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Su incursión en la vida diplomática
La educación tiene rostro de mujer: Maestra Elena Torres Cuellar
su incursión en la vida diPlomática
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Una brillante carrera docente y de gestión que trascendió las aulas le valió a Torres Cuellar que en 1945 recibiera un cablegrama de Londres, Inglaterra, en el cual la invitaban a participar como consejera menor de la Comisión Preparatoria de la Unesco. Pese a ser una gran distinción para México que se invitara a colaborar a una de sus maestras en una labor tan importante, la profesora tuvo que asumir esta tarea de forma personal, pues no recibió apoyo alguno de parte del gobierno mexicano; tan es así, que para poder aceptar la invitación se vio en la necesidad de solicitar a la Secretaría de Educación Pública una licencia de su cargo de inspectora, sin goce de sueldo y por tiempo indefinido. Dada la situación que vivía en dicha secretaría, no fue difícil que le dieran la autorización referida y pudo salir del país sin mayor problema. Casi inmediatamente después de recibir el cable la señorita Torres, llegó a México el doctor Julián Huxley; la prensa le rindió gran publicidad a su visita, pues ostentaba el cargo de director de la Comisión Preparatoria de la Unesco. En una entrevista Huxley declaró que su visita obedecía a dos objetivos: el primero, de carácter político, era entrevistarse con el secretario de Educación, don Jaime Torres Bodet; el
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segundo era averiguar cómo estaba funcionando en México la escuela de tipo rural, pero en esa ocasión venía sobre todo a conocer a la maestra Elena Torres Cuellar, creadora de las Misiones Rurales. El conocer a la maestra venía aparejado con una invitación a que ésta colaborara con la Unesco, primero en la Casa Londres y después en París. El doctor Huxley encabezó la Comisión Preparatoria, donde llegó a apreciar la capacidad y entrega de la señorita Torres. Como se puede entender, estaban en los trabajos preparatorios para formar la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, por lo que debieron visitar los que se consideraban los países más importantes y punta de lanza en temas variados. Para ese momento, México, con su modelo Educación Rural, encabezado por la maestra Elena Torres Cuellar, era el país más aventajado en la materia, por eso había que invitar a la profesora para que participara en la fundación de la Unesco y que este organismo recibiera el reconocimiento internacional como agencia especializada en temas de educación, ciencia y cultura. El aspecto concreto y objetivo del trabajo consistía en investigar la construcción de gabinetes de física, laboratorios de química y otros recursos de investigación y


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enseñanza en las universidades, además de los datos relativos a los edificios escolares destruidos por la guerra y de conseguir, naturalmente, ayuda para reparar en lo posible los daños a los países que habían sufrido mayores pérdidas. En la Sección de Educación figuraban como consejeros menores: Elena Torres, de México, Anissio Texeira, del Brasil y Henning Ravnholt, de Dinamarca. El jefe inmediato, consejero mayor, era el doctor Kuo Yu-Shou, de China. La Sección completa dependía de uno de los directores de la Comisión Preparatoria: el doctor Howard E. Wilson, de la Universidad de Harvard. Sobre su estancia en Londres le escribió la siguiente carta al licenciado Manuel Gómez Morín:
Elena Torres 26 Harrington Gardens S. W. 2 London Julio 28 de 1946
Señor Lic. Manuel Gómez Morín
Estimado y fino amigo Aquí tiene a su amiga tratando de ponerse a tono con su nueva situación porque ahora “I Am a Consultor in rural and primary educatión”.
Me llamo UNESCO (United Nations Educational Scientific & Cultural Organisation) no puede verlo, pero le aseguro que como siempre la vida me da sorpresas muy grandes. Por dicha también me dio la experiencia tremenda que duró cuatro años durante los cuales palpé toda clase de absurdos. También hice recuento y relación de amistades. Amelia León a quien posiblemente usted conoce y recuerda. Integra como persona y adicta amiga mía tiene mi poder absoluto en México; ella y Elena Landázuri estudiaron conmigo como dos matrimonios amigos.
Ahora ya pasó una etapa molesta. Comienzo de nuevo a estar alegre y el trabajo me está cogiendo con toda la pasión de que soy capaz. Mis dificultades principales

