Estaba la pájara pinta sentada en el verde limón con el pico cortaba la rama, con la rama recoge la flor.
Con las rondas, la poesía se transforma en los primeros sentimientos de solidaridad. La palabra se vincula con la música y el movimiento en diferentes juegos: Arroz con leche me quiero casar con una viudita de la capital.
Una cajita chiquita
BIBLIOGRAFÍA
blanca como la sal, todos la saben abrir,
LACAU, María Hortensia. Didáctica de la lectura creadora. Buenos Aires: Kapelusz. 1966.
nadie la sabe cerrar. (El huevo)
¿Por qué insistimos tanto con los poemas en el libro? Para propiciar que se conviertan en parte de nuestra vida, permitir que su “magia” nos toque. ¡Eso es suficiente! A ninguna planta se le ocurriría preguntar, ante una amenaza de lluvia, “Y qué hago con el agua?” Simplemente dejará que el líquido la acaricie, la alegre, la contagie con su vitalidad y su frescura; de lo demás se ocuparán allá abajo, en la tierra, las raíces…
Que sepa coser,
Este niño lindo
Este niño feo
que sepa bordar,
que nació de día
que nació de noche
que sepa abrir la puerta
quiere que lo lleven
quiere que lo lleven
para ir a jugar.
a la dulcería.
a pasear en coche.
También hay poesía en las adivinanzas:
BRASLAVSKY, Berta P. de. La querella de los métodos en la enseñanza de la lectura. Buenos Aires: Kapelusz. 1962. ANDRICAÍN, Sergio y RODRÍGUEZ, Antonio. Escuela y poesía ¿Y qué hago con el poema? Buenos Aires: Lugar Editorial. 2003. GRAVES, Donald H. Estructurar un aula donde se lea y se escriba. Buenos Aires: Aique. 1997. CADWALLADER, Edward Miles. Filosofía de la educación adventista. Entre Ríos: Centro de Investigación White. 1995.
Alto, alto como un pino, pesa menos que un camino. (El humo)
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