2017
de Eivissa y Formentera
associació d’altes capacitats i talents d’eivissa i formentera
10 AÑOS DANDO ALAS AL CORAZÓN Y LA MENTE
La asociación
EN PRIMERA PERSONA
entrevistas
Repaso a los diez años de historia de ACTEF, en los que el tesón y esfuerzo de las familias han transformado la realidad de las altas capacidades.
Familias y jóvenes relatan cómo han encontrado apoyo y comprensión en la asociación y han aprendido a aceptar sus diferencias.
La psicóloga Susana Arroyo y la profesora Rosabel Rodríguez abordan las claves de las altas capacidades intelectuales y de su detección.
La cebra ese animal diferente
ese équido que el humano no ha sido capaz de domesticar, que en la sabana se distingue claramente de los demás gracias a sus rayas que le permiten camuflarse, que necesita a los demás para vivir y cuida muy celosamente de sus crías, que es a la vez tan diferente y tan parecida a sus congéneres… Además, al igual que ocurre con nuestras huellas dactilares,
las rayas de las cebras son
unicas y les permiten reconocerse entre si Seguiré defendiendo a todas esas personas «rayadas» como si sus rayas evocasen también los zarpazos que puede depararles la vida. Seguiré explicándoles que sus rayas son también
formidables particularidades
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que pueden salvarlas de numerosas trampas y peligros. Yo seguiré diciendo y repitiendo que estas «extrañas cebras» necesitan toda nuestra atención para vivir en armonía en este mundo tan exigente.
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Que son magnificas y que pueden estar orgullosas de ello Jeanne Siaud-Facchin Demasiado inteligente para ser feliz.
Editorial
corren nuevos aires
Esperanza Marquès Presidenta de ACTEF
Edita
Plataforma Sociosanitaria Calle Madrid, 52 07800 Eivissa 680 64 94 19 info@actef.es Mayo 2017
Redacción Nieves García Gálvez Diseño Judit Binefa Ilustraciones Freepik, Shutterstock Patrocinador
Agradecimientos
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uando hace diez años fundamos ACTEF, no imaginábamos cuántos niños y niñas podían tener altas capacidades intelectuales (ACI). Se hablaba de un 2% de la población y, sin embargo, cuando a finales de 2015 la Universitat de les Illes Balears presentó su protocolo de detección de alumnos con altas capacidades, ya estimaba que el porcentaje podría ascender al 7%. En sus diez años de historia, ACTEF siempre ha apostado y empleado buena parte de sus recursos en la detección; donde la Administración ha faltado, nosotros hemos intentado llegar. Y es que como padres y madres tenemos una motivación imparable: que nuestros hijos e hijas vivan en un entorno más apropiado y se encuentren bien. Con un 0,64% de alumnos con ACI identificados en 2017, tenemos el porcentaje más alto de Baleares. Dista mucho del 7%, pero confiamos en que ese porcentaje mejore con la puesta en marcha del protocolo en los centros educativos, nuestro empeño y nuestra oferta formativa para el profesorado. Con ello, crecerá el número de familias que buscan respuestas y muchas pasarán por nuestra asociación, por lo que debemos estar Queremos preparados para atenderlas. Éstos han sido diez años compartiayudarles a decir dos con niños y niñas, con jóvenes, a con normalidad: los que hemos visto crecer y volar. Nosotros les hemos dado herramientas y “tengo altas alas y ellos han tomado su camino. Nos capacidades” alegramos por cada uno que consigue sus sueños. Es bonito escuchar a los padres y madres decir: "Es feliz, por fin está donde quiere". Pero nos preguntamos por qué deben sufrir y esperar tanto para conseguirlo. Responsables de la administración educativa siempre nos han dicho que esto “va poco a poco”. Pero ¿cuánto es poco a poco? ¿No basta una década? Hasta ahora nuestra actuación se encaminaba a hacer visibles a las personas con ACI, pero corren nuevos aires y nuestros objetivos han cambiado. Queremos ayudarles a salir del pupitre, a poder decir con normalidad: "Tengo altas capacidades". ¿Por qué ocultarlo si es algo que no se elige? Su atención educativa debe normalizarse; no es un privilegio que deban ganarse, sino un derecho reconocido por las leyes. La puesta en marcha del protocolo de detección en el curso 2015/2016 es un hito muy importante, si bien no todos los colegios lo están aplicando. Creemos que saben que no hacerlo discrimina a sus estudiantes y esperamos que en poco tiempo todos lo implanten. A diario confiamos nuestros hijos e hijas a sus profesores y sabemos que ellos también quieren sacar lo mejor de cada alumno y de cada alumna, incluidos los de altas capacidades. Además de la historia de la asociación, en esta revista que os presentamos encontraréis testimonios de familias y jóvenes que han compartido con ACTEF parte de sus vidas, de sus preocupaciones y de sus alegrías, y entrevistas a dos especialistas que son un referente para la asociación. Desde ACTEF os invitamos, a las familias y a los docentes, a remar juntos para que florezca lo mejor de cada niño y de cada niña, de cada joven, ya sean hijos o alumnos, y nos ponemos a vuestra disposición y, por supuesto a la suya, para llevar a cabo esta importante labor.
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Historia
el germen de un gran cambio Antes de ACTEF, las altas capacidades eran casi desconocidas: ni detección ni atención ni sensibilidad hacia los niños con ACI. Diez años después, el esfuerzo incansable de las familias ha transformado aquella realidad. uando nació la Associació d’Altes Capacitats i Talents d’Eivissa i Formentera (ACTEF), el 10 de febrero de 2007, la vida de los niños y los jóvenes con altas capacidades (ACI) de las Pitiüses cambió para siempre. Atrás quedó la angustia de los padres que veían cómo sus hijos tenían problemas en el colegio, sufrían y se sentían frustrados, y cómo en los centros educativos no les daban respuesta alguna. “En el colegio no se tenía sensibilidad con los niños con ACI, prácticamente ni se sabía qué eran”, dice la presidenta, Esperanza Marquès. “Los padres nos encontrábamos con que no nos hacían caso, pero nosotros sabíamos que había algo en nuestros hijos y nos
que ser ellos mismos, donde dar rienda suelta a sus inquietudes intelectuales con actividades diferentes y en el que han hecho grandes amigos. DE LA UNED A ACTEF El germen de ACTEF surgió en un curso de la UNED donde coincidieron Marquès y varias madres que vivían una situación similar y que buscaban información sobre las ACI. “Empezamos a hablar de las carencias que había, hicimos amistad y a partir de ahí nació la idea de asociarnos”, recuerda Marquès, quien ya formaba parte de la Asociación Balear de Superdotados y Altas Capacidades (ABSAC), con sede en Mallorca. El paso adelante lo dieron ocho familias, una psicopedagoga y un orientador del equipo de
Creciendo en socios
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preocupábamos”, comenta. Ante la desidia, ella optó por ir a Barcelona con el suyo para hacer allí una valoración. Y cuando regresó al colegio con el informe del psicólogo, en el centro “lo guardaron en un cajón”. Gracias al esfuerzo y a la perseverancia de las familias, esto ha dado paso a la situación actual, en la que la realidad de las ACI en Eivissa y Formentera es totalmente distinta. Queda mucho por hacer todavía, pero los avances son palmarios. Las Pitiüses tienen la tasa de diagnóstico más alta de Baleares (0,64% en 2017, frente al 0,47 del archipiélago). Las familias han hallado en ACTEF un espacio de apoyo y comprensión, de guía ante las dificultades. Y los niños y jóvenes han encontrado un lugar en el
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orientación educativa y pedagógica (EOEP) de Eivissa y, casi un año después, firmaron el acta constitucional. Una vez fundada, el siguiente escalón fue pensar “qué había en la sociedad que pudiera aportar riqueza a los niños”, relata la presidenta. Y empezaron a organizar excursiones: a ses Salines, al museo de Puig des Molins... “Nuestra idea era reunirlos y llevárnoslos”, apunta y subraya que rápidamente empezaron a hacer amistad entre ellos, pues “les iba muy bien conocer a otros niños que funcionasen como ellos”. Pero la posibilidad de encontrarse no sólo favorecía a los chavales, que tenían edades similares, sino también a sus familias: “Nos venía muy bien reunirnos y hablar de los problemas que teníamos en los colegios y ver qué soluciones podíamos encontrar, pues estábamos todos bastante perdidos”, indica Marquès, quien resalta que aquéllos fueron “los inicios” y que entonces, entre los fundadores de ACTEF, se sentían “como una familia”. “Pero la familia fue creciendo, que es lo que tocaba”, apunta la presidenta. Y precisamente éste es el gran cambio que ha vivido ACTEF en opinión de Marcela Friederichs, socia y responsable
del proyecto lingüístico y el musical: “De ser una asociación familiar, de ocho familias amigas, empezó a crecer y a crecer y hoy es un organismo con todo su reconocimiento y todas las de la ley”. Ese primer año ya finalizaron con 15 familias asociadas. “A los pocos meses de la fundación entraron cinco más”, recuerda Marquès, que insiste en una premisa que repetía entonces y sigue repitiendo hoy a los nuevos socios: ACTEF es “una asociación de padres”. “No se trata de ver qué servicio damos nosotros a las familias, sino de ver qué pueden aportar ellas a este mundo”, dice. Con el paso de los años, el colectivo ha continuado creciendo. Cada año se unen miembros y se dan de baja otros, pero el balance no ha dejado de crecer en esta década hasta los 112 socios con los que cerró 2016. atender y formar Desde el primer momento, el objetivo de ACTEF ha sido doble. Por un lado, atender las necesidades de los niños y niñas, de los jóvenes, tanto emocionales como sociales e intelectuales; por otro, dar a conocer y formar en altas capacidades tanto a las familias como a los docentes. Y ello con la mirada puesta en las carencias existentes –que, como subraya Marquès, en sus inicios eran “todas”– para resolverlas. La primera de las necesidades era el diagnóstico, ya que en muchos casos la opción para obtenerlo era salir de la isla. “Desplazarte a una ciudad distinta para pasarles una batería de pruebas no era cómodo para estos niños, que además son muy sensibles; era mucho esfuerzo”, comenta.
