesino los fecundos vasos le diste de la tierra, y al obrero la libertad robusta de sus brazos.

En la raíz del árbol que nos cubre, árbol de paz con raíces de guerra que en el viento de América levantas sobre nosotros, México.

Es tu herencia la paz que legislaste. Hablaba Roma en tu ademán severo cuando nació la ley que nos dejaste.

Árbol que es libertad en nuestros brazos, camino claro en la esperanza nuestra, y dulzura en el pan de cada día.

La sangre de muchos hombres entonces guardó la tierra; los hijos de muchas madres en su seno los encierra. Los mexicanos cayeron incendiados por su fe, y como el tiempo ha pasado ya sabemos por qué fue. Fue por la paz y el trabajo, por la ley y la verdad, por el sufragio efectivo, la tierra y la libertad. Hoy los vemos en los campos levantar alta la frente, y en la luna y en el sol y en la estrella del Oriente. Voy a acabar el corrido, porque no digan que es chanza, con la muerte del señor Don Venustiano Carranza. Cuando en el cielo se vio, cuenta un ángel mensajero, hizo la paz con Zapata Noviembre/Diciembre 2014

25

Cultura de VeracruZ


Guillermo Landa

designio humanístico que formó su episteme. Nos conocimos en 1962 cuando acompañaba a su padre don Ricardo quien, como productor de café, asistía en su calidad de delegado regional de Córdoba a las sesiones de la Unión Nacional Agrícola de Cafeteros (UNAC), donde fungía yo, recién egresado de la facultad de Derecho de la UNAM, como asesor jurídico del Consejo Nacional y posteriormente como Gerente. La presencia de Miguel en el Distrito Federal durante esas reuniones periódicas de representantes de asociaciones locales y uniones regionales de productores de café de todo el país obedecía a la imposición paterna animada por la pretensión de que, abandonando sus estudios universitarios, reflexionara y se incorporara al negocio familiar de la explotación de la rubiacea, de la caña de azúcar en sus plantaciones de Peñuela, pueblo inmediato a Córdoba y el comercio; en tal coyuntura turbadora el hijo dócil tuvo que regresar a Córdoba, lo que le causó, según su propia confidencia; "una depresión que se agudizó por mi consecuente desvinculación del medio cultural capitalino, al que de cierta manera ya había estado asomándome gracias a Emilio Carballido. Todavía en abril de 1965 Miguel atestiguaría el denuedo con que su papá participaba en una de las comisiones dictaminadoras en la Asamblea General Extraordinaria efectuada para renovar el Comité Ejecutivo Nacional y el Consejo Nacional de la UNAC. Ni la presencia de las altas autoridades de la Secretaría de Agricultura y Ganadería y del IMECAFE, ni la vehemente sesión electoral de los asambleístas cafeteros, lograron entusiasmar al futuro interlocutor de Borges y de los Contemporáneos supérstites para mudarse en exitoso agricultor. Gracias a esa actitud de nuestro amado cordobés la cultura mexicana salió ganando. Así lo confirma la autoría de sus libros y ensayos que resultan imprescindibles no sólo para los estudiosos de gabinete, sino para el conocimiento de nuestros valores literarios

*

MIGUEL CAPISTRAN LAGUNES Un referente cultural de México

El amigo y preceptor de Alejandro Magno decía que "la amistad es una de las formas más hermosas del amor". Pues bien, comparezco ante ustedes para rendir homenaje a la hermosa amistad que, durante cincuenta años, compartí con Miguel Capistrán Lagunes quien hace un mes (25 de septiembre) dejó la costumbre de vivir descansando de sus fatigas y obsesiones placenteras de investigador y escritor. Por paradójico que parezca, nuestro primer encuentro no se dio en los claustros universitarios, no en los círculos académicos, ni en los cenáculos de intelectuales: estamentos que frecuentaría años después siguiendo el

*

Texto leído en el Teatro Pedro Díaz de Córdoba el 07 de octubre del 2012, durante un homenaje cultural que le rindió el H. Ayuntamiento de Córdoba, Ver., a nuestro fallecido Miguel Capistrán.

