VISTAS DEL CAMPANARIO Y PARROQUIA
St. Mark's Church, Björkhagen (Estocolmo), 1956-60
cauce original. Finalmente, Alison, la mujer de Smithson, dijo que era el momento de revalorizar y pensar sobre estos otros arquitectos, no polémicos, no políticos, y que no dirigían sus esfuerzos para convencer ni al gran público ni a sus colegas, pero que estaban enraizados profundamente en el pensamiento generador de la arquitectura actual. Propuso además una clasificación para identificarlos: los llamó «los arquitectos silentes del Movimiento Moderno». Recuerdo que en la primera generación nombraba a Sigurd Lewerentz (Suecia), Dimitri Pikionis (Grecia) y Konstantin Melnikov (Rusia). En la segunda a Charles y Ray Eames (California), José Antonio Coderch (España) y Max Bill (Suiza). En la tercera generación, en solitario, a Ralph Erskine (Suecia). Como tantas otras veces, la amistad, el chianti y el claro aire de la noche diluyeron –en la caminata de vuelta al albergo– la propuesta, pero siempre pensé coincidiendo en lo justificado, y mentalmente agregaba otros nombres por mi cuenta. En varios encuentros posteriores, volvimos sobre este tema, que de alguna manera nos era simpático y cercano.