En cifras
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Niños y jóvenes atendidos
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Familias asesoradas
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Familias formadas y sensibilizadas
el voluntariado
figura clave En el año 2014 las psicólogas Jéssica Sabiote y Sandra Pedroso, que se integraron en la asociación de forma voluntaria dos años antes, pusieron en marcha el Plan de Voluntariado de ACTEF. Y es que la de los voluntarios es una figura clave en la asociación. Desde el caso de Sabiote y Pedroso, que desde el principio se ofrecieron a hacer terapias individuales y sesiones de grupo con los niños, a otras profesionales como Estefanía Molina, Mariluz Zornoza, Candela Sánchez o Lídia Ramon. También es clave la labor de los padres y madres de ACTEF, tanto en la gestión del colectivo como en la creación de grupos de trabajo y en la propuesta de actividades y su ejecución.
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“En el colegio no se tenía sensibilidad alguna con los niños con ACI, prácticamente ni se sabía qué eran”
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Nuestros hitos 2007
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_Se constituye la asociación. _Primeros talleres y actividades. _Primeras valoraciones. _Primera salida familiar a Formentera.
_Inicio del proyecto lingüístico juvenil. _Coloquios para familias (Susana Arroyo).
_Socios fundadores de CONFINES. _Primeras jornadas y conferencias en escuelas. _Primer intercambio internacional en Düsseldorf.
_Puesta en marcha de la Escuela de Padres. _Primer concierto del grupo Vierzhen.
_Colaboración en la puesta en marcha del protocolo de detección de ACI del Govern balear. _Inicio Escuela de Profesores.
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_Incorporación a la Plataforma Sociosanitaria _Primera conferencia (Begoña Jiménez).
_Primer viaje fin de curso proyecto lingüístico a Köln (Alemania)
_Primer curso de intervención educativa para profesores. _Inicio de actividades en Formentera. _Inicio proyecto musical.
_Plan de Voluntariado. _Formación para psicólogos y colaboradores. _Intercambio con jóvenes de Münster (Alemania). _Grabación en estudio de Vierzhen y diseño camisetas.
_Primer proyecto internacional Erasmus+. _Primera convivencia de niños y jóvenes en Can Tomeu. _Viaje de convivencia de los jóvenes a Berlín.
Por ello, apostaron por traer de Barcelona a Susana Arroyo, una psicóloga especializada en ACI que ya entonces trabajaba con algunas de las familias, para hacer las valoraciones aquí. “Tenemos lista de espera y cuando sabemos que viene avisamos a las familias”, dice la presidenta de ACTEF, quien no obstante aclara un detalle fundamental: “Lo primero que les decimos es siempre que inten-
ten la valoración por el colegio. Nuestra idea no es que lo hagan por privado, porque es un gasto”. Pero cuando han agotado todas las posibilidades ésta se convierte en la única opción pues “las familias y los niños necesitan respuestas”. En estos diez años han sido 96 las valoraciones realizadas. psicología y actividades En 2008, ACTEF se incorporó a la
Marcela Friederichs y Esperanza Marquès.
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Personas que han formado parte de las juntas directivas.
Plataforma Sociosanitaria y contactó con la psicóloga Lola Salve, que atendía a los socios de los diferentes colectivos. Unos meses más tarde surgió la idea de que Salve realizara talleres, para niños y para padres, en los que trabajar las habilidades de comunicación, el desarrollo de la inteligencia emocional y gestión de emociones o la solución de problemas. Y es que Salve resalta que son
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Varios miembros que han estado en la dirección de ACTEF.
Integrantes de una de las juntas.
¿QÚE OFRECE ACTEF A LAS FAMILIAS? Lola Salve Psicóloga ACTEF
Marcela Friederichs Socia Fundadora
“No se trata de qué servicio podemos dar a los socios, sino qué pueden aportar ellos a este mundo”
“Son niños con ACI pero a nivel emocional pueden tener las dificultades de cualquier otra persona”
“Los niños vienen con el chip activado con menos edad, cada vez llegan más potentes”
niños con ACI, pero a nivel emocional “pueden tener las dificultades de cualquier otra persona”. Pero con el problema añadido de que para ellos “puede ser más difícil adaptarse a ciertas circunstancias ya que, por ejemplo, en general son muy sensibles y no toleran las injusticias”, afirma. La psicóloga asegura que rápidamente conectaron y se entendieron “muy bien”, y así lo expresan los propios jóvenes que han pasado por los talleres. “Ellos aprovechan muchísimo los talleres; les gusta aprender a gestionar las emociones, enseguida se dan cuenta (gracias a sus ACI) de que les ayuda en su día a día”, afirma Salve y agrega que como les sirven para su enriquecimiento personal, los valoran mucho. Paralelamente se organizaban cursos, talleres y excursiones, en función de los profesionales que tenían a su alcance y la labor que éstos podían desempeñar. Se iniciaron así el proyecto musical (2012) –los chavales interesados aprenden a tocar instrumentos y forman parte de varios grupos– y el proyecto lingüístico juvenil de alemán (2009) –con una dinámica en la que los chavales cooperan para trabajar, lo que genera mucha unión entre ellos–, ambos a cargo de Marcela Friederichs.
Friederichs destaca que cada generación que ha pasado por el proyecto lingüístico –que les ha llevado a realizar viajes a Alemania, incluidos de intercambio–, es una nueva historia: “Los niños vienen con el chip activado con menos edad, cada vez más potentes, tal vez porque viven el mundo digital más pronto”. Talleres artísticos, de ciencias, de videojuegos, de cómic o de juegos de rol completan una oferta de actividades que busca dar respuesta a la demanda e intereses de los niños y adolescentes. a los padres y profesores El trabajo lo completa el asesoramiento a las familias y la formación para ellas y para profesores. Las conferencias y los coloquios para familias dieron paso a las jornadas especializadas y a los cursos de intervención educativa –ambas iniciativas han cumplido ya cinco ediciones– y a las escuelas de padres y de maestros. La formación dio comienzo con Susana Arroyo, si bien con los años ha ido sumando nuevos ponentes, siempre con gran acogida. La asociación está inmersa ya en la organización de la sexta edición de las jornadas y cursos. El trabajo no cesa.
Servicios ACTEF ofrece a las familias la posibilidad de realizar la valoración de las ACI de manera privada. En el caso de los niños, recomiendan agotar primero la vía escolar y en el de los jóvenes apuestan por la valoración privada pues su objetivo no es la posterior intervención educativa. Las familias tienen a su disposición terapias individuales y en grupo para sus hijos, al tiempo que la asociación les ofrece asesoramiento, acompañamiento y formación sobre ACI a ellas y a los docentes, pues de los conocimientos y la sensibilidad de éstos últimos depende que los niños reciban una atención adecuada. Para poder llevar a cabo estos servicios y que sean accesibles a todas las personas que los necesiten, ACTEF trabaja activamente en la búsqueda de financiación, sobre todo de las administraciones.