Cultura de VeracruZ

26

Noviembre/Diciembre 2014


nacionales necesarios para la formación de nuestra identidad. Al releerlo rendimos tributo a su erudición; cualidad la suya que no es la del erudito a la violeta que decía Leandro Fernández de Moratín a propósito del presumido y fastidioso hasta no más. Miguel Capistrán sabio en plenitud, prudente, juicioso, laborioso, hizo acopio de conocimientos excepcionalmente amplios y profundos, adquiridos en documentos o fuentes. Con su apasionada pesquisa para rescatar la obra de nuestros poetas solitarios, soledoso él mismo, nos hace padecer las soledades de Gorostiza, Villaurrutia, Cuesta, el propio Paz et alia. Aunque su obra no se detiene solamente en las letras patrias sino que trasciende otras lecturas universales. Corriendo el tiempo, mientras Miguel robustecía su personalidad de intelectual como escritor, editor, articulista, investigador, "hurón de hemeroteca" y académico enriqueciendo su vida y la nuestra con otras actividades de proyección social como promotor de la cultura y el arte veracruzanos, como gestor de museos y pinacotecas, etc., para mi vinieron los años de intinerancia diplomática por varias capitales de Europa y algunas de América Central y del Sur, sin que nuestro cordobés ilustre dejará de estar pendiente de mi oficio de poeta. Cuando en los años ochentas volví temporalmente a México para hacerme cargo de la Subdirección de Asuntos Culturales de la Secretaria de Relaciones Exteriores propició un encuentro con Rubén Bonifaz Ñuño, ese portentoso humanista universitario y Académico de la Lengua para presentarme como poeta huatusqueño, autor de un poema muy extenso más de mil doscientos versos- sin publicar, en el acto, Miguel le hizo entrega de mi manuscrito con una opinión elogiosa; juicio suficiente para que nuestro poeta cordobés me hiciera editar (1987) en las prensas de la UNAM. Gracias a Miguel Capistrán debo un reconocimiento que por mi trayectoria en Noviembre/Diciembre 2014

literatura me hiciera el Centro Cultural y Social Veracruzano en 2004. Todavía el año pasado (2011) le propuso a Stasia de la Garza, titular de la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes, mi participación junto con el poeta Sergio Mondragón, premio Xavier Villaurrutia 2010, en el ciclo "LA SEDUCCIÓN MEXICANA, AUTORES EXTRANJEROS EN EL PAÍS". Ernesto Cardenal. Jueves 22 de septiembre (2011) a las 18 horas en la Capilla Alfonsina (Benjamín Hill 122). El moderador de dicha mesa redonda fue el Dr. Miguel Capistrán. Termino esta remembranza con la Meditación XVII que en siglo XVII escribió el poeta metafísico inglés John Donne: "La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca preguntes por quién doblan las campanas: doblan por ti"

27

Cultura de VeracruZ


El autor fundamente su método con la necesidad que se tenía desde la antigüedad para adivinar el futuro, nos remonta a los griegos, con algunos acontecimientos que remarcaron la importancia que tiene el entorno y la naturaleza como proveedores de elementos para la adivinación del futuro: como la utilización del fuego -a través de la observación de los colores que éste producía-, del agua (llamada hidromancia), consultas al oráculo; sin dejar de mencionar al gran filósofo Aristóteles, quién hacía alusión a las líneas de las manos para adivinar parte del destino de los seres humanos, así mismo, los romanos consideraban la adivinación como una especie de comunicación con los dioses. No podemos olvidar la importancia que le dieron a la adivinación nuestras culturas prehispánicas ya que en los mexicas le daban un gran valor a este arte más que en Europa. Esto se fundamenta en las crónicas narradas por los frailes, según lo menciona el autor. En la época actual, podemos ver vigentes algunas prácticas relacionadas con la adivinación como la geomancia, la quiromancia, el I ching etc., así como otras que han surgido: ornitomancia, juegos de azar, la lectura de los asientos del café. Después de leer este texto apasionante, sorprendente y enigmático, queda en nosotros como lectores un deseo por acrecentar nuestra cultura que es la que te lleva y sensibiliza a mirar de otra manera la realidad, pues la interpretación que se dé del entorno dependerá de la cultura del interpretador, sabiendo que cada detalle que se encuentra a nuestro alrededor es el reflejo del personaje que somos en esta realidad. Método que nos ayuda a conocernos y reconocernos en un lugar, con un determinado conjunto de personas para saber llevar mejor nuestras emociones, introspecciones y por supuesto acciones para con los demás.

