Revista 101 Cultura de Veracruz

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Director

Raúl Hernández Viveros

Consejo Editorial

Subdirector Alberto Hernández Vásquez Administrador Mario Hernández Vázquez

Edgar Aguilar, Marco Tulio Aguilera Garramuño, Marco Antonio Acosta, Mario Calderón, Celina Márquez, Mauro Mamani-Macedo, Omar Piña, Silvia Tomasa Rivera, Vicente Francisco Torres, Juan Ventura Sandoval. Ejemplar: $50.00, suscripción: 500 pesos. En el extranjero Dls. 30 Portada: Carlos Vázquez Ruiz

REVISTA Cultura de VeracruZ, Año XXI, No. 101, Enero / Febrero 2017, es una publicación bimestral. www.nuevaepoca.blogspot.com / culturadeveracruz@yahoo.com.mx Editor responsable: Alberto Hernández Vásquez. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo 04-2010081613030000-102, ISSN, en trámite. Licitud de Título: (en trámite). Número de Licitud de Contenido (en trámite). Impresa por Ediciones Cultura de VeracruZ, Altamirano No. 35, Col. Centro, C.P. 91000, Xalapa, Ver. Este número se terminó de imprimir el 26 de febrero de 2017, con un tiraje de 1000 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización del Instituto Nacional del Derecho de Autor.

Enero /Febrero de 2017

€ 2 ÁLVARO BRIZUELA ABSALÓN Félix Báez-Jorge: El caminar del Antropólogo

10 EDGAR AGUILAR Microrrelatos 13 EDMUNDO LOPEZ BONILLA Las historias olvidadas 19 RODRIGO VELÁZQUEZ SOLÓRZANO Aproximación a Efraín Bartolomé 22 CARLOS ROBERTO MORÁN Novelas: David Foster Wallace 28 RAÚL HERNÁNDEZ VIVEROS Instituto de Antropología 32 JESÚS MORENO FRIAS Roberto Williams García

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pausado y conocedor de su cultura popoluca zoqueana. Este encuentro lo relaté en una carta que le escribí a Félix el dos de junio de 2014, de ella, voy a leer un fragmento, dice así: Félix, cuánto nos abrazan los caminos cuando vamos al encuentro con el otro, que somos nosotros. Somos el espejo del otro cuando conversamos, cuando se escriben sus relatos. Nos volvemos atemporales cuando en la entrevista, el entrevistado trae ese pasado al presente. En ese momento atemporal, se recrean imágenes de otro tiempo, es el momento cuando el otro relata esos paisajes reconfiguradores, el antropólogo, con asombro, va a transcribirlo como algo nuevo. Aún recuerdo la primera vez que estuve en San Pedro Soteapan, fue en junio de1970. Unos días antes, estaba en Oluta haciendo una entrevista, y les decía a los señores de la casa, de aquí, me voy a Soteapan, ellos exclamaron: ¡no muchacho!, no es bueno que vayas para allá, aquí te quedas con nosotros, y podemos conversar de lo que quieras. Les respondí que no podía hacer eso, que yo tenía que ir, porque así lo había programado. Es que dicen que allá se comen a la gente, son malos. Hubo más advertencias que llamaron mi atención, y alentaron mi curiosidad. En un restaurante en la carretera (de Acayucan a Coatzacoalcos), le decía a un señor, mañana voy a estar allá arriba, en Soteapan, y él me dijo que no fuera. Con esas advertencias, fue mayor mi interés, y me dije, pues ahora, voy. Y sí, cuando llegué, sentía un ambiente un tanto tenso, de miradas de desconfianza, llegué al Ayuntamiento, me presenté, y me dijo uno de los señores , pon tus cosas ahí, mochila, grabadora, y demás útiles, los dejé sobre costales llenos de frijol, entonces me dijeron, vete a casa del Mayordomo, ahí te van a dar

Álvaro Brizuela Absalón

FÉLIX BÁEZ-JORGE1 EL CAMINAR DEL ANTROPÓLOGO Para el Tigre Mayor: Félix Báez-Jorge

En el andar del antropólogo, en el cruce de caminos, volvemos la mirada a ese encuentro con el otro, sí, con el nombrado informante del antropólogo, que, en mi caso, lo considero como un colaborador del proyecto de investigación, y fue en ese andar, que me encontré con un personaje entrevistado por Félix Báez-Jorge en San Pedro Soteapan, Veracruz, me refiero a Don Mauricio Sagredo, un hombre de hablar

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Ponencia, XI Congreso de la Red Centroamericana de Antropología. Escuela de Antropología de la Universidad de Costa Rica. San José Costa Rica. Febrero 28 de 2017. Cultura de VeracruZ

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Xalapa, porque en ese tiempo yo tenía mi centro de trabajo en la ciudad de México, en la Sección de Etnografía del Museo Nacional de Antropología, con el Profesor Fernando Cámara Barbachano. Esto ocurrió el domingo 28 de junio de 19702. Y, ¿quién es Félix Báez-Jorge? Un veracruzano que nació el mes de mayo de 1945, en la ciudad de Xalapa, parte de su niñez la vivió en el puerto de Veracruz, donde empezó a estudiar ingeniería en el Tecnológico, el ambiente rígido de una institución militarizada y asfixiante, lo hizo que abandonara sus estudios. Recuerda, que la parte amable en el Tecnológico, la compartió con el profesor de literatura, el doctor Gordillo, y que una de las lecturas que les recomendó, fue la Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo, esta obra le encantó, se enfrascó en su lectura, tanto, relata Félix, que quiso ser arqueólogo 3. Al salir del puerto de Veracruz, regresó a Xalapa, donde, para vivir, tuvo que trabajar de fotógrafo ambulante y acomodador de carros. En 1962, que vivía en la casa de su tío Enrique, realizó estudios de bachillerato, relata Félix que su tío Enrique, fue un maestro de vida4. Después, ingresó a la Universidad Veracruzana, donde estudiaba arqueología, uno de sus profesores, que impartía una cátedra

de comer, y sí, llegué a la casa, afuera mesas y bancas, saludé, me presenté, y me dieron de comer del guiso de res que se ofrecía. Después de leer acerca de lo que aconteció en la región de Soetapan en tiempos del Gobernador Juan de la Luz Enríquez (1888), los reclamos sociales no atendidos, y que ellos se hicieron justicia por su propia mano, protesta que culminó con represión, homicidio y cárcel por las fuerzas públicas del gobierno del estado; entonces comprendí el porqué de esa expresión de desconfianza, que las miradas para el extraño que en ese momento era yo, las sentía como hostiles. Después, ya fue otra sensación, con Don Juan, un lugareño que conocía a mi padre Rafael Brizuela Pereyra, esto por sus viajes en peregrinación a pie y a caballo con rumbo a Catemaco para la celebración de la Semana Santa, tiempo de alegría, y la Semana Santa, tiempo de luto. En mi encuentro en Soteapan con Don Mauricio Sagredo, mi presencia y mi oficio, le recordaron a otro antropólogo, y me preguntó: ¿conoces a Félix Báez? Sí, le respondí. Él quedó en venir, en regresar, en traerme el libro, no sabemos de él. No recuerdo si le dije que Félix estaba en Enero /Febrero de 2017

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Carta a Félix Báez-Jorge, manuscrita y con dibujos a colores. Lunes 9 de junio de 2014; 17:19:00: horas. 3

Entrevista con el Dr. Félix Báez-Jorge. Miércoles 17 de marzo, 2010, Café Latino, Calle Zamora, Xalapa, Ver. Entrevistador: Álvaro Brizuela Absalón. 4

Pablo King Álvarez. Honor reprehensionis (Aproximaciones a la obra de Félix Báez-Jorge. Tesis para obtener el grado de Maestro en Estudios Latinoamericanos. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales / Facultad de Filosofía y Letras. UNAM, México, D. F., septiembre 2009)

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En su paso por la Escuela de Antropología, recuerda con gratitud a los profesores que entonces influyeron en su formación: la Dra. Waltraud Hangert, los maestros Arturo Monzón, Alfonso Gorbea y Carlo Antonio Castro Guevara. En sus reflexiones escritas en el centenario de Claude Lévi-Strauss, bajo el título: “Claude Lévi-Strauss más allá del “Nuevo festín de Esopo” (itinerario antropológico)6, Félix Baéz-Jorge, rememora sobre su itinerario académico, en él, analiza su vida operante, sus modalidades y contextos. ¿Qué lo llevó a acercarse al pensamiento de Lévi-Strauss?, esto ocurrió en 1966, leyendo el ensayo de las estructuras sociales, cuando cursaba un seminario de teoría sociológica con el Maestro Alfonso Gorbea, el texto en cuestión era: Teoría Sociológica de Georges Gurvitch, apunta Félix: Gurvitch fue uno de los críticos más estentóreos y superficiales dirigido al estructuralismo lévi-straussiano. Para Félix Báez, este primer contacto con el pensamiento lévi-straussiano, sería determinante en su “derrotero antropológico”. Durante los meses de diciembre de 1965, y enero de 1966, realiza su primera temporada de trabajo de campo entre los Zoque-popoluca de la región de Soteapan, Veracruz, práctica de campo, dirigida por la Dra. Hangert. En este impase de su formación académica, relata Félix, que hubo una “circunstancia realmente excepcional que contribuyó a facilitar” los acercamientos primarios al pensamiento lévi-straussiano, las traducciones de: El pensamiento salvaje (1964), y El totemismo en la actualidad (1965), que fueron realizadas por Francisco

extraordinaria, fue el arqueólogo José García Payón. Recuerda Félix, que el ambiente social y político que se vivía en el país, eran los años de la guerra fría, la Revolución Cubana, la efervescencia estudiantil, son aquellos sucesos los que le marcan y da un viraje, que se cambia a la carrera de Antropología Social. El viraje a que se refiere Félix, también fue propiciado por sus relaciones académicas y políticas con un grupo de profesores, activistas, así como con funcionarios relacionados a la burocracia estatal y federal. Entre estos personajes, destacan Ricardo Valero y Enrique Olivares Santana, el primero, que fue subdirector de asuntos culturales en la Secretaría de Relaciones Exteriores, lo apoyó para que se incorporará al servicio diplomático, que primero lo llevó a Bolivia (1984-1985), y después a Cuba (1986-1989) 5.

