Una pluma en el exilio...
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alterarse la dentadura, destruyendo la forma cuadrada natural de cada diente, para convertirlo en colmillo agudo, a modo de garfios, acaso creando un aparato de combate, en el propio organismo». Rasgo inaudito de verdadera felinidad, esto es, de regresión atávica, voluntaria, al tipo biológico de las grandes fieras, exagerado hasta convertir en colmillos, o sea, en caninos, la fórmula dentaria de los incisivos. No faltan en el estudio del señor Procurador Fiscal de El Seibo acertadas consideraciones penales y penitenciarias. Afirmando la realidad de la imperfección del sistema de represión de la delincuencia, declara valientemente que «ya es hora de que la cárcel criolla constituya positivamente un reformatorio y no un seno de promiscuidad con las naturales consecuencias negativas. El mejor sistema de represión de la delincuencia es el sistema deportivo del trabajo, que higieniza cuerpo y alma». «La cárcel criolla», añade más adelante, «no debe desviar del campo al delincuente. Dentro de esta observación, simple de toda simpleza, la creación de cárceles-reformatorios, como ubicación agrícola, es la mejor fórmula de crear sistema útil de represión de nuestra delincuencia, por lo común campesina». Felizmente, los generosos e inteligentes deseos del Sr. Prestol comienzan a verse cumplidos, habiéndose adelantado a ellos la sabia inspiración que dirige al país. En el ambiente mismo del Congreso, algunos de los señores procuradores generales de las Cortes de Apelación hablaron de los éxitos obtenidos por dos colonias penitenciarias agrícolas, de tipo familiar, instaladas en las provincias occidentales, en las cuales, y como una de sus mayores ventajas, recibe cabal solución el problema sexual de los condenados, planteado de una manera tan angustiosa, así en los sistemas de promiscuidad como en los celulares, desde que se convirtió en pena típica y casi única de nuestro Derecho penal, la cárcel, que en el antiguo Derecho no tuvo nunca carácter represivo, sino tan sólo el de una institución procesal, transitoria, destinada a asegurar la persona del reo en tanto que se sustanciaba el juicio y llegaba la hora de la represión en formas bien distintas. La obcecación causada en los penalistas