ACTIVIDADES La oferta de actividades de ACTEF para los niños y jóvenes con ACI es extensa y se adapta a sus intereses, con el fin de que encuentren aquello que no les ofrecen en otros sitios. Junto al proyecto lingüístico juvenil y el proyecto musical, se imparten talleres de habilidades sociales y gestión de emociones, de actividades artísticas y literarias, ciencias o videojuegos, entre otros.
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Esperanza Marquès Presidenta ACTEF
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J. A. RIERA
Entrevista
Susana Arroyo, psicóloga
“Hay familias que evitan la identificación por miedo a etiquetar a sus hijos”
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Susana Arroyo subraya la importancia de diagnosticar las altas capacidades para dar a niños y niñas la atención emocional y educativa que precisan. Destaca que la labor de las asociaciones es “muy positiva” para favorecer el encuentro entre familias “que viven situaciones paralelas”.
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¿Qué son las altas capacidades intelectuales? Estar dotado de altas capacidades (ACI) quiere decir disponer de una elevada inteligencia,
ya sea en algunas áreas o en todas, y un gran potencial creativo. Por eso, los niños y niñas con ACI tienen facilidad a la hora de aprender, son curiosos, suelen hacer muchas preguntas y hacen muchas conexiones entre diferentes aprendizajes; todo eso les permite avanzar en el conocimiento con rapidez. Pero las ACI también tienen una vertiente creativa y emocional que implica rasgos diferenciales: son imaginativos en sus ideas y producciones; son perfeccionistas y toleran con dificultad las frustraciones o equivocaciones; son muy sensibles y suelen vivir con intensidad lo que les pasa; a menudo les cuesta aceptar sus errores o la
crítica; muestran un elevado sentido de la justicia, cuestionando a la autoridad si no la consideran justificada, y viven el reto como un ingrediente motivador y necesario para avanzar en sus inquietudes y aprendizajes. ¿Qué tipos de altas capacidades hay? Los niños dotados de ACI no forman un grupo homogéneo ni en su perfil intelectual y creativo ni en los rasgos ligados a su personalidad. Diferenciamos tres categorías. Antes de los nueve años hablamos de niños precoces intelectualmente, pues la inteligencia es un fenómeno
evolutivo. Una vez que la inteligencia está estable, podemos diferenciar entre niños superdotados intelectualmente o talentosos en un área o varias. La superdotación implica un perfil alto y homogéneo en todo lo relacionado con la inteligencia y la creatividad. Los talentos simples suponen un punto fuerte en una sola área cognitiva y, por tanto, podemos hablar de verbales, matemáticos o creativos. Cuando el perfil aptitudinal es alto en diversas áreas distinguimos talentos complejos como serían el académico o el figurativo. ¿Las personas tienen altas capacidades o las desarrollan? Las ACI son una dotación con la que las personas nacen y que pueden ser más o menos estimuladas por el ambiente en que los niños se desarrollan, con la consiguiente satisfacción que genera en ellos que esto ocurra. Los niños con ACI son más felices y se sienten mejor cuando pueden desarrollarse en un contexto que les permite desarrollar su elevado potencial. Ahora bien, y en contraposición con ideas sesgadas, sin estimular a niños desde edades tempranas es posible que éstos desarrollen unas altas capacidades; del mismo modo, a través de un ambiente empobrecido a nivel intelectual, las ACI no se desvanecen. ¿Qué signos pueden hacer sospechar que un niño o niña tiene altas capacidades? Las familias explican que son muy observadores, preguntan
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?? hasta la extenuación, aprenden con rapidez y muestran poca atención hacia temas que no les interesan. Su desarrollo suele ser precoz a nivel verbal y eso hace que de pequeños usen un vocabulario rico y preciso. Adquieren con facilidad la escritura y la lectura, que suele ser apasionante y una amplia fuente de conocimientos que los hace disfrutar. De hecho, aprender y avanzar en el saber les hace felices. Los padres normalmente nos trasladan que son obstinados en lo que quieren, les cuesta tolerar frustraciones y son perfeccionistas y autoexigentes en lo que les motiva. ¿Y en la escuela? En la escuela suelen ser muy entusiastas y participativos, ha-
cen preguntas muy elaboradas para su edad y se expresan con mucha riqueza de vocabulario; en definitiva, son niños y niñas que aprenden con facilidad. Ahora bien, si no encuentran el reto que necesitan, si el ritmo o los aprendizajes no son los adecuados, pronto aparecen la desmotivación, el no querer ir a clase o problemas de conducta que, a veces, se pueden confundir con dificultades de atención o con niños que se portan mal o desafían a la autoridad. ¿Hay diferencias entre niños y niñas? Los estudios muestran que los niños son más capaces en razonamiento matemático, mecánico y espacial. Sin embargo, las niñas destacan en razonamiento
susana arroyo y actef Antes de la creación de ACTEF, Susana Arroyo ya se desplazaba a Eivissa desde Barcelona a petición de un grupo de familias para realizar la detección y el seguimiento de personas con altas capacidades (ACI). Con la puesta en marcha de la asociación, Arroyo ha pasado a colaborar de varias formas: realizando diagnósticos, orientando a las familias sobre los pasos a seguir en el hogar y en el ámbito escolar e impartiendo formación. Las primeras sesiones organizadas por la asociación, según explican desde ACTEF, consistían en “una ruta por centros
escolares” donde se daban charlas de una hora y media sobre “qué y cómo eran los alumnos con ACI”. “No se llegaba a cómo atenderlos en clase”, apuntan. De ahí que, visto el interés de los docentes, se pasó a cursos de 10 horas que incluían una parte teórica de características, desarrollo y detección de niños con ACI y otra más práctica sobre técnicas de atención en el aula. “El éxito de esta formación es que las herramientas que se dan son buenas para aplicar a toda el aula y atender la diversidad”, destacan en ACTEF.
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los niños con aci “aprenden con rapidez, son muy observadores y preguntan hasta la extenuación”
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“recomendamos iniciar la evaluación a los seis años; en niños con problemas se avanza a cuatro”
verbal y son más precoces en su desarrollo. Estas diferencias existen, pero es necesario preguntarse a qué se deben. Existe una barrera social invisible que hace que el proceso socializador todavía sea muy diferente en función de variables de género, y que las expectativas y los mensajes que generamos hacia niños y niñas sean diferentes y, por lo tanto, que los impulsemos más o menos en según qué áreas. Ante las sospechas de altas capacidades, ¿por qué es importante la identificación?
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A través de una correcta identificación podremos atender a estos niños de la manera que necesitan. Los niños con ACI pertenecen al grupo de alumnos considerado con necesidades educativas específicas y, por tanto, necesitan intervenciones escolares que faciliten su desarrollo óptimo a nivel académico, emocional y social. En contraposición a una idea muy extendida, estos niños necesitan aprender de un modo diferente y esta diferencia hace necesaria cierta adaptación en su día a día en la escuela. La falta de estas adaptaciones hace que a veces aparezcan dificultades de atención, mala conducta, desmotivación o descenso de los resultados académicos que a menudo no aparecerían si fueran atendidos como necesitan. ¿A partir de qué edad es posible identificar las altas capacidades?