Félix Báez-Jorge. Lévi-Strauss más allá del “Nuevo festín de Esopo” (itinerario antropológico). CONTRAPUNTO, vol. 3, año 3, septiembre-diciembre 2008. Editora del Gobierno del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave. 6

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Entrevistada Félix Báez-Jorge (miércoles 17 de marzo 2010), y Pablo King Álvarez (2009) Cultura de VeracruZ

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González Aramburu, maestro con quien Félix cursaba un seminario de traducción de francés, profesor, que en reuniones extraula convocadas en su hogar, se trataban “cuestiones relativas a los puntos de contacto entre el marxismo y el estructuralismo”. Estos encuentros en círculos de estudio sobre temas teórico-metodológicos, le van a marcar futuros estudios, conocimiento, que pone en práctica en su visita a la región de Soteapan7 los años de 1970 y 1971, cuando dirige la práctica de campo a catorce estudiantes de la carrera de antropología social de la Facultad de

Antropología, los estudiantes fueron un valioso auxilio, donde se registraron los datos en 4,000 fichas. Su meta era lograr un registro lo más completo posible de la cultura zoque-popoluca. El año de 1970, Félix Báez-Jorge., se titula en la Facultad de Antropología como Antropólogo Social con la tesis: “Los Zoquepopoluca. Estructura Social”. Su propuesta, estudiar los órdenes estructurales de la sociedad zoque-popoluca asentada en el municipio de Soteapan, Veracruz. La tesis, fue publicada por el INI en 8 1972 , para entonces, por su enfoque, que como escribe Pablo King, “muestra la relación dialéctica teoría-práctica”, marca un hito entre los estudios de estructura social a nivel regional y nacional. Es un estudio que integra la estructura social a través de la etnohistoria, la economía, la organización comunal, el parentesco y la religión. En su primer capítulo, lo dedica al marco teórico referencial, en el que hace una discusión del concepto de estructura social, que le permitió formular “hipótesis operacionales en torno a la constitución estructural de la sociedad” estudiada. En lo personal considero que su estudio de los zoquepopoluca, es la llave con que Félix abrió esa portada por la que entró al oficio como un iluminado que a lo largo de su andar, veremos reflejado en su prolífica obra acerca del pensamiento religioso y simbólico en Mesoamérica y la religiosidad popular en culturas del tiempo presente. El estudio de los zoque-popoluca, guarda vigencia por el enfoque del orden estructural que le permitió conocer el funcionamiento de su estructura total. Hay una identidad que guardo con uno de los capítulos, es el de orden diacrónico, donde

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En la Sierra de Soteapan, en la región de Pajapan, y en Los Tuxtlas, los relatos refieren a una entidad sobrenatural, conocida como “El gran salvaje” (Hasler, Juan A. 2003: 259-263), y: “ikín:n gimiktigo ho:n chilobomeh” (“Así de esta manera fueron a matar a esos chilobos”), (García de León, Antonio, 1969: 101-102). El primero, refiere a un ente alto, peludo “con los talones al revés” (Hasler: 259). Cuentan, que a ocho hombres que fueron a la playa a buscar cangrejos, él los capturó, los entapisó, y los llevó al hueco del árbol donde vivía, ahí se los comió. El segundo relato, cuenta “como diezmaron a los Chilobos”, seres gigantescos, peludos, con los pies para atrás. Cabello largo ensortijado, y colmillos largos, “sus mujeres viven en las cuevas y tienen especial predilección por la carne humana” García de Léon, 1969: 89). Este chilobos, cuentan que cincuenta hombres fueron buscar miel, “lejos en la montaña”, iban armados con sus carabinas, en un lugar hicieron campamento, un niño se quedó cuidando, y a las doce del día se le apareció “una gran vieja-chilobo, muy peluda”, le dijo al niño que se fuera de ese monte, si no, se iba a comer a los hombres. Llegaron muchos chilobos, se llevaron a los hombre a la cueva, y se los comieron “(García de León, 1969: 101-102). Estos relatos, fueron tomados como reales, y por ello decían, que en Soteapan se comía a la gente. Fue así, que a mi, también me decían que no fuese a Soteapan.

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Los Zoque-Popolucas. Estructura Social. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes-Instituto Nacional Indigenista. Presencias. México. 2da. Edición. 1990.

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se trata de la toponimia, los movimientos migratorios, el habla y su filiación étnica, etc., esto, por la vecindad de mi pueblo natal, Catemaco, y las relaciones sociales desde tiempos tempranos, donde se vincula con lo olmeca, lo nahua, y el zoquepopoluca. En el tiempo presente se manifiesta con las peregrinaciones que llegan de la región serrana de Soteapan, Pajapan y Tatahuicapan a Catemaco, para venerar a la Virgen del Carmen. Félix Báez se desempeñó como docente en la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana, desde 1969 a 1974. Es en 1973, que apoyado por don Gonzalo Aguirre Beltrán, asume la dirección de la Facultad, cargo que desempeñó hasta 1975. La llegada de Félix a la dirección de la escuela, fue de cambios, lo primero que hizo fue modificar el plan de estudios, que era el que se ejercía desde su fundación, en 1957, este nuevo plan, se discutió en una ponencia en la Sociedad Mexicana de Antropología; entonces había mucha apertura de pensar hacia fuera de la Escuela, ingresaron más alumnos extranjeros, hubo un momento en que había de cuatro o cinco nacionalidades. La Escuela pasa a ser Facultad en 1970, y en 1973, se celebró el congreso de la Sociedad Mexicana de Antropología. Durante su paso por la docencia en la escuela de antropología, había una “ligera serie de limitantes didácticas, que era un modelo de la época de estudiantes en la Preparatoria, en la propia Universidad educadora, una enseñanza lineal, discursiva fundamentalmente”9, aunque, con ello, se propiciaba el autodidactismo, y para Félix, lo que más le preocupaba, era crear esa vocación autodidacta entre los estudiantes, construir sus propios conocimientos. Supongo, que fue ante esa realidad escolar, que propuso el cambio del plan de estudios.

En ese tiempo, don Gonzalo era Subsecretario de Educación Pública, y después ocupó la dirección del Instituto Nacional Indigenista. Su relación con don Gonzalo, lo lleva a colaborar en el INI, así vemos, en el curriculum vitae de Félix Báez, que durante los años de 1973 a 1974, fue subdirector del INI, y de 1975-1976, fue Director del Centro INI Zoque, y a partir de 1976 a 1983, regresa a las oficinas centrales del INI en la ciudad de México, a ocupar diferentes cargos, y como se mencionó antes, entre 1984 y 1989, fue Agregado Cultural en la embajadas de Bolivia y Cuba. Félix Báez-Jorge., llega a La Habana en 1986, y establece una cordial relación con el embajador de México en Cuba, Enrique Olivares Santana, quién lo relaciona con la “clase política y cultural cubana”. Reconoce que su estancia “en Cuba impactó de forma profunda” su “formación científica y sus horizontes culturales”,10 su estancia en Cuba concluye el mes de mayo de 1989. La obra escrita y su participación en congresos es amplia, (los interesados pueden consultar su curriculum vitae en la página de la Universidad Veracruzana). Sólo de libros publicados ente los años de 1973 a 2013, suman 16 títulos, en ese andar por tierras y por mares, nos relata acerca de sus encuentros con los descendientes de los mesoamericanos, como es su primer libro dedicado a los zoque-popoluca, o el de Los oficios de las Diosas, que es la obra con la que abre los estudios de la religiosidad popular, dedicado “a las diosas que habitan las cosmovisiones de los pueblos indios de México”11. Obra que lo lleva al estudio de

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Pablo King Álvarez (septiembre 2009) Félix Báez-Jorge, Los oficios de las diosas (Dialéctica de la religiosidad popular en los grupos indios de México. Ciencia, Universidad Veracruzana. Xalapa, 1988, México. 11

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Entrevista a Félix Báez.Jorge (17 marzo de 2010)

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parte última de mi carrera de los noventa hacia acá”13. Aunque el entrevistado, responde cómo fue su acercamiento al mundo de las sirenas, yo imagino, que a diferencia de aquel joven griego que no se dejó someter al canto de las sirenas, Félix, fue seducido por muchas de ellas en su andar por tierras y por mares. Él, bien lo dice cuando escribe sus reflexiones acerca del tema tratado en Las voces del agua. El simbolismo de las Sirenas y las mitologías americanas, tiempo en que ya había tenido experiencias en su paso como agregado cultural en Bolivia y Cuba, países donde encontramos la respuesta a lo que llevó a Félix estudiar a las Sirenas. Él apunta: “Tal vez fueron las Sirenas escultóricas que tocan la vihuela en el retablo de la Virgen en el Santuario de Copacabana las que, inicialmente, me motivaron a escribirlo. Entre 1984 y 1985, conocí la fabulosa familia de las Sirenas andinas en la arquitectura, la pintura mural, la técnica escultórica, las fuentes, presbiterios, portadas, torres y sacristías de las catedrales, iglesias y capillas del sur de Perú y Bolivia”. El tema de las sirenas, relata el autor, “se vinculó marginalmente al amplio proyecto de investigación sobre las deidades femeninas mesoamericanas y la religiosidad popular que desarrollaba en esos tiempos”14.

seres con el cuerpo mitad pez y mitad mujer, las Sirenas, libro que se publicó bajo el título: Las Voces del agua. Otra publicación, es un estudio diagnóstico, que trata del desastre ambiental y social provocado por la erupción del volcán Chichonal en Chiapas, que editó el INI bajo el título: Cuando ardió el cielo, y se quemó la tierra12. En relación a sus escritos, al antropólogo como escritor, le pregunté a Félix, cómo fue su acercamiento a las letras, ¿podemos establecer un puente con el ámbito artístico? Su respuesta: “Sí, esa temática no es ajena a mi trabajo, hay por ahí un estudio mío que se publicó en la UNAM bajo el título: Encuentros y desencuentros en las artes, yo creo que la literatura y el arte me han ayudado muchísimo en mi trabajo antropológico, porque me han hecho puentes de conocimiento. Es un conocimiento que debemos de tener todos los antropólogos, el arte, la literatura, yo crecí en este aspecto en mis trabajos como consejero cultural, tuve mucho tiempo de ver y acercarme a este ámbito de la cultura, es importantísimo, y de un tiempo para acá, en todas mis obras hay alguna reflexión sobre el pensamiento artístico, y alguna reflexión sobre la literatura, ha sido fundamental en la

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Félix Báez-Jorge (entrevista, miércoles 17 de marzo 2010). 14 Félix Báez.-Jorge. Las voces del agua. El simbolismo de las Sirenas y las mitologías americanas. Biblioteca, Universidad Veracruzana, febrero 1992, México.

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Félix Báez-Jorge, Amado Rivera Balderas y Pedro Arrieta Fernández. Cuando ardió el cielo y se quemó la tierra. Instituto Nacional Indigenista. Colección INI Nº 14, México, 1985. Enero /Febrero de 2017

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colonial”16.Apunta el autor: “el tema de estudio creció en importancia hasta convertirse en el motivo principal de mis pesquisas bibliográficas. En la dilatación de ese interés tiene enorme responsabilidad motivadora la pluma formidable de Alfonso Reyes. La lectura de su síntesis magistral en torno a las aviformes Sirenas del mundo griego y su metamorfosis en seductoras pisciformes en el marco del pensamiento occidental, contribuyó a perfilar el primer trazo de este estudio”17. En los relatos míticos de las sirenas en los pueblos originarios mesoamericanos, no se representa la sirena como un ente mitad mujer y mitad pez. El autor explica, que en el discurso de evangelización colonial, se difundieron los mitos clásicos de las Sirenas, periodo, de cuando los pueblos originarios “debieron empezar a conocer fundamentalmente por esta vía su atributos ambivalentes de beneficio-maldad, y a introyectarlos como elementos de la fe cristiana, proceso de yuxtaposición y síntesis sincrética con las deidades acuáticas y terrestres mesomericanas”18. Apunta Báez, que el simbolismo de las Sirenas ha trascendido, de los relatos que mencionan a la Sirena como un ente seductor de hombres, pasa a las representaciones multicolores en las artesanías, el folklore y las ferias del México rural. De sus representaciones, destacan los trabajos de los artesanos de Acatlán, en el estado de Puebla, los árboles de la vida, creados por la familia Soteno de Metepec, en el estado de México. En las ferias comerciales, en el juego de la lotería, una de las barajas, representa a una Sirena. Una pregunta que le hice a Félix Báez Jorge: que ha guardado en su memoria como recuerdos gratos, no sólo en el quehacer

Tema, como antes se mencionó, ya había iniciado con el estudio de Los oficios de las Diosas. En el estudio de las sirenas, el autor, “abarca con fuerza fantástica espacios y tiempos diversos. Del litoral del Golfo de Guinea a las costas atlánticas de las dos Américas, pasando por África, las islas Mediterráneas, Vietnam, Japón, el archipiélago Malayo y las llamadas Indias Orientales”. En el capítulo II, En las aguas y las cosmovisiones americanas, el autor escribe, que manejando las descripciones etnográficas más importantes en torno al tema, traza líneas, de lo que es el primer esfuerzo analítico de conjunto, en cuanto se refiere a esta área cultural”15. En esta línea de esfuerzos, su estudio del área mesoamericana “en cualquiera de sus aspectos es estudiar su historia”, estudia la historia en sus “procesos actuantes en el presente”. Es en esta línea de pensamiento, que “se examinan las diversas modalidades simbólicas de las Sirenas (y sus afines las diosas del agua) tienen en las cosmovisiones de los totonacas, otomíes, tepehuas, tojolabales, mayas-chortis, nahuas del sur de Veracruz y zoques de Chiapas”. Estudio, que lleva al autor a tratar los “intrincados sistemas cosmogónicos de las antiguas culturas mesoamericanas, y a los fenómenos de transformación sincrética operados a partir del periodo

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Félix Báez-Jorge, (1992) Félix Báez-Jorge, (1992) 18 Félix Baéz Jorge, (1992) 17

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Félix Báez-Jorge. (1992).

