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descortés Eliseo con Naamán? ¿Por qué no lo atendió personalmente? ¿Tendrías la misma reacción que Naamán? Investigar: ¿Cuál era la costumbre de la época cuando una persona contraía lepra? ¿A quién consultaba? ¿Cómo era tratada? Actualmente, ¿cómo es tratada una persona con esa enfermedad? ¿Qué se debe hacer para prevenir esa enfermedad? Trabajar sobre diferentes situaciones reales en las que los niños deban escoger obedecer o no. Dialogar: ¿Qué harías? ¿Por qué? Leer historias actuales acerca de personas que escogieron obedecer a Dios, a sus padres o sus maestros. Localizar en el mapa que está en la página 31 del Cuaderno de Recortables, dónde quedaba la casa de Naamán, la de Eliseo y el río Jordán. Cantar una canción sobre el cuidado y sobre la obediencia de Dios.
Capítulo 2: Bondad recompensada Referencias 2 Reyes 4:8-37; Las Bellas Historias de la Biblia, vol. 5; pp. 74-78; Profetas y Reyes, pp. 178-180. Para memorizar (Lucas 6:38) Conceptos a desarrollar ▪ Nuestros actos de bondad no deben tener como objetivo una recompensa, pero Dios sabrá retribuir el bien que les hagamos a los otros. ▪ Debemos respetar a los mensajeros de Dios, y tratar de apoyarlos en todos los momentos. Contexto Sunem. Shûnêm aparece en los registros egipcios de Tutmosis III como Shnm, y en las Cartas de Amarna como
Shunama. Se le asignó a Isacar (Josué 19:17, 18). Los filisteos acamparon allí antes de la batalla de Gilboa, que terminó con la muerte de Saúl (1 Samuel 28:4). Era la ciudad de dónde provenía la joven que atendió a David durante sus últimos días (1 Reyes 1:3), y de la mujer rica que le ofreció hospitalidad a Eliseo (2 Reyes 4:8-37). Ese lugar se conoce hoy como Sôlem, y queda a 11 km al Diccionario bíblico adventista, pp. 1.119, 1.120). Sunem: Aldea situada en el valle de Jezreel, a unos 8 km al norte del monte de Gilboa, y a 25,6 km del Carmelo, donde parece que en este momento residía Eliseo (vers. 25). En sus viajes por el reino, Eliseo pasaba con frecuencia por esa aldea.
Una mujer importante. probablemente también pudiente. Pequeño aposento. Muchas veces las riquezas hacen que su poseedor sea egoísta, y olvide las necesidades y los deseos de otros. Pero no procedió así la mujer de Sunem. Ella era importante; pero no perdió la bondad humana. No vivía solo para sí, sino que se esforzaba por hacer felices a otros. Tenía muchos bienes, y los compartía con sus prójimos. No permitía que sus tareas y responsabilidades domésticas le hicieran olvidar las necesidades y los deseos de Eliseo, y quizá de muchas otras personas. Cuando Eliseo viajaba, se gozaba por anticipado al pensar en las agradables horas de descanso y solaz que disfrutaría cuando llegara a la aldea de Sunem. Una bondadosa hospitalidad ayuda a que haya entre los humanos un poco de la paz y la amistad del cielo. Llama a esta sunamita. La sunamita había sido bondadosa con Eliseo, y él quería mostrarse bondadoso con ella. Pero, ¿qué podría hacer para recompensarle los favores que le había prodigado? No necesitaba cosas materiales. Sin embargo, Eliseo quería darle alguna prueba de su aprecio. A la persona de corazón noble no le
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