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La detección de las ACI es necesaria para dar a estos niños lo
que necesitan dentro y fuera del aula. Nosotros recomendamos a las familias realizar el proceso de evaluación e identificación a partir de los seis años, aunque en niños con problemas de adaptación a la escuela o malestar emocional avanzamos la evaluación a los cuatro. Una correcta evaluación y detección es fundamental para acompañarles tanto a nivel familiar como escolar. Y una correcta evaluación va mucho más allá de determinar un cociente intelectual (CI) superior a 130. ¿Qué quiere decir? Ya hace tiempo que las ACI se entienden como un conjunto de características que no las define sólo la cuantificación de un CI y, por eso, es necesario que la evaluación determine si su perfil aptitudinal es alto en todas las áreas o en alguna, que valore la vertiente creativa y el desarrollo emocional y social. Una evaluación que permita una mirada global sobre el niño con ACI hace que las intervenciones posteriores vayan bien orientadas y que, por tanto, respondan a sus necesidades reales. ¿Hay muchos niños y niñas que no están identificados? Claramente sí. Si bien es cierto que se ha avanzado mucho, queda camino por andar y son muchos los niños que no están detectados. En la identificación encontramos también diferencias en función del género: hay un mayor porcentaje de niños identificados en comparación con niñas. Esto se debe a la manera diferente que tienen ambos grupos de poner de manifiesto el malestar: los niños tienden más a hacerlo a través de conductas externalizantes y más visibles, como mostrarse muy inquietos o distorsionar en el aula, y las niñas a través de sintomatología más internalizante, a través de ansiedad o tristeza, que son menos
visibles y hacen que pase más desapercibido. Además, las niñas muestran mayor capacidad de adaptación, signo claramente positivo pero que a menudo dificulta la identificación de sus ACI y, por lo tanto, la correcta atención. ¿Qué dificultades encuentran las familias para obtener un diagnóstico? Una de las mayores resistencias a llevar a cabo la evaluación está relacionada con el miedo de algunas familias a etiquetar a sus
sus hijos como una forma de comprenderlos mejor, con la satisfacción de tener clara una dirección para ayudarles en lo que sea necesario, y con una gran dosis de responsabilidad. Sin embargo otras, y fruto de las muchas ideas erróneas y preconcebidas, la reciben con preocupación ya que entienden que tener un hijo con ACI es sinónimo de problemas. Esto no es así y es necesario hablar en detalle con las familias para que entiendan qué rasgos de sus hijos pueden ser comprendidos a partir de las ACI y cuáles no.
hijos. Es cierto que las etiquetas hay que tratarlas correctamente para que no encasillen a los niños, pero también es verdad que están al servicio de entender qué características se desprenden y para orientar a los profesionales. Por ejemplo, es diferente trabajar un mal comportamiento en el aula de un niño dotado de ACI que cuando no lo está. La información, sin duda, ayuda a acompañar a un niño en su desarrollo. ¿Cómo suelen recibir las familias la confirmación de las altas capacidades? Las respuestas son variadas aunque la mayoría suele recibir esta información sobre
Una vez identificado y confirmado, ¿se le explica al niño o a la niña? ¿Cómo? La edad del niño marca cómo se gestionará la información en el marco de la familia. Recomendamos siempre que primero los padres entiendan qué significan y qué no las ACI, para dar a sus hijos una información correcta y ajustada a la edad. También, que no se les haga una exposición de las ACI si ellos no preguntan, sino esperar a que formulen cuestiones en torno al tema, para responder del modo más ajustado posible y siempre con la verdad. En el momento en que un niño o un adolescente formula una pregunta, tenemos la certeza de que está preparado para escuchar la respuesta. Es importante ajustarnos a su ritmo.
a menudo resulta un alivio. Ahora bien, hay que ser extremadamente cuidadosos para que las ACI no se conviertan en una justificación de aspectos a mejorar. ¿En esta cuestión hay diferencias entre niños y niñas? Por mi experiencia, tanto niños como niñas reciben la noticia de modo similar. Es a posteriori cuando aparecen diferencias. Las adolescentes son mucho más reticentes y a menudo se oponen a realizar cualquier enriquecimiento o intervención escolar que las haga diferentes del resto, y por supuesto, son mucho más reticentes a acelerar de curso. Esto no aparece en tanto porcentaje en los niños, donde aceptan de mejor grado la diferenciación del grupo si esto satisface necesidades que tienen en el contexto escolar. A partir de entonces, ¿qué deben hacer las familias? ¿Qué consejos les daría? Las ACI tienen repercusiones tanto a nivel familiar como escolar y en dos ámbitos tan significativos para los niños es necesario trabajar de forma coordinada. Por tanto, es imprescindible informar a la escuela de que tienen un alumno con ACI. También es relevante que tanto los padres como los niños puedan encontrarse con familias que viven situaciones paralelas a las suyas y compartirlas. La labor de las asociaciones a este nivel resulta muy positiva.
“hay más porcentaje de niños que de niñas identificados por la diferente manera de expresar su malestar”
En niños y niñas que tienen ya edad para comprender y elaborar lo que significan las ACI, la identificación supone a menudo un descanso. De pronto comprenden una serie de vivencias que les son propias y diferentes de sus compañeros, y saber que esa diferencia nada tiene que ver con algún tipo de patología
“Saber que su diferencia nada tiene que ver con una patología resulta un alivio para los niños”
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¿Cómo lo reciben y afrontan los niños y niñas?
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Los protagonistas
en primera persona Marc, Astrid, Ismael, MarcO y Miguel son cinco del centenar de niños y jóvenes que en estos 10 años han pasado por ACTEF, donde encuentran amistad, comprensión y conocimientos y aprenden a aceptar sus diferencias. “habían pasado los años y tenía la oportunidad de trabajar con niños a los que podía comprender”
Astrid Canales Friederichs
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"aprendí a ser tolerante y a aceptar lo diferentes que somos todos”
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ada vez que entro, me siento como en casa. Yo he estado muy involucrada; he pasado muchas horas haciendo cosas con los demás niños de ACTEF. Es una parte muy importante y muy fuerte de mi infancia, de mi desarrollo como niña”, resalta Astrid Canales Friederichs, quien a los 10 años llegó a la asociación de la mano de su madre, Marcela Friederichs. Una década después y pese a la distancia –reside en Bremen (Alemania), donde estudia la carrera pedagógica de Viola–, aprovecha cada verano en Eivissa para sumar su granito de arena. “Mi madre era profesora de alemán y así conoció a Esperan-
za [Marquès], que era su alumna. A raíz de ahí nos acercamos a ACTEF”, cuenta la joven y explica que entonces ella todavía no tenía “un diagnóstico claro” de ACI, sino “un prediagnóstico” que había hecho la psicóloga del colegio. Fue a los 13 años, tras dos evaluaciones más, cuando confirmaron sus altas capacidades. participar “en todo” Al echar la vista atrás, Astrid cree que ella ha participado “en todo” dentro de la asociación. “Primero fueron los cursos de fin de semana con la psicóloga Lola Salve, a la que adoramos”, dice. En ellos, se juntaba un grupo de “cinco o seis jóvenes” muy distintos entre sí y compartían sus experiencias
y problemas. “Nos ayudó mucho; era muy útil”, asevera. Luego participó en cursos de teatro, música, alemán, de danza, y en viajes e intercambios. Y a los 16 años empezó a trabajar en ACTEF. “Habían pasado los años y tenía la oportunidad de ayudar y de trabajar, en mi propia casa, con niños nuevos que eran pequeños como lo había sido yo y a los que podía comprender más que otros profesores”, señala y resalta “lo gratificante” que fue. MADUREZ Y ACEPTACIÓN Sobre lo que encontró en la asociación, Astrid comenta que “más que comprensión”, ella aprendió a “ser tolerante” y a “aceptar lo increíblemente diferentes” que eran todos. “El mundo de las altas capacidades es extenso a más no poder”, resalta. E indica que, por muy distintos que fueran, de allí todos sacaban “madurez y aceptación”. “Aprendíamos dos cosas: que no está mal ser como somos, que todo tiene sus pros y sus contras y que hay que aprender a llevar bien los contras y a explotar los pros. Y a aceptar a los demás y a los que no tienen ACI”, dice. Y puntualiza: “Pero no lo digo desde la superioridad. Es sólo como si tú hablas un idioma y vas a un país donde nadie lo habla”.