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explica en uno de sus libros, con Los oficios de las diosas, abre el estudio de una investigación mayor acerca de la religiosidad popular, en ese espacio, le “dedica a las diosas que habitan las cosmovisiones de los pueblos indios de México”. Con Los oficios de las diosas (1988), Félix Báez-Jorge., inscribe a Las Voces del agua (1992), La parentela de María (1994) y cierra con: Los disfraces del diablo (2003), “estudio en el que se acotan y se amplían algunas reflexiones en torno a la religiosidad popular”. Para Félix, “los mitos representan la palabra de las divinidades y los ritos la voz de los humanos”. Es posible comprender las explicaciones teórico-metodológicas en las obras citadas, si se toman como un todo, o como apunta el autor, “unidad que puede leerse en forma independiente”20. (Esta ponencia se comunicó en la Mesa: Nuestros colegas, nuestros amigos. Una breve mirada a la trayectoria del antropólogo, en ella, hablamos de sus aportes, de su cotidianidad en el quehacer, como escritores, sus relaciones con el otro, encuentros que se traducen en amistad. El congreso es un espacio de diálogo, donde también los jóvenes conocerán y conversarán, de, y con aquellos de los que sólo saben a través de sus lecturas. El texto de esta ponencia, se estructuró a los requerimientos del tiempo para la exposición: 20 minutos). 

como antropólogo, sino el del hombre Félix Báez-Jorge. Su respuesta: “Un recuerdo grato, es en el IFAN (Instituto Fundamental del África Negra), lo dirigía un etnólogo, antropólogo, un genio, que era Cheikh Anta Diop. Fuimos a visitarlo en el año ochenta, cuando fui a Dakar, él estaba llevando a cabo una investigación para demostrar, que en Egipto había habido una importantísima dinastía negra, es decir que los faraones y muchos árabes, habían sido negros, tenía un extraordinario laboratorio en Dakar, nos enseñó en los microscopios pieles de unas momias, como estudiaban la melanina, para ir más allá del set de Hollywood, y demostrar esta preferencia de la negritud en el Egipto. Entonces fue para mí maravilloso, ver como un hombre negro que hizo su tesis en París, contra los cánones académicos de los cincuentas, como llevaba a sus últimas consecuencias su posición contra el colonialismo, en el libro de Leclerc esta mencionado Diop y su tesis. Entonces, veía que era un líder político, además era un líder científico, que son creo las dos aristas que son difícil reunir en un personaje, y Diop era uno de esos, y digo, en las experiencias extraordinarias de mi vida”19. En esta breve mirada al antropólogo y algunos pasajes de su obra, nos acercamos a conocer de su trayectoria, sus andanzas en busca de los saberes del otro, y como el

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Félix Báez-Jorge (entrevista, miércoles 17 de marzo, 2010) Enero /Febrero de 2017

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Félix Báez-Jorge. Los oficios de las diosas (1988). Cultura de VeracruZ


nada, es decir, su corte de cabello es de cortesía.» El hombre comprendió. Salió silbando alegremente del establecimiento con su calva lustrosa y recién afeitada.

Edgar Aguilar Microrrelatos

AUTOFINACIAMIENTO La mujer se acercó rápidamente al hombre. Era una mujercilla de ojos vivaces y nerviosos. Era su vecina. Antes de que el hombre lograra subirse a su viejo automóvil, la mujercilla ya se le había puesto enfrente: «Maestro –así acostumbraba decirle al hombre–, sólo unos minutitos. Ahora, con sólo un enganche de treinta mil pesos, usted…» Ya se sabía el hombre la cantaleta: con sólo tanto de enganche, «usted puede elegir el auto que más le guste e ir pagándolo en comodísimas mensualidades...» Su insistente vecina trabajaba en uno de esos llamados pomposa y mañosamente (así le parecía a él) «autofinanciamientos». Con todo, deseaba no ser descortés con su vecina, que movía velozmente los hombros a derecha e izquierda, como un portero que aguarda atajar un penalti. Hubiera querido decirle de una vez por todas que no le interesaba en lo más mínimo adquirir un coche nuevo, mucho menos a través de un dudoso y costoso plan de «autofinanciamiento». Sin embargo, le repitió por enésima vez que por el momento no estaba interesado. La vecina del maestro era, por otra parte, lo que se dice una mujer «de armas tomar». «Pero maestro», dijo con cierta súplica en la voz aunque con un dejo de socarronería, «¿no cree que ya es tiempo de renovar su vehículo? Por qué no me regala unos minutitos y le explico todas las facilidades…» «Otro día, vecina», dijo el maestro, que, por lo demás, debía dar su clase, «se lo agradezco, pero llevo algo de prisa…» Esquivó a su vecina y subió al fin a su gastado auto (así lo veía él, gastado, no precisamente viejo), arrancó (tardando en

PLANICIE Íbamos avanzando mi hijita y yo con gran esfuerzo. Notaba que mi hijita me miraba de reojo. Subíamos una pesada cuesta con las mochilas a la espalda. El aire nos faltaba a ratos. Mi hijita resoplaba y yo exhalaba por las narices. Pero mi hijita no dejaba de mirarme de reojo. Ya nos quedaba poco. Casi al llegar a la cima de la colina, mi hijita, malhumorada y descompuesta, me soltó de pronto: «¡Oye, hasta ahora me doy cuenta que tienes la cara plana!» Y seguimos escalando…

CORTE DE CABELLO El hombre se detuvo a leer el anuncio que había afuera del establecimiento: Corte de cabello gratis. Pague sólo lo que considere haya valido su corte. Ante tan curioso letrero, el hombre entró al lugar. Una chica medio hipster –con sus grandes lentes de pasta, como era de suponer– le hizo sentarse. Le realizó enseguida el corte y el hombre quedó satisfecho. Le pagó más o menos lo que acostumbraba pagar a su peluquero. Antes de salir, le preguntó –como era también de esperarse–, algo divertido, a la joven: «Oiga, por qué el corte de cabello es gratis, si hay que pagar lo que uno considera haya valido el corte.» «Ah», dijo la chica, sin hacer mucho caso al hombre, «es muy sencillo: si a usted le gustó el corte, paga sólo lo que considere vale el corte; si no le gustó, de igual forma paga lo que considere vale el corte, o de plano no paga Cultura de VeracruZ

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arrancar quizá un poco más de lo habitual), avanzó, y por el retrovisor percibió, un tanto a la distancia, que la mujercilla sonreía maliciosamente sujetando en la mano un pequeño, grasiento y gastado fierro…

TOZUDO Gonzalo era un hombre tozudo. Y no sólo un hombre tozudo, sino un escritor tozudo. Gonzalo era, pues, escritor. Pero démosle un nombre de escritor a Gonzalo, digamos, Gonzalo Tozudo, puesto que era un hombre de carácter y convicciones tozudos. Además, Gonzalo Tozudo es un buen nombre para un escritor. Así que Gonzalo Tozudo en su tozudez cotidiana escribía pequeños relatos y poemas que mandaba a revistas y suplementos culturales, sin recibir nunca respuesta por parte de éstos. Pero Gonzalo Tozudo era un hombre tozudo, de modo que no desistía en su intento. Cansado, no obstante, a pesar de su tozudez, de no recibir respuesta por parte de los editores, Gonzalo Tozudo decidió, movido quizá por la desesperación y en un acto irresponsable, pero que halló como única salida a su tozudez, que cada vez parecía ya otra cosa, sin poder definirla realmente, enviar un relato corto de un autor francés y un poema de un poeta italiano, ambos del siglo XIX y traducidos por él mismo, autores, por lo demás, reconocidos y admirados en su tiempo, por separado a sendas publicaciones literarias y firmados cada uno no por dichos autores, sino con su propio nombre, Gonzalo Tozudo. Esperó con la paciencia y la ilusión de quien no espera nada. Y al abrir su correo una venturosa mañana, unos días después, recibió respuestas de los editores. Ambas coincidían, palabras más, palabras menos, en su veredicto: «Estimado señor Tozudo: su relato/poema que amablemente ha hecho llegar a nuestra redacción, aunque guarda una marcada influencia en el tono y en las Enero /Febrero de 2017

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formas con algunos grandes autores/poetas del siglo XIX, nos ha parecido que no tiene la suficiente calidad literaria como para ser acogido en nuestra publicación. Le deseamos el mejor de los éxitos en sus próximas empresas…» Gonzalo Tozudo casi lloró de alegría. Evidentemente, los editores consideraban, sin saberlo, que sus textos eran rechazados debido a no contar con la suficiente calidad literaria exigida para ser publicados. Henchido de sí mismo, se carcajeó. Su tozudez le brindaba al fin su recompensa: el arte de Gonzalo Tozudo estaba, pues, a la altura del genio atormentado de un Maupassant y de la melancólica maestría de un Leopardi.

cerveza. El vaquero, de regreso, me rozó el brazo, pasó de largo y se dejó caer en su silla. «¿Sabes dónde está Rogelio?», le dije esta vez a la morena, ocupada en meter cervezas en una hielera. «Andaba por aquí», dijo. «¿Y luego?», dije. «Pues se ha de haber peleado otra vez con Natalia», dijo parcamente. Ésta seguía bebiendo, mirando el vacío. El vaquero se levantó de su silla y afirmó, arrastrando las palabras, que los teléfonos inteligentes no eran, pobres incrédulos de nosotros, un invento de nuestro tiempo, sino que ya desde la segunda guerra mundial los habían utilizado los alamanes, los rusos, los ingleses y los gringos. La pareja de ebrios que se divertía en un rincón aplaudió eufóricamente y brindó ante la ocurrencia del vaquero, quien finalmente se desplomó en su silla. Pensé, al observar a Natalia en trance, dando pequeños tragos a su cerveza, que el vaquero no estaba del todo erróneo: ¿qué demonios hacía una mujer extranjera, joven y hermosa en un lugar como éste? Apuré mi cerveza, pagué a la morena y le comuniqué que la próxima vez la invitaría al cine.

