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Muy al estilo ‘La rosa de Guadalupe’

Título: Madre de alquiler

Elenco: Shaní Lozano, Leticia Calderón

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Direccción: Aida Guajardo

Plataforma: Netflix

Hay historias que se pueden contar fácilmente en 5 o 10 capítulos, ya más, puede ser peligrosamente tedioso y esto sucede con “Madre de alquiler” que es como un “dramón” de esos que se presentan en “La rosa de Guadalupe”, salvo que aquí, todo se cuenta en 24 episodios.

Netflix lanza su nueva apuesta producida por Argos y dirigida por Aída Aracely Guajardo, aunque bien pudo haber estado bajo la batuta de El “Güero” Castro, Juan Osorio o la misma Rosy Ocampo, los trazos y la fórmula son tannnnn parecidas.

Shaní Lozano y Luis Ernesto Franco son los protagonistas de esta serie que toca el escabroso tema de la maternidad subrogada.

El enfoque de la historia está muy bien y, hasta eso, es por demás interesante, pero cae en excesos “telenovelescos” y es ahí donde pierde algo o mucho de seriedad.

Julia (Marcela Guirado) y su esposo Carlos, (Luis Ernesto Franco) son un matrimonio fracturado por no poder tener familia.

Julia vive desolada, siente que la falta de un bebé en casa es motivo por el cual su marido Carlos no es completamente feliz y, en busca una solución, alquila el vientre de Yeni, (Shani Lozano) para tener un hijo.

Yeni es una joven mujer de origen indígena que necesita dinero para salvar la vida de su padre y no pone objeción para “alquilarse” a esa familia adinerada y con mucho poder.

Victoria, (Leticia Calderón), madre de Carlos, tiene un carácter diabólico muy al estilo de Catalina Creel de “Cuna de Lobos”, pero sin parche y pone el grito en el cielo al enterarse de tal noticia y toma cartas en el asunto. De ella no se van a burlar.

Todo marcha sobre ruedas para Julia y Carlos, pero hay un contratiempo grave a la hora en que Yeni da a luz, no a un bebé, no señor, son dos bebés los que trae al mundo y es aquí cuando la historia se desata en giros insospechados.

La trama, algo complicada, es para explicarse con “manzanitas”, pero al final, cumple con su cometido.

En Los 24 capítulos, cada uno de ellos entre 30 y 40 minutos, hay intriga, odios, enredos, secuestros, muertes y todo lo que en una telenovela “pulula” hoy en día.

¿Actuaciones? ¡Buenas!

Leticia Calderón, aunque un poco “arriba” en tono, convence; además se ve guapísima.

Shani Lozano, quien da un gran parecido a Yalitza Aparicio, está brutal en su rol de mujer indígena burlada y humillada por el poder de una familia tan poderosa como tan mezquina.

Hablar de Luis Ernesto Franco es hablar de un actor de primera línea y aquí vuelve a dar cátedras de actuación.

El resto del elenco, de 10 para arriba.

Si usted es de las personas que aman los dramas violentos y llenos de laberintos, “Madre de alquiler” es una excelente opción.

En una escala de 5 al 10, logra un 8 porque sostener el interés de una historia en 24 episodios, no es tarea fácil ni con “Madre de alquiler” ni con ninguna otra.

Está en su semana de estreno en Netflix.