Revista de la Asociación de Empresarios de Comercio y Servicios de la Jacetania
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Arriba, panorámica nocturna de Casa Barosse; a la izquierda, fachada de Casa Sarasa, y abajo, una de sus habitaciones. Imagen inferior, Casa Fuente de Cándalo. En página siguiente, Albergue de Villanovilla.
Gustavo Piedrafita, de Casa Barosse, en la pedanía jaquesa de Barós. El diagnóstico que hacen nuestros propietarios asociados es de “incertidumbre total”. Problemas Para nuestros asociados el sector tiene problemas enquistados que, sin embargo, podrían tener una relativa fácil solución. “La competencia desleal y el intrusismo es enorme. Hay muchas viviendas que no están en situación legal y ofrecen casas o habitaciones de turismo rural”, indica Beatriz Lanseros,
de Casa Fuente de Cándalo, en Villanúa. “Hay que tener en cuenta que una mala experiencia hace que el cliente no repita, pero ni en el establecimiento en el que ha tenido la experiencia ni en ningún otro de turismo rural”, apunta. Además, “es un sector totalmente individualizado, cada uno vamos a lo nuestro”, comenta Concha Cros, del Albergue de Villanovilla, en La Garcipollera. Los cinco asociados detectan, en general, una gran falta de formación y asesoramiento. “Ahora mismo hay mucha competencia en otras comunidades y habría que saber ofrecer algo distinto, con calidad y valor; la gente quiere ser y sentirse atendida, buscan experiencias y calor humano, y eso hay que saber dárselo”, apunta Hallam.