TELÉFONOS INTELIGENTES Entré y me dirigí directamente a la barra. Pedí una cerveza a la morena que atendía. Un grupo de borrachos discutía en una mesa, un poco en el centro. En un rincón una pareja de ebrios brindaba y se reía tontamente. Cerca de la puerta, a media luz, sentada sobre un escalón que daba al «escenario», estaba Natalia dando pequeños tragos a su cerveza. Un hombre con sombrero y botas puntiagudas, de los que alborotaban en la mesa del centro, se levantó trabajosamente de su silla y caminó zigzagueantemente hacia mí. «¿Debo algo?», me dijo, lanzándome su apestoso aliento a la cara. «¿Te debo algo?», insistió. «Me parece que no», le dije. El hombre, no muy convencido, dio media vuelta refunfuñando y se perdió al fondo. Fui hasta donde se hallaba Natalia: «Hola, ¿dónde está Rogelio?» Tenía la mirada un tanto perdida por la bruma del alcohol y del humo de los cigarros. Alzó los hombros y continuó bebiendo. Miré a mi alrededor y el cuadro que tenía ante mis ojos me pareció patético. Volví a la barra y la morena me ofreció otra Cultura de VeracruZ

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que desató el incendio gestado a lo largo de muchos años, en todas las factorías del país dedicadas a la transformación del algodón en telas. Y dejó de tomarse en cuenta que los disturbios del día 7 de enero, se dieron en toda la región; por lo que algunas estudiosos han propuesto que los hechos sean recordados como “Los Mártires del Río Blanco”, porque el aprovechamiento de las aguas del río fue el generador de la energía eléctrica que movió los mecanismos de las fábricas, desde la emplazada entonces en Santa Rosa, San Lorenzo en Nogales, Río Blanco y Cocolapam en Orizaba. Factorías hermanadas por la similitud de procesos y por el acatamiento al sistema de explotación de los recursos naturales y de mano de obra. Inmersos en el neoliberalismo, se ha olvidado que la sujeción a este sistema económico, llevó al país al desmantelamiento de gran parte de su riqueza industrial. Y que la condición primordial para la pervivencia de los lineamientos del antes mencionado Neoliberalismo, es la desaparición del sindicalismo. La idea de pergeñar estas líneas gira en torno a la vida que se vivió mientras la industria del algodón se mantuvo sana. Consecuencia directa de los sucesos del 7 de enero de 1907 y de la Revolución Mexicana, para los motivos de este trabajo, fue el reconocimiento por la naciente Constitución (1917) de la importancia del hombre en la cadena de labores que finalmente producen riqueza; y por lo tanto, la creación del sindicalismo. Sería que los hombres de ese inicio de siglo, fueran un tanto idealistas, o que el recuerdo de la gesta les serviría de inspiración, el hecho es que, la región floreció con el auge del trabajo

EDMUNDO LOPEZ BONILLA  LAS HISTORIAS OLVIDADAS  LOS NOMBRES TRASTOCADOS Soy consciente de que tan amplio título, sugerente del devenir y su multiplicidad de situaciones, no se puede constreñir en el espacio de un ensayo. Aun así, creo, es una más de algunas propuestas de análisis en torno a la situación social de estos años y su pragmatismo. Este año 2017, se cumplieron ciento diez, de los sucesos que se ha dado en llamar “Mártires de Río Blanco”, porque se acepta que ahí se dio la primera chispa Enero /Febrero de 2017

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y las ideas de mejoramiento material, fuera de los cauces oficiales. Así, el gremio de hilanderos y tejedores, que era el alma de la economía: dieron vida a escuelas de instrucción primaria, de oficios, de artes y de técnica. Construyeron teatros, centros de esparcimiento; fomentaron las expresiones musicales y deportivas, se constituyeron a su vez en patrones del personal de la línea de transporte de pasajeros y fungieron como un brazo más del comercio por medio de sus tiendas cooperativas. Y por si fuera poco, fueron dueños del poder político, por encima de la influencia del gremio mercantil, que históricamente ha marcado la pauta en las relaciones sociales. Mas no fueron impolutos. Aun flota el recuerdo de las raterías de muchos de ellos, a pesar del cuerpo de guardias de absoluta confianza que la compañía, hizo traer del Estado de Guanajuato. Se da por descontado que los operarios de las máquinas, que a principios del siglo XX fueron las más modernas del mundo, fuesen diligentes, pero con el tiempo los jerarcas del sindicato suavizaron su actuar y permitieron o solaparon conductas irresponsables. Y a mi juicio, cayeron en un endiosamiento que no les dejó ver que los tiempos cambian y que los modos de actuar, pasadas las seis decenas del siglo, eran totalmente diferentes a las de los primeros veinte o treinta años del siglo en que se dieron ésas modificaciones. Medio ciegos, no pudieron olvidar, lo que por años y años les habían dicho: “ellos eran los herederos de la cuna del sindicalismo y sus conquistas”; no fueron capaces de ver que el sistema económico marcaba un viraje hacia el rumbo diametralmente opuesto al socialismo que hizo posible aquellos logros y Cultura de VeracruZ

fuese por la obstinación de ellos, o por cálculo empresarial, la industria que hacía posible la vida, cerró sus puertas. Nunca fui trabajador de ninguna de las fábricas, pero soy rioblanquense; hijo de un obrero y pasé los primeros años de mi vida en la llamada en algún tiempo la “Manchester veracruzana”. De la importancia de la Compañía Industrial de Orizaba, para la vida de ese pueblo de obreros, versan los siguientes recuerdos, que tuvieron su fuente en los años cuarenta, compilados hace unos diez años, pero evocados con la emoción del niño que fui. “Sin embargo, toda la vida en Río Blanco estaba regida por el reloj de la fábrica y el potente silbato, cuyas cuatro trompetas —cada una apuntando a un punto cardinal—, indicaban las horas de entrada y salida de los turnos. El silbatazo a las seis de la mañana del lunes, después de los tres preventivos dados antes de esa hora, marcaba el inicio de las labores y así seguiría a mañana y tarde convocando al trabajo, con su efusión de aire a presión que daba un ruido fuerte, definido, que se oía hasta Orizaba. Por la disposición del valle, el sonido viajaba hacia el oriente y el poniente sin ningún obstáculo, pero se oía claramente su rebote en los cercanos cerros de Tenango y de Huiloapan. ”Sin bien el silbato 14

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monstruo que era su sustento”. Hoy la airosa torre ofrece la vista de su reloj de carátulas sin números ni manecillas; solamente existe una de las trompetas y su eventual sonido no tiene la resonancia de los mejores días. La fábrica pasó a ser una reliquia productora de nostalgias. Aquellas propiedades que los obreros adquirieron, únicamente no están abandonadas porque para muchas personas materializan una herencia comunal dilapidable, sin importar lo que en verdad representan, porque son consideradas poco menos que bienes mostrencos, desde que se olvidó que miles de obreros trabajaron duramente para ser dueños de ese patrimonio. Al inicio de la década de los años setenta, todavía era vigente la intención de honrar ese legado. En las primeras horas del amanecer del 28 de agosto de 1973, un terremoto sacudió la región y una vasta zona de la ciudad, aledaña a los terrenos de la compañía, parecía haber sido arrasada por acciones de guerra. De la reconstrucción de ese fragmento citadino, surgieron las edificaciones nuevas, diferentes a las del Río Blanco antiguo y como símbolo del resurgimiento, se levantó el edificio que habría de albergar al museo creado para perpetuar la memoria de la conmoción del año de 1907. No tengo información referente a las soluciones arquitectónicas. Pero sí conservo un testimonio sobre la museografía, recabada por un artículo chiapaneco, que informa de los trabajos del artista Carlos Jurado: Fragmento del ensayo:

convocaba al trabajo, era el hermoso reloj el que definía el ritmo de las actividades del pueblo desde su alta torre. Cada quince minutos marcaba el cuarto de hora con sonoros repiques; y el cierre de la hora, como el reloj de mi casa, con tantos golpes sobre el diapasón como horas marcara la carátula y sus números romanos. A la hora de las entradas y salidas de la fábrica, era posible oír las campanadas que indicaban el cierre de la hora… y nada más, las siguientes eran acalladas por el estruendo de las grandes trompetas que con su silbato avisaban la terminación del turno, o a otros, que debían acudir a sus labores. ”En las madrugadas los silbatazos preventivos iban dando pie al inicio de la actividad, que no solamente se daba dentro de los salones repletos de telares, de husos de hilandería, de máquinas devanadoras, de procesos de terminado de telas, y todos los servicios de la inmensa factoría: todo giraba en torno a la hora de la salida del primer turno; que era la hora de entrada del segundo turno. Los tiempos buenos para la fábrica, fueron los tiempos buenos para los obreros. La época de los tres turnos, y aun, del cuarto; dio al pueblo una relativa prosperidad. ”Todo regulado por la incansable marcha del mecanismo del reloj que como un corazón, con su latido, daba la señal que hacía circular la actividad por las dínamos… por todos los mecanismos de la fábrica, desde los más grandes hasta los ínfimos. Y sin que lo notáramos, también influía en el funcionamiento de los molinos de nixtamal, en el ajetreo del mercado, en las funciones de las escuelas, en las urgencias de las cocinas… en todo el ritmo de la vida de aquel Río Blanco, creado alrededor del

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Edmundo López Bonilla, Inédito. Cultura de VeracruZ


SIETE MURALES (1957-1992) Carlos Jurado Isis Aggeler “… En 1963 regresa a México, ingresa al Salón de la Plástica Mexicana, e incansable como siempre, continúa su actividad como pintor, fotógrafo, museógrafo, maestro, dibujante, escritor, realizador de publicaciones y cortometrajes. Adquiere reconocimientos nacionales e internacionales. Regresó de Cuba con la certeza de la derrota del imperialismo, y encuentra una sociedad diferente, que le cuesta comprender. Sufre desilusiones por su constante persecución de la utopía, lo que lo lleva a una especie de autoexilio y a una crisis tremenda que provoca un cambio radical en su trabajo, hacia la síntesis, abstracción y cinetismo. En 1974 es invitado por el poeta Jaime Augusto Shelley para dirigir el entonces Taller de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana y para 1975 es nombrado Director de la Escuela de Artes Plásticas de esa misma universidad, la cual, bajo la dirección de Jurado, fue convertida en Facultad. Editó la revista Zeta, 1 cuyos primeros números se publicaron en julio y diciembre de 1976. Con la colaboración de un excelente equipo de maestros de esta escuela ocupó un destacado lugar en las artes plásticas del país, especialmente por su “Tecnología Alternativa”. Jurado encaminó a la UV hacia el logro de materiales de buena calidad y bajo costo para la producción artística: litografía, serigrafía, fotooffset, lito-offset y litoserigrafías realizadas con aparatos y

materiales producidos en la misma escuela. Antimercantilismo y autosuficiencia técnica con un espíritu libertador. Jurado consideró que técnicas de su invención, como la offsetipia, iban a permitir a los artistas plásticos y a los fotógrafos la oportunidad de hacer tiros considerables de su obra. No aspiraba a obtener ganancias, sino servir a la comunidad artística. Raquel Tibol, aun siendo entusiasta seguidora de Jurado, encuentra cierta confusión: la técnica fue tomada como finalidad, resultando en una competencia entre el desarrollo y el subdesarrollo; cuando el problema último del arte es la comunicación y la técnica es un medio y no un fin. (Tibol 1989. 257). Jurado considera que la propuesta no era sólo técnica sino conceptual. Está consciente de que la técnica es sólo una parte del proceso. Cree que el compromiso de una imagen estriba no en su tema ni en la tecnología, sino que tiene reglas más complejas; necesita la conjugación de diversos factores: autenticidad, lo estético, talento, sensibilidad, conocimiento. El compromiso de una imagen deriva de la acertada utilización de las reglas que el hombre ha determinado de acuerdo con su cultura y biología para darle validez a su creación. Comprometer significa arriesgar, obligarse u obligar a otro, poner en evidencia. ”El arquitecto y museógrafo Lacotiur, director de Artes Plásticas del INBA, encarga a Jurado la realización del Museo de Río Blanco, con 20 días de plazo. Para empezar, sólo existían fotos antiguas, y pensaron hacerlas a escala monumental con nuevas técnicas. Es con alumnos de la Universidad de Jalapa (sic) con quienes realiza en 1976 un mural fotoserigráfico, técnicamente innovador en

Fin de Siglo, arte, ciencia y literatura Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México Año 2, volumen 1 número 6, octubre 1999 págs. 35-36. Cultura de VeracruZ

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América Latina. Miguel Ángel Acosta, Israel Alvarado, Pet Anderson, Andrés Avelino, José Luis Cano, Ambrosio Contreras, Gonzalo Cuspinera, Arturo Jiménez, Kenia Lemus, Francisco Lochen, Salvador Lorenzana, Adrian (sic) Mendieta, Miguel Meza, Carmela Ortiz, Eduardo Ortiz, Roberto Blasco, Javier Pucheta, Lorenzo Rivera, Víctor Ruiz y Carlos Jurado. Participan veinte integrantes de los talleres de serigrafía, grabado, editorial y fotografía de la Escuela de Artes Plásticas de la UV. El Museo se inauguró completamente equipado. Después se enteraron que lo obreros lo destruyeron y usaron el inmueble para jugar billar y dominó. ”Ilustra las luchas obreras en México desde 1867 hasta 1917. Enero /Febrero de 2017

Los diversos paneles que cuentan la historia tienen un fondo pintado en color intenso (rojo, azul, verde o amarillo), sobre el cual aparecen los documentos históricos en tono café o negro impresos en serigrafía. Este trabajo mural se puede considerar un diorama o museografía, que cubre en conjunto un área de 270 metros cuadrados. En la organización de este museo de efímera vida colaboraron el Instituto de Bellas Artes, el Centro de Estudios Históricos del Movimiento Obrero, la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana, la Casa del Obrero Mundial, el Congreso del Trabajo y otros organismos. El número 2 de Zeta informa sobre dicho mural. En la actualidad, 17