Claudia Cabrera Sánchez

Estudio de la realidad Poeta,

ensayista, crítico literario, narrador, profesor universitario y más para la Literatura: Mario calderón, en su libro “La estructura de la realidad derivada de la Literatura” nos expone y fundamenta su “método” de adivinación el cual consiste en la lectura del inconsciente, al decir que todo lo que te rodea simboliza algo ya sea de tu pasado, tu presente o futuro, a través de cuatro lenguajes: el denotativo, el simbólico, el pictográfico y el de proyección personal. Este conocimiento puede ser de gran utilidad como lo dice el autor, en nuestra relaciones interpersonales, negocios, y por supuesto para manejar nuestro destino y así intentar vivir de una manera mejor.

Cultura de VeracruZ

28

Noviembre/Diciembre 2014


El autor maneja el plano de la sincronicidad de los hechos de una manera precisa, demostrándonos que todos los acontecimientos que parecen “casualidades” son causales, dejándonos la incógnita de que tal vez el “gran creador” (llámese así según sean las creencias personales) de esta obra – nuestra realidad- ya lo tiene todo planeado en nuestra vida. Pero el autor propone la idea de conocer más sobre su método para que a través de él “un individuo puede planear su día e inclusive su vida entera, y al planearla, se auto programa y la crea”, por ejemplo si en una auto-lectura uno ve que en su futuro podría haber la muerte de algún familiar muy cercano esto ayudaría a sobrellevar el dolor que se espera ante la muerte de un ser querido, hijo, hermano, madre o padre etc. El escritor Mario Calderón, pone a disposición el uso de este método para cualquier persona, debido a que en palabras del autor: “el sujeto al observar se da cuenta de que existe un destino que lo enreda y lo sujeta, quien le impide realizar sus objetivos y éstos son inconcebibles porque maneja su voluntad sin tino, se halla impedido por un des(a)-tino…. Por lo que únicamente si nuestra voluntad toma con inteligencia las propias riendas olvida así la casualidad” En esta obra, como parte de su metodología, el autor hace alusión a un sin número de casos en alumnos en quiénes se aplicó este método, y comprueba su hipótesis acerca de que lo que vemos como desconocido, o sin importancia que conforma nuestra realidad ya es posible descifrarla, considerando que todo lo que nos rodea está en un determinado sitio a nuestro alrededor porque nos complementa, significa, configura, formando parte de nuestra historia.

Noviembre/Diciembre 2014

29

Cultura de VeracruZ


Carlos Roberto Morán Para Isabel. Un mandala,

de Antonio Tabucchi.* Una gran voz, recuperada

El diccionario define que mandala o mándala en el hinduismo y en el budismo es un dibujo complejo, generalmente circular (de nueve círculos concéntricos), que representa las fuerzas que regulan el universo y que sirve como apoyo de la meditación. Del siempre recordado Antonio Tabucchi se ha rescatado en forma póstuma Para Isabel, un mandala, libro que resulta ser en términos literarios un dibujo complejo y circular. Esto le ha servido al gran autor para volver sobre sus obsesiones y fantasmas, en este caso buscando *

Cultura de VeracruZ

30

Anagrama, Barcelona-Buenos Aires, 2014

Noviembre/Diciembre 2014


la figura huidiza de Isabel, personaje que “ha visitado” varias de sus creaciones. El libro fue rescatado el año pasado en Italia y ahora termina de aparecer en castellano, traducido por Carlos Gumpert, lo que es decir una garantía pues es quien ha vertido a nuestro idioma la mayor parte de la obra del escritor italiano. Para Isabel es libro póstumo, aunque no algo que quedó sin concluir. Al parecer, Tabucchi tenía la intención de revisarlo, pero murió antes de poder hacerlo. Pese al “pese”, estamos ante un Tabucchi genuino y el lector que conoce su obra no tiene que compararlo con los textos conocidos a partir de Sostiene Pereira sino con otros, anteriores y diferentes, tales como Nocturno hindú o Requiem, tanto por “atmósferas” e intenciones como por los personajes que en él aparecen.