"los conocimientos que no me daba el colegio me los dieron en actef”
ara Marc Montagut formar parte de ACTEF supuso abrir una nueva ventana al conocimiento. “Lo que no me daban en el colegio me lo dieron aquí”, asegura. Y es que a sus 24 años, Marc recuerda que la escuela le resultó “bastante aburrida”; que en el instituto se acostumbró “a aprobar todo sin tener que estudiar”, por lo que se dedicaba “a otras cosas”, y que las actividades extraescolares que tenía a su alcance se limitaban a practicar “algún deporte”, sin que entonces se interesara por alguna otra. Cuando ACTEF nació –fruto del esfuerzo de su madre, Esperanza Marquès, y del de siete familias más–, Marc tenía 14 años y
ya hacía seis que le habían diagnosticado ACI. “Antes de la asociación yo no pensaba en eso”, resalta. En un primer momento, su creación significó “tener más actividades para el fin de semana con gente nueva” y destaca dos de las que allí llevó a cabo: los talleres con Lola Salve y las clases de dibujo y pintura. “Lo que más me ayudó fueron los talleres con Lola porque te enseñaba cómo actuar ante determinadas situaciones”, dice Marc. Porque, agrega: “Como la gente cree que ya lo sabes todo, se supone que tienes que saber actuar en todas las situaciones y nadie te va a explicar cómo”, afirma, al tiempo que insiste en que en los aspectos sociales los niños
con ACI no están más avanzados. En su caso, en su vida antes de la asociación, relata que le costaba hacer amigos, pero pese a ello fue afortunado. ”Tuve la suerte de que mis amigos son bastante abiertos y aunque fuera diferente, me aceptaban”, dice y aclara que “no es diferente como malo”, sino “que no lo ven normal”, cuenta. Entre los jóvenes de ACTEF, compartir sus experiencias contribuía a que se unieran. “Cada uno hablaba de lo suyo, nos escuchábamos y nos intentábamos ayudar. Siempre buscábamos las respuestas más lógicas, porque nosotros pensamos de forma lógica o intentamos buscar un razonamiento, cuando hay cosas que no lo tienen y en las que simplemente hay que hacer caso al sentimiento que tengas en ese momento”, cuenta. También disfrutó de la creación artística en las clases de pintura: “Era un ambiente en el que todo el mundo estaba atento, escuchando e intentando aprender, y relajaba bastante”. Y como otros compañeros, estudió alemán, del que resalta lo rápido que avanzaban: “En poco tiempo empecé a hablar bastante”, dice. Agrega que lo que hoy habla es por esos dos cursos que lo estudió, y asegura que se le entiende.
“lo que más me ayudó fueron los talleres con lola salve; te enseñaba cómo actuar ante ciertas situaciones”
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Marc Montagut
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Miguel Moles
MarcO
“he encontrado gente que me apoya, me ayuda y, sobre todo, me entiende”
“en actef he conocido a chicos y chicas con los que me siento uno más”
“A la gente con altas capacidades no se les da ningún tipo de ayuda porque ‘van sobrados’, aunque la verdad es que sus necesidades no se ven”, afirma Miguel Moles, un joven de 16 años que entró en ACTEF cuando sólo tenía nueve y que destaca que en la asociación ha encontrado “un montón de gente” que le apoya, le ayuda y, “lo que es más importante” para él, le entiende. Aunque en estos momentos no realiza actividad alguna de las que organiza ACTEF, lo cierto es que ha estado inmerso en muchas de ellas. Asistió a los talleres que imparte la psicóloga Lola Salve; participó durante dos años en el proyecto lingüístico de alemán; estuvo en la convivencia en Berlín del pasado verano; ha formado parte del proyecto Erasmus+ y en marzo viajó a la Fira de L’Ensenyament de Barcelona con otros compañeros. “Amistades, apoyo, comprensión y esperanza”, apunta sobre lo que ACTEF ha aportado a su vida. Y agrega: “Esperanza de encontrar a alguien como yo, que no sólo hable de fútbol, del juego de moda o de lo buena que está la chica de al lado. Esperanza de saber que no soy raro, que hay gente como yo y que está ahí fuera. Sólo hace falta ir a buscarla y por eso sigo en ACTEF, porque no conozco mejor forma”.
La familia de MarcO conoció ACTEF a través de una amiga cuando él tenía 11 años. Ahora, cinco años después, este joven cuenta que para él la asociación ha significado “una manera de encontrar a chicos y chicas con gustos parecidos” a los suyos y con los que, dice, puede relacionarse “perfectamente” y sentirse “uno más”. En este tiempo, son diversas las actividades en las que ha participado. Resalta, igual que otros compañeros, el “trabajo emocional” realizado en la asociación. Y las clases de guitarra eléctrica que ha recibido y que le sirvieron para formar parte de Vierzhen, el grupo que integran otros jóvenes que como él aprenden música en ACTEF.
“hay gente como yo y está ahí fuera, sólo hace falta buscarla. y no conozco mejor forma que en actef”
Ismael Prieto
"descubrí que los prejuicios no tienen que ver con la realidad” Ismael Prieto tenía 13 años cuando llegó a ACTEF. Él no tiene ACI, pero quería aprender alemán y una amiga que lo estudiaba allí se lo recomendó. Reconoce que al principio le rondó por la cabeza “lo típico de lo que dicen de la gente con ACI, que se relacionan menos o que tienen más problemas sociales”, sin embargo sostiene que una vez dentro descubrió a chicos y chicas “totalmente normales”. ”Eran todos abiertos y hablábamos mucho”, asegura. En los años que pasó en ACTEF vivió experiencias enriquecedoras. Aprendió alemán y logró un nivel “maravilloso”, dice y resalta el trabajo de la profesora. Viajó en dos ocasiones al extranjero, una a Colonia y otra a Düsseldorf. Y conoció a gente con la que aún hoy, siete años después, mantiene el contacto. “Toda mi experiencia allí fue genial”, resalta este joven, quien valora lo que aprendió sobre las ACI, así como poder comprobar que los prejuicos, las ideas existentes, no se ajustan a la realidad. “Creo que la asociación hace una muy buena labor”, dice.
Los viajes “El verano pasado participé en la convivencia que se realizó en Berlín, donde hice amistad con mis compañeros y en la que aprendí muchas palabras nuevas de un idioma que no conocía”, explica MarcO, que viajó a pesar de no formar parte del proyecto lingüístico de alemán que lleva a cabo la asociación. Asimismo, hace referencia al intercambio Erasmus+ que organizaron en otoño: “Convivimos con chicos y chicas que vinieron de Alemania e hicimos muchas actividades”, resalta.
“el verano pasado participé en la convivencia en berlín, donde hice amistad con mis compañeros”
Taller películas con Lego|2015 Viaje a Formentera|2008
II Intercambio Internacional, visita a Dalt Vila|2015
Album de fotos Taller de teatro|2009
II Intercambio Internacional|2015
Proyecto internacional Erasmus+, visita Dalt Vila|2016
I Convivencia de niños y niñas de ACTEF|2016
Taller de pintura, Santa Eulària|2011
Visita al velero de La Caixa|2010
ACTIVIDADES
Visita al CEM|2007
Visita guiada a Madina Yabisa|2012
Visita a la isla de sa Conillera|2015 I Convivencia de niños y niñas de ACTEF|2016
II Intercambio Internacional, visita a Dalt Vila|2015
Visita a la isla de sa Conillera|2015
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Las familias
Una gran red de manos amigas Las familias de niños con altas capacidades han encontrado en la asociación apoyo y comprensión. Padres y madres descubren que no están solos, igual que sus hijos, que disfrutan compartiendo inquietudes y siendo ellos mismos.
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on sólo siete años, el hijo de María B. le dijo un día a su madre que quería “volver a nacer en un mundo en el que le entendieran”. “Son cosas de críos”, solía pensar ella –y le repetían en su entorno– de las frustraciones y el bajo estado de ánimo del niño. Pero aquello iba más allá: “Me di cuenta de que lo que quería era morirse”, asegura esta madre, quien recuerda que el día en que a él le diagnosticaron altas capacidades (ACI), ella lloró, pues “de repente” entendió el porqué de su sufrimiento. Entonces, derivada por la psicopedagoga que le realizó la primera evaluación, conoció ACTEF. “Fue como sentir el sol en enero; nos ayudaron muchísimo”, relata María B. y añade que en la asociación halló comprensión, apoyo y protección. “Y sobre todo un sitio donde siempre encuentran una solución para que mi hijo y nosotros nos sintamos mejor”, afirma. Y es que por encima de for-
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“Saber que no está sola, que puede ser y decir lo que quiere, que no la juzgan, la ha reforzado en su autoestima y en su seguridad” ••• Nieves
mación y charlas, más allá de los cursos y talleres –todo ello muy valorado–, si hay algo que las familias que han pasado por ACTEF destacan de la asociación es precisamente que les ha ayudado, a sus hijos e hijas y también a ellas, a sentirse comprendidas y darse cuenta de que están acompañadas. “Saber que no está sola, que puede ser y decir lo que quiere y que no la juzgan ha reforzado mucho su autoestima y seguridad”, explica Nieves –quien llegó a ACTEF a través de Internet–, sobre lo que ha supuesto la asociación para su hija. Y agrega que este año ha empezado a tocar un instrumento musical “y por primera vez en su vida no tiene miedo de mostrar todo lo que puede llegar a aprender ni a qué velocidad”. Lo mismo destaca Susana: “Lo
“ACTEF nos ha aportado todo: respuestas, apoyo, guía para saber qué pasos dar, actividades para buscar nuevas motivaciones” ••• Ana A.