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el museo, lamentablemente está en el abandono. Las instalaciones están tomadas por el sindicato y cerradas al público. El edificio del antiguo museo alberga en la planta baja un salón que se renta para fiestas y la sala “Martín Torres Padilla”. Subiendo por la escalera, se llega a la planta alta en la que se encuentra un pozo de luz que antiguamente poseía amplios vitrales en tonos azules, en su mayoría rotos, y también encontramos la sala de exposición con el mural serigráfico. Las condiciones son lamentables: no hay luz eléctrica, algunos módulos se encuentran rotos o fuera de sitio y el paso del tiempo se hace evidente en la suciedad del inmueble, enfatizada por la presencia de algunas aves muertas. Sin embargo, aún conserva una amplia muestra del trabajo en buen estado. ”Río Blanco tiene una situación especial. Debido a la fuerza que ganó el sindicato de obreros, algunos edificios públicos que normalmente son propiedad del municipio, aquí son propiedad del sindicato de jubilados. Me refiero a la biblioteca, el teatro, algunos salones de baile y locales varios. El sindicato de jubilados, viudas y pensionados está dividido en dos: un grupo dirigido por Mario Martínez y otro por el señor Benito Fabela. Durante un tiempo, el grupo de Martínez tomó posesión de los inmuebles, los rentó y vendió a particulares, incluso los convirtió en bar o table dance. En 1998 el grupo de Fabela, con 200 miembros, toma cargo de los inmuebles cerrados. No hay presupuesto para restaurarlos o permitir su adecuado funcionamiento. Ambos grupos desean vender todo al actual dueño de la fábrica, don Juan Mata, pero están en disputa sobre qué hacer con las ganancias. Martínez Cultura de VeracruZ

apoya la creación de un fideicomiso, y Fabela opina que debe repartirse en vida a los miembros del sindicato. Mientras tanto, los murales continúan su sueño”. La situación descrita evolucionó a la venta del edificio del museo a un grupo empresarial dedicado a la enseñanza. El edificio del sindicato es sede de oficinas del Ayuntamiento; el Teatro-cine Nicolás Bravo, con el interior desmantelado y su frente ocupado por pequeños comercios, suerte que corre también el Salón Bugambilia. Todas las posesiones que en su tiempo tuvo el Sindicato de Obreros de la Compañía Industrial de Orizaba están en espera de ser rematados. Pero… ¿De qué vive Río Blanco y sus hermanas, creadas en los últimos treinta años del siglo XIX —aunque Nogales ya era un núcleo poblacional desde tiempos antiguos— por las necesidades de las pujantes industrias? Si nos atenemos a que las ciudades, para sobrevivir, necesitan crear sus propios recursos, y éstas no tienen medios de generarlos, debemos admitir que son poco menos que ciudades fantasmas. Y eso es trágico. El Liberalismo propiciado por Porfirio Díaz, como el Neoliberalismo adoptado hace treinta y cinco años, con la asunción de Miguel de la Madrid Hurtado a la Presidencia de la República, muestra con toda brutalidad el úsese y deséchese. Redescubriendo un niño.

Revista Zeta. Editada por los talleres de Investigación y Experimentación, Editorial y de Fotografía de la Facultad de Artes Plásticas De la Universidad Veracruzana, Xalapa, Veracruz, México. Número 2, diciembre de 1976. (60 páginas).

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que mi amigo Javier mientras elaboramos la adaptación de el Gran Inquisidor de Dostoievski para transmitirlo como radio novela, me dijo que buscara contactar con algún pintor o poeta para entrevistarlo, que yo tenía esa posibilidad de hacerlo por haber estudiado literatura en el INBA, solo que no me había animado a intentarlo. La idea no me desagrado nada y como ya nos encontrábamos algo tomados y con buen espíritu en la casa de Cuitláhuac, fue que decidí buscar reunirme con el autor de Música Solar. Le escribí un pequeño inbox para solicitarle una tertulia que de forma generosa me concedió casi de manera inmediata. Acordamos que asistiría a su casa en la colonia Torres de Padierna el martes 21 de abril al medio día, pero no quise ir solo, le pedí a Tere que me acompañara y lo hice por la sencilla y única razón de que me ama con verdadera locura, aunque yo más bien creo que es mártir de una monomanía obsesiva junto con un defecto del sistema nervioso que provoca en ella extremas alegrías y tristezas. De cualquier forma me tocó conocerla; discutir con ella por el vuelo de una mosca o por mis mentiras y las suyas, fotografiarla desnuda, hacerla reír en Valle de Bravo mientras nadábamos en una piscina, abrazarla e invitarla a conocer al último coloso de la poesía de este continente, al escritor que cierra todas las antologías y que tiene un pequeño gran interés en sí mismo; el cual pienso es producto del enorme peso que ha tenido su literatura en el mundo. No redactare el transcurso de mi casa a la de Efraín por el mero hecho de que no posee relevancia para el lector el tránsito y los baches de la ciudad, será mejor solo apuntar que al final del día, después de platicar con el maestro y de recorrer docenas de kilómetros mal asfaltados, terminé haciendo el amor con Tere como los instintos mandan y la sociedad prohíbe. Ok, una vez dicho esto, continuemos con la

RODRIGO VELÁZQUEZ SOLÓRZANO

Aproximación a

Efraín Bartolomé El Arte debe ser como ese espejo que nos revela nuestra propia cara Jorge Luis Borges

Al Gnomo

Mi encuentro con Efraín Bartolomé nada tiene que ver con su posterior viaje a New York, (una ciudad en la cual ha disfrutado con anterioridad del primoroso teatro de Broadway), con el cumpleaños de su querida hija, o con el hecho de que se encontrara casi dos semanas después escuchando al famoso cineasta estadounidense Woody Allen tocar el clarinete en el Café Carlyle en Manhattan. Pero al enterarme de este último acontecimiento no podía hacer menos que mencionarlo en mi redacción para que los futuros lectores de esta carta se dieran por enterados que le gusta el Jazz y que la intención en estas letras es reflejar un poco del comportamiento y el espíritu del poeta. Ahora bien, intentare describir lo mejor posible las impresiones que el poeta causo en mí el día que lo conocí. Pero antes tengo que mencionar que mi reunión con Efraín se dio a partir de una presión externa a mi persona, no quiero decir con esto que yo no tuviera interés en platicar con él porque en varias ocasiones le escribí y llegamos a intercambiar una o dos palabras, sin embargo, la verdad sea dicha, se debió a Enero /Febrero de 2017

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historia ya situados en la casa de Efraín Bartolomé. La describiré un poco; es un espacio acorde a su ser, donde una fina madera en el piso, las puertas, las escaleras y libreros predomina. La construcción de su hogar es irregular pero balanceada, las paredes y el techo no poseen líneas rectas y todas son de un color blanco como la impecable vestimenta que utiliza desde hace años el maestro. Uno puede sentirse rápidamente a gusto en aquel bello lugar lleno de cuadros y pequeñas esculturas dispersadas por todas partes. Efraín tardo un momento en recibirnos, pero al hacerlo tuvo un gran detalle con Tere y conmigo, creo yo, producto de un error intencional, o al menos así me pareció; el hecho es que a esa misma hora lo estaba esperando otra persona, mujer por si se lo pregunta el lector, una señora a la cual después de revisar su agenda se dirigió Efraín para mencionarle que había traslapado los horarios y que tenía que disculparse ella. --Aquella soleada tarde en el Valle de México se dio nuestro encuentro--. Una vez llegado el momento de presentarnos me dirigí a él con un tono de voz un tanto formal y apresurado, quizá esto se debió a que yo no esperaba pasar más de cuarenta minutos en su casa, no creía que mi presencia valiera más tiempo de su parte. Pero un pequeño ademan de su cuerpo me permitió ver que Efraín tenía la intención de entablar una plática elocuente y casual, un dialogo amistoso para conocernos, algo más que una simple entrevista como yo lo había pensado. Lo primero que hizo el maestro después de estrecharnos las manos a claro interés de Tere y mío fue mostrarnos varias ediciones hermosas y lujosas de Ojo de Jaguar, unos formatos grandes de agradable encuadernación. Una serie de ediciones que tiene colocadas a un costado del pasillo donde están sus cuadros de Toledo y los cuadros de su hijo Balan. La siguiente locación en donde en realidad comenzó la plática fue en un Cultura de VeracruZ

estudio en la parte superior de su casa, ahí note en él cierta inquietud que no puedo pasar por alto; es la ansiedad, no una ansiedad tosca y desesperada, ni desagradable, sino más bien una ansiedad por el gran peso de Ojo De Jaguar, una ansiedad que me pareció natural, inconsciente, viva, alegre y juguetona. Un yo soy, un yo soy el autor, no de forma pedante, sino más bien para reforzar en él la certeza de haber escrito ese libro. Y es que Ojo De Jaguar se encuentra por todos lados a donde uno pueda acercarse en su casa, o al menos yo puedo afirmar esto de los lugares que tan amable me mostró. Lo tiene cuidadosamente guardado y a la mano, sabe bien donde está colocado, pero da la impresión a su interlocutor de apenas recordarlo en ese instante, como si llegara a él de manera repentina una idea ya conocida. No es que desvalore sus demás libros el maestro, porque claro están presentes, pero Ojo de Jaguar sin duda es de enorme importancia en su ser. También es difícil imaginar que no estuviese apegado a él o que no supiera donde está colocada cada edición de sus libros en su propia casa. Pero si me dio la impresión de tener bastantes ganas de enseñarme tal o cual cosa, algo que no desdeño y que desde luego agradezco. Yo que solo soy un lector no puedo dejar de elogiarlo, de maravillarme con el cautivador Ojo de Jaguar. Aunque también creo que Efraín correspondió a enseñarme varias ediciones de Ojo de Jaguar porque yo le mostré que llegaba con él, quizá si me hubiese presentado con otro de sus libros esta redacción sería distinta. Aunque no es muy sencillo dar con otro de sus libros. Platicando con él uno se puede dar cuenta que Efraín es un ser satisfecho con su vida y que tiene un fuerte sentimiento por la Ciudad de Granada en España. Ha viajado mucho por el mundo, atento de las exposiciones, nos comentó que cuando se le da la oportunidad disfruta de pasar cuatro o cinco días consecutivos recorriendo las salas 20