“verdad” hay sobre ella, porque el relato es ambiguo, aunque la “presencia” del fantasma Tadeus es una constante. El que busca y quiere saber qué ha ocurrido con la mujer, se mueve por distintos escenarios que se inician en Lisboa, en la que el narrador asiste a una misa en la que se evoca a Isabel, y termina, en el noveno capítulo, en algún lugar de Italia (en el que el mandala se cierra, o cobra un cierto sentido). ¿Qué ha pasado con la mujer, quién es –en definitiva- Isabel? Tabucchi nunca lo aclara, aunque capítulo a capítulo va deshojando parte de lo que se ha escondido. Isabel, vinculada a sectores opositores a Salazar, al parecer ha simulado un suicidio para escapar de las garras dictatoriales y recibido ayuda de diversas personas para poder escapar.

Una sombra elusiva Isabel ha sido una sombra elusiva en esos libros, y en algunos relatos de El ángel negro (libro de 1991, que por tono y estilo hay que vincularlo con Nocturno hindú (1984) y, de manera especial, con Réquiem, también de 1991). En todos esos textos el personaje recibe noticias y quiere recuperar a Tadeus Slowacki, un amigo que ha muerto en circunstancias nunca esclarecidas. En la tan ponderada primera parte de su obra, Tabucchi solía narrar historias que se presentaban entrecortadas, como si fueran sueños, o como si no pudiera establecerse una clara división entre lo onírico y lo real. En Para Isabel, que fuera escrita a lo largo de 1996 y luego varias veces retomada, vuelve a ese estilo, en este caso buscando la figura huidiza de la mujer de ese nombre, de quien se dice que se suicidó para escapar del gobierno de Salazar, el dictador que agobió a Portugal entre 1933 y 1968 (el régimen dictatorial se extendió hasta 1974). El lector no termina de saber quién en realidad busca a Isabel, tampoco cuanto de Noviembre/Diciembre 2014

El objeto del deseo Capítulo a capítulo, los círculos van estrechándose, acercan cada vez más al “buscador” al objeto de su deseo (porque se trata, aparte de saber qué ocurrió con la mujer, intentar dar con ella, “llegar”de una manera tan íntima como definitiva). Lo imposible parece ser el sustrato de Para Isabel. Lo cierto, lo sólido, la respuesta, se ubican en forma permanente en un “más allá” del texto. Como le ocurría al narrador en los libros antes apuntados. La cuidada prosa, a veces bellísima, tantas veces marcada por la nostalgia, se reitera en 31

Cultura de VeracruZ


Para Isabel donde el narrador va pasando de un personaje a otro (Mónica, antigua amiga de Isabel; Bi, la anciana que la crió; un carcelero; un sacerdote; un poeta próximo a morir; el personaje Xavier, de importante gravitación en Nocturno hindú) tratando de llegar a ese centro vital que tanto se demora en hacerse presente. Y al que de cierto modo arriba al final del relato, aunque el “quizás” de la historia, omnipresente, persista. En determinados textos, Tabucchi ha logrado “continuar” la voz de su tan admirado Fernando Pessoa, a quien ha homenajeado en diversos textos y ha “buscado” en otros (especialmente en Réquiem). Y la palabra desasosiego, tan ligada al poeta portugués, resulta apropiada para su propia obra y para la novela rescatada. Obsesiones privadas, pesarosas añoranzas personales que el tiempo corroe pero no transforma, (…) fantasías incongruentes e inadecuación a lo real son los principales motores de este libro”, advierte Tabucchi en el prólogo. Es su mundo, quiere decirnos, al que ha vuelto. Y al que nos invita a recorrer otra vez, brindando así a sus lectores un inesperado y bienvenido regalo. “Estoy trabajando con polvillos de colores, contesté, un círculo amarillo, un círculo azul, como en una práctica tibetana, y mientras tanto el círculo se va estrechando hacia el centro, y yo intento llegar al centro. ¿Con qué objeto?, preguntó él. Yo también encendí un cigarrillo. Es muy sencillo, para llegar al conocimiento”. Antonio Tabucchi nació en Pisa, Italia, en 1943 y falleció en Lisboa en marzo de 2012. Conocido sobre todo por sus trabajos sobre el escritor portugués Fernando Pessoa, enseñó Lengua y Literatura Portuguesa en la Universidad italiana de Siena. En sus últimos años residió la mayor parte en la capital de Portugal. Como novelista, alcanzó el éxito con Sostiene Pereira (1994), que fue adaptada al cine, al igual que otra de sus obras, Réquiem (1992). Sostiene Pereira obtuvo los premios Campiello, Scanno y Cultura de VeracruZ