ha supuesto todo, empezando porque los padres no nos sentimos solos en este camino y los niños, lo mismo”. Esta madre asegura que los menores “reciben apoyo en muchos sentidos”, sobre todo emocional. “Creo que éste es el más importante y el que más necesitan”, sostiene. Y añade: “Aquí saben que no son los únicos en el mundo que se sienten de esa manera y que ven la vida de esa forma tan peculiar, a quienes les motivan cosas no convencionales o que tienen ese humor tan extravagante que la mayoría no entendemos pero que yo encuentro brillante”. los obstáculos del camino Para muchas familias, el camino recorrido hasta que llegaron a ACTEF no fue fácil. Ana M. recuerda que desde pequeño en su hijo destacaban “su rebeldía, sus muchas manías”, y su memoria y razonamientos “que asombraban”. “Le preguntamos a un familiar pediatra y nos dijo que
“Vivía enfadado permanentemente con el mundo porque nada ni nadie satisfacía sus necesidades. Y ante esta frustración, se aislaba” ••• Susana
podía tener ACI. Y nos aconsejó pedir ayuda al equipo de orientación educativa y psicopedagógica (EOEP) a través del colegio”. Así lo hicieron y en el centro educativo lo derivaron a la psicóloga orientadora (no especialista en ACI), quien realizó un informe “muy desacertado y alejado de la realidad”. Ana M. contactó con la Asociación Balear de Superdotados y Altas Capacidades (ABSAC) y a partir de ellos, con ACTEF. “Me facilitaron sesiones con la psicóloga viendo los problemas de conducta del niño; también la realización de pruebas diagnósticas con
“Cuando a mi hijo lo diagnosticaron me puse a llorar. De pronto entendí muchas de sus frustraciones, su estado de ánimo tan bajo” ••• María B.
Susana Arroyo”, recuerda esta madre, que subraya que fueron “positivas sin ninguna duda”. “La sensación de desorientación siempre la tuvimos hasta que dimos con ACTEF. Antes no sabíamos qué puertas tocar, pero una vez que estuvimos en manos de Esperanza [Marquès, presidenta] y de Jéssica [Sabiote, psicóloga del colectivo], el camino se hizo claro”, asegura. Pilar recuerda que cuando su hijo tenía siete años le pidió dejar el colegio y que le enseñara ella en casa. Tenía dificultades para relacionarse con otros niños y por problemas de logopedia “se sintió rechazado”. “A partir de Primaria su principal deseo era no llamar la atención”, narra. En clase se aburría, no demostraba
“Conseguiremos que los niños con altas capacidades de Eivissa y Formentera tengan la atención y educación que merecen” •••
interés por aprender y esperaba a salir del aula “para hacer todas las preguntas que se le ocurrieran”. “Lo consulté con su profesora de primero, pero lo que yo le contaba de él no encajaba con su forma de ser en el colegio; era como si hablásemos de niños distintos”, recuerda. “Al no obtener respuesta” del centro, comenzó a buscar información “de forma casi obsesiva” sobre ACI. Incluso llegó a pedir al colegio que le hiciesen las pruebas. “Me dijeron de palabra que no lo era, que como no tenía interés por aprender ni gran imaginación, no podía serlo”, señala. En un curso de ACI, Pilar y Esperanza Marquès se conocieron. “Ella acababa de llegar a la isla y tenía a su hijo ya diagnosticado. A través de ella conocí a otras familias con problemas similares y juntos decidimos formar la asociación con intención de buscar apoyo y de promover actividades para nuestros hijos”, cuenta. Un año después al hijo de Pilar le hi-
Paloma
“Tener un hijo con altas capacidades intelectuales supone una lucha constante con el colegio para hacer valer sus derechos” ••• Ana M.
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al hijo de ana M. la psicóloga del colegio le hizo un informe “alejado de la realidad” y “muy desacertado”
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cieron el primer diagnóstico. “El resultado fue: talento matemático y recomendación de repetir las pruebas”, comenta. Más tarde, a los nueve años, las altas capacidades se confirmaron. Paloma tuvo más suerte. La profesora de su hijo se percató de su “habilidad especial para aprender” –recuerda cómo mientras le enseñaba al mayor las tablas de multiplicar, el pequeño las memorizaba sin problema– y empezó “con información y posibles actuaciones” con vistas a un diagnóstico positivo, que llegó en apenas unos meses. Paloma enseguida contactó con ACTEF para obtener orientación: “Creo que todos vamos un poco perdidos al principio y ya sólo hablar con ellos te da tranquilidad, esa sensación de que no estás solo”. identificación y alivio Tarde más o menos, encuentren más o menos piedras en el camino, lo cierto es que muchas familias resaltan que en el momento en que se identifican las altas capacidades de sus hijos sienten, sobre todo, alivio. “Había llegado a pensar que no conocía bien a mi hijo; al confirmarse mis sospechas desaparecieron esas dudas que crearon quienes me decían que no lo era y aparecieron aún más ganas de conseguir mejorar la situación para él y para los que vinieran detrás”, explica Pilar. “Sentimos alivio porque dejamos de estar perdidos, pudimos
Al principio marta no quiso unirse a actef. “Pensaba que sería como meterlo en un gueto de niños raritos”
poner nombre a lo que le sucedía al niño. Y nos ayudó muchísimo a comprenderlo, a conocerlo y a tratarle de manera consecuente a sus peculiaridades”, señala Ana M., que destaca que tener un hijo con ACI supone, entre otras cosas, “una lucha constante” con el colegio “para hacer valer sus derechos”. “Tienen que atender a sus peculiaridades, y si no es por exigencia (muchas veces escrita) no lo hacen”, asegura. Para Marta, el diagnóstico resultó un alivio, pero en un sentido distinto. Ellos habían observado que el suyo era un niño “muy despierto desde que nació, extremadamente curioso, de ideas muy firmes” y a pesar de las sospechas de ACI, no intervinieron. “Una trabajadora del colegio nos dijo que estaba segura de que tenía altas capacidades y me habló de ACTEF, pero no hicimos nada “De pequeño siempre se sintió distinto y lo vio como un problema. Con el diagnóstico y ACTEF entendió que esa diferencia no era mala” •••
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Pilar
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“Este año no está siendo muy fácil para mi hijo. En los talleres encuentra una vía de escape; aprende pero, sobre todo, juega y se evade” ••• Marta
hasta que empezó a tener problemas en el colegio”, afirma. Allí le dijeron que hasta los ocho años no hacían pruebas, pero que le observarían y atenderían. El niño no quería hacer fichas de números hasta diez cuando él ya contaba miles, o de sílabas cuando ya leía cuentos. Y en el centro dieron respuesta a sus inquietudes y le ayudaron. Cuando le hicieron las pruebas, Marta tenía miedo por si el resultado era negativo: “Nos asustaba que lo dejasen de atender cuando seguiría teniendo esa necesidad de saber más, de conocer”. Por eso, su alivio fue enorme cuando confirmó lo que, dice, ellos ya sabían. Al principio, ella no quiso unirse a ACTEF. “Pensaba que sería como meterlo en un gueto de niños raritos”, afirma a la vez que se disculpa. Y es que ha salido de su error. En los talleres, su hijo, para quien este año está siendo algo complicado, ha encontrado “una vía de escape; está aprendiendo pero sobre todo jugando y evadiéndose de lo demás, aunque sea un día a la semana”. El hijo de María B. también disfruta de estos talleres, que le ayudan a ”enfrentarse a los problemas del día a día". “Le hacen sentirse útil y está feliz”, dice. Son el lugar donde poner en común inquietudes, interpretaciones del mundo, aficiones. “Y llega a casa con motivación para aprender y compartir experiencias”, afirma.