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del museo Metropolitano de New York, las galerías de Berlín, así como los inmensos corredores del museo más famoso de Paris. Cuando le pregunté por un libro de novela que le gustara no dudo en respóndeme que un autor griego poseía ese lugar y que yo lamento decir no recuerdo quien era, pero esa falta mía de conocimiento me permitió ver que en él la gentiliza es sutil y atenta, explicare porque. Al percatarse de mi ignorancia sobre la novela que mencionó y sobre la cual estaba comenzando a profundizar, decidió de forma amable dejarla atrás para aludir a escritores latinoamericanos no comunes, pero si conocidos, esto con la intención de que yo pudiese continuar el hilo de la plática. Esta sencillez de su ser me agrado bastante y he de escribir que La ciudad y los perros fue uno de los libros que numeró junto con Al filo del Agua de Agustín Yáñez. También le increpe sobre su relación con los políticos y el gobierno. La pregunta noté le incomodo un poco, aun así la respondió de forma cabal. Comentó dos cosas, una; que era inevitable que en Chiapas o en alguna otra entidad del país lo invitaran a ceremonias e inauguraciones, eventos en los cuales se llegaba a presentar el gobernador del estado quien se mostraba cordial y amable con él, en donde la prensa los retrataba saludándose no a pesar suyo, pero si en beneficio de ellos. Dos; en una ocasión preparaban un homenaje en Chiapas para Efraín con una cantidad de recursos económicos considerables que se consumirían en un solo día, de manera que prefirió se elaborara con ese dinero un tiraje de poco más de cien mil ejemplares de una edición bien elaborada e ilustrada en parte por su hijo para las primarias en Chiapas, claro con el vistazo bueno de la centralizada secretaria de educación pública. Una edición de sus libros que pensé en hurtar si algún día se me da la oportunidad ya que no se encuentran en librería alguna. –Como ya se percibe no logré evitar el formato de Enero /Febrero de 2017

interrogación, había cosas muy específicas que tenía muchas ganas de entender--. Efraín ha sido juez en diversos certámenes y he de mencionar sobre este tema que posee una ética y una moral apropiadas a las circunstancias de tan difícil tarea como otorgar el premio Aguas Calientes de poesía. Digo esto porque se llegó a mencionar en la plática que el amiguismo y la corrupción no es tema exclusivo de partidos políticos o empresarios, el mundo de las letras también lo posee. Es un circulo, es una elite difícil de alcanzar, donde algunos escritores acostumbran llenarse de halagos unos a los otros de manera casi ridícula. Ha pasado que dos jueces, compadres desde luego, tienen la simpática amabilidad de no leer ningún poemario de los concursantes, de no aparecerse el día de la votación, y de solo mandarle un cordial recado al otro juez diciéndole que le agradecerían mucho si también él firmara el acta del ganador para que ese asunto se librara por unanimidad, porque donde firman dos según ellos, tienen que firmar tres. Y esto se ha repetido en muchas ocasiones en una gran cantidad de concursos en México. Yo le mencioné que cuando estudiaba en el INBA no pocos maestros se inclinaban a dar los premios a sus amigos o conocidos en lugar de valorar con concordia el valor estético, técnico y dialectico de las obras que llegaban a sus manos, tanto de conocidos como de desconocidos. Por eso lo aludí en aquel momento, solo para confirmar algo ya asentado por todos. No quiero terminar esta redacción sin puntualizar otra cosa, si he de ser honesto, tengo la pequeña impresión de que en ese momento el maestro se sentía un poco solo. Efraín nunca evadió ninguna pregunta de las que llegué a realizarle. Siempre fue claro y abierto al hablar de cualquier tema, incluso del fallecimiento de su primera esposa.

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“Aquello era un aburrimiento más allá de cualquier aburrimiento que hubiera sentido nunca”, expresa uno de los personajes de El rey pálido, la novela que dejara inconclusa el norteamericano David Foster Wallace cuando se suicidó en 2008 y que sólo se conociera tres años después, luego de una ardua tarea de reordenamiento que cumpliera el editor Michael Pietsch. La voz de Wallace fue comparada con la de los más grandes narradores del siglo pasado de su país, tales como Thomas Pynchon (en primerísimo lugar) o Don DeLillo, luego que a los 32 años de edad diera a conocer su novela más ambiciosa y, según se considera, más lograda: La broma infinita, texto torrencial con el que pareció haber buscado ese imposible que es la novela total. Quizás lo haya intentado también con El rey pálido, ficción con apoyos autobiográficos (él mismo aparece con su nombre propio en diversos momentos del relato), en la que estuvo trabajando durante una década y que, como se señalara, nunca concluyó. Presumiblemente a causa de la fuerte depresión que lo llevó al suicidio o –también es posible- porque el tema lo desbordaba y no encontraba la manera de ponerle fin. ¿De qué trata El rey pálido? De ese aburrimiento de corte existencial, se podría decir metafísico, que Wallace pudo encontrar sintetizado en una Agencia Tributaria en la que trabajó cuando tenía veinte años, en los 80. Y es sobre esa Agencia que habla en la novela compuesta por 50 capítulos de variada extensión e intención. El capítulo capital, el más logrado e intenso, el 22 -un monólogo- tiene casi cien páginas. A otros, este autor tan peculiar como arbitrario, los liquidó en apenas unas pocas líneas.

Carlos Roberto Morán

Novelas: David Foster Wallace

El rey pálido (The Pale King), de David Foster Wallace. Literatura Mondadori, Barcelona, 2011-Buenos Aires, 2012, 551 páginas. Traducción de Javier Calvo. Cultura de VeracruZ

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Entre más tiempo pasabas tratando de impresionar o parecer atractivo a los demás, menos impresionante y atractivo te sentías por dentro --eras un fraude. Y entre más un fraude te sentías, más intentabas transmitir una imagen impresionante o agradable de ti mismo para que los demás no se dieran cuenta lo hueco y fraudulento que eras.  Piensen en el viejo cliché de "la mente es un excelente sirviente pero un terrible amo". Este cliché, como tantos otros, tan poco excitante y banal en la superficie, expresa una gran y terrible verdad. No es para nada una coincidencia que la mayoría de los adultos que cometen suicidio con armas de fuego se disparan en la cabeza. Le disparan al "terrible amo". Enero /Febrero de 2017

Pero, no está de mal insistir, El rey pálido es un texto inconcluso. El editor aclara explícitamente en una nota prologal que lo que ha llegado al libro es una recopilación de un trabajo que no se encontraba para nada concluido, desperdigado en “discos duros, carpetas de archivador, carpetas de anillas, cuadernos de espiral y disquetes”. Un texto en proceso –work in progress- al que tenemos (debemos) considerar como tal. En el mundo de Josep K. Sin embargo, conviene recordar que Wallace fue un escritor de excepción. Excesivo, “tumultuoso”, la contracara de Raymond Carver, atacaba varios frentes simultáneos en sus textos. Y en este caso “atacó” a la Agencia Tributaria como una suerte de mal metafísico, esa Oficina que fuera descubierta y expuesta por Franz Kafka, al decir de Milan Kundera: “Aprendí que el mundo de los hombres tal como existe hoy día es una burocracia” (p.444). Se trata de un mundo, dice el autor, en el que para operar con eficiencia hay que saber superar el aburrimiento que “descarta todo lo que es vital y humano” y de esa manera poder “respirar, por así decirlo, sin aire”. Es casi ocioso indicar, hablando de este narrador, que también a El rey pálido lo marca su irónico, cuando no sarcástico, humor y que cada capítulo está abordado desde ópticas diferentes, con voces y estilos que buscan ser también distintos. Y con sus infaltables notas al pie. La intención de DFW ha sido la de trabajar en las historias de distintos personajes, hombres y mujeres, sobre los que habla en distintos capítulos y aborda en diversos momentos de su vida. Entre otras, “revisa” la vida de Leonard (también llamado Ned) Stecyck desde cuando era un niño enfermizamente obsequioso hacia los demás hasta el momento en que se lo ve actuando como 23

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relato autónomo en el que se centra en la relación del joven con su padre (muerto en espantoso accidente) y que resulta también, tangencialmente, una crítica al propio sistema tributario norteamericano. No es ocioso señalar que DFW estudió contabilidad concienzudamente en algunos de los años de redacción de El rey pálido. También que en muchos momentos la novela se vuelve excesivamente árida debido a las recurrentes informaciones que aporta al autor sobre cuestiones contables. El título alude a un nom-de-guerre de uno de los jefes de la agencia (aunque no queda claro si conlleva algún otro tipo de alusión). Que la novela no estaba concluida lo revelan las notas finales del libro, que el editor ha agregado como una especie de guía. En esas notas todas son preguntas que Wallace se formula a sí mismo, sin darse respuestas. En una de ellas no descarta avanzar en una segunda parte de la historia que, claro está, nunca existió. Es muy probable que el narrador hubiese terminado entregando una historia así, inacabada pero, exigente consigo mismo como lo era, también perfeccionista al extremo, sin duda la hubiera elaborado más y no hubiese dejado el exceso de cabos sueltos que presenta el libro. Brillante en determinados tramos, complicado sin necesidad en los momentos en que explica en detalle las operaciones de la Agencia, nos habla de un autor inteligente pero también arbitrario. Recibamos entonces a esta novela como lo que pudo ser, es decir con sus sombras, pero también con sus notables destellos de luz.

Composición, Gerardo Morán.

subdirector de Personal en la Agencia. El capítulo que le dedica a ese niño abrumador es particularmente eficaz. El proyecto inconcluso. El rey pálido es un enorme proyecto narrativo, tan ambicioso, tan abarcativo como lo fue Moby Dick, o, más contemporáneamente, como “El arco iris de la gravedad”. Pero es eso, un proyecto, algo a lo que Wallace no le dio una puntada final. Estamos pues ante partes de lo que pudo ser, aunque no un trabajo acabado. Hablemos entonces de las ideas que tenía el autor y que pueden rastrearse en las notas que quedaron póstumas, guías internas para el desarrollo de la novela a la que veía, cuenta el editor, “como un tornado” o que producía la sensación de tal: “Lo cual sugería la idea de lanzar partes de la historia hacia el lector como un torbellino a alta velocidad”. Otra develación: comenta Pietsch que muchos de los capítulos “revelaban una narración central” que seguía una cronología lineal. De ese modo el autor de “Extinción” hizo que varios personajes concurran a un centro de examen de la Agencia (en Peoria, Illinois, Estados Unidos) en 1985, pasen por una clase de orientación, empiecen a trabajar allí y finalmente se sumerjan en ese mar de tedio sobre el que quería contarnos. Hay capítulos totalmente concluidos, como el monólogo de Chris Fogle del capítulo 22 antes aludido, que es casi un Cultura de VeracruZ

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Portátil

anulado dichos fragmentos y a los referidos artículos se los ha sustituido con comentarios, más bien breves, de escritoras y escritores españoles y latinoamericanos. Wallace se acercó a la genialidad. A los 25 años presentó en simultáneo como sendas tesis una novela (“La escoba del sistema”) y un tratado sobre filosofía griega. De esa forma empezó una carrera que decidió fuera literaria y que incluyó relatos de alta calidad, como los incluidos en “La niña del pelo raro”, “Entrevistas breves con hombres repulsivos” y “Extinción”, las ya referidas novelas a las que hay que agregar la inconclusa El rey pálido (rehecha hasta donde se pudo y publicada póstumamente) y sus también excepcionales textos de no ficción, que le hacen decir en este volumen a la argentina Leila Guerreiro que alguna vez el autor será considerado como “uno de los más grandes, talentosos y originales periodistas contemporáneos”. En Portátil se incluye su inacabado primer trabajo de ficción, El planeta Trilafon y su ubicación respecto a lo Malo, en el que un joven de veintiún años, neurótico, afectado de depresión, nos sumerge en un mundo alienado, un laberinto del que le resulta imposible salir. Este texto inconcluso, que había permanecido inédito, lleva a decir a Javier Calvo que estamos ante “un inicio que se sale de órbita, la crónica de un destierro, (una) literatura como desconcentración”. Los rasgos autobiográficos de DFW, marcado por los fármacos, las drogas y el alcohol –del que se alejó durante gran parte de su vida adulta- son inexcusables. "Me embarqué en un crucero de siete noches" Trabajos conocidos, aunque… Esta amplia selección, incluye trabajos ya publicados en libros que han circulado profusamente, tales como relatos de “La niña del pelo raro”, “Entrevistas breves con hombres repulsivos” y “Extinción”, así como

David Foster Wallace se suicidó en 2008, a los 46 años, a causa de una depresión que lo acompañó durante la mayor parte de su vida (que fue intensa, compleja, y muchas veces inmersa en la confusión) y que en algún momento terminó destruyéndolo. Fue una gran pérdida, porque escribió libros únicos, textos de notable calidad, audaces, que reclamaban al lector una atención especial. En él todo resultaba desmedido, como lo fue su libro capital, La broma infinita, de 1.200 páginas, con doscientas de ellas ocupadas por notas, no pocas de ellas muy extensas. Aunque la angustia fue una constante en su obra, incluyendo sus notables textos de no ficción, supo compensarlo con su forma de narrar, abigarrada pero al mismo tiempo muy atractiva, aderezada por un humor socarrón que en ningún momento soslayó la ironía, cuando no el sarcasmo. Pero con la salvedad que sabía mantener el interés permanente de sus lectores, a los que trató siempre con cordialidad. A veinte años de su opera magna, que ha sido reeditada en España pero no en la Argentina (donde su obra no recibe la atención que merece; resulta arduo encontrar sus textos en librerías), también en el país peninsular se ha publicado Portátil, una antología en la que se han seleccionado partes de sus libros más representativos, pero que es apenas la mitad del volumen original de más de 1.200 páginas en el que, además de fragmentos de novelas, se publicaron diversos artículos de autores anglosajones. En la presente edición se han