Jean Monnet. Por Nocturno hindú (1984) recibió en Francia el Médicis para novelas extranjeras y en España el de periodismo Francisco Cerecedo. Escritor comprometido, consiguió con su novela La cabeza perdida de Damasceno Monteiro (1997) la revisión del caso que aparecía en la obra, resolviendo el asesinato de un ciudadano portugués. Tabucchi también ha tocado el género epistolar, como lo demostró en Se está haciendo cada vez más tarde (2001). Colaboró con diversos medios, entre ellos El País y Corriere de la Sera. Obtuvo un doctorado honoris causa de la Universidad de Lieja. Otros títulos: Piazza d’Italia (1955); El juego del revés (1981); Dama de Porto Pim (1983); Pequeños equívocos sin importancia (1985); La línea del horizonte (1986); Las tentaciones de Jerónimo Bosco, Los volátiles del Beato Angélico (ambos de 1987); “Un baúl lleno de gente” (1990); El ángel negro (1991); Sueño de sueños (1992); Los tres últimos días de Fernando Pessoa (1994); La gastritis de Platón (1998); Autobiografías ajenas. Poéticas a posteriori (2003); Tristano muere (2004), La oca al paso (2006), El tiempo envejece de prisa (2009) y Viajes y otros viajes (2010). Mantuvo fuertes enfrentamientos con el gobierno de Silvio Berlusconi y sus posiciones políticas quedaron patentizadas en múltiples artículos periodísticos. Se lo consideró uno de los grandes narradores italianos del siglo XX y comienzos del presente. 

32

Noviembre/Diciembre 2014


cerebro, en el corazón, en las tripas, o por qué no en los insondables recovecos del alma, el material necesario como para abordar otra historia”. Es así que el escritor/protagonista comienza a contar las peripecias de su personaje Horacio, quien casi de inmediato se transforma en una suerte de alter ego, de manera que cuanto vive Marcelo y lo que debe soportar Horacio se parecen bastante, como también se parecen sus recuerdos, sus diversas peripecias. El “todo” transcurre en un orbe contaminado, por eso en Cielo lejano se habla de un exterior “manchado de gases y demás emanaciones letales”, un ambiente opresivo por definición y en el que protagonista y personaje vivirán diversas experiencias, o tendrán recuerdos de sus personales pasados que también se presentan ominosos.

Carlos Roberto Morán Cielo lejano, de

Carlos María Gómez Lo que no está.

En el comienzo de Cielo lejano, la más reciente novela del argentino Carlos María Gómez, el protagonista Marcelo piensa en las palabras dichas por un amigo, quien le sugirió que quizás hubiera llegado el momento de hacer un mutis definitivo en su obra literaria. Sin embargo, Marcelo no lo ve así porque cree que puede seguir, aún, “apostando de alguna manera a encontrar más que en su Noviembre/Diciembre 2014

Por zonas marginales “Hay una cierta predilección –advierte María Sarmiento en el prólogo del libro- por lugares 33

