hojas ocultas

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Está mal murmurar, sin embargo, tampoco es mejor alabar a alguien en todo momento. Un Samurai debe conocer su talla, observar la disciplina sin distraerse y hablar lo menos posible. Un hombre valeroso debe permanecer impávido y jamás dar la impresión de estar desbordado. Sólo las personas insignificantes, cuyo carácter se revela agresivo, buscan la fama a cualquier precio y chocan con todos los que frecuentan. En un debate o una discusión algunas veces hay que saber perder pronto para hacerlo con elegancia. Del mismo modo, si en la lucha Sumo, para ganar a cualquier precio, uno se pone a hacer trampas, se vuelve peor que un vencido y es, al mismo tiempo, derrotado y carente de elegancia.

El Orgullo(2) Alguien dijo un día: "Hay dos tipos de orgullo, el interno y el externo. Un Samurai que no posee los dos es de una utilidad dudosa." El orgullo puede ser comparado con la hoja de un sable. Debe afilarse y luego volverse a colocar en la vaina. De vez en cuando, es desenvainada, sostenida y limpiada para volverla a envainar. Si el sable de un Samurai siempre está desenvainado, si está siempre levantado, la gente le temerá y le será difícil tener amigos. Si por el contrario, no lo saca jamás de su vaina, la hoja se enmohecerá y la gente ya no temerá al que lo lleva.

Intuición Súbita Deberían escucharse con respeto y gratitud las palabras de un hombre de gran experiencia, incluso si habla de cosas que ya sabemos. Ocurre, a veces, que después de haber oído diez o veinte veces la misma cosa, uno tenga una intuición súbita y que esta intuición trascienda la significación habitual. Hay una tendencia a mirar desde lo alto a la gente anciana y a no tomar en serio sus comentarios. Pero deberíamos hacer lo contrario, acordándonos que han tenido el beneficio de una larga y real experiencia.


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