Sebaatián Bechis / Franco Campodónico
publicitarios y telarañas de cables, insensiblemente blanqueada y plagada de equipos de aire, en medio del desorden espacial del área céntrica, la Galería Rosario sobrevive. Ambicioso proyecto de los arquitectos R. Jiménez Rafuls, J. y M. Solari Viglieno, R. Candia, A. Facchini y J. Oudkerk, organizado y ejecutado por Candia & Cia, originalmente incluía un auditorio central, otro bloque de viviendas, un posible hotel y preveía conexiones peatonales hacia las calles Rioja y Córdoba. Aunque cercenado y alterado, el edificio atesora resoluciones arquitectónicas esenciales de gran compromiso con la ciudad. Dos aspectos merecen destacarse. En primer lugar, la conformación de un pasaje peatonal público penetrando el interior de la manzana. Esta operación que ha ido conectando pasajes en el área céntrica hasta llegar ha conformar un sistema fortuito de recorridos, supone una valiosa transgresión a las leyes compositivas del damero. Manipulando los elementos esenciales del trazado, se han construido espacios y recorridos positivamente alternativos a la agotadora repetición de calles, manzanas y esquinas. La Galería Rosario se destaca dentro de este sistema por su construcción espacial fluctuante, pero armónica, en un entorno caótico y agresivo. Este es el segundo aspecto, su espacio interior. El proyecto enfrenta el conflicto de conformar distintos ámbitos acordes a los programas que contiene y mantener la continuidad espacial del pasaje. Ante esta dualidad, el edificio propone una gradiente de espacios con distintas escalas y proporciones que se suceden, diversificando las relaciones y percepciones, en cada instancia de su recorrido. Pero también, con materiales y revestimientos elegantemente ensamblados según colores, texturas, trasparencias y opacidades, construye planos verticales y horizontales exentos, cielorrasos despegados de sus apoyos por lucernarios y columnas como pilotes rodeadas por geométricos quiebres de la carpintería, que logran la buscada continuidad espacial del pasaje. La escalera principal colgada, casi transparente, con el mural de Julio Vanzo como fondo, reafirma esta intención. Captando el espíritu de una época con una arquitectura plenamente moderna en su concepción, la Galería Rosario trasciende las fechas y enfrenta con dignidad el paso del tiempo.
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