Cultura de VeracruZ


alejados y misteriosos, barrios marginales, bares de mala muerte, donde recalan los que están fuera del orden”. Marcelo y Horacio lo están, sin duda, porque embisten, coluden con el sistema. Son seres profundamente insatisfechos. Con las licencias del caso, bien podría decirse que son melancólicos y que tienen nostalgias, pero sobre todo de aquello que, al decir de Sabina, es lo peor, vale decir “añorar lo que nunca jamás sucedió”. El segundo y concurrente “juego” que propone Gómez al lector, es el de sumergirlo en nuevas relecturas de sus propios textos, ajenos a los relatos centrales, una suerte de persistentes cajas chinas o de puertas que se abren en forma constante llevando al lector a otras latitudes. Sarmiento destaca entonces “la importancia” que tiene lo fragmentario en este libro y que le permite al autor “desarrollar el concepto de laberinto, en el que de una historia nace otra”. Desde siempre, Gómez ha expresado, en declaraciones y obra, su asombro ante lo incomprensible de la aventura humana, de ahí que reiteradamente se haya referido a Franz Kafka como el “gran cronista” del acontecimiento contemporáneo. Pero, en relación a los propósitos conscientes que lo

Cultura de VeracruZ

llevaron a escribir Cielo lejano, el autor de Los chacales del arroyo, admite, en la entrevista que agrego al final de esta nota que, sin habérselo propuesto, ha terminado haciendo “un viaje” hacia su propio pasado, abordando aspectos casi olvidados de su vida y de su propia literatura. Seres estrafalarios se encuentran con los personajes centrales de la novela que, como bien dice la prologuista, deambulan por esos “arrabales últimos” que tanto le importan a Gómez. En la novela emergen sitios abandonados que recuerdan a El astillero de Juan Carlos Onetti, un patético parque de diversiones, la dictadura, amores imposibles y los recuerdos que remiten a tiempos de opresión, especialmente los vividos cuando se recuerdan las humillaciones soportadas durante el (felizmente hoy desaparecido) servicio militar. Los textos independientes En el decurso de la novela, van incorporándose textos independientes que Gómez justifica debido a que también en la ficción tiene papel preponderante la literatura. Y no por casualidad, en la apertura del libro se dedican varias páginas a la poesía y a la personalidad del malogrado poeta Juan Manuel Inchauspe: “Alto / demasiado alto / estaba esta mañana el cielo de las palabras”. Allí, en esos versos imperecederos de su contemporáneo y amigo, puede estar la clave del título de la novela. Es decir, el cielo de las palabras, como el cielo de los hechos, como el cielo de los amores correspondidos, no se encuentran a mano del protagonista (que, se puede inferir, no es otro que el propio Gómez, “escondido” en sus distintos personajes). El “momento” de la novela es nocivo, casi irrespirable con sus emanaciones letales y persistentes. Queda entonces, se infiere, la “salvación” a través de y en la literatura. De ahí la obsesión de Marcelo de seguir escribiendo, “con el corazón, las tripas o los insondables recovecos del alma” y 34

Noviembre/Diciembre 2014


que la historia se vea reiteradamente jalonada con textos que aportan distintos personajes, aparte del protagonista. El cielo estará lejano pero la literatura, la poesía, la creación, están acá. Son un motivo. Quizás “el” motivo para vivir.

sea nada más que eso, más allá de si el lector pisa o no tierra firme, ya que desde mi óptica los planos y las historias, que obviamente se interconectan, lo hacen como consecuencia del mismo discurrir de la vida y las necesidades literarias. En cuanto a la idea de laberinto interpreto esa figura como algo que le pertenece a Borges y a Kafka. -La segunda originalidad de su novela tiene que ver con la incorporación de textos suyos, anteriores, como si quisiera dar un repaso a gran parte de lo que lleva escrito. O quizás a demostrar que en definitiva usted viene escribiendo una sola historia, precisamente la del laberinto, aquello que no tiene salida, de ahí lo del Cielo lejano. ¿Cómo lo ve usted? También: ¿Qué lo llevó a concebir así su trabajo? -No estoy demasiado seguro de que resulte original incorporar textos propios anteriores, aunque desde luego reconozco que existe una especie de repaso de mi literatura y que en definitiva puede llegar a tratarse de una sola historia que vengo escribiendo desde siempre y que ahora comienzo a advertir. Hubo incluso quien deslizó la idea de que se trataba de una novela de despedida, en la medida de que trataba de desentenderme de todo lo anterior. -En su obra, ha demostrado preocupación por distintos hechos acontecidos en la región que de una u otra manera ingresaron a sus ficciones, pero desde hace un tiempo parece haber cambiado de perspectiva. ¿Es premeditado? ¿Ha buscado por ese camino encontrar nuevas formas expresivas? -Con excepción de los relatos que integran Caja Negra y la reciente novela Los fantasmas de Ripley, (un específico homenaje a Patricia Highsmith al intentar una nueva aventura de su famoso personaje), entiendo que hasta la actualidad no he abandonado una temática comprometida con la realidad, que pienso alcanzó su mayor expresión en Alrededor de la plaza, sin olvidar la denuncia de Los chacales del arroyo y, más contemporáneamente, la novela

