REVISTA 120

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REPÚBLICA DE LAS LETRAS120

David Becerra Mayor. Julio Rodríguez Puértolas

gros del avance fascista varios cuadros conservados en el Santuario de la Caridad de dicho lugar: "cuatro pinturas del Greco, nada menos" (p.764); el propósito es "guardarlas temporalmente en los sótanos del Banco de España, como se está haciendo con tantas otras obras valiosas en peligro" (ibid.)20. Lo sorprendente es que Bergamín le diga a Ignacio Abel: "Usted es la persona indicada para dirigir la operación" (p .765). En la realidad, quien recibió el encargo fue el escultor Emiliano Barral (caído en la defensa de Madrid en noviembre de 1936, recordado emotivamente por Antonio Machado), como señala María Teresa León (Memoria, p.321). El Bergamín de Muñoz Molina afirma equivocadamente que los grecos de lllescas eran cuatro (p.764), pero eran cinc021 • Así pues, con un grupo de milicianos y un camión, Ignacio Abel parte para tan sorprendente misión, cuya verdadera función en la novela no es otra que poder hablar del terror blanco para equilibrarlo, bien . fugazmente, con el terror rojo de Madrid. lllescas no cayó en manos fascistas hasta el 18 de octubre de 1936. La imposible misión de Ignacio Abel, por él aceptada sin mayores dudas ni cuestionamientos, se complica: los expedicionarios se pierden en las carreteras, entran en un pueblo abandonado y masacrado salvajemente por los sublevados (pp.780-785) y nunca llegan a lllescas. Regresan a Madrid sin los cuadros de El Greco, claro está, rodeados de fugitivos

20 Acerca de este episodio real, d. María Teresa León, La Historia tiene la palabra, pp.41-42, y Memoria de la melancolía, pp.321-323. 21 En su edición de Memoria de la melancolia ya citada (p.322), Torres Nebrera afirma también que eran cuatro cuadros. Eran cinco: La caridad, La coronación, La natividad, La anunciación y San Ildefonso. Véase, por ejemplo, Enrique Lafuente Ferrari, Breve historia de la pintura española (Madrid, Dossat, 1946), pp.1l6-1l7. Y cualquier folleto turístico dedicado a Illescas.

que "huyen del avance de un ejército de legionarios, moros y falangistas" (p.787). Los efectos ideológicos Por otro lado, La noche de los tiempos de Antonio Muñoz Molina propone una lectura de la Guerra Civil española basada en la teoría de que las comúnmente denominadas "dos Españas" -la España roja frente a la España fascista- destrozaron una "tércera" España intermedia, . democrática y liberal, verdaderamente republicana, por medio del conflicto bélico nacional. A lo largo de la novela, Muñoz Molina ofrece al lector una serie de episodios cuyo objetivo no es otro que establecer una igualación entre esas dos Españas que, situadas en el extremo, enterraron la única posibilidad que ha brindado la Historia de construir una España sobre los valores de progreso y racionalidad. Comunistas y fascistas, situados en el mismo nivel en la novela, con sus aparatos de propaganda, destruyeron todo lo que se había puesto en funcionamiento en los años de reformas de la República liberal. Esta es la tesis que la novela defiende. Para desarrollar y afianzar su tesis, Antonio Muñoz Molina presenta en su novela constantes referencias y descripciones sobre lo que la literatura fascista se encargó de denominar "terror rojo" . Muño.z Molina reproduce y legitima este concepto .. De este modo, se habla del "verano demente y sanguinario de Madrid" (p. 320), de "las noches siniestras del verano de Madrid" (p. 334), de los registros de trámite en la calle y en las casas (p. 661), de las detenciones arbitrarias (pp. 648 Y 724), de hombres matándose entre ellos como bandoleros (p. 84), de muertes debidas a la confusión o a la arbitrariedad, como la del profesor Rossman (p. 82), etc., y todo ello realiza-

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