Relatos, ensayos y materiales inéditos (basado en “The David Foster Wallace Reader”), de David Foster Wallace. Literatura Random House, Barcelona, 2016, Traducciones de Javier Calvo. Enero /Febrero de 2017

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crónicas extraídas de “Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer”, “Hablemos de langostas” y “En cuerpo y en lo otro”. De todos ellos, la que a mi juicio más se destaca (sin desdeñar al resto), es la excelente crónica de “Algo supuestamente divertido”, de 1995, sobre la que vale la pena detenerse. Se trata de un extensísimo reportaje que originalmente le fue encargado por la revista “Harper’s”, consistente en un viaje de una semana en un crucero de lujo (por no decir de superlujo) por islas del Caribe. El texto apareció “resumido” en unas cincuenta páginas en la revista, pero cuando pasó al libro se extendió a más de cien (y casi al doble, si se toman en cuenta sus casi 140 notas al pie). Guerreiro acierta cuando dice que en la crónica, cómica, amplísima, recargada de detalles, Wallace descubre lo que subyace tras la aparente perfección que confluyen en el barco, el nivel de limpieza, la calidad de los servicios, la atención permanente: un sistema rígido, casi esclavizante, que busca que sus pasajeros se sumerjan en una gran “nada” para “no pensar en la insoslayable máquina de aniquilación que es la vida empujando hacia la muerte”. Crónica extensa, más que cómica tragicómica, contiene el “aderezo” de la sospecha del capitán, y por ende de toda la tripulación que, debido a sus preguntas incisivas, el autor era en realidad un espía, quizás de alguna otra compañía rival, quizás un periodista de investigación, de manera que cada una de sus preguntas despertaba sospechas y el todo resultó ser una especie de novela de suspenso y misterio. Con muchas carcajadas incluidas. Una valiosa antología. Portátil tiene una gran virtud: como incluye excelentes trabajos del autor que son, al mismo tiempo, muy representativos de su obra, se transforma en un buen vehículo para adentrarse en la compleja obra de Wallace. Además de Cultura de VeracruZ

Trifalon, que resulta en sí mismo un valioso rescate, los cuentos y los textos de no ficción que componen el volumen están seleccionados con acierto. Mención especial entre ellos al tremendo cuento “La niña del pelo raro” y la nota dedicada a una exposición agrícola en Illinois. También resultan muy válidos los comparativamente breves ensayos sobre Kafka y su humor y Borges, sobre quien el autor demuestra tener un conocimiento exhaustivo de vida y obra, tanto que se permite rebatir las diversas inexactitudes en que las que incurrió el biógrafo Edwin Williamson (“Borges. Una vida”). Los trabajos cuentan, como se dijo, con breves aportes de diversos críticos, destacándose –como ya señalé- el de Guerreiro así como el del español Javier Calvo. Los restantes textos pertenecen a Luna Miguel, Antonio J. Rodríguez, Rodrigo Fresán, Alberto Fuguet e Inés Martín Rodrigo, Andrés Calamaro aporta dos de sus canciones, dedicadas a DFW, y, en el prólogo, el editor Claudio López de Lamadrid cuenta cómo, desde la década del ’90, trabajó, arriesgándose, para que los textos del norteamericano fueran conociéndose en nuestro idioma, aunque el mercado al comienzo se mostró reacio a aceptarlo. Bien por él. Siempre acompaña la nostalgia y la sensación de pena y pérdida cuando se habla de este autor, un suicida al que desde muy joven acompañó el cuadro de aguda depresión. Cuando suspendió la ingesta de un determinado fármaco, por los efectos secundarios que le producían, aceleró su autodestrucción. Pudo haber dado mucho más, aunque es una suposición, porque su vida fue un conflicto permanente, un cuestionarse de manera constante, cuestionamientos que alcanzaron a sus trabajos y que mucho se advierte en los restos que dejó de El rey pálido. 26

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Pero, dejando esa sensación, quedan por suerte sus sólidos trabajos, sus grandes cuentos, sus excelentes crónicas. Y sus novelas, que tanto piden al lector y que, pese a ello, terminan siendo satisfactorias. Digresión: en uno de los reportajes, Foster Wallace admite que mucho le debe a la lectura de Manuel Puig en el armado de “La escoba del sistema”, novela en la que prevalecen los diálogos y las descripciones se reducen a lo mínimo. Es un dato que llama la atención y que me interesa remarcar al lector. Quien, reitero, tiene en este Portátil el mejor retrato del inolvidable escritor.

de otro autor, de nombre parecido. Nació en Nueva York en 1962 y se suicidó en California en 2008, a causa de una fuerte y duradera depresión. Como escritor publicó en 1987 su primera novela, “La escoba del sistema”, a la que siguieron los libros de cuentos “La niña del pelo raro” (1989), “Entrevistas breves con hombres repulsivos” (1999) y “Extinción” (2004). Publicó varios libros de crónicas, entre ellos “Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer” (1997), “Todo y más” (2003), “Hablemos de langostas” (2005) y “En cuerpo y lo otro” (2012, póstumo; un capítulo de ese libro fue publicado el año pasado en nuestro idioma con el título de “El tenis como experiencia religiosa”). La broma infinita, su novela experimental de 1996, de 1.200 páginas, lo puso en una senda de excepción, casi “heredero” de Thomas Pynchon (con quien no sentía afinidades) y Don DeLillo, y “Time” la consideró como una de las cien mejores novelas norteamericanas del Siglo XX. Estaba escribiendo El rey pálido cuando se suicidó, ahorcándose, el 12 de septiembre de 2008. La novela, inconclusa, fue publicada póstumamente. Recibió numerosas distinciones, dirigió talleres literarios y fue profesor universitario. John Krasinski dirigió en 2009 una versión fílmica de “Entrevistas breves” y a su vez James Ponsoldt en 2015 dirigió “El último viaje” o “El último tour”, dedicado a recrear en clave de ficción entrevistas al autor. En 2012 apareció “Conversaciones con David Foster Wallace”, libro editado por Stephen J. Burn y el mismo año se conoció en inglés “Todas las historias de amor son historias de fantasmas”, la primera biografía de DFW, escrita por D.T. Max, publicada al año siguiente en nuestro idioma. Ambos libros, editados en España, son muy difíciles de conseguir en Argentina.

La edición en inglés “Tengo treinta y tres años y la impresión de que ha pasado mucho tiempo y que cada vez pasa más de prisa. Cada día tengo que llevar a cabo más elecciones acerca de qué es bueno, importante o divertido, y luego tengo que vivir con la pérdida de todas las demás opciones que esas elecciones descartan. Y empiezo a entender cómo, a medida que el tiempo se acelera, mis opciones disminuyen y las descartadas se multiplican exponencialmente hasta que llego a un punto en la enorme complejidad de las ramificaciones de la vida en que me veo finalmente encerrado y atrapado en un camino y el tiempo me empuja a toda velocidad por fases de pasividad, atrofia y decadencia hasta que me hundo por tercera vez, sin que la lucha haya servido de nada ahogado por el tiempo. Es terrorífico. Pero como son mis propias decisiones las que me encierran, me parece inevitable: si quiero ser adulto, tengo que elegir, lamentar los descartes e intentar vivir con ello”. Datos para una biografía David Foster Wallace fue una de las voces más singulares de la actual narrativa de los Estados Unidos. Un editor le agregó el apellido materno Foster para diferenciarlo Enero /Febrero de 2017

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estudios. La fundación en 1957, del Instituto, de Antropología, la Escuela de Antropología, la de Historia, la de Letras, y principalmente el nacimiento del órgano de difusión de nuestra Máxima Casa de Estudios: La Palabra y el Hombre, Se advirtieron los primeros resultados en la serie de publicaciones del Instituto de Antropología, con la edición de Cerámicas del Totonacapan, de Alfonso Medellín Zenil, quien escribió: Este libro intenta una síntesis de lo más importante que hemos podido conocer en la exploración del área totonaca del Estado de Veracruz, a través de unos 10 años. Han sido registradas aproximadamente unas 500 zonas arqueológicas que se localizan entre la cuenca del Papaloapan por el sur y de la costa a la zona frigo-serrana.

Raúl Hernández Viveros

INSTITUTO de ANTROPOLOGIA

El trabajo de investigación fue parte fundamental por su calidad y valor científicos, además de su divulgación en publicaciones; permitiendo su accesibilidad a los lectores no especializados, e involucrándose en forma directa con la comunidad universitaria. Al conocer entonces los frutos de las exploraciones e investigaciones realizadas, pudo demostrarse el afán por rescatar, esclarecer y registrar el desarrollo cultural de las civilizaciones prehispánicas que tuvieron asiento en algunas partes del Estado de Veracruz. Gonzalo Aguirre Beltrán, dejó su herencia cultural que se encuentra perfectamente delineada entre los proyectos de creación de nuevos espacios abiertos hacia el pensamiento, la docencia y la investigación. La circunstancia de haber respaldado el incentivo de un órgano de investigaciones libres, con una enorme

Uno de los pilares más importantes de la Universidad Veracruzana, fue el rector Gonzalo Aguirre Beltrán, porque el 11 de enero de 1957 impulsó la creación del Instituto de Antropología, la Escuela de Antropología la Escuela de Historia y la Escuela de Letras. También fundó el proyecto editorial de la revista “La Palabra y el Hombre”. Al mismo tiempo respaldó la fundación de importantes colecciones y series de libros. Es deber ineludible del universitario, humanista por excelencia, mantener el adecuado equilibrio entre las alturas inmarcesibles de la técnica y los valores universales de la humanidad recordando siempre la antigua frase de Protágoras: “El hombre es la medida de todas las cosas”, agregada, de otra no menos importante: “el bienestar social, la finalidad última de todo conocimiento.

Afirmó, en 1957, Gonzalo Aguirre Beltrán, al final del discurso que pronunció durante el inicio de cursos de esta casa de Cultura de VeracruZ

La Palabra y el Hombre, No 1, enero-marzo de 1957, pp. 7-14

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nombró como rector de la Universidad Veracruzana, al doctor en medicina Gonzalo Aguirre Beltrán, antropólogo de valía nacional quien, de inmediato, convirtió al supra mencionado departamento en Instituto de Antropología, además de promover la fundación de la Escuela de Antropología, siendo Medellín designado director de la misma Escuela y del Instituto de Antropología. Se acariciaba desde varios años el proyecto de la creación del Museo como aparador donde se mostrase la potencia escultórica del antiguo veracruzano. Melgarejo y Medellín trabajaron juntos en el proyecto de construcción del edificio destinado al albergue y exhibición del patrimonio arqueológico de Veracruz.

variedad para el desarrollo del pensamiento latinoamericano, representó una de las mayores contribuciones a la cultura nacional. Fernando Salmerón Roiz, señaló la importancia de La Palabra y el Hombre: …porque esa es la más notable paradoja de la condición humana: que el hombre para serlo en un sentido pleno, ha de lograr que madure su propia individualidad, y al mismo tiempo, ha de saber entregarla a los demás hombres. Ha de ser a la vez persona y prójimo; libertad y sociedad, soledad y comunicación; palabra y hombre.