Diálogo con el autor -En su última novela, la sensación que tiene el lector (al menos ha sido mi sensación) es la de nunca pisar tierra firme. Marcelo escribe una novela que tiene como protagonista a Horacio, pero rápidamente los planos se confunden, las historias se interconectan y al mismo tiempo “abren” infinitas puertas. La idea es entonces la del laberinto. ¿Qué opina usted sobre esa conclusión o ese dibujo? ¿Lo ve así o tiene otra idea de lo que significa Cielo lejano? -En la presentación de Cielo lejano no se me ocurrió otra cosa que expresar que la novela era, sin habérmelo propuesto, un viaje hacia el pasado, una inmersión en aspectos casi olvidados de mi vida y mi literatura. Y quizás no

Noviembre/Diciembre 2014

35

Cultura de VeracruZ


Regreso al sur, donde se investiga la desaparición en nuestra ciudad del soldado Suárez. Incluso en Cielo lejano se narra una oscura relación personal con un genocida, posteriormente condenado por sus crímenes y asimismo lo que significó mi crítica concurrencia al Juzgado Federal como testigo en la reapertura del expediente por el secuestro y asesinato de Marta Zamaro y Nilsa Urquía. -¿Ha tomado como referencia a otros autores que hayan realizado, en sus propias obras, algo similar? Recuerdo, como caso, Viajes por el Scriptorium”, libro en el que Paul Auster también repasaba su obra. -No creo haber tomado como referencia a ningún otro autor. Lo que sí debo reconocer es como se ha ido incrementando, en cada uno de los libros, la incorporación de textos ajenos a mi obra y que actúan a manera de información o simplemente como acompañamiento. -¿Qué le ha significado, como creador, recorrer caminos que ya transitó, recuperar ntiguos textos? ¿Los mantuvo igual, los modificó? -No me ha significado más que un reencuentro, sorpresivo en algunos casos, volver a encontrarme con textos que creía olvidados pero que de ninguna manera puedo considerar que han actuado a la manera de removedores en mi conciencia. Y puedo asegurar que no ha habido catarsis alguna. Carlos María Gómez nació en Santa Fe, Argentina, en 1938.Escritor, productor, guionista y realizador de cine y video. Ha publicado las novelas El desarrollo (1963), Veneno de cachiporra (1979), El enmascarado solitario cabalga hacia la muerte (1983), En el laberinto de espejos (1985), Los chacales del arroyo (1993), Gerente de dos ciudades (1995), Alrededor de la plaza (1998), Highsmith (2005), Regreso al sur (2009) y Los fantasmas de Ripley (2013), así como los libros de relatos Solamente con mirar (1965), Cuentos negros (1992) y Caja negra (2009) Ha participado en antologías, recibió Cultura de VeracruZ

diversos premios y en 2009 fue declarado escritor destacado de la provincia por la Cámara de Diputados de Santa Fe. Es cofundador de Grupo de Cine de Santa Fe, entidad que ha desarrollado una amplia tarea en el campo de la cinematografía. Diego Soffici dirigió en 2003 el largo Gerente en dos ciudades, basado en su novela.

36

Noviembre/Diciembre 2014


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.