Magazine
Lugares rupestres en Albelda
P
or el año 2012, visité en numerosas ocasiones la comarca de La Litera, acompañado por José Antonio Adell, para realizar varias piezas televisivas de cara a mi programa “Los Secretos de las Piedras” en Aragón TV. Con él, con Juan Rovira, Rubén Oliver y otros acompañantes locales recorrí bastantes conjuntos pétreos de esta comarca. Pero fue poco después, cuando en esa búsqueda de piedras rituales y funcionales por el territorio de Albelda, contacté con Miguel Pomar y Maribel Monturiol. Ellos fueron y son nuestros enlaces e informantes para que Aurelio Bail y yo mismo podamos documentar y estudiar los lagares rupestres de Albelda. A mediados del año 2022, en el territorio de Aragón situado al norte del Ebro llevamos documentados y estudiados más de 230 lagares rupestres de diferentes tipologías, por lo que esta zona de España se sitúa en el mapa de las más importantes que disponen de estos elementos patrimoniales relacionados con la tradición vitivinícola. De todos los inventariados, unos 80 ejemplares corresponden a La Litera, y de ellos, 12 los podemos encontrar dentro del municipio de Albelda. Los lagares rupestres son unas estructuras excavadas sobre un afloramiento rocoso, enclavadas en zonas de producción vitivinícola, que servían para el pisado de la uva y la extracción del mosto para la elaboración del vino en el mismo viñedo. El tiempo de la vendimia requería de toda la mano de obra posible que hubiera en la casa y de la presencia de los animales de labor. La presencia de varios ejemplares en un mismo espacio tiene su explicación en las ordinaciones de los municipios, que establecían una fe-
cha para que la vendimia la iniciaran todos los campesinos a la vez, estando rigurosamente penado su incumplimiento. Estas fechas dependían cada año de la climatología y del estado de maduración de las uvas. De todos los lagares documentados en el territorio aragonés, podemos sacar la conclusión de que no hay dos ejemplares iguales. Los doce que tenemos inventariados en el término de Albelda podemos enmarcarlos dentro de la tipología de los llamados “simples”. Éstos constan de dos recipientes tallados en la superficie rocosa, uno de ellos es una plataforma de unos dos metros de largo por uno o más de ancho, de apenas unos 20 cm. de profundidad,
que se utilizaba para pisar la uva, llamada “pisadera”. Una ligera inclinación de su superficie facilitaba el desplazamiento del mosto hasta el segundo recipiente, de menores dimensiones, pero de más profundidad (hasta 80 cm.) llamado laco. Un canalillo o un agujero perforado en el murete de roca, taponado con un fajo bien atado de sarmientos que hiciera de filtro, servía de conducto del mosto extraído hasta el laco. En el fondo del laco, la mayor parte de los lagares disponen de un pequeño pocillo a modo de cuenco que servía tanto para la recogida de las materias sólidas que hubieran atravesado el filtro, como para facilitar la limpieza profunda antes y después de la vendimia.
Lagar de la Penella 3
LARAMBLA4658