ERRAR ES DE GENIOS El verano de 1879 Tomás cometía el error número 700 en su taller de Nueva Jersey. Llevaba un año y medio intentándolo, pero todavía le faltaban seis meses de esfuerzos y unas 300 equivocaciones más hasta encontrar el filamento que le daría luz a la bombilla. Se dice que Edison falló casi 1000 veces antes de lograr el éxito. No es el único por supuesto, la historia de las grandes obras y los grandes inventos está llena de hombres y mujeres cometiendo errores. De hecho, es prácticamente imposible encontrar una historia de éxito que no venga precedida de muchas más historias de fallos. Y no solo es con las grandes creaciones, no hay empresario, profesionista o deportista que no haya pavimentado su camino al éxito con errores. Entonces ¿Por qué le tenemos tanto miedo a equivocarnos? Cuándo un niño está aprendiendo a caminar sus padres no se desesperan cuando el niño se cae al mover los pies y dar sus primeros pasos. Todo lo contrario, toman fotos, lo celebran, tienen la absoluta confianza de que su hijo caminara tarde o temprano y lo que están observando no es a su hijo “fallando” sino aprendiendo. En algún momento, sin embargo, los mismos padres abandonaran la idea de que su hijo esta experimentando y comenzaran a reprimirlo cuando no hace las cosas a la perfección. De ahí en adelante asimilamos que el error es malo, que genera costos, problemas y que deben evitarse a toda costa… en esencia, perdemos la capacidad de aprender. Fallar forma parte intrínseca de crecer y ser mejores, nadie quiere cometer errores, por supuesto y no se trata de buscarlos de manera intencional pero el miedo a fallar es una fuente inagotable de oportunidades perdidas y de hecho, de errores mucho mayores. Si cambiamos nuestro paradigma y entendemos que nadie hace nada perfecto la primera vez que lo hace, que el error es parte imprescindible de nuestro proceso de aprendizaje y en lugar de evitarlo a toda costa lo aceptamos e incorporamos como parte no solo aceptable si no necesaria, nos evitaremos muchas penas y muchas pérdidas de tiempo. Al final del día, el error es solo un resultado distinto al que esperábamos, muchos de los grandes inventos de la humanidad han surgido por errores. La diferencia es que las personas que los cometieron tenían la mente abierta y supieron descubrir en ese resultado diferente, una opción aún mejor de la que estaban buscando. Las microondas, la radicación, el radar, el velcro, los Post-its, todos surgieron de errores que fueron reinterpretados, la lista es interminable.
Además, la alternativa a cometer errores es quedar paralizado, lo que llamamos “parálisis por análisis”; sobre analizamos las cosas y nunca actuamos. La excesiva autoexigencia nos hace vivir en una prisión mental, en la que nuestro diálogo interno se vuelve el crítico más feroz y cada error cometido se convierte en una carga que afecta nuestra autoestima, y que al acumularse nos hacer creer, de manera absurda, que no somos suficientes. Quien no se permite equivocarse, ve limitada su libertad, cada actividad es una prueba, una experiencia estresante y compleja en lugar de una aventura. Es importante acotar que el aprendizaje tiene una curva y la mayor cantidad de errores se cometen cuando inicia esta curva, es decir, cuando mas desconocimiento hay. Un error que se comete de manera repetida cuando ya tenemos el conocimiento y la experiencia no es aprendizaje, sino negligencia o ineptitud y deben corregirse en cuanto se detecten. Sin embargo, estos son la excepción, no la norma.
Como dijo Henry Ford: “Un error solo es un error si no aprendemos nada de él”
También aumenta el margen de error cuando nos adentramos en terreno desconocido, por eso los genios, los pioneros y los innovadores son los que más tienden a equivocarse, pero también son los que más éxitos cosechan cuando alcanzan finalmente el éxito. Abracemos nuestros errores, aprendamos de ellos, asumamos que son parte intrínseca de crecer, de aprender, de la experiencia humana. Seamos amoroso y pacientes con los que los cometen, sobre todo con nosotros mismos. Errar es inevitable y como bien dice el dicho: de humanos, pero aceptar el error, abrazarlo y aprender de él, es de genios.
Por Alonso Herrera Coach de vida y negocios, Youtuber enfocado a ayudarte a alcanzar tus propios sueños Alonso_hmv
Alonso Herrera
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