“Estos niños tienen unas necesidades educativas que de no ser atendidas les supondrán un importante freno en su desarrollo” ••• María
Visita guiada a Cala d’Hort|2015 Visita teatralizada Dalt Vila|2016
Erasmus+|2016
Intercambio, visita a sa Conillera|2015
Intercambio, visita a sa Conillera|2015
Intercambio, visita a sa Talaia|2014
Intercambio, visita a sa Conillera|2015
SALIDAS INTERCAMBIOS Intercambio de mĂşsicos en concierto internacional|2015
Erasmus+, trabajo cooperativo|2016
Erasmus+, Formentera|2016 Intercambio, visita a ses Salines|2015
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Album de fotos
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Entrevista
Rosabel Rodríguez, profesora y miembro del GIAC
“los niños con altas capacidades habían sido ignorados hasta ahora” Rosabel Rodríguez forma parte, junto a Rocío Salas, Georgina Rabassa y Aurelia Pardo, del Grupo de Investigación en Altas Capacidades (GIAC) de la UIB que ha diseñado el protocolo de detección de alumnos con ACI. Rodríguez hace un balance positivo de su implantación y subraya la importancia de formar a los docentes. ¿Qué es el protocolo de detección de alumnos con altas capacidades intelectuales (ACI)? Es un protocolo cuyo propósito es presentar una forma de identificar al alumnado con altas capacidades de manera general para toda la comunidad educativa, garantizando al mismo tiempo una mayor homogeneidad y minimizando los errores que se derivan del desarrollo del proceso de identificación.
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¿Por qué era necesario?
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La identificación de tipo individual es, desde el punto de vista económico y temporal, costosa y, por tanto, difícilmente aplicable para la detección en grupos amplios de población. Por eso, a nivel nacional e internacional se han construido sistemas para la aplicación de estrategias multivariadas y secuenciales que en varias etapas permiten extraer, de una población amplia, una muestra determinada, en nuestro caso, sujetos con ACI. Y eso es lo que hemos conseguido.
Rosabel Rodríguez (de pie, a la derecha), con el resto de componentes del GIAC.
¿Cuáles eran sus objetivos? Planificar una propuesta que permita a los centros organizar, según la legislación educativa y dentro de su Plan de Atención a la Diversidad, la detección, la evaluación e intervención de los estudiantes con ACI. Detectar e identificar, a partir de los cuestionarios para docentes y familias, a todos los alumnos de primero de Primaria y primero de Secundaria con ACI. Y unificar criterios en la evaluación de esos alumnos. Todo ello con la intención final de facilitar la intervención adecuada con este alumnado en el ámbito educativo y familiar, partiendo de sus necesidades e intereses, para estimular al máximo
su potencial y prevenir todos los aspectos negativos que pueden derivarse de la no identificación. Hasta su puesta en marcha, ¿cómo se actuaba en los centros educativos? En nuestras escuelas tradicionalmente el proceso de identificación de los alumnos con ACI se ha llevado a cabo tras la demanda particular que los centros o la familia hacen a los equipos de orientación de acuerdo con la observación de características en estos alumnos, que se muestran más avanzados que sus iguales. En este tipo de situaciones el estudiante se identifica de manera individual e independiente.
Hay padres que han criticado falta de atención, que los profesores no entienden a los niños, lo mal que lo pasan en clase... En ocasiones puede no atenderse correctamente no porque no se quiera, sino porque no se conocen las necesidades educativas de este colectivo. La formación ha sido y sigue siendo escasa en el ámbito universitario y a través de los centros de profesores. Por ello éste es uno de los puntos clave en la aplicación del protocolo; hay que saber identificar, qué hemos de observar, y saber cómo intervenir. En el curso 2015/2016 el protocolo se implantó en 1º de Primaria. ¿Qué balance hace? Positivo, hemos empezado a cambiar el rumbo de las cosas. Pero estamos en el inicio, queda mucho por recorrer. Los próximos cursos son los que marcarán la pauta. Cuando las cosas empiezan es importante cuidarlas y seguir apostando por ellas hasta incorporarlas de manera definitiva. El reto hoy es no dejar morir lo que ha empezado bien.
“la respuesta de los docentes ha sido muy positiva. pero es necesaria la implicación de los equipos directivos”
En julio de 2016 en Baleares había 763 alumnos identificados, lo que suponía un aumento del 44,8% respecto al curso anterior (cuando eran 527). En noviembre de 2016 este número se incrementó hasta 795, probablemente porque durante el primer trimestre del curso 2016/2017 se acabaron algunas identificaciones ya iniciadas con el protocolo durante el curso anterior. En Eivissa y Formentera, en noviembre de 2016 había 96 alumnos identificados. ¿Cómo la valora?
Los datos
117 Centros con el protocolo implantado en Baleares (curso 2015/2016)
482 Profesionales formados para la detección
795 Alumnos con ACI identificados en Baleares (hasta noviembre 2016)
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Los datos son halagüeños y hacen pensar que vamos por el buen camino, si bien queda mucho por recorrer. Tenemos que seguir en esa línea.
Centros con el protocolo implantado en las Pitiüses
¿Cuál ha sido la respuesta de los docentes?
Alumnos con ACI identificados en las Pitiüses
En general, muy positiva. Son muchos los que se han alegrado del inicio y los que se han acercado a nosotras con ilusión y ganas de hacerlo cada vez mejor. Pero, sobre todo, es necesaria la implicación de los equipos directivos; el protocolo es una herramienta que facilita la identificación pero es necesario que los centros, partiendo del conocimiento de que estos alumnos existen, que están y estarán en sus aulas, organicen el tipo de atención que van a recibir. Así se garantiza una intervención proactiva: no esperamos a tener un alumno para pensar qué podemos hacer, sino que tenemos organizado el modelo de intervención que queremos utilizar, los recursos que se precisan, y sólo será necesario adaptarlo a cada caso. Igual que sucede con el resto de tipologías de alumnos NESE. Todo ello sin olvidar que el apoyo de la Administración debe estar garantizado para seguir avanzando en el buen camino.
(curso 2016/2017)
96 (hasta noviembre 2016)
¿Han tenido dificultades? Hablamos de un proyecto que significa cambiar la manera de hacer las cosas para un colectivo, los niños y niñas con altas capacidades, que habían sido prácticamente ignorados hasta ahora, y cambiar siempre implica algunas dificultades. Aún así, la acogida ha sido buena y los resultados avalan que su buen uso es muy eficaz. Por eso esperamos que cada vez haya menos reticencias y más gente implicada en su implantación. Este curso el protocolo debía repetirse en 1º de Primaria e implantarse en 1º de ESO, ¿es así? El protocolo está pensado para que se realice cada curso escolar en 1º de Primaria y de Secundaria. Sin embargo, el pasado la Administración consideró más
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¿Puede dar una cifra de estudiantes identificados el primer curso?
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oportuno comenzar sólo en Primaria. Éste se ha normalizado. A partir de ahora siempre debería hacerse en los dos a la vez. ¿Y cómo está yendo? No tenemos datos oficiales para valorarlo, pero creemos que el número de centros implicados ha crecido bastante. En una entrevista dijo usted que en seis años se podría tener una población identificada de forma correcta. ¿Se mantiene?
“hay que propiciar metodologías abiertas, flexibles, que respeten los diferentes ritmos de aprendizaje”
res saben adaptar currículos a distintos tipos de alumnado con diferentes necesidades y características; ahora están aprendiendo a hacerlo con el alumnado con ACI.
más adecuada. Pero queda camino por recorrer.
Apostando por la formación desde la Administración. Pero una apuesta real, que no se reduzca a los primeros años de implantación del protocolo, pues continuamente se incorporan nuevas generaciones de docentes. La Conselleria d'Educació debe buscar la fórmula para llegar a todos, porque en algún momento encontrarán un alumno con ACI y tienen que saber cómo identificarlo, intervenir y orientar a los padres. En cuanto a la formación de los orientadores edu-
¿En qué deben hacer hincapié? ¿Cómo deben tratar y enseñar a estos niños?
El protocolo se está instaurando de forma voluntaria y eso hará que probablemente sean necesarios algunos más para hacer una afirmación tan optimista. Creemos que en seis cursos el panorama de las ACI en Baleares será totalmente diferente al que había.
Lo primero es que esté contemplada su atención en los documentos de centro, igual que la de otros alumnos NESE. Además hay que propiciar metodologías abiertas, flexibles, que respeten los diferentes ritmos de aprendizaje, que no pongan techo al
La detección es un paso fundamental pero sólo es el primero. Una vez identificadas las ACI, ¿qué hay que hacer?
conocimiento escudándose en currículos encorsetados. Con independencia de la metodología utilizada, somos muy partidarias de programaciones multinivel, ya que permiten adaptarse a todos los alumnos en un aula inclusiva. Pero hablamos de medidas generales y la intervención siempre se ha de adaptar a las necesidades concretas de cada alumno.
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Intervenir. No se identifica con afán sólo de investigar o de etiquetar, se hace porque son alumnos que requieren y necesitan cambios reales en la atención educativa que reciben. Sin este segundo paso no habremos conseguido nuestro objetivo real, mejorar su calidad educativa. ¿Qué están haciendo los centros educativos?