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radican en la necesidad de usar para el trabajo una lengua extranjera, así y todo, espero dominar en dificultad de una medida conveniente.
Estaremos aquí hasta fines de agosto o principios de septiembre, después a París, donde parece que el Gobierno francés está arreglando edificio y alojamientos.
Espero que para usted y los suyos las cosas sigan cada día mejor. Saludos a su esposa e hijos y para usted el afecto fraternal de siempre.
Elena16
La Sección de Educación de la Unesco editó un libro titulado Educación Fundamental, como resultado de la colaboración de 51 personalidades, todas expertas en distintas disciplinas como educación, antropología, psicología, etnología y ciencias sociales. La maestra Torres Cuellar contribuyó con un artículo acerca de los motivos que la llevaron a formar la Misión Rural Experimental, cuyo trabajo y resultados eran parte del producto de una vida dedicada al análisis de la educación rural, desde el campo de acción, que en 1926 le había valido una beca para ir a estudiar a la Universidad de Columbia. La Comisión Preparatoria de la Unesco se trasladó de Londres a París a finales de octubre de 1946, pues en esa ciudad recibiría su aceptación de las Naciones Unidas como agencia especializada; posteriormente se convertiría en la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura. En la Sección de Educación tenían la ambición de que, para cuando la Unesco fuera reconocida como agencia especializada y adscrita a las Naciones Unidas, ya se contara con la colaboración de personalidades de reconocida experiencia a nivel internacional, por lo que se invitó a las personas que habían trabajado tiempo atrás en la extinta Liga de las Naciones y que en ese momento laboraban en la Oficina Internacional de Intercambio Intelectual y en la Oficina Internacional de Educación de Ginebra. En este momento, desde el autoexilio, tuvo una nutrida conversación con su hermana y sobrinos en México, quienes la mantenían al tanto de la vida política y los grupos en el poder, de tal suerte que en varias cartas le explicaron que la situación económica no era la mejor, y que si podía
16 Carta del 28 de julio de 1946, Archivo Manuel Gómez Morín.

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quedarse más tiempo laborando en el extranjero sería más conveniente para ella. En México una de sus preocupaciones era su casa, la cual desde hacía años quería vender. La Oficina de Educación designó como su representante al doctor Roselló, una verdadera autoridad en el campo de la educación. Posteriormente se vio la posibilidad de que la Oficina Internacional de Educación de Ginebra desapareciera y de que todos sus miembros pasaran a formar parte de la Comisión Preparatoria de la Unesco. El doctor Roselló escuchó la proposición y contestó que esa responsabilidad él no la podía asumir, por lo que ese asunto debería ser planteado a su jefe, el doctor Jean Piaget. El doctor Huxley inmediatamente se comunicó a Ginebra con el doctor Piaget, invitándolo a París; éste aceptó y se trasladó a esta ciudad para estar presente en varias reuniones. Fue una experiencia inolvidable para todos los miembros de la Comisión conocer a uno de los más grandes pedagogos y que analizara y ensalzara la labor desarrollada por cada uno de ellos. Al llegar el reconocimiento oficial para la Unesco, el trabajo del equipo terminó. El primero en dejar París fue el doctor Howard E. Wilson; uno a uno, regresaron a sus respectivos países los miembros de la Comisión. La señorita Torres retornó a México en 1947, pero fue hasta 1950 cuando dio por terminada su licencia, la cual había obtenido en 1945; desempeñaba el cargo de inspectora escolar federal con adscripción a la Dirección General de Enseñanza Primaria en los Estados y Territorios. Su regreso a México no fue del todo halagüeño, pues al pedir su reincorporación a su plaza en la Secretaría de Educación Pública se dio cuenta de que ésta había desaparecido por las nuevas facultades y cambios en las oficinas centrales, debido a lo que tardaron varios meses en asignarle una nueva tarea dentro de la Secretaría. Obtuvo el nombramiento de pedagogo “A”, plaza de nueva creación, tras un peregrinar burocrático, mismo que informaba puntualmente al licenciado Manuel Gómez Morín por medio de correspondencia. El tema central seguía siendo la venta de la casa, pues de esa forma podría tener dinero mientras la precaria situación pasaba.