El Instituto de Antropología resultó la culminación y desenlace que tuvo su origen el 1º de enero de 1937 al fundarse la sección de asuntos indígenas; posteriormente se llamó Sección de Antropología, y más tarde denominado Departamento de Antropología. Estos primeros esfuerzos por rescatar algunos materiales arqueológicos, antropológicos y estudios sobre la cultura veracruzana, fueron consolidados al abrirse el espacio en donde se concentró un grupo de investigadores que debería responder a las tareas de analizar, interpretar y registrar las principales zonas indígenas y los vestigios culturales de nuestros antepasados. Al mismo tiempo, de complementar los diseños curriculares en la labor académica de la Facultad de Antropología. De manera notable, Roberto Williams García, uno de los pioneros de la antropología veracruzana, registró los siguientes datos:

La riqueza bibliográfica de la Universidad Veracruzana, estuvo acompañada por las investigaciones relacionadas con los informes de las exploraciones arqueológicas, trabajos etnográficos, diarios de campo y búsquedas acuciosas en archivos estatales y nacionales, En las páginas de La Palabra y el Hombre, pueden todavía consultarse materiales indispensables que constituyen el reflejo de la dinámica intelectual del quehacer universitario. Para celebrar las 4 décadas del Instituto de Antropología, se realizó el “Simposio 40 años de Antropología en Veracruz“, estos valiosos materiales de ponencias aparecieron en el libro: Antropología e historia en Veracruz, que coordiné bajo la dirección del historiador Gilberto Bermúdez Gorrochotegui, vinculó al Instituto de Antropología de la excelencia académica. Permanece el testimonio contenido en la recopilación de 630 páginas de Antropología e Historia en Veracruz, editado en 1999. Al final de mi ponencia incluida en este libro, señalé mi punto de vista sobre la lectura crítica de las aportaciones en La Palabra y el Hombre, como:

La década de los cincuenta puede considerarse intensa, la de mayor ímpetu arqueológico para Medellín al explorar diversas zonas y haber obtenido piezas para el museo que se proyectaba. Museo que recibió absoluto apoyo cuando el gobierno del licenciado .Antonio M. Quirasco, del cual formaba parte el maestro José Luis Melgarejo como subsecretario de gobierno. Este gobierno Enero /Febrero de 2017

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Tal vez uno de los aspectos más importantes de la Revolución Mexicana sea su preocupación por conocer a México, a los mexicanos, a lo mexicano. Para lo primero, valiosos hombres de ciencia mantienen tirante la voluntad, en un esfuerzo sin orillas ni reconocimiento. A lo segundo se dedicó un grupo de lo mejor del pensamiento nacional, pero topó con la incomprensión, y el insulto. Pese a ello, conviene perseverar en el propósito esclarecedor, con miras a una futura Sociología Mexicana, porque jamás quedará integrado el todo si falta una de las partes, y entre lo mucho urgido de meditación, existen los conceptos de indígena, español, indiano, criollo, mestizo, referidos a hombres concretos de un territorio material, y no a invenciones flotando en los paraísos artificiales del idealismo.

La experiencia de revisar cada colaboración de Alfonso Medellín Zenil culmina con la expectación de haber sido asombrado por el espíritu de un precursor en la arqueología de México, por su lealtad y espíritu de servicio a un territorio que fue la visión de su manera de ser mexicano y sentirse veracruzano (p. 401).

El Instituto de Antropología resguarda en su biblioteca desde su fundación algunos acervos bibliográficos pertenecientes a Gonzalo Aguirre Beltrán, José García Payón, David Ramírez Lavoignet, entre otros apreciables materiales que fueron donados por sus herederos. También hay que subrayar la importancia de las investigaciones en el Archivo Técnico, donde se albergan importantes informes de investigaciones. En 2008, la Secretaría de Educación de Veracruz realizó un reconocimiento a uno de los importantes impulsores del nacimiento del Instituto de Antropología. Por lo cual se hizo la edición del libro Selección de Ensayos y Poemas, En sus páginas participé con mi investigación: “Textos de José Luis Melgarejo Vivanco en La Palabra y el Hombre”. En 2014 celebramos el centenario del nacimiento de este importante veracruzano, quien nació en Palmas de Abajo, Municipio de Actopan Veracruz el 19 de agosto de 1914. Año en que también nacieron Octavio Paz, Efraín Huerta y José Revueltas. Por lo que en esta ocasión rescatamos las primeras líneas del ensayo “En torno a la mexicanidad”, de José Luis Melgarejo Vivanco:

La herencia académica de Gonzalo Aguirre Beltrán y Fernando Salmerón Roiz, prosigue hasta nuestro tiempo de crisis, incertidumbre, violencia y corrupción. Sus propuestas educativas y culturales continúan en la actualidad, como un punto de partida; desde donde se promovió y animó la distribución del conocimiento y el pensamiento. Desde sus respectivos proyectos universitarios comenzaron y promovieron la publicación de estudios y resultados de investigación, como obras de consulta obligatoria. Las fuentes de consulta bibliográfica de: Pasión y Muerte del Cristo Sol, de Luis Reyes García, Cerámicas de Totonacapan, de Alfonso Medellín Zenil, Tlacoquemecatl, de Alfonso Gorbea Soto, Relación de Misantla, de David Ramírez Lavoignet, Breve Historia de Veracruz, de José Luis Melgarejo Vivanco, Los Tepehua, de Roberto Williams García, ambos egresados de la Escuela Normal Veracruzana.

Colaboró en la Editorial de la Universidad Veracruzana, con dos poemas publicados en La Palabra y el Hombre, hizo el valioso prólogo al libro Magia de la risa. Cultura de VeracruZ

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del primer museo de antropología que tuvo la capital veracruzana; con su rico acervo etnográfico que se cuantificó en un registro original sobre los objetos, su utilidad y servicio. Aparte de la descripción de las artesanías, carpintería, cestería y textilería de los pueblos originales del estado de Veracruz, se ofreció un acercamiento al registro de la exposición de vestimentas indígenas. Álvaro Brizuela Absalón informó en 1985 sobre la presencia de los antropólogos Marcelo Díaz de Salas, Heriberto García Salazar, Alfonso Gorbea Soto y Luis Reyes García, quienes empezaron a trabajar sobre la sala de etnografía. También dio a conocer que para 1966 los antropólogos citados escribieron y dieron a la luz pública una “Guía para la sala de etnografía del Museo de Antropología”. Se debe recordar la herencia anterior de Gustavo A. Rodríguez, quien reunió y aportó la colección de yugos totonacos más importante en los años cuarenta en la capital veracruzana; puede consultarse su artículo “El Sentido Astronómico del Yugo”, publicado en el número 51 de la Revista Momento, octubre de 1949. Heriberto García Salazar informó sobre su valioso trabajo de campo “Cuahuixtláhuac: Sentimiento de grupo y tendencia al campo en una pequeña comunidad mexicana de la sierra de Zongolica”; el cual formó parte de tres temporadas en 1961-62 al margen de un trabajo sobre la tenencia de la tierra encabezado por Luis Reyes García. Dicho material se incluyó en La Palabra y el Hombre, en el número 36, octubrediciembre 1965. Es importante señalar las fotografías etnográficas que acompañan al trabajo de investigación de Heriberto García Salazar. Fueron algunos testimonios de las primeras contribuciones a la antropología en el Estado de Veracruz. Todavía resultan en nuestros días, las mejores aportaciones del humanismo en búsqueda del conocimiento y principalmente el respaldo de la Universidad Veracruzana en la difusión de los trabajos de investigación en libros y revistas. 

Con Roberto Bravo Garzón aparecieron los Cuadernos Antropológicos, del Instituto de Antropología. En su Consejo Editorial estuvieron Alfonso Gorbea Soto, José Luis Melgarejo Vivanco, y Alfonso Medellín Zenil. Posteriormente se editó el Boletín informativo del Instituto de Antropología. Desde entonces se presentaban informes anuales, sobre las actividades académicas y de investigación. Alfonso Medellín Zenil escribió en el número 1, con fecha de mayo de 1978, de Cuadernos Antropológicos que: El Archivo Técnico del Instituto cuenta con más de 400 trabajos inéditos. De este acervo que se irán publicando algunas monografías interesantes, y de ser posible, se reeditarán algunas obras agotadas que se consideran básicas para la Antropología. Héctor Salmerón Roiz respaldó la edición de Cuadernos del museo, el número uno apareció en septiembre de 1983. Más tarde, Carlos Manuel Aguirre Gutiérrez sostuvo dichas publicaciones que daban a conocer los resultados de investigaciones del personal académico adscrito al Museo de Antropología. En la entrega 4, enerojunio de 1985, se divulgó el “Reporte final de Campo Proyecto Matacapan: temporada 1983", a cargo de Robert S. Santley y Ponciano Ortiz Ceballos. También hay que destacar el informe: "Los materiales etnográfico del museo antropológico de la Universidad veracruzana", de Álvaro Brizuela Absalón. Informaciones y datos y etnográficos sobre la construcción de las salas Enero /Febrero de 2017

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priori– en la palabra, en la comida, en la danza, etc, etc, producto de una gran herencia”. Desde otra arista epistemológica, puedo afirmar que él vivió y desarrolló la antropología, no como un objeto de estudio (sus obras lo afirman); sino como un espacio de Existencia Trascendental, es decir, como campo de condiciones y posibilidades de entender, comprender y descubrir la esencia de nuestra identidad histórica –nacional. Para cerrar el círculo hermenéutico de la persona y obra de Roberto Williams García; nos detendremos en el punto crucial de personalidad: La Vida Bohemia. Escuchemos una serena y prudente confesión: “yo tengo esa alma de pirata, las mujeres son bellas en todos lados, pero la mujer jarocha tiene una característica…”. Inferimos entonces, que nuestro ínclito amigo tenia desarrollado un fino olfato hacia lo femenino; que lo combinaba simbióticamente con el gusto por la poesía, y el placer de catar vinos. Definía entonces, su sentido bohemio desde la perspectiva Lariana, vino, mujeres y canto. ¿Cómo no asumir la responsabilidad de dar testimonio, y de haber convivido muchas noches de bohemia? Sus amigos más cercanos se convierten desde este momento los exegetas genuinos para interpretar siempre el aspecto definido de su personalidad (la bohemia). Me retiro por el momento de este trabajo hermenéutico y heurístico relativo a mi amigo Roberto, dejando sobre este sencillo ensayo las letras de sus canciones preferidas: “A mis amigos les adeudo la ternura y las palabras de aliento y el abrazo… El compartir con todos ellos la factura que nos presenta la vida paso a paso” Alberto Cortez Para las féminas: “Sabe tu pie salada como el mar… y la marea; me ha traído hasta tu cuerpo para hablar… de deseos de barcos y sal” Pablo Abraira 

JESÚS MORENO FRIAS 92 años del nacimiento de

ROBERTO WILLIAMS GARCIA Etnólogo, humanista y bohemio. “Soy un viajero que tiene prisa de partir…” Soy un ama impaciente e insumisa que se quiere ir…” Amado Nervo

La vida y muerte de mi amigo Roberto Williams García, nació el 30 de marzo de 1925, y falleció el 27 de junio de 2008; es un fenómeno social–histórico que lleva en sí mismo un significado claro y concreto; pero desde un perspectiva filosófica, un sentido que aporta y define la vida socio-política y cultural de nuestro estado hacia toda la Nación Mexicana. ¿Cuál es el significado y sentido de nuestro prolijo antropólogo, divulgador de la cultura veracruzana? Para fines estrictamente filiales y corresponsables con los amigos y conocidos que configuramos su espacio social; me dispondré a descubrir, escudriñar y responder el anterior planteamiento; repito, no me motiva otro interés, menos el político, ya que el manejo de este concepto, está más que devaluado, sin sentido. Ad rem: ¿Quién es Roberto Williams García? Respondo, en forma inminente y bajo la denotación del siguiente epíteto: etnólogo humanista, es decir, su profesión la realizó en el proyecto y sueño académico de descubrir al hombre, al ser humano, desde el contexto cultural de las razas; pues amaba, respetaba y descubría los tesoros civilizantes y misteriosos de esta raza nuestra; puedo afirmar categóricamente que toda su vida de investigador, de antropólogo y ente curioso; lo diseñó e implementó en los espacios de la cosmovisión indígena, en concreto, en el mundo totonaca. En relación al texto anterior, Roberto afirmaba en análoga y fresca actitud Kantiana: “Tenemos el sello indígena –a Cultura de VeracruZ

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