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Hablar en general es difícil. Muchos han empezado a formarse y a intentar dar una respuesta
¿Cuáles son las principales carencias para llegar a ofrecer una atención adecuada? Formación, en primer lugar. Los recursos obviamente pueden ayudar, pero se pueden cambiar muchas cosas con lo que hay si se entiende cómo. Los profeso-
¿Y cómo se pueden resolver esas carencias?
cativos, lo que se había previsto no se ha podido llevar a cabo. ¿Por qué? Según Educació, por falta de presupuesto. Esto ha supuesto un frenazo que esperamos que se resuelva pronto. Desde GIAC somos optimistas y pensamos que estas necesidades podrán cubrirse el curso 2017/2018; no podemos seguir sin poner todos los medios para dar una atención de calidad a los alumnos con ACI que, según las cifras, son los grandes desatendidos de nuestra comunidad. Llevamos un gran retraso y no basta un pequeño esfuerzo inicial; necesitamos una apuesta real y sincera.
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CONCIERTOS
MESAS INFORMATIVAS
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Formacion para profesores
Entender y atender las altas capacidades
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Las conferencias, cursos y jornadas formativas organizadas por ACTEF han ayudado a los docentes de Eivissa y Formentera a conocer cómo son los niños y niñas con altas capacidades y cómo atender sus necesidades en las aulas.
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as altas capacidades intelectuales (ACI), sus características, la identificación y cómo atender a los niños en las aulas son temas sobre los que todavía falta formación en el ámbito educativo. Así se deduce de la evaluación realizada por los docentes que participaron en las últimas jornadas y cursos de ACTEF, pues hubo quienes valoraron la información por ser “un tema desconocido” y solicitaron seguir profundizando en ella. Consciente de esta situación, ACTEF inició en 2009 una serie de actividades formativas para profesores, con la colaboración de la psicóloga Susana Arroyo, que se han incrementado desde enton-
ces. ‘Alta capacidad: familia y escuela’ fue la primera conferencia. En 2011 se organizaron las I Jornadas de ACTEF, dirigidas al profesorado, en las que se abordó la detección, intervención y respuesta educativa a las ACI. En 2012 se realizaron las segundas, si bien en esta ocasión se abrieron al público general y se incluyó el primer curso práctico para docentes. Y desde 2015 se organizan Escuelas de Profesores, además de continuar con las conferencias más puntuales. En 2016 tanto las jornadas como los cursos cumplieron cinco ediciones, en las que, desde 2014, a Susana Arroyo se han sumado ponentes como Rosabel Rodríguez, Diego Rodríguez To-
En cifras
507
Profesores formados y con conocimientos sobre altas capacidades
5
Jornadas sobre altas capacidades
5
Cursos para profesores
Nos ayudó a aprovechar el reto que supone encontrarnos con alumnos con tantas inquietudes y ganas de aprender
De la formación me quedo con la información y orientación recibidas, los casos prácticos, el intercambio de experiencias...
ribio, Mariluz Zornoza, Lídia Ramon o Inmaculada Banacloche la valoración A lo largo de estos años 507 profesores se han formado en ACI gracias a todas las actividades organizadas por ACTEF. “Han estado muy bien”, coincidieron los asistentes a las últimas, que pusieron en valor los conocimientos teóricos adquiridos y la parte más práctica de intervención en el aula. “He aprendido cosas que no conocía como características de los alumnos y los tipos de ACI”, afirmó una persona, que destacó que lo relativo al trabajo en clase fue “muy productivo y útil”. Un docente resaltó, de las cuestiones tratadas, “los ejem-
Esperamos que la pincelada que se nos ha dado se pueda repetir y profundizar pronto, pues nos quedamos con ganas de más. Gracias
plos prácticos de cómo trabajar, las actividades multinivel y el factor emocional ligado a las ACI” y un compañero aseguró que de la formación se quedaba con que hay que atender “más individualmente al alumnado, según sus posibilidades”. “En cualquier aula se puede encontrar un alumno con ACI”, apuntó otro de los participantes. “La metodología ha permitido visualizar la posibilidad de actuar en las aulas de manera organizada, teniendo en cuenta las características de nuestro alumnado”, dijo uno de los asistentes, mientras que otro señaló haber aprendido “cómo tratarlos y ayudar a mejorar sus relaciones” y un tercero valoró “tener más cla-
ro cómo diagnosticarlos”. Entre los docentes resaltaron “la seguridad que aporta tener información para ofrecer alternativas” a los estudiantes con el objetivo de “abordar una buena y correcta educación” y sugirieron incluso crear un foro virtual en el que compartir experiencias. “Nos ayudó a ver por dónde empezar y a aprovechar el reto que supone encontrarnos con alumnos con tantas inquietudes y ganas de aprender y, sobre todo, a ponernos en marcha en los centros educativos”, dijo una profesora sobre una conferencia de Rosabel Rodríguez, antes de añadir: “Esperamos repetir y profundizar pronto, pues nos quedamos con ganas de más”.
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Creo que debemos atender más individualmente a nuestro alumnado, en función de las posibilidades de cada estudiante
Se podría generar un espacio, un foro virtual común, al que las escuelas pudiésemos acceder y en el que compartir experiencias, metodologías y acciones
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Futuro
de la detección a la intervención en el aula Después de diez años de trabajo y esfuerzo, ACTEF tiene nuevos objetivos en el horizonte. La implantación obligatoria del protocolo de detección de ACI en los centros y la especialización de los docentes son algunos de ellos. onseguir que todos los centros educativos públicos de Eivissa y Formentera implanten de manera obligatoria el protocolo de detección de altas capacidades intelectuales. Ése es el gran reto de futuro que ACTEF tiene sobre la mesa y por el que la asociación ya está trabajando con expectativas “bastante favorables”, destaca la presidenta del colectivo, Esperanza Marquès. “Todas las personas con quienes lo hemos hablado lo ven lógico”, afirma Marquès, quien agrega que llevarán esta propuesta al Consell Escolar Insular d’Eivissa para su aprobación. Y es que para que los niños y niñas con ACI sean atendidos de manera adecuada en los centros educativos, el primer paso es que la detección y la identificación no quede en manos de la voluntad o el buen hacer individual de cada docente. Es necesario establecer
señala Rosabel Rodríguez, profesora y miembro del Grupo de Investigación en Altas Capacidades (GIAC) de la UIB que ha desarrollado dicho protocolo. En los diez años que han pasado desde la creación de ACTEF si algo ha cambiado es que la valoración de los niños se hace “mucho más rápido”, si bien aún hay un gran camino por andar. profesores especializados Pero no sólo en la implantación de este protocolo. “La atención todavía deja mucho que desear”, comenta Marquès, quien no obstante reconoce que “ha mejorado”, al tiempo que los docentes “lamentan cada vez más su falta de formación” para proporcionar una respuesta adecuada. En esa línea, precisamente, sigue trabajando ACTEF, quien en otoño pondrá en marcha un curso para formar docentes especialistas en intervención en el aula. “Hasta ahora dábamos pinceladas, les hablábamos de métodos,
“nuestra idea es que en cada colegio haya un profesor especializado en ACI, no para que atienda a todos los niños, sino para ser un referente”
unos criterios generales a aplicar por el conjunto de la comunidad educativa garantizando la homogeneidad en los centros y minimizando los errores, tal y como
pero el nuevo curso irá más allá”, señala la presidenta de la asociación, que subraya que su idea es que en el futuro en cada centro haya un profesor especializado: “No para que atienda a todos los niños con ACI del colegio, sino
para que sea el profesor referente a quien todos los compañeros puedan ir a consultar”. federados, con más fuerza Y otro de los objetivos de la asociación, que espera poder culminar a corto plazo –pues tienen incluso los estatutos redactados–, es constituir la federación balear de asociaciones de altas capacidades, integrada por los colectivos de Eivissa y Formentera, de Mallorca y de Menorca, para seguir trabajando con el mismo ímpetu y convicción pero con “más fuerza” ante las instituciones. Con todo ello, Marquès insiste en que el centro sobre el que giran los esfuerzos de la asociación es el ámbito educativo. “Los niños pasan cinco horas al día en el aula y es una parte muy importante dentro de su vida”, afirma. Fuera, ACTEF seguirá ofreciendo “ese espacio en el que encontrarse con otros niños como ellos, donde sienten que les entienden y donde pueden ser como son, con